lunes, 15 de octubre de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -59-



En la anterior entrada veíamos cómo se trataba sobre el abastecimiento de aguas a la poblaciones de Algorta y Las Arenas. Y sobre el proyecto para construir un balneario en la playa de Erega en Algorta.

Pero el municipio iba creciendo y eran muchos los forasteros que residían en Getxo sin estar inscritos en el padrón municipal. A primeros de julio de 1886 se recibía en el Ayuntamiento de Getxo un oficio de la Diputación Provincial para el nombramiento de un vocal forastero para completar la Junta de Estadística de nuestra Anteiglesia. El Ayuntamiento decidía convocar a todos los residentes forasteros (no inscritos en el padrón municipal) mediante un anuncio público que se iba a insertar en el Boletín Oficial de la Provincia y en el “Noticiero Bilbaíno”. En ella se fijaba como fecha el 17 de julio como día de la reunión de forasteros. Por ello, el día 5 de julio, el Alcalde D. José Antonio Aldecoa firmaba un anuncio en el diario anteriormente citado: “...Debiendo ser nombrado, con arreglo al artículo 34 del reglamento para la imposición y cobranza de la contribución de inmuebles, cultivo y ganadería, industria y comercio, un propietario por los forasteros para vocal de la Junta pericial de estadística, se convoca por medio de este anuncio a todas las personas que posean fincas en este pueblo, a fin de que el día 17 del corriente mes y a las cuatro horas de la tarde concurran a esta Casa Consistorial para nombrar entre los mismos un propietario, que en concepto de vocal, forme parte de la Junta de pericial de esta Anteiglesia...”

Y cómo la temporada de baños estaba encima, el Ayuntamiento convocaba a todos los propietarios de casetas de baño para indicarles donde debían instalarlas, previo pago de las tasas fijadas, que eran de 300 pesetas para toda la temporada de baños. Y como la playa de Ereaga presentaba un estado lamentable, se acordó que por medio de jornaleros se realizara el arreglo de dicha playa, las inmediaciones y las vías de acceso a ella.


En las actas del 8 de julio de 1886 cuando en el pleno, haciendo mención a un oficio del Gobernador Civil que aprobaba las actas de remates del mes de junio en nuestra Anteiglesia, se ofrecía una semblanza de las principales actividades comerciales del Pueblo. Sobre ellas se decía: “...Se aprueban los remates del municipio de Guecho para el arriendo de los arbitrios de vino, chacolí, aguardiente y otros licores; casa matadero, despacho y basto de carnes frescas; abacería y degüello de cerdos; asiento de puestos de mercado, puesto de poncheras y barracas...” En aquel pleno se autorizaba a la alcaldía otorgar los remates de los tres primeros arriendos. A la vez se adjudicaba el arriendo de alumbrado público y combustible para los faroles.

La Comisión Provincial autorizaba al correo peatón D. Antonio San Martín a recoger en sus oficinas las instrucciones y demás impresos, donde se indicaba las normas para poner en planta la nueva contabilidad de nuestro municipio.

En esos días se recibía un oficio remitido por D. Vicente Martínez, administrador de la Marquesa de la Torrecilla, quien nombraba a D. José Bilbao Lopategui, maestro de obras, para la tasación del los prejuicios que pudiera a tener el molino llamado Itze de Berango con motivo de la traída de aguas.

D. Melchor Munarriz, profesor de francés y comercio en nuestra localidad, informaba a su vez del inicio de los exámenes, que se iban a celebrar a mediados del mes de julio.

En esas fechas se denegaba a D. Eugenio Eguia y otros solicitantes, la petición de utilizar para pastar el ganado las campas de la zona llamada el Castillo, ni en los ribazos de la misma; mientras que sí autorizaban a traer los ganados a las campas situadas a oeste de dichos terrenos, que eran de propiedad municipal.

Las demandas de suministro de agua potable seguían produciéndose en los distintos barrios, así el 8 de julio se recibía una solicitud por parte de D. Francisco Uriaguerreca y D. Felipe Landaida para instalar una fuente pública en el intermedio de San Martín y Jardingana (Cuatro Caminos). El Ayuntamiento le respondía que estaban estudiando los puntos más adecuados para instalar dichas fuentes. Aún el preciado liquido elemento tardaría en ser suministrado a las viviendas.


Las demandas de extracción de piedra continuaban produciéndose. Ahora le tocaba el turno a una situada en la zona de Berango. Dichos materiales estaban destinados a realizar la carretera de la Diputación Provincial, que se estaba realizando en la “Campa de Sarri” y frente a la “Casa Tranpena”, próxima a la Iglesia de Andra Marí, subiendo hacia Bostgarrena, propiedad que fue, allá por 1768, de Dña. Josepha de Maidagan. En esa misma fecha se recibía el camino peatil que iba desde Jauregi a la Iglesia de Santa María.

Y cómo las fiestas de Santa Ana, en el barrio de Las Arenas, ya estaban próximas, se autorizaba a D. Eulogio Rosales, vecino de Bilbao, la colocación de: “...Una maquina de distracción denominada “El Tio Vivo”, con la condición de que sea decente y pague los derechos correspondientes al rematante de puestos...”

Se solicitaba la autorización para construir dos casas de nueva planta, el 15 de julio de 1886, ambas en la llamada entonces calle Tetuan (actual Avenida Basagoiti). Se trataba de las de Dña. Juana Mendiguren, próxima a la plazuela de la antigua carnicería y la de Dña. Juana Ajuria.

En la próxima entrada veremos varias obras que se estaban realizando en el Pueblo, entre ellas las del camino de Piñaga, cuyo deterioro era ostensible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario