domingo, 15 de julio de 2018

LAS FIESTAS DE SANTA ANA DE 1894



Las fiestas de Santa Ana en el barrio de Las Arenas, aunque seguro que algunos preferirían llamarlo por su propio nombre “Santa Ana”, a lo largo del Siglo XIX fueron muy concurridas, sobre todo en lo concerniente a romerías y publico.

En otras entradas, hablando de ese siglo, ya he relatado como transcurrían las fiestas. Hoy voy a contar las de 1894. Algunos diarios bilbaínos nos ayudan a recordar aquellos tiempos en los que los romeros acudían en tropel a las romerías de los pueblos.

Aquel jueves 26 de julio de 1894 comenzaba la romería en la campa de Santa Ana y como era tradición, seguramente por la influencia de la Iglesia Católica, empezaban tras una solemne misa cantada, que contó con la voces de los jóvenes del barrio de Algorta, quienes actuaron bajo la dirección del profesor y organista D. Pablo Mugica.

La romería se haría esperar hasta la tarde, entonces se celebraba en una amplia campa, junto a la actual ermita dedicada a la Santa. La música corrió a cargo del Director de la Banda Municipal D. Millán de Armero. Romería que iba a continuar por al noche en la campa contigua al Puente de Bizkaia. La campa estaba armoniosamente decorada con luces al estilo veneciano, que incluían farolillos y curiosos mecheros de gas encerrados en bombas blancas, azules y verdes.


El domingo día 29 se celebró la repetición de Santa Ana, que en aquellos años recibía el nombre de “Infraoctavo de Santa Ana”. La fiesta comenzó a las 11 de la mañana con unos festejos en los que participaron las mujeres del barrio. Se trataba de una carrera en la que portaban cántaros sobre sus cabezas, que iban protegidas con un “sorki” (rollo de tela que colocaban sobre la cabeza para protegerla). El festejo recibía el nombre de “La Samaritana”. El juego de la Samaritana ya era tradicional en muchos festejos que se celebraban en Bizkaia y aparece recogido en el “Noticiero Bilbaino” desde 1879: “...«El juego del Paso de la Samaritana consiste en disputar un premio entre las mujeres que quieran optar a él, ganándolo la que saliendo del nuevo puente del Arenal con un cántaro de agua en la cabeza, llegue la primera a la iglesia de San Nicolás, sin retirar, durante el trayecto, las manos de la cintura»…” La diversión ya se venía celebrando en nuestros barrios por lo menos desde 1884. De ella ya hablé en mi entrada “Los Juegos en la Fiestas de Getxo” del 2 de septiembre del 2013 .

Esa misma tarde, la del 29 de julio, se celebró una cucaña en la ría con suelta de patos al finalizar la misma; a continuación se dio paso a la tradicional romería que terminó con la quema de una vistosa colección de fuegos de artificio.


Incluso el ferrocarril, dada la gran afluencia de público que desde otras poblaciones, Bilbao incluido, se acercaban a nuestro barrio, ampliaba sus horarios. La Compañía de ferrocarriles de Bilbao a Las Arenas anunciaba: “...«Con motivo de la repetición de la romería de Santa Ana, la Compañía establecerá el domingo 29 un servicio de trenes cada veinte minutos, desde las 2,40 hasta las 4,10 de la tarde, y desde las 6,40 hasta las 8,20 noche, más otros a las 9 y 10 de la noche»…”

A lo largo de los años 50-60 (ya en el siglo XX) dichas fiestas organizadas por el Ayuntamiento, tan solo incluían atracciones mecánicas de ferias ambulantes (barracas) y diversos puestos de feria (tiro, curros, tómbola…). La calle Santa Ana, desde el cruce de Gobela hasta la ermita, estaba repleta de atracciones, desde las más humildes hasta las más novedosas. Una de las primeras era el puesto de tiro al bote de la familia Carrillo. Era un rudimentario puesto fabricado mediante un bastidor de madera y una lona que lo cubría, dentro del cual iban los bastidores sobre los que se colocaban botes vacíos de conserva, los cuales el jugador tenía que derribar lanzado desde cierta distancia unas pelotas de trapo, que caían en la tripa que formaba la lona; los segundos eran más mecanizados y electrificados. Ya emitían sonidos musicales, máquinas tragaperras en las que ingenuos mozalbetes trataban obtener regalos. La campa alrededor de la ermita estaba dividida en cuatro sectores, los dos situados a la derecha mirando hacia la calle Amaya ocupaban, el primero nada más acceder desde la gran avenida, la txozna merendero, el segundo, justo enfrente, el kiosko de la música donde se celebraban las verbenas; al lado izquierdo el sector que estaba junto a la clínica de Goyoaga, estaba ocupado por las atracciones para los más pequeños (las cadenas, los barquitos…), el siguiente, próximo al colegio San Agustín (hoy iglesia) solía estar ocupado por los autos de choque y el gusano loco.


En los últimos años un grupo de jóvenes del barrio han tomado las riendas de las fiestas. Ahora comienzan como en el resto de barrios de Getxo tras el txupinazo. En su programa festivo han incluido conciertos, concursos de pesca, dantzas, comidas populares y concursos, deporte rural o cine.

Pero ya no se ven aquellos trenes rebosantes y aquellos desfiles de romeros, que desde la vieja estación de Las Arenas, entonces estaba en la calle Mayor junto al cruce de Santa Ana, cómo si de una procesión se tratara, recorrían la calle Mayor enfilando a la de Santa Ana, hasta desembocar en la ermita, donde los tamborileros, la banda y los corros de ciegos eran los animadores de la fiesta.

Eraso sexistarik

Gabeko Jaien Alde”


Por unas fiestas libres


de agresiones sexistas”



 
!ONDO PASA!



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