lunes, 11 de junio de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -43-



En la anterior entrada veíamos cómo en julio de 1884 se editaba un Bando ante una nueva epidemia de cólera. Y cómo ante la proximidad de las fiestas, se recibía una comunicación del Gobernador de la Provincia, denegando la solicitud municipal para correr toros embolados durante dichas fiestas.

En 1884 los hermanos D. Ezequiel y Eduardo Aguirre eran nombrados, respectivamente, presidente y vicepresidente de la Compañía del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas. Con ese motivo una de las maquinas tractoras recibió su nombre.

En julio de 1884 muchos pueblos de Vizcaya se veían en la necesidad de cubrir las cargas municipales por medio de repartos o derramas al vecindario. Ya lo venían haciendo desde años antes. Para imponer y hacer efectivas esas contribuciones se necesitaba la autorización de la Diputación Provincial. Era justo en principio ese sistema, pero también ocasionaba injusticias si el reparto no era acompañado de un concienzudo estudio de los medios de cada vecino. Al ganado mayor y menor se imponía, por ejemplo, siete reales por cada cabeza del primero, y dos por cada cabeza del segundo. Pero a veces no se tenían en cuenta otros bienes que contribuían a disponer de una verdadera riqueza, era el caso de las rentas fijas y posesiones. Esto hacía que algunos hacendados esquivaban los impuestos, mientras que el resto cumplía religiosamente con el fisco, !vamos, como hoy en día! Pero no eran todos, ya que por ejemplo la familia Aguirre participaba con una donación de un terreno de 30.000 pies cuyo valor se estimaba en tres mil duros, y además aportó seis mil reales en metálico.

Aprovechando una sugerencia de un lector, desde hoy trataré de situar los toponímicos, indicando el nombre que tienen en la actualidad, para facilitar la localización a las generaciones más jóvenes.


El 26 de julio de 1884 con motivo de las obras que se estaban realizando en el barrio de Las Arenas, que ya he mencionado con anterioridad, la comisión de los propietarios del barrio, para evitar los equívocos que había provocado una nota en la prensa el sábado 16 de julio, publicó en los periódicos locales una excitación dirigida a los propietarios de aquella localidad: “...con objeto de que contribuyan con las cuotas que se les ha señalado, las obras que el ayuntamiento de Guecho está terminando en el barrio...” La comisión estaba muy satisfecha de las mejoras que el municipio llevaba a cabo, y que habían merecido la aprobación general de los vecinos y propietarios.

Algunos pobres imposibilitados del municipio se veían forzados a ser atendidos por ordenes religiosas cómo “Las hermanitas de los Pobres” de Bilbao. Se trataba del segundo asilo para ancianos que se estableció en la capital Bizkaina en 1879. Era una orden religiosa de origen francés, que vino a Bilbao después de la guerra entre Carlistas y Liberales de 1872-1876. El consistorio de Getxo se dirigió entonces a estas monjas informando y solicitando, para un vecino de la localidad, de Nombre Mascariano, pero cuyo apellido evitaré dar: “...«Que hallándose abandonado completamente y sin recurso alguno, a parte de las ayudas que le puede dar este municipio, imposibilitado para andar, con una edad de 87 años, nos dirigimos atentamente a la Señora Superiora de Hermanitas de los Pobres, suplicándole se sirva en acoger a la citada persona, a pasar mientras viva en su asilo»...” El importe del mantenimiento en el citado centro benéfico, que iba a ser costeado por el Ayuntamiento ascendía a 2 ó 3 reales diarios.


Mientras se estaba construyendo la carretera desde Amorotoena, en la calle San Nicolás junto la plaza de Jardingana (Cuatro Caminos) hasta la Avanzada (Triángulo). La piedra para dicha construcción (200 m³) se iba a extraer de la cantera que existía en la ribera de Arrigunaga, y cuyo precio se estimaba en 6,25 pesetas el m³.

A finales de agosto de 1884 se sorteaba en acto público los Asociados que iban a formar parte de la Junta Municipal, rentistas y propietarios que por su poder económico, coadyuvaban a tomar decisiones y financiaban en ocasiones las obras para las que el municipio no disponía de recursos propios. Entre aquellos vecinos figuraban:

En la Primera Sección: D. Antonio Corpión, D. Juan Manuel Learra, D. Marcos Uria y D. Gregorio Arzubiaga.

En la Segunda Sección: D. Irineo Ramón Diliz, D. Pedro Amezaga, D. Francisco Uriaguereca y D. Eugenio Eguia.

En la Tercera Sección: D. José Esesumaga y D. Ramón Videa.

Es de destacar que en aquella época las mujeres no existían para la vida política. Pero no sería hasta la llegada de la Segunda República, en 1931, que lograrían algo tan elemental como el derecho al voto.

El 3 de septiembre de 1885, ante la epidemia de cólera desatada en las provincias del reino, el Alcalde de Getxo D. José de Abrarrategui se dirigía al Gobernador militar de la Provincia solicitando que: “…Como punto aislado, ventilado y hallándose al este de la población el Fuerte las Canteras (Aiboa)…, perteneciente al Gobierno, donde no existe fuerza alguna, sería el lugar más adecuado para establecer atacados coléricos, por cuyo motivo me dirijo a V. E. rogándole facilite a este municipio el citado fuerte, para que en el desgraciado caso de que fuese invadido este pueblo de la epidemia de cólera, se establezcan en el los enfermos afectados...” Aclaraba el Alcalde que al finalizar la epidemia el fuerte sería devuelto al Gobierno Militar. El 13 de septiembre se daba cuenta de un oficio del Gobernador Militar, en el que se decía: “...sea entregado a este municipio el Fuerte de las Canteras radicado en este pueblo con destino a Hospital de Coléricos, siempre que sea devuelto en el mismo o mejor estado del que en la actualidad se halla...”

El día 14 del mismo mes se hacía entrega del fuerte, presentando un inventario elaborado por el cuerpo de artillería. Aquel exhaustivo inventario describía como era dicho fuerte: Tenía el cuartel un vestíbulo al que se accedía a través de una puerta de una hoja, tras un largo pasillo se llega a una sala y desde ella a los “escusados”, tres dormitorios, dos de ellos de tropa y uno más para el sargento de guardia; cocina, escuela de oficiales, batería, cuarto de repuestos militares y una azotea. Quien realizó aquel inventario parecía dar más importancia a los goznes y herrajes de las puertas de acceso, que a la descripción y utilidad de las estancias, ya que estos herrajes eran descritos concienzudamente. El Fuerte las Canteras paso nuevamente a manos del Gobierno Militar el día 2 de octubre de 1887. (Expediente del Archivo Municipal de Getxo: Código 2.4.8.7., Signatura 4548-11) En el Puerto Viejo de Algorta se construyó un barracón y en el café “La Marina” de dicho Puerto, se habilitaron dos habitaciones para los enfermos coléricos procedentes de Santander, que llegaban a Algorta por mar. En Santa María de Getxo se hablaba de dicha enfermedad utilizando el termino “Peste” Se celebró un “Te Deum” el 8 de diciembre, para celebrar el final de la temida epidemia.

El 3 de septiembre de 1884 se daba fin a las obras de encachado que se habían realizado frente a la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta.

El 11 de septiembre, se comentaba por el pueblo que el monarca, tan valiente él, había declinado la visita a Getxo debido a la epidemia de cólera.


Y en esa misma fecha el rematante D. Robustiano Larrondo daba por finalizadas las obras de la carretera que iba desde las proximidades del establecimiento de “Baños de Mar Bilbaínos”, propiedad de la familia Aguirre, hasta la ermita de Santa Ana en Las Arenas. También se daban por terminadas las obras del despacho de carnes frescas que había realizado D. Francisco Fullaondo.

En la próxima entrada veremos cómo en septiembre de 1884 se recibía la carretera que iba desde Urduliz a Getxo y el ramal a Sarri. Y cómo a propuesta del edil D. Manuel de Zalduondo, el Ayuntamiento de Getxo decidía enviar un oficio a los Sres. Diputados a Cortes por esta Provincia, solicitando su apoyo en los centros oficiales de la Corte para saber el estado en el que se encontraban algunos asuntos de este municipio para que en caso de que fuera posible, intercedieran a favor de esta Corporación.

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