El
“Juego de Bolos” es una vieja afición en la historia,
existen antecedentes de dicho juego en Egipto, Grecia y Roma. Pero
sobre su localización en nuestro entorno, se conocen pocos datos. La
historia habla de la existencia de canchas junto a las ermitas e
iglesias, donde en el pasado se celebraban pequeños torneos de bolos
los días festivos o en los que se llevaba a cabo alguna romería en
honor de algún santo o virgen. Uno de esos casos es el que más
adelante comentaré, estuvo situado en el barrio getxotarra de Andra
Mari.
Según
varios autores esa modalidad de juego aparece ya entre nosotros, me
refiero a Bizkaia, a partir del siglo XIV. Es desde esas fechas que
irán surgiendo los primeros indicios a través de documentos
oficiales. Los documentos que van acreditando la aparición del juego
de bolos, se encuentran en archivos provinciales “Archivo
Foral de Bizkaia”, y se inician a partir de 1822. Desde esa
fecha muchos serán los Ayuntamientos, en cuyos documentos aparecerá
nombrada esa actividad lúdica (Yurre, Orozco, Barrika, Echano,
Aranzazu, Durango, Fruniz, Mungia, Bilbao, Bedarona, Derio y Getxo).
El
primer documento que se conserva en el Archivo Foral de Bizkaia es de
1822, se refiere a la construcción de un edificio, que además de
una escuela de primeras letras y Salón Municipal iba a tener las
siguientes caracteristicas: “...será un suelo, vajo
él un juego de bolos que sirva de recreo a los vecinos en los días
Domingos y Fiestas...” He recogido literalmente lo descrito
en ese documento del Ayuntamiento de Yurre, a pesar de sus errores
gramaticales.
Más
cercano a nosotros, es otro documento del Ayuntamiento de Barrika de
1842, con motivo del arrendamiento de una taberna en la que se
cobraban los arbitrios, en el que se dice: “...una casa que
sirve de taberna, esta casa tiene un juego de bolos...”
Y
relativo a nuestro municipio Getxo, es de 1885, se trata de un
expediente
de obra tramitado por el Ayuntamiento de Berango: “...para
la construcción de una casa destinada a taberna pública y juego de
bolos en el término de “Aldapa” perteneciente al caserío
“Inchaurraga”...”
El responsable de dicho proyecto fue el maestro de obras (Arquitecto
Municipal de
Getxo)
D. Francisco Ciriaco de Menchaca.
Dicho
juego, se practicaba en
el País Vasco continental, dice “Auñamendi
Euzko Antziklopedia”:
“...durante
mucho tiempo y hasta mediado el siglo XX, cada barrio, cada bar de
barrio e incluso algunas granjas, poseían su bolera donde se reunía
el vecindario para pasar la tarde de los domingos…”
Al
parecer se trataba de un juego que algunos autores, respondiendo a
criterios doctrinales, no
consideraban excesivamente “moralista”. Algunas ordenanzas
municipales, a lo largo de los Siglos XVI y XVII, penalizaban dicha
practica si se realizaba: “...en
las vías públicas, y se jugaba a partir
de determinada hora,
o en días festivos señalados...”
Entre
sus modalidades en el País
Vasco
estaban el Pasabolo de tablón, Tres tablones, el Iru Txirlo en
Araba, Bolo-palma, Cachete, Remonte, y otras variedades. Al parecer
la practicada en Getxo era la modalidad de “Erremonte
munaduna”
(remonte con muna), que se jugaba con nueve bolos grandes, uno
pequeño y bolas bastante voluminosas.
Como
decía al inicio, cuando hablaba del juego de bolos en Getxo, la
primera referencia al juego de bolos en nuestro barrio, aparece en
las actas municipales del 21 de marzo de 1878, en esa fecha D.
Nicanor Amigo solicitaba al Ayuntamiento: “...permiso
para hacer un juego de bolos desde la esquina del paredón que cierra
el patio de la ermita del Ángel hasta dentro de la cuadra de la casa
taberna llamada Venta del Ángel...”
Los comisionados para dar la autorización de aquella bolera fueron
el teniente de Alcalde
Sr. Ibatao y los regidores Srs. Mardaras y Uria. Aquel sería el
inicio de una afición, que años más tarde desaparecerá,
no
constando en ningún acto festivo ni escrito referencias a ella.
El espacio que
ocupaba era
pequeño, pero las apuestas encubiertas estaban servidas.
La
segunda referencia de esa afición a los bolos, en nuestro Pueblo
será
la que aparece
recogida en el expediente de construcción de la vivienda de D.
Matías
Romo, que en mayo 1893 solicitaba permiso municipal para transformar
lo que había sido una chabola para guardar ganado en su nueva
vivienda. Aquella casa que por los planos presentados debía de estar
a la altura de la actual calle Santa Eugenia, tenía entre la
vivienda proyectada y la antigua vivienda de Romo una bolera.
Además,
según relata el Trinitario P. Carlos Zabala, en su “Historia de
Getxo”: “…Del
Estadillo sobre los lugares de diversión, remitido por el
Ayuntamiento a la Diputación con fecha de 2 de abril de 1864 …,
Había también dos boleras (“bolatoki”), “ambas en buen
estado". Una estaba en la “casa de Ascorra", de Vicente
Ascorra, calle, Terreno de Alangüeta, n-18, hoy calle Alango. Medía
840 pies cuadrados. D. Eleuterio Larrea era el dueño de la segunda,
aunque la tenía arrendada a Juan Bautista, (a) “Batxi, medía 800
pies cuadrados. Era la más concurrida. Por término medio a las
boleras concurrían diariamente unas 20 personas en total...”
No
hay noticias relacionadas con ese juego, ni en la prensa de la época,
ni en los programas de festejos, pero durante algunos años, la Venta
del Ángel con su cancha de bolos fue uno de los puntos de diversión
de nuestros mayores. Fue un
juego que, en otras épocas, se extendió por todo Bizkaia, llegando
a tener más de 400 boleras contabilizadas, de las que en la
actualidad tan sólo se conservan una cuarta parte. En
nuestro territorio, se pueden citar por su importancia las de
Amorebieta, Dima y Lemoa.
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