jueves, 9 de marzo de 2017

AUXILIO SOCIAL, LOS COMEDORES DE HAMBRE y -II-


En esta entrad seguiremos viendo como funcionaron aquellos comedores, y las actividades de quienes los promovieron.

El 10 de diciembre de 1938, siempre bajo la coletilla de “por orden de la Jefatura del Servicio Nacional”, se creaba un padrón de Beneficencia y obras sociales: “…en el que figuraran las personas que vienen en comedores o establecimientos análogos...” Para acceder a las prestaciones era preceptivo: “...realizar una declaración jurada, bien en las oficinas Municipales o en Auxilio Social...” Dichos servicios eran para huérfanos o miembros de familias en paro.

Aquel padrón para asistencia a los comedores de forma gratuita, de los posibles beneficiarios, estaba divido por barrios, de Getxo (Andra Mari) acudirían 22 niños; de Algorta eran (17 de Salsidu, 34 del Puerto Viejo, 8 de Andrés Cortina, 47 de Alango, 24 de Acacias); de Las Arenas lo harían (82 del barrio actual de Romo y 9 del de Las Arenas). Así de acuerdo con la normativa del Servicio de Beneficencia y Obras Sociales, del 7 de diciembre de 1938, se formaba en el Consistorio una comisión compuesta por D. Pedro Careaga (en finciones de Alcalde), D. Sebastian Sotomayor (delegado local de Auxilio Social), de la misma se hizo una criba, resultando que de los 243, en principio acreedores, solamante se concedieron 40 plazas.


Sin embargo era de exaltación a la obra, de lo que hablaban eufóricos en un “Romance del Auxilio Social” publicado en el diario “La Gaceta del Norte”, en plena época “triunfal”, el 9 de septiembre de 1939: “...La Patria esta soñando…, la raza que limpia y vela bruñidas armas de Imperio, para los que han hambre y sed tiene los brazos abiertos...” Mientras, celebraban henchidos de poder el “-III- Año Triunfal” con un día infantil. Como contrastaban aquellas soflamas con la realidad que se proyectaba, no solo en la prensa, que también, el mismo diario hablaba en Bilbao el 25 de mayo de 1944 de: “...Racionamiento de patatas para la capital, se pone en conocimiento del público en general que a partir del día 28 se racionará un kilo por persona contra el corte de cupones...” su precio era de 1,90 pesetas kilo.

!El hambre hacía acto de presencia!, ya que en esas fechas hasta los piensos para el ganado se racionaban. La escasez de alimentos, en una dura post-guerra hizo que se asignaran a cada vecino una cierta cantidad de productos básicos como el azúcar, arroz, aceite, pan y judías, además de otros alimentos de primera necesidad. La realidad era que el país estaba aislado del resto del mundo, durante la década de los cuarenta se vivió una situación de profunda depresión y miseria causada, fundamentalmente, por la autarquía practicada por el gobierno. El país era más pobre que las ratas y se carecía de todo; no había divisas para importar y se quería ahorrar tanto en alimentos como en divisas.

Para el acceso a los comedores era necesario presentar unos cupones, como el que enseño en estas paginas de 1944, y que aparece como válido para una comida en el comedor de Algorta. Su diseño muy elemental, aparecía rodeado de flechas, quizá una alegoría a las que la organización fascista utilizaba, y en su reverso representaciones al carboncillo de viejas viviendas rurales. Los sellos para la instalación de nuevos comedores se realizaba en un estanco de la calle Amistad de Las Arenas.


Uno de los lugares utilizado para las funciones de los comedores de esa organización, fueron las Galerías de Punta Begoña, que fue sede del Auxilio Social en la posguerra, precisamente en la obra “Arqueología de la guerra civil y socialización del patrimonio en Euskadi” de un grupo de investigación de la U.P.V., se hace mención a las mismas en las pinturas del comedor de dichas galerías: “...a la derecha de la chimenea central, una enfermera alza un vaso con el lema Auxilio Social mientras otra figura femenina hace el saludo fascista dirigiéndose al retrato laureado de José Antonio Primo de Rivera...” En dicho trabajo decían: “...Sabemos que el uso que hizo Auxilio Social de este salón fue efímero. Al poco tiempo, la mayor parte de instalaciones se trasladaron a la margen izquierda de la ría, a los grandes barrios obreros...” De hecho eran dos los espacios que tomaron nada más entrar en Getxo, quizá por su simbolismo, la casa de Sota (Lertegui) en el paseo de Zugatzarte y las Murallas de Punta Begoña (casa de Echevarrieta).

Otro de esos lugares, el que corresponde a los cupones de esta entrada, estaba situado en la Avenida Basagoiti a la altura del actual N.º 67, frente a la calle Juan Bautista Zabala, en los bajos de la casa de Antonio Araluze. Este local fue el primer Batzoki del PNV de Algorta, y fue confiscado por los falangistas a la entrada de las tropas franquistas en la población en 1937.


A lo largo de 1945 se tramitaron diversos expedientes para fijar el reglamento y las normas provisionales para el funcionamiento de los comedores escolares, aprobadas de acuerdo con la Inspección de Primera Enseñanza, para atender a los escolares que, sin llegar a estar en situación de indigencia, necesiten hacer uso de este servicio municipal.

Para sufragar los gastos de los Comedores Sociales se utilizaron unas pequeñas insignias de cartón o chapas, que cambiaban casi quincenalmente de lema, con nombres ciertamente curiosos “Lagarterana” o “Manises” y que se vendían obligatoriamente en los espectáculos públicos fútbol, cine. Estuvieron en vigor durante muchos años. De estos emblemas ya hablé en mi entrada del 18 de febrero del 2016. Recordar que todos los asistentes a espectáculos públicos, se veían obligados a comprar los símbolos que en forma de escudos de cartón o metal, eran expedidos en las taquillas de esos lugares públicos (campos de fútbol, bares, etc.) para “lucirla en la solapa”. Pero no solamente era en estos sitios, en 1943 se obligaba “lucirla” por las calles, así se desprende de un post incluido en aquel “periódico”, que durante muchos años, más que monárquico, parecía la hoja dominical de la Falange, que fue “La Gaceta del Norte”.


Una de sus herramientas para recaudar dinero o especies fue la llamada “Ficha Azul” que englobaba aportaciones en metálico, en un principio, y en especies que recaudaba la institución a costa de los simpatizantes con una periodicidad mensual. La función de propaganda de la Ficha Azul correspondía a las distintas Delegaciones Locales, aunque era la Delegación Provincial responsable del control absoluto sobre los movimientos de fondos. De estas actividades nos da una idea la recaudación que realizaba mensualmente en Getxo, la administración local de “Auxilio Social”; la responsable local rellenaba todos los meses un estadillo denominado “Acta Mensual de Ingresos y Atenciones”. Durante el mes de abril de 1945 el balance de suscripciones de la “Ficha Azul” era de 3.000,85 pesetas. Otra de las forma de obtención de dinero eran las cuestaciones, que en aquel mes se habían celebrado los domingos días 8 y 22, y que les habían generado unos ingresos de 1219,50 pesetas. Otra eran los festivales benéficos que en mayo de ese mismo año habían aportado por venta de sellos 11 pesetas, aunque a lo largo de los años 1945, 46 y 47 no habían tenido lugar más que una vez. La ayuda a través de “Junta de Beneficencia”, venía a solucionar los casos más sangrantes, que en general eran tratados en la Sala Cuna.


El Cine fue otra de las herramientas que los responsables de Auxilio Social utilizaron a la hora de la propaganda institucional. El “NODO” fue uno de los propagandistas de aquella organización, que nos asaltaba en todas las funciones de nuestros cinematógrafos. Pero también nuestros cinematógrafos locales servían para el adoctrinamiento, el 7 de agosto de 1937 eran elegidos el “Gran Cinema” de Las Arenas y el de Algorta, para proyectar infumables películas propagandísticas, como la producción Alemana, bajo el subterfugio del nombre “Por los derechos del Hombre” la película (Cascos de Acero).
Un expediente tramitado en 1945 por el Ayuntamiento de Bilbao, en virtud de informe presentado por Auxilio Social de la Delegación Provincial de Vizcaya de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, fijaba las condiciones, el reglamento y las normas provisionales para el funcionamiento de los comedores escolares, aprobadas de acuerdo con la Inspección de Primera Enseñanza, para atender a los escolares que sin llegar a estar en situación de indigencia necesiten hacer uso de este servicio municipal.
Quince años más tarde del inicio de aquella negra noche, ya en septiembre de 1953, se recordaba todavía a los alcaldes la obligatoriedad de que en Fiestas, espectáculos públicos, cines, tabernas y bares, confiterías y otros centros ondearan los símbolos del “Auxilio Social”. Para ello realizaron un envío masivo de cartas a todos los establecimientos del municipio, la lista era larga, estaba dirigida a los cines de la localidad, por ejemplo al “Cine Cervantes” de Algorta (Ver carta inferior); a confiterías como Ayarza de Las Arenas o Zuricalday de Algorta; a vinateros como Camiruaga o Hormaza de Algorta; el listado de bares del municipio era extenso “El Charlazo”, “Moncho”, “El Caserio”, “Viuda de Armenti” de Las Arenas y Romo; “Casino Algorteño”, “Ajuria”, “Tangora”, “Gurugu”, “Hotel Eguia” de Algorta; “La Venta” de Getxo, son unos pocos exponentes de aquellos mailing.


Ahora que el nuevo Capo del Mundo “se cierra” en su isla con una política proteccionista, aunque intervenga, como en aquellos años 50, lo hizo otro presidente americano, lanzándonos la llamada “Ayuda Americana”, así lo anunciaban en 1953 en las primeras planas de una prensa adicta al movimiento, que presagiaba la llegada de dicha ayuda al Puerto de Bilbao, y con ella unos asquerosos quesos y leche en polvo, que nos repartían a la hora del recreo, y que debía de ser solo para los pobres ya que se distribuía en las Escuelas Públicas, parece volver el ruido de las banderas al viento por las bravuconadas que aparecen nuevamente en la prensa.

Hasta aquí un repaso sobre algunas de las actuaciones de aquel cuerpo “Militar-Fascistoide” comandado por “Falange Española”, que durante los años 40 se dedicó a adoctrinar y cubrir las consecuencias y carencias que el golpe de estado había dejado en nuestro pueblo.


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