Eduardo
Larrea Echevarria, “Karolo”, el nieto de Jenara, personaje
del Puerto Viejo sobre el que ya escribí anteriormente, es uno de
los últimos vestigios de un Puerto de aventureros y mareantes, que
seguro a nadie deja indiferente. Tiene admiradores y detractores.
Quizá todos tengan algo de razón. Sus historias son cuestionadas
por unos y ensalzadas por otros, pero es indudable que muchas de sus
afirmaciones son rigurosamente ciertas. Personaje polifacético, ha
practicado casi todas las facetas relacionadas con el arte. Fue
bailarín, cantante, pintor, actor, incluso modelo. También viajero
y niño de la guerra.
Al
cabo del tiempo de ir narrando sus vivencias, seguramente las ha ido
mezclando unas con otras y de sus historias, en muchos casos reales,
ha ido confundiendo realidades y fantasías. Y es que, en su maraña
de recuerdos salta constantemente de un tema a otro, lo que hace muy
difícil distinguir la verdad de la fantasía.
Durante
cierto tiempo, algunos miembros de la Productora algorteña “Old
Port Films”, de quienes hablaré en una próxima entrada,
estuvieron en su casa del Puerto Viejo realizando entrevistas y
grabaciones de sus testimonios. En algunos casos lograron confirmar
sus afirmaciones, entrevistando a los artistas aludidos, hurgando en
filmotecas para encontrar sus imágenes.
Una
de estas facetas que él afirma haber realizado, la de actor, es
absolutamente cierta si le añadimos el adjetivo “extra”.
Porque Eduardo intervino como tal en varias películas del spaghetti
western, como “El más fabuloso golpe del Far-West”
de Jose Antonio de la Loma. (ver fotografía inferior).
Pero también en una gran producción del 1964, de Henry Hathaway, junto a Jhon Wayne, la película “El fabuloso mundo del circo”. En la fotografía inferior podemos verle junto al mítico interprete del western americano. En esa escena, en la que se estaba hundiendo un barco, Karolo entra en escena como elefante en cacharrería y tapa la imagen del protagonista. Entonces el director montó en cólera y le gritó: “...¿quién es éste? ¡Qué me lo quiten de aquí, qué me ha estropeado el plano...!” Jhon Wayne salió en su defensa diciendo “...No le trates así, que es un buen chico...”.
También
lo hizo como extra en otras películas como “¿Dónde vas
Alfonso XII?”, cinta española de 1958 del director Luis
César Amador, en la que aparece bailando un vals en un salón de
palacio.
Durante
su vida en Barcelona asistía a “La Buhardilla”,
que era propiedad de Gustavo Smtih, un piso donde se juntaba gente
que se dedicaba al teatro, principiantes de las artes escénicas,
donde el que sabía cantar, cantaba y el que sabía interpretar,
interpretaba. Allí Karolo entabló varias amistades. Una de ellas
con la luego gran dama del teatro, una jovencísima Núria Espert.
Años más tarde al entrevistarla en su piso de Madrid y mostrarle un
video de Karolo sacado en el Puerto Viejo de Algorta, al darle al
play y ver su imagen, se le ilumino la cara, le recordó y dijo
“...Nos juntábamos en casa de Gustavo Smith, gente muy
joven, entre los 16 y 25 años. La actriz Julieta Serrano paso por
allí..., !Sí, sí, es él, pero entonces le
conocíamos como Eduardo Larrea! Me ayudaba a hacer las replicas en
la buhardilla. Era muy ameno, especial, tenía una vena espiritual
muy interesante. !Esta lucidísimo!...” Y le dedicó unas
palabras muy bonitas de cariño.
En
su faceta como modelo basta ver la realizada por el Doctor Carta en
Italia. La técnica que utilizó para retratar a Eduardo fue mediante
una proyección de la foto tomada previamente y proyectada sobre una
sábana, dibujarla como cuando calcábamos de txikis en el cristal de
la ventana de nuestras casas. En su época más bohemia se dejo una
barba muy larga y en Barcelona, por las Ramblas, era conocido como
“El Cristo de las Ramblas”. Sobre la pintura es de
sobra conocida sus características, por él llamada, pintura naif.
Una de sus exposiciones la realizó en el “Viejo Café”
de Algorta. También hizo sus pinitos como cantante, actuando en
algunas emisoras bilbaínas.
Como
niño de la guerra, con tan solo 8 años fue llevado junto a otros
pequeños de Algorta a Iparralde, donde existía una colonia de
acogida sostenida por D. Manuel de Intxausti, con 34 niños. Una de
las colonias más numerosa era la de Donibane Garazi (Saint Jean
Pierd de Port), que al 13 de agosto de 1937, tenía un total de 401
niños acogidos. entre ellos estaba Eduardo.
Y
aprovecho la ocasión para mencionar un proyecto que un vecino de
Algorta prepara relacionado con el Puerto viejo. Dentro de él, una
de las figuras, podríamos decir estelares, es Eduardo Larrea.
Este evento (en preparación) recogerá entre otros actos un memorial
de sus habitantes “...donde se reconozca a sus gentes, a sus
tradiciones…donde recuperar la memoria histórica de
éstas y que sea trasladada y asumida por las nuevas generaciones y
así garantizar el relevo...” En este acto quieren
distinguir a Edu, “Karolo, El Divino” y a la
“Comisión de Fiestas”. El cual contará con una
exposición de fotos en vinilo, reproducciones de personajes del
Puerto, carteles de fiestas, exposición de botes tradicionales. Y
diversas actividades creativas como cine, pintura, música, poesía y
talleres infantiles. Además de con actividades relacionadas con la
gastronomía local. En la fotografía superior podemos ver el
programa de festivo que están preparando.
Sirva
este pequeño recorrido por la vida de uno de los personajes del
Puerto para que algunas de sus historias, a veces cuestionadas, las
nuevas generaciones a quienes asaltaba con sus ”fantásticas
historias”, sepan que realmente eran vivencias reales.
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