lunes, 22 de junio de 2015

LA ACADEMIA DE D. PABLO



La Academia de D. Pablo, junto a la de Bidegorri de Alango, seguro que habrán visto pasar por sus aulas a medio barrio de Algorta. Este centro de enseñanza estuvo situado en la esquina de la confluencia de las calles Telletxe con Juan Bautista Zabala (junto a la Pastelería Zurikalday).

Su creador D. Pablo López de Uralde e Ibáñez era natural de Gasteiz, hijo de Saturnino y Juana Francisca, nació un 18 de octubre de 1900. Obtuvo el titulo de Maestro de Primera Enseñanza el 21 de Diciembre de 1932, a los 32 años de edad, en la Escuela Normal de Gasteiz (Araba).

Fue Maestro Municipal en las Escuelas de Juan Bautista Zabala de Algorta (en las que desempeño el Cargo de Presidente de la Comisión Municipal de Enseñanza durante el periodo de 1934 a 1936). En el encabezamiento aparece una fotografía de los maestros municipales en los cursos 1924-25.

Al finalizar el golpe de estado franquista del 36, al igual que otros muchos funcionarios municipales, fue expedientado. Solicitó su readmisión el 17 de junio de 1937. Para ello, a pesar de ser considerado una persona de derechas, al igual que otros funcionarios, tuvo que cumplimentar un test ideológico. En él, entre otras cosas, reconocía su pertenencia a la “Unión Patriótica” durante los dos últimos años de su existencia. Durante los meses de junio a julio de 1937, al no funcionar las escuelas debido a la guerra, trabajó en las oficinas de Estadística del Ayuntamiento de Getxo. Para entonces contaba con 37 años de edad, y había ejercido ya como maestro durante 12 años.



Esos test ideológicos, hoy sorprenderán a mucha gente, por su contenido y su simpleza. Entre las preguntas de aquel test (ver documento en fotografía superior) se incluían algunas tan extravagantemente totalitarias como: “Qué concepto se merece la actitud del maestro separatista”, “Cómo fomentará el Maestro el verdadero Patriotismo en la Escuela”, “Qué concepto tiene usted de España por derechos de Raza”, “Ha prestado su nombre a los amigos de la Unión Soviética”, que si se me permite una maldad, parecen sacadas de una ley con nombre de ministro actual. Las respuestas, por obvias, no podían ser de otra naturaleza si querían conservar su cátedra, eran: “...La obligación de un maestro con relación a la Patria, debe ser obedecer en un todo a la ordenes dictadas por la autoridades...” !Pobre de quién no contestara algo parecido!. El que más tarde iba a ser Alcalde de Getxo, Juan Bautista Merino, fue uno de los informantes de su comportamiento “político” en una carta remitida a los censores el 25 de octubre de 1937.

En esa época de camisas azules, correajes y bigotillos rancios, eran necesarios avales que garantizaran las inquebrantables accesiones, para poder recuperar y conservar el puesto de trabajo. Por ello D. Pablo fue avalado por gentes de cierto predicamento de Getxo como: Candido Arrola, el anteriormente citado Jose Bautista Merino, Juan Ramón Amann y Ramón Churruca, componentes de la Comisión Municipal de Getxo. También intervino en su aval el sacerdote encargado de la parroquia de San Nikolas de Bari Cirilo Larrazabal. En aquellos informes favorables la “Comisión de Cultura y Enseñanza de Vizcaya” decía del mismo: “...este señor cumple sus deberes religiosos con puntualidad, dando buen ejemplo a sus discípulos...,...no está adscrito a ningún partido político...,...su actuación durante el movimiento no se destacó por ningún lado...”. Otro de los elementos que propiciaban un juicio favorable a su causa, era el hecho de ser una persona de grandes convicciones religiosas, fue miembro de Adoración Nocturna de la parroquia de San Nikolas de Algorta.



En junio de 1940 unió su voz, en un escrito, a la del resto de maestros del municipio, solicitando que se incluyera a los maestros municipales, en la subida salarial que se había decretado para los funcionarios públicos y maestros nacionales, decían en el escrito: “...debido a las dificilísimas circunstancias económicas que la posguerra a colocado a las clases medias; solicitamos se nos equipare a los maestros nacionales, para no hallarnos en inferioridad económica respecto a ellos...”. Entre los firmantes del escrito se hallaban: José Ramírez Oses, Francisca Igartua, Banca Nieves Olazagoitia, Tirso de Albéniz, Esperanza Arechavala, Agueda Elorriaga, Plablo Lopez de Uralde, Margarita Landaida, Obdulia Ocariz, Maria Dolores Sangróniz, Samuel González, María Aurea Mulero y otos.

De su actividad pedagógica, de su academia, nos hablan algunos de sus antiguos alumnos. En sus viejas aulas, recibieron educación primaria muchas caras conocidas del barrio, las fotografías que aparecerán a lo largo de esta entrada así nos lo recuerdan. De aquellas viejas y austeras aulas con raídas mesas de madera, de sus agujeros para los tinteros de tinta china; de encerados presididos por el crucifijos y los viejos y obligados símbolos del régimen; de un rudimentario laboratorio; y una biblioteca no menos elemental, también esas fotografías guardan el recuerdo de aquellos día grises de escasez y adoctrinamiento obligado.



D. Pablo desempeñó el cargo de Maestro Municipal desde octubre de 1925 hasta el 31 de diciembre de 1941. La Academia de D. Pablo López de Uralde, estuvo situada en el Nº 1 de la calle Telletxe (la casa de Zubiaur). La Academia tenía dos entradas, una por Zabala, que daba la clase de los pequeños (1º y 2º de bachiller); otra por Telletxe, que daba a dos calles adyacentes, para pasar a las de (3º y 4º) no había más remedio que cruzar por la primera; al fondo del local se hallaba la de taquigrafía y bajo la escalera, junto al patio, estaba el laboratorio. Nos da idea del centro la (fotografía superior).

Aprovechando la cesión de esas fotografías, que su nieta Ana Cristina López de Uralde, ha tenido la amabilidad de hacer, veremos a algunos de sus protagonistas:




En primer lugar y sobre estas líneas aparecen D. Pablo López de Uralde y su esposa Valentina Caño.




En la fotografía inferior aparecen algunos de sus hijos José Luis, Javier, Ignacio (+) que fue profesor en dicho centro, Jesús (+) y Pablo (+), frente a la cantina de la estación de Algorta en los años 60.

Otras corresponde a algunos de sus alumnos. Bajo estas líneas unos de los cursos, quizá más antiguos de la Academia, corresponden a los años 1929-1930.
En otra de ellas aparecen viejas caras de Algorta: (Roberto Mardaras, Ignacio Sarria, Luis Onaindia, Jose Maria Arechaga, Pedro Esesumaga, Segundo Arechaga, Juan Salazar, Juan Antonio Goñi, Sebastián Martín, Miguel Angel Sánchez y Julián Larrauri).



En otras quizá nos sorprendan caras más jóvenes y más cercanas en el tiempo, aunque todas estarán encuadradas entre los años 50-60.

Algunos de ellos lo recuerdan así: “...tenía su Academia en Telletxe, los locales eran propiedad de Elorriaga y Zubiaur. D. Pablo era un hombre grueso, siempre provisto de su bata blanca, estaba acompañado de su hijo Ignacio a quien apodaban “Potasio”. Otros de los profesores del centro eran: José, un profesor de Sopelana; por las tardes otra de las maestras era Josefina, madre de Victor Aguinagalde. D. Pablo daba las clases de Comercio y Taquigrafía y el curso de 4º Física y Química; D. José impartía las clases de francés, ciencias, geografía, historia; la clase de latín corría a cargo del Sr. Antruejo (de Las Arenas), que más tarde fue sustituido por Tomás Gaztelurrutia (sacerdote que vivía en Amesti). Las clases de gimnasia, preparatorias de los exámenes en el Instituto de Bilbao, solían prepararlas en Fadura, eran de los más elementales, a parte de las consabidas tablas (Cubito supino, salto de altura, flexiones..), consistían en subir por una cuerda 5 metros y salto de altura, eran dirigidas por el hijo de D. Pablo...”.



D,. Pablo solicitó la jubilación voluntaria a la edad de 60 años, el día 28 de Abril de 1961. Cesó su trabajo en la academia en los años 80, que es cuando se cerro el centro de Telletxe.

Hasta aquí un pequeño recordatorio de uno de los maestros y su Academia, que durante los años 40-60 vio pasar por sus aulas, a un numero notable de vecinos de Algorta y otros barrios de Getxo.



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