En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, los vecinos se quejan de los arbitrios establecidos por la Corporación Municipal para atender a sus obligaciones.
Estábamos finalizando el libro de plenos del Ayuntamiento de Getxo, el que recogía en sus páginas los acuerdos del 17 de diciembre de 1896 al 14 de abril de 1898. En el se trataba, en sus tres últimas páginas, el 14 de abril de 1898, sobre los siguientes asuntos: “...Se da cuenta de la liquidación practicada por el Arquitecto del Municipio, de las obras ejecutadas por el contratista D. Eusebio Uribarri con motivo de la modificación de la rasante de la calle la Carretera cerca del Hospital Antiguo de Algorta, en cumplimiento de lo ordenado por el Sr. Director de Obras Públicas y Caminos Provinciales de Vizcaya...”
Seguía el pleno municipal, y se trataba sobre otro asunto, este referido al Hospital Hospicio: “...Se trata de una cuenta de D. Pedro Llona por los trabajos realizados en el jardín y huerto del Hospital Hospicio. Acuerda este Ayuntamiento que los mismos sean abonados por la Caja de la Junta de Caridad...”
Apunto de terminar aquel pleno municipal, se discurría sobre otro pago, en este caso el de una cuenta por las comidas servidas a las mesas electorales, que con motivo de las recientes elecciones a Diputados a Cortes se habían formado en el Pueblo: “...Aprueba el Ayuntamiento de Guecho una cuenta de Dña. Josefa Uribe que importa 90 pesetas, por valor de las comidas servidas el pasado día 27 de marzo último, a los señores de la Mesa del Distrito segundo, con motivo de las elecciones a Diputados a Cortes...” Dña. Josefa Uribe era la Gerente de la Fonda San Ignacio que estuvo situada en la bajada a Ereaga de Algorta. La Fonda San Ignacio era un establecimiento muy acreditado en los medios bilbaínos, disponía de habitaciones y mesas de comedor con vistas al campo y mar, salón de baile con dos pianos; disponía de hermosos jardines con frondoso arbolado; y el tranvía de Bilbao pasaba junto al establecimiento.
Y llegaba el último punto de aquel pleno municipal, que en este caso trataba sobre una obra en el barrio de Las Arenas: “...Por último y en vista de la necesidad del barrio, se construya por administración, la fuente a la que se hacía referencia en el pleno del día 9 de diciembre último pasado, en la calle Avenida de Máximo Aguirre de Las Arenas...”
Por ello abriremos, posteriormente, un nuevo libro de plenos municipales. Pero como la vida del Pueblo continuaba seguiré con lo recogido en el prensa bilbaína.
A lo largo del los tiempos varias alternativas para cruzar el río Nervión se pusieron sobre la mesa, una de ellas la conocemos todos, el Puente Bizkaia (1893), pero otra de ellas surgiría en 1898 de la mano de un industrial Bizkaino: “...Otro Puente Transbordador.- Por D. Antonio Ruiz de Velasco se ha solicitado del Exmo. Sr. Ministro de Fomento la autorización necesaria para construir sobre la ría de Bilbao, en el punto denominado “Diques Secos”, un puente de vía submarina con vehículo móvil, que ponga en comunicación ambas orillas de la ría.
Para su establecimiento, se provecta un dragado normal a la corriente de la ría, con suficiente anchura y profundad en toda su longitud, que reciba un pilotaje unido en sus cabezas por traviesas, y un relleno de balastro después de sujetado y construidas las dos alcantarillas, que enlazadas a los pilotes y entre sí por tirantes transversales, alojaran en su interior cuatro pletinas de acero cepilladas que servirán de carriles para el deslizamiento sobre ellas del carro transbordador por medio de patines de madera...” (El Noticiero Bilbaíno del 15 de abril de 1898). Aunque no detallaban la localización de aquellos diques, probablemente se referían a los del actual Museo Marítimo junto al Palacio Euskalduna.
Y mientras sesudos personajes debatían sobre “Paz o Guerra”, ante al inminente perdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas; la revista Mercantil de Bizkaia decía respecto de la situación que se estaba generando debido a esos conflictos: “...Ni la intervención del Papa, ni la de las potencias, ni la concesión del armisticio han conseguido calmar las ambiciones de los Estados Unidos. La necesidad en que se halla el Gobierno de tomar enormes sumas a préstamo por la alarma y el pánico que se apodera de los mercados financieros, ante la posibilidad de una guerra. El gobierno hacía acopio de bacalao, harinas, garbanzos y conservas con destino a la tropa. Incluso las carnes saladas experimentan una fuerte subida en el mercado los precios de los artículos de consumo...” En medio de aquellas tensiones bélicas y mercantiles, la Compañía del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia, convocaba: “...A Junta General de Accionistas en las oficinas de la estación de Las Arenas (Guecho). El Presidente del Consejo de Administración, J. Luis de Villabaso...” (El Noticiero Bilbaíno del 16 de abril de 1898).
Siguiendo el rastro a las noticias relacionadas con nuestra Anteiglesia, una relacionada con la Vega de Santa Eugenia aparecía en la prensa bilbaína, esta en relación a la pretensión de construir un puente sobre el río Gobela: “...D. Matías Romo e Isasí, vecino de Bilbao, pretende construir un puente de madera sobre el río Gobelas, en el barrio de Las Arenas de Guecho...” (El Nervión del 18 de abril de 1898).
El libro de plenos del 21 de abril de 1898 al 2 de diciembre de 1899, con el que finalizara esta historia de lo acontecido a lo largo del último cuarto del Siglo XIX. Recogía los hechos, que desde 1875, he ido trayendo a estas páginas, y que durante 25 años vieron crecer a la Anteiglesia de Getxo, y que tras la última Guerra entre Carlistas y Liberales trajo a nuestro antepasados importantes modificaciones para sus vidas: El cambio de Capitalidad de Getxo por Algorta, la realización de importantes obras para la traída de aguas y servicios como Luz, Hospitales, Puerto exterior, infraestructuras como los paseos marítimos de Las Arenas al Puerto de Algorta, escuelas, llegada de tranvía y ferrocarril, y todas esas cosa que hoy nos parecen ya estar hechas, pero que en aquel Getxo de finales del Siglo XIX eran esenciales para la mejora de la vida de nuestros antepasados.
No obstante, esta historia continuará hasta las postrimerías del Golpe de Estado de 1936.
Aquel nuevo libro de actas, al que hacía referencia anteriormente, y que nos llevará hasta el año 1900, comenzaba con la ejecución de un puente de madera sobre el río Gobela. Sobre estas obras de infraestructura, y en general sobre la Vega de Santa Eugenia (Romo), mas adelante, trataré de realizar una historia, a partir del los expedientes que existen en el Archivo Municipal de Getxo.
Aquella infraestructura, el puente sobre el Gobela, tan necesario en aquellos tiempos para que, sobre el transitaran personas y mercancías entre Las Arenas y el, entonces, su barrio de la Vega de Santa Eugenia (Romo), recogía en las páginas del libro de actas lo siguiente: “...En primer lugar se da cuenta del anuncio que se publica en el Boletín Oficial del día 18 de abril de 1898, referente a la construcción de un puente de madera, que proyecta construir sobre el Río Gobelas, en el barrio de Las Arenas D. Matías Romo, a sus expensas, para el servicio público gratuito...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como, la Junta de Caridad del Hospital Hospicio de Algorta cambiaba algunos de sus componentes.




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