jueves, 27 de noviembre de 2025

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -453

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, sobre la extracción de arenas de la playa de Las Arenas.

Una prueba del trasiego de buques con material de hierro que hacían la ruta de Bilbao a Holanda y Reino Unido nos la daba la prensa bilbaína: “...Han salido de este puerto desde el 26 al 31 de Marzo último 103 vapores el «Algorteño» y «Zuria» con 2.958 y 2.652 toneladas de mineral de hierro cargados por la Orconera Iron Ore y Mecleod en los dropes de la Orconera, con destino a Roterdam y Middlesbrough...” (El Nervión del 4 de abril de 1898).

Y estando a las puertas la Semana Santa de 1898, que se celebró la semana del 4 al 10 de abril, algunos hábitos relacionados con ella nos los servía la prensa bilbaína: “...Durante la Cuaresma y en los próximos días de Semana Santa y Pascua, se hace un extraordinario consumo de esa sustancia resinosa que se quema en las iglesias para honrar a la Divinidad. El olor del incienso no se parece a ningún otro, es aromático, penetrante, suave, inspira o recuerda ideas religiosas.

En cuanto a su procedencia: Por espacio de mucho tiempo los botánicos ignoraron cuál era el árbol de donde sale esa preciosa resina. Linneo aseguró que la daba al enebro de Licia; pero Roxburg ha averiguado de modo positivo que quien suministra el verdadero incienso al comercio es la «brosusllia dentado», árbol de la India.

Bruce en su viaje a Abisinia, que el incienso se produce en el reino de Adel, en las costas del estrecho de Bad el-Mandeb; desde allí se importa a Moka, donde lo compran los árabes y los ingleses, quienes lo envían luego a Europa.

En cuanto a las costumbres de uso: Presentar el incienso, era un rasgo propio de los sacerdotes israelitas, quienes todos días, por la mañana y tarde, entraban en el santuario a quemar perfumes. El día de la expiación solemne cogían una cucharada de incienso y la echaban al fuego, a fin de que la nube que salía del incensario les impidiese «Considerar el arca con demasiada curiosidad». La reina de Saba envió incienso a Salomón con ricos presentes. Los Reyes Magos se lo ofrecieron en Belén a Jesús-niño, en señal de respeto. La incensación es una señal de honor, en muchos países, se incensaba antiguamente y se inciensa todavía a reyes y a los grandes...” (El Nervión del 5 de abril de 1898).

Y entrados en esa fechas la prensa bilbaína, también, nos daba cuenta de los cambios en la expediciones de tranvía: “...La Compañía del Tranvía eléctrico ha dispuesto para el día de Viernes Santo dos expediciones solamente: Una de Bilbao al Desierto en Ia línea de las Arenas, y otra de Bilbao a Zorroza en la de Santurce...” Era un tiempo que recordando a lo acontecido en el Gólgota la prensa llamaba: “...Hora de horror y de tinieblas...” (El Noticiero Bilbaíno del 5 de abril de 1898). Eran días de procesiones bajo palio y monumentos en las iglesias; que en la prensa dejaban la sensación de estar ante un misal romano, todas las primeras paginas recordaban los día de la Pasión. A veces, las procesiones transcurrian con balcones engalanados, mientras los penitentes avanzaban con cirios encendidos en la mano.

En el pleno municipal de Getxo del 14 de abril de 1898, algunos propietarios de Algorta presentaban un escrito pidiendo parar las obras del murallón carretera de Ereaga: “...En dicho escrito, que fue aprobado por el Ayuntamiento, solicitaban al rematante de las obras del murallón carretera de Ereaga, la necesidad de parar las mismas por el peligro para la estabilidad del monte de Satistegi. El Ayuntamiento indicó a dicho rematante que por lo indicado por la Comisión de Gobernación y Policía, así como por el Arquitecto se vean y vigilen si los taludes a los que se refiere el rematante deben de realizarse en el monte para evitar el peligro, y si son o no convenientes, prohibiéndolos en el acto, si se observara al realizar los mismos, en la ladera...”

Una hostelera del bario de Las Arenas, venía a sumarse a otros vecinos del barrio, quienes habían solicitado mayor cobertura eclesiástica para aquel barrio: “...Se da cuenta de una instancia de Dña. Felipa Bustingorri, vecina y con residencia en el barrio de Las Arenas, en la cual expone sus razones para que se subvenciones con quinientas pesetas anuales, un segundo presbítero para la Iglesia de Nuestra Señora de Las Mercedes, por ser insuficiente solo uno para atender los servicios religiosos, a causa del gran aumento que ha tenido la población desde que se estableció un coadjutor en esta iglesia anexa. El Ayuntamiento tomando en cuenta sus razones, acuerda se paguen por vía de subvención, desde el 1º de julio próximo venidero, solamente quinientas pesetas al año directamente al segundo presbítero, y que otras doscientas cincuenta pesetas deberán ser abonadas por Dña. Felipa Bustingorri para completar las setecientas cincuenta que será la dotación para dicho presbítero...”

Volvía a ser asunto de aquel pleno municipal, del 14 de abril de 1898, el tema de los arbitrios, que había sido cuestionado por varios vecinos de Getxo, los cuales habían recurrido a la Diputación Provincial para que atendiera sus requerimientos: “...Se da cuenta de una exposición dirigida a la Diputación Provincial por varios vecinos de esta Anteiglesia, en ella se quejan de los arbitrios establecidos por esta Corporación para atender a sus obligaciones. Dicho escrito ha sido remitido por esa Diputación Provincial al Ayuntamiento de Guecho, ordenando se informe en el termino de ocho días sobre dicho asunto...”

Tras una discusión mantenida entre los ocho concejales de aquella Corporación Municipal, acordaron por mayoría de seis, incluido el Alcalde, enviar a la Diputación el siguiente informe. El cual incluía las peticiones y argumentos de los descontentos, así como las razones del Ayuntamiento para aplicar aquella subida de arbitrios: “...Los firmantes de la petición, elevada el 24 de marzo de 1898, a la Diputación provincial en demanda de que se deseche el expediente incoado por este Ayuntamiento, respecto al aumento de arbitrios en algunos artículos de consumo, el cual tenía por objeto poder cumplir los compromisos que deben pesar sobre el presupuesto del ejercicio de 1898 a 1899, en el que se incluye especialmente lo pactado con la Junta de Obras del Puerto de Bilbao, a consecuencia de de las obras que la misma esta ejecutando en la costa de Algorta, con objeto de que sirva de murallón-carretera que preserve al monte de los embates del mar; y cuyo coste para este Ayuntamiento no bajara de once a doce mil pesetas anuales en un periodo de cinco años a contar desde este ejercicio, se fundan en las siguientes razones:

Que los desheredados de la fortuna podrán ver el pan pero no podrán comerlo.

En que el proletariado pretenderá recuperar las fuerzas perdidas en el taller, en el campo, en el mar y en la oficina, con un baso de vino y no lo podrán beber...”

Seguían tratando de justificar su decisión y desmontar los argumentos de los descontentos: “...El primer argumento se cae a tierra por falta de base, por como podrá ver la Diputación, por el expediente que obra en su poder, el Ayuntamiento no grava el trigo ni la harina, materia prima con la que se confecciona el pan.

En cuanto al segundo argumento, le es fácil a esta Corporación demostrar que no tienen razón los firmantes para decir lo que afirman: Ya que el vino se grava con un céntimo de pesetas en kilogramo sobre el derecho actual, oséa en aproximadamente medio céntimo por cuartillo. Suponiendo que un baso de dicho líquido contenga medio cuartillo, a este le correspondería un aumento de un cuarto de céntimo de peseta moneda imaginaria, y no existiendo ni pudiendo materialmente apreciar, el vendedor al menudeo no podrá recargar dicha mercancía y por lo mismo no saldrá perjudicado el consumidor en pequeño como lo es la clase menesterosa, principio que han tenido en cuenta este Ayuntamiento y la Junta Municipal. Por otra parte esta Corporación aún no ha llegado con el nuevo impuesto a recargar los arbitrios de consumo respecto de otros pueblos como: Portugalete y Erandio, por lo que dicho recargo no afecta nada a la clase menesterosa...”

Seguían con otras consideraciones en las que expresaban, a su entender, la triste situación por la que transitaba la Nación (Guerras en Cuba y Filipinas), etc., y seguían hablando de las condiciones de vida de nuestra Anteiglesia: “...La vida de los Pueblos como este se basa en la llegada de la gente veraniega, puede asegurarse, sin temor a equivocarse, que durante el presente año muchos de los que tenían por costumbre pasar el verano en nuestras playas, dejaran de venir a ellas, y otras de más baja condición lo harán, lo cual se hará sentir en en las entradas del Municipio por derechos de consumo. Tampoco estamos exentos de que el Gobierno suspenda pagos, especialmente en los créditos a los Municipios. En este desgraciado caso Guecho tendrá contra sus presupuesto 22.340,91 pesetas que importan anualmente cobra por papel intransferible. Evitar en parte los funestos resultados que acarrearía a la Corporación una catástrofe semejante, es el objeto al que se dirigen todos los esfuerzos de este Ayuntamiento, así como evitar el reparto vecinal que pesaría directamente sobre los vecinos, mientras que como queda dicho, los artículos de consumo, se hará participe de los mismos a cuantos veraneantes acudan a nuestro Pueblo; por lo que no perjudicaran a la gente menesterosa. Por lo mismo este Ayuntamiento suplica a la Diputación Provincial que pesando en la balanza de la razón y la justicia, se sirvan en aprobar cuanto antes las condiciones de arbitrios y presupuestos del expediente iniciado con relación al aumento de derechos para 1898-1899...” Entre tanto la minoría de los concejales, señores Inchaurtieta y Goicoechea, indicaban su disconformidad con la mayoría.

En la próxima entrada de esta serie veremos como, se trabajaba en la rasante de la carretera del Hospital antiguo.

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