domingo, 22 de enero de 2023

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -310-

 

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX veíamos como, se daba cuenta de nombramientos en la Iglesia de Santa María de Getxo.

En el pleno municipal del 16 de enero de 1896 se daba cuenta de un oficio del Presidente de la Comisión de la Iglesia de San Ignacio: “...El Ayuntamiento quedó entrado de un oficio del Presidente de la Comisión de la Iglesia de San Ignacio, invitando al Alcalde a la Junta que iba a celebrar, en la Sacristía del templo, dicha Comisión para dar cuenta del estado económico y los trabajos en beneficio de la Iglesia de San Ignacio, durante el año 1895...”

En el mimo pleno se daba cuenta de una solicitud de un vecino de Berango: “...Se da cuenta de una instancia de D. José Ramón Cámara, vecino de Berango, solicitando se le conceda permiso para, en unión de D. Carlos Urtiaga de esta vecindad, tocar violín y guitarra, según lo han venido haciendo desde hace bastantes años, en la plaza de Algorta por las tardes de los días festivos...” Finalmente en aquel pleno el Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...Desestimar dicha petición...”

También en el mismo pleno se acordaba: “...Autorizar al Sr. Alcalde para que de forma competente eleve al Sr. Ministro de Fomento una razonada exposición solicitando apruebe el proyecto de muro y carretera adyacente, presentado a finales de 1889, por la Junta de Obras del Puerto Exterior a fin de evitar los daños que las olas de mar causan al pie del monte que sirve de sustento a una parte de las casas de Algorta de la calle Mayor...”

Entre las cuentas que el consistorio de Getxo aprobaba se encontraban: “...El pago a D. Manuel Eguia por las comidas llevadas al monte de Berango con motivo de las obras para la traída de aguas; y por los refrescos dados a Concejales, músicos y otras personas el día 1 de enero, con motivo de la asistencia a la función religiosa en San Nicolás de Bari. Al farmacéutico D. Miguel García Salazar por medicinas, en calidad de específicos, suministradas a los pobres, durante el último año natural...”

Según relataba la prensa bilbaína, la Diputación de Bizkaia, concedía premios de ganadería a los siguientes feriales, entre ellos al de nuestra Anteiglesia: “...Distrito de Bilbao.- Basurto, feria del 31 de julio de 1896; Begoña, 1 de noviembre de 1897; Zamudio, jueves anterior al domingo de Ramos de 1889; Guecho 1º de agosto de 1899. Además de a otras poblaciones vizcainas...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 23 de enero de 1896). Noticia que era recogida, en el primer punto, del pleno municipal de ese mismo día.

Decía la prensa que en Bilbao había algunos gargantúas, al menos lo acreditaba el atracón que dos individuos se pegaron en un establecimiento hostelero de la Villa, los tragones ingirieron: “...Cinco platos de alubias, 200 sardinas fritas, dos cucharadas de manteca, dos libras y media de tocino crudo, dos libras de pan y varios cuartillos de vino. !Uno de los gargantúas se quedó aún con ganas, puesto que a la hora de haber concluido tan “frugal” comida, aún quería comerse cuatro o cinco platos mas de alubias, si había quien los pagara!...” (“El Nervión” del 23 de enero de 1896).

Por un anuncio de la prensa bilbaína, de 1896, podemos saber que las oficinas del transbordador, de Las Arenas a Portugalete, estaban en: “...Las Oficinas del Puente Vizcaya están establecidas en la calle Santa María Nº 7 de Portugalete, y que el Presidente del Consejo de administración era, D. Félix Murga...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 19 de enero de 1896).

En el barrio de Algorta, casi a finales de enero de 1896, acontecía un hecho, que seguramente debido a la escasez de noticias ya que estábamos en invierno y las referidas a nuestra Anteiglesia la prensa las daba en la época del estío, resultaba cuando menos chirene. En la página “De Ayer a Hoy” publicaba un diario bilbaíno: “...!Que cosas suceden en Guecho! La noche del sábado último en un establecimiento que posee D. Juan José Bilbao, se promovió un fuerte escándalo. El segundo teniente alcalde D. Remigio Anchia, que habita en una casa contigua, al referido establecimiento, bajó con la vara de mando con objeto de imponer silencio a los alborotadores. !Y ahora entra lo bueno!. Llegó la pareja de la benemérita y detuvo al señor Anchia, que a pesar de sus protestas y de manifestar que él era autoridad, fue conducido a la prevención. El asuntó no sabemos en que parará. Pues el señor Anchia ha formulado una queja al juez de instrucción...” (“El Nervión” del 21 de enero de 1896). Pues bien, no parece que el diario y el autor de la noticia tuvieran buena información, o que su informante fuera muy de fiar, ya que al día siguiente corregían la misma. Y en la misma página decía: “...Hablando de lo que ocurre en Guecho, incurrimos ayer, en algunos errores. El escándalo al que nos referíamos ocurrió en la calle, frente al establecimiento de la señora viuda de Caballero y no de D. Juan José Bilbao, como decíamos. El segundo teniente alcalde D. Juan José Bilbao, fue quien bajó a poner paz y el juez municipal D. Remigio Anchia, que estaba en el lugar del suceso, el que ordenó a la guardia civil detuviera al teniente alcalde y a D. Marcos Zamacona...” (“El Nervión” del 22 de enero de 1896).

La plantación de arbolado desde la zona denominada del alto de “Mantequena” (probablemente refiriéndose a “Cuatro Caminos”, en San Martín) hasta la venta de Getxo, tuvo su precedente en lo descrito en el acta municipal del 23 de enero de 1896: “...Siendo muy útil y conveniente para el transito público la instalación de arbolado en la carretera Provincial, en el trayecto desde el alto de Mantequena de Algorta, hasta hasta el pequeño puente que se encuentra un poco antes de llegar al ramal de la misma carretera que se dirige a la Taberna del Ángel, y teniendo entendido que la Diputación Provincial pone por su cuenta árboles en varios puntos de la Provincia, acordó el Ayuntamiento, se recurra a la expresada superioridad en suplica para que se digne disponer la plantación de árboles, por su cuenta, en ambas orillas de la expresada carretera, y que estos sean plátanos y en caso contrario tilos o acacias...”

En la próxima entrada de esta serie veremos como se decidía el trayecto que iba a seguir el Tranvía a su entrada por San Ignacio (Algorta).

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