Para
comprender los acontecimientos que iban a suceder, antes habría que
situar el ambiente general en el Estado a finales del S.XVIII, con
una monarquía casi en bancarrota que puso en venta tierras de la
iglesia a cambio de bonos del Estado. Estas ventas fueron conocidas
en conjunto como desamortizaciones. La época de la llamada
“Insurrección
del 68”
o periodo de la “Guerra
Grande”
o “Guerra
de los Diez Años”.
Época en la que estalló la revolución liberal de septiembre de
1868. En
en medio de la agitación que se vivía durante la última época del
periodo isabelino que algunos llamaron “La
última revolución liberal burguesa”;
en Bizkaia, carlistas y liberales moderados mantuvieron bajo su
control de forma casi permanente las instituciones forales vizcaínas:
“...el
día 30 de septiembre, se produjo una manifestación encabezada por
una sección de carabineros. Los sublevados que daban vivas a la
libertad y al ejército revolucionario y mueras a los gobiernos
despóticos, recorrió desde el Arenal las calles de Bidebarrieta y
Correo, para llegar a la Diputación y continuar hacia el
Ayuntamiento y la Aduana, todo ello a los sones del Himno de
Riego...”
La diputación convertida en Junta se encargó del mantenimiento del
orden de las instituciones provinciales.
Era
ese septiembre de 1868, cuando se estableció en Getxo que dos
pelotones de hombres realizaran servicios de vigilancia por el
Pueblo. El día 27 se celebró una sesión extraordinaria del pleno
municipal, con objeto de establecer dicho servicio de vigilancia. Se
decía en aquel pleno: “...en
vista de los acontecimientos extraordinarios que atraviesa la Nación
y en consideración de haber sido ausentados con dicho motivo, los
carabineros de este pueblo, convendría adoptar alguna medida...”
Según aquellos ediles se trataba de: “...asegurar
la propiedad y establecer la tranquilidad de los vecinos...”
Para lo que acordaron: “...establecer
dos pelotones de tres (tres) individuos cada uno para la vigilancia
nocturna de la población...”
Para ellos se nombraron para el primer pelotón a los camineros D.
Juan Antonio de Miragaray y D. Ángel de Egusquiza, a quienes
acompañaba D. Vicente de Elosua. Eran sus funciones recorrer la
población desde las ocho de la noche hasta el amanecer y el de los
camineros hacerlo por la tarde en los caminos. Para el segundo fueron
nombrados D. Manuel Iglesias, D. Simón de Zubiaga y D. José Manuel
de Gorordo. Otras de sus funciones eran las de evitar que los pobres
y mendigos foráneos se establecieran en caminos y población, siendo
su trabajo conducirlos fuera del termino municipal de Getxo, así
como de poner en conocimiento de las autoridades la presencia de
cualquier persona sospechosa.
En
agosto de 1870 se seguía insistiendo sobre las circunstancias
excepcionales en que se encontraba el país. El día 27 del mismo mes
el “Capitán
General de las Provincias Vascongadas y Navarra”
había publicado un bando dando a conocer a la población que se
decretaba el estado de guerra en nuestro distrito. El vecindario
había sido convocado en el salón de plenos la tarde del día
anterior para darles a conocer las disposiciones decretadas: se
establecía una vigilancia nocturna para “Asegurar la Propiedad”
y mantener el “Orden Público”, mientras persistieran las
circunstancias excepcionales. El servicio de vigilancia lo
realizaron 10 hombres divididos en dos grupos, al frente de los
cuales iba un cabo, dichos jefes de grupo eran D. José María de
Larrazábal y D. Antonio María de Hormaechea, quienes recorrían
durante la noche el pueblo, desde la Iglesia de Santa Maria hasta la
casa de D. Jorge de Goya. Se habían asignado como jornal 10 reales
por noche, que eran abonados con fondos municipales.
El
10 de septiembre el consistorio daba por finalizadas las
circunstancias excepcionales, suprimiéndose el servicio de
vigilancia nocturna. Una vez finalizados los enfrentamientos armados,
el Gobernador Militar de la Provincia, daba orden de que se
procediera a recoger las armas que se hubieran abandonado o
permanecieran ocultas de las tropas Carlistas.
Mientras,
el Pueblo volvía a las rutinas y debates, que ahora se referían a
las listas electorales, las cuales eran cuestionadas por parte de
algunos vecinos, llegándose al acuerdo en octubre de aquel año, de
dividirlo en dos distritos electorales; a las obras del camino de
Iturrieta a Telletxe y a todo lo relacionado con la Escuela de
Náutica del Puerto Viejo.
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