Llegan
las Navidades y con ellas, como todos los años, empiezan a
iluminarse las calles y a apagarse las conciencias. Fechas cargadas
de significados religiosos para los creyentes. De celebración del
solsticio de invierno para los no creyentes. De sufrimiento para
quienes han perdido a un ser querido o para quienes lo tienen lejos.
De recuerdo de los días pasados de la niñez.
Fechas
en las que desde las cárceles y los hospitales; desde las calles,
aquellos que sin hogar duermen envueltos en cartones; desde las
guerras, desde los heridos por esas cuchillas “no agresivas”,
de quienes buscando poder vivir, tienen que huir de sus países; desde
el maltrato, desde el abandono en residencias, desde el paro, y el
desahucio de la vivienda; desde las colas de los comedores sociales,
aparecen entre nosotros días de desgarro, de sollozos, en las colas
de la caridad.
Momentos
en los que el despilfarro y el festín comercial, ese derroche de
cosas superfluas, cubre de gélido manto muchas conciencias, mientras
otros no tienen que llevarse a la boca. En suma una contradicción
entre la opulencia y la necesidad, de la que quizá, unos de forma
consciente y otros inconsciente participamos todos.
Dejo
esta reflexión para todos, para mi el primero, porque ya va siendo
hora de rebelarse contra tanta pobreza, y hacer algo en favor de
tantos ciudadanos que mal viven, que no tienen ni lo básico, no ya
para llegar a fin de mes, sino para poder empezarlo.
Y
ahora si, quiero dejaros a todos mi felicitación y que estas fiestas
sirvan para que pensemos mas en los demás y nos atrevamos a dar
algún paso por ellos. A propósito, y aunque también esto forma
parte de esa contradicción, desde hoy día 20 hasta el próximo 7 de
Enero del 2014, comienzo mis vacaciones navideñas, por lo que no
estaré con vosotros hasta esa fecha.
Me
despido por este año con uno de mis temas preferidos de navidad, y
que con el frío que nos ronda, esta mas que justificado:
Hator,
hator mutil etxera,
gaztainak
zimelak jatera,
Gabon
gaba ospatutzeko
aitaren
ta amaren ondoan.
Ikusiko
duk aita barrezka,
amaren
poz atseginez.
Eragiok
mutil aurreko danbolinari,
gaztainak
erre artian,
gaztainak
erre artian,
txipli,
txapla pun.
Gabon
gaba pozik igaro daigun.
Ven
muchacho a casa, ven
a
comer castañas pilongas,
a
celebrar la Nochebuena
junto
al padre y la madre.
Verás
al padre reír
con
la alegría y la dicha de la madre.
Muchacho,
dale vueltas a ese tamboril
mientras
se asan las castañas
mientras
se asan las castañas,
Txipli,
txapla, pun.
Que
pasemos una feliz Nochebuena.
ZORIONAK
eta URTE BARRI ON
Yo también te deseo una muy feliz Navidad, Karla, y que el año nuevo te sigamos leyendo todos con toda la salud y llenos de esperanza. Comparto lo que dices, pero veo una señal de esperanza en la gente: ha sido espectacular la respuesta de todos a la llamada del Banco de Alimentos y de Cáritas. Está claro que los tiempos difíciles sacan lo mejor de la gente.
ResponderEliminaramén! lo suscritbo todo!
ResponderEliminarsarriko basoa