jueves, 23 de enero de 2025

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -417-

 

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como el Gobernador Civil de la Provincia autorizaba la celebración de pruebas de bueyes en Getxo.

En el pleno del 7 de octubre de 1897 se trataba sobre varios asuntos relacionados con obras que se estaban desarrollando en nuestra Anteiglesia. Entre ellas estaba la casa conocida como «Abadena» del Puerto de Algorta: “...Dicha casa pertenecía, según las actas municipales a D. Juan Bautista Esesumaga, y estaba situada en la calle Arechondo...” Esa denominación aparece en varias zonas de Getxo, con distintas acepciones: Abadena, Abadezena, Abadezanena, Abadesanena, Abadene: En barrio de Sarri, Piñaga, Arrigunaga, San Nikolas y Aretxondo en Algorta. Su nombre deriva de abade «cura» y del sufijo genitivo -ena, «la casa del cura». Lo que hace presumir que todas ellas, casi con seguridad, en su día estuvieran habitadas por el cura del barrio que vivió en ellas. Sorprende en la época la finura en la denominación de algún apartado de las casa, en ese mismo pleno se daba cuenta de uno de ellos, a quien los Romanos ya llamaran «letrinas» y que más tarde recibiera diverso nombre a cual mas sonoro: “...Tanto en Euskera: komunkomunontzieskusaukakontzi,txizatoki ta pixatoki; como en Castellano: bacín, poceta, inodoro, retrete, escusado, váter, sanitario. También en el idioma de Dickens: odorless, toilet, water-closet...” Decían en ese pleno, al referirse a tan importante reducto: “...Dña. Francisca Ibarra solicita permiso para mejorar el escusado, de su casa de Arechondo...”

En el mismo pleno municipal, en el que trataban asuntos relacionados con la Banda Municipal, decían: “...Se da cuenta de una instancia del Director de la Banda de Música de este Municipio, en la que solicita se proceda al pago de las cantidades pendientes de percibir según convenio, y las 187,50 pesetas que pertenecen a su director, y que todo ellos se satisfaga al Tesorero de dicha Banda D. Luciano Sarria...”

En relación con el estado de las calles del barrio de Algorta se decía: “...Se dio cuenta de una instancia de D. Ramón Aguirre, de esta vecindad, solicitando se proceda a la reposición del camino carretera que va desde la casa llamada Altamira hasta frente a la de D. Manuel Cámara, por hallarse esta en mal estado para el paso de carros...”

Y aunque las fiestas del los barrios habían pasado, algunos pagos de las mismas estaban aún pendientes de realizar: “...Se dio lectura y fue aprobada la cuenta de 90 pesetas por los honorarios o jornales del tamborilero y atabalero que amenizaron las romerías celebradas en el varano último en el barrio de Las Arenas, cuya cuenta pasará a la Comisión de Festejos...”

Aunque para entonces el llamado Fuerte de las Canteras estaba ya en desuso algunas de las obras de reparación aún corrían a cargo de nuestro consistorio: “...Se dada cuenta de una instancia de D. Juan Bautista Mugica Uribarri, de esta vecindad, referente a la necesidad de colocación de varias menudencias en el edificio Fuerte de las Canteras, el cual ha estado desde hace bastantes años a cargo del Ayuntamiento. Como consecuencia de esta instancia se ordena que el Sobrestante Municipal de Obras se encargue de la ejecución de las obras de pequeñeces que expresa la citada instancia...” El Fuerte de las Canteras fue entregado el 13 de septiembre de 1885 por el Gobierno Militar al Ayuntamiento de Getxo par ser utilizado como Hospital de Coléricos, con la condición de que fuera devuelto al remitir dicha enfermedad.

El corresponsal de uno de los diario bilbaínos, hablaba en la portada del mismo, acerca de las obras del murallón que iba desde la Punta Begoña hasta la ensenada del Puerto de Algorta: “...Con placer empuño hoy la pluma para dejarla correr sobre el papel y trazar en el unos cuantos desaliñados garabatos, que den a conocer mi entusiasmo. Algorta y los algorteños estamos de enhorabuena, y lo estamos porque ha sido definitivamente aprobada en Madrid la construcción del murallón-carretera que partiendo del contramuelle del puerto exterior, ha de terminar en el pequeño puerto de este pintoresco e higiénico pueblo; ciñéndose en todo al escarpe del monte en donde se asienta majestuosa la población que presenta vistas tan deliciosas por la parte del rural, que son, sin disputa alguna, la admiración de cuantos la contemplan desde el Abra.

Este murallón-carretera, a la vez que servirá de contención al monte, hoy azotado fuertemente por las olas que se estrellan en él con inusitada furia en los temporales del N. O., perjudicándole grandemente, será un delicioso paseo a la orilla del mar, fresco y embalsamado por las brisas del Océano en verano, y perfectamente abrigado de los vientos del N. en invierno. Tendrá siete metros repartidos de ia manera siguiente: dos metros de acera o anden por la parte del mar, un metro por la de tierra y cuatro metros de caja. Su presupuesto, formado por el ilustre ingeniero don Evaristo de Churruca, director de las obras del puerto exterior, asciende a 202.000 y pico de pesetas, que las costea la Junta de Obras del Puerto, y a las cuales contribuye el Ayuntamiento de Guecho con la tercera parte, pagadera en cinco anualidades, a contar desde el año económico de 1898 a 1889.

Si loable es el celo desplegado por nuestra digna Corporación Municipal para conseguir que las obras del murallón sean llevadas a cabo, no es menos loable la gestión de los señores Churruca y Basagoiti, secundando los deseos de aquella, el primero ante la Junta de Obras del Puerto, y el segundo, interponiendo todo su influjo y valer en las altas esferas del Gobierno. A ellos, en primer término, se debe la construcción de esta obra que tantos bienes reporta a Algorta, y los algorteños, por consiguiente, les, son deudores de una suma de gratitud que solo puede pagarse poniendo a dicho muro-carretera el nombre de «Paseo de Churruca» y una lápida conmemorativa que recuerde a la posteridad el nombre del preclaro, hijo de este pueblo D. Antonio Basagoiti y el amor que profesó el mismo al rincón querido donde nació. Según tengo entendido, pronto se colocará la primera piedra de obra tan beneficiosa para esta localidad y ese día debe el Ayuntamiento de Guecho declarar día de fiesta, para celebrar dignamente tan fausto acontecimiento...” (El Nervión del 8 de octubre de 1897).

En la ría, entre Las Arenas y Portugalete, se producía una colisión entre un remolcador y una lancha de pesca, que como consecuencia mandaba pique la lancha tripulado por tres arrantzales: “...El remolcador «Rodas» echó a pique esta tarde en Portugalete, una lancha de pesca que era tripulada por tres hombres. Uno de ellos consiguió asirse al ancla del vapor. Desde a bordo le arrojaron un chicote consiguiendo de esta manera, salvarló de una muerte cierta. Los otros dos tripulantes fueron salvados con los salvavidas que les arrojaron desde el remolcador «Sansón». El «Rodas» entraba en el puerto...” Mientras, la banda de música del regimiento de Garellano anunciaba el repertorio de piezas que iba a ofrecer, en el kiosko de Las Arenas, el domingo 10 de octubre de cuatro y media, a ocho de la noche. (El Nervión del 8 de octubre de 1897).

En la próxima entrada veremos como, a decir de la prensa, en el barrio de Algorta la noticia de la pronta construcción del murallón era recibida con jubilo.

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