lunes, 10 de febrero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -143-



En la anterior entrada veíamos cómo el consistorio de Getxo trataba en el pleno sobre al situación de las obras de embaldosado de la calle Mayor (actual Avenida Basagoiti).

Como no hay mal que por bien no venga, los chatarreros de Las Arenas hacían negocio con los restos de los naufragios ocurridos en nuestra playa, como el sucedido con el “Vapor Bilbao”, que el día 19 de diciembre de 1890, había naufragado tras chocar contra la escollera del muelle de hierro de Portugalete. Uno de esos chatarreros fue nuestro vecino D. Benigno Zarranz quien el 31 de mayo de 1891 anunciaba en”El Noticiero Bilbaíno”: “...Se halla a la venta chatarra superior, procedente del Vapor Bilbao naufragado en la bahía de Las Arenas, dirigirse a Benigno Zarranz en dicho barrio...” Mientras en nuestro mar Cantábrico se dejaba ver una de las escasa ballenas, que tras su persecución por la industria aceitera se habían visto casi confinadas en los mares del Norte, ese hermoso ejemplar aparecía frente a las costas de Ondarroa.

El 4 de junio de 1891 el director gerente del Tranvía de Bilbao a Algorta solicitaba al Ayuntamiento de Getxo: “...Permiso para colocar 12 asientos de piedra en los grandes terraplenes que está ejecutando en Las Arenas...” Las tapas de aquellos asientos fueron construidas con las losas que se habían quitado en la calle Mayor de dicho barrio.

Algunos galenos de nuestro municipio desde hacía años venían atendiendo a las familias pobres, era el caso del médico de Santa María de Getxo D. Ezequiel Anitua, ya que en ese mismo pleno solicitaba: “...Que como licenciado en medicina residente en esta población, se me nombre como médico titular para la asistencia a enfermos y pobres, debido a la renuncia del que desempeñaba hasta hoy el cargo D. Gabriel Goiri...” El consistorio decidía: “...Nombrar a dicho señor Anitua como médico titular de la parroquia de Santa María de Guecho y parte de la población de Algorta, es decir, del mismo vecindario que tenía el expresado señor Goiri, con la dotación anual de 250 pesetas...” Cantidad por otro lado chocante, teniendo en cuenta que era la misma que percibía el cantor que acompañaba al organista de la Iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta, y que nuestro galeno debía de evacuar todas las consultas y diligencias, acudiendo a domicilio, en un área bastante extensa de la población.


En esa misma fecha se recibía la contestación desde Madrid referente a la petición realizada por el Ayuntamiento para evitar que el Ferrocarril de Las Arenas a Plencia quien proyectaba realizar el trazado pasando por el centro de Algorta: “...Se da lectura a dos cartas recibidas de Madrid referidas a la cuestión suscitada con la Compañía del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia sobre la variación del trazado por la población de Algorta, en su informe el Ingeniero Jefe del Ferrocarril del Norte dice que no es aprobable la propuesta de la empresa de variación del trazado en la parte que va por dentro del pueblo...”

Y eso que hoy consideramos como normal, el descanso dominical, aún estaba pendiente de regulación. En el Senado Madrileño se discutía en esas fechas sobre el descanso dominical: “...Ha empezado a discutirse el proyecto de Ley sobre el descanso del domingo. La comisión ha introducido en él importantes modificaciones, de acuerdo con el gobierno y con los deseos de los prelados que tienen asiento en la Alta Cámara...” Alguno de los artículos que se estaban tratando de introducir decían así: “...Art. 1ª: Queda prohibido el trabajo en los domingos y días festivos a los menores de 18 años de ambos sexos, en establecimientos industriales y mercantiles, puestos ambulantes, en las obras de construcción y reparación de edificios. Art. 2º: Las estipulaciones en contrario carecerán de fuerza civil de obligar, salvo en el caso de que las partes contratantes no profesen la religión del Estado...” A continuación venía una larga retahíla de excepciones la regla, que casi hacían inútil el articulado” “...Razones técnicas de la producción, suministros públicos de primera necesidad...” . Pero eso sí, los prelados dejaban claro que: “...Estas excepciones no serán obstáculo para que las autoridades eclesiásticas ejerciten libremente las facultades que les son propias. Se otorgará a los trabajadores en los domingos y festivos el tiempo necesario para el cumplimiento de sus deberes religiosos...”

En esa fecha del 4 de junio de 1891 el Ayuntamiento de Getxo realizaba oficialmente la compra de los terrenos de Dña. Basilisa Aresti para construir en ellos el Hospital Hospicio de Algorta: “...En un documento firmado por los señores Alcalde y Síndico, el cual copiado literalmente dice así: Préstamo de 4.750 pesetas a 5%. El Alcalde y Síndico en representación legal del Ayuntamiento de esta Anteiglesia de Guecho, en virtud de la autorización conferida por dicha corporación en sesión ordinaria celebrada el día 23 de abril último, confesamos que recibimos en este acto de Dña. Francisca de Unzaga vecina de esta la cantidad de 4.750 pesetas para hacer pago con ella a Dña. Basilisa Aresti, viuda de esta vecindad, de una heredad de su pertenencia de 13 peonadas aproximadamente en el punto de Bastinchuena, con el fin de emplazar en parte en la misma el Hospital Hospicio que el municipio tiene proyectado construir. Expedimos el presente documento en Guecho a 1 de junio de 1891...” Firmaban el acta el Alcalde de Getxo D. Eladio Sustacha y el Síndico D. Bautista Carrandi.


Y se habría al público la vaquería “La Prusiana” en Las Arenas: “...Donde se expenderá leche por vasos y a domicilio...”

El 11 de junio de 1891 se daban por terminadas las obras de reposición de la taberna del Ángel que había realizado D. Higinio Cereceda. El importe de aquellas obras ascendió a 620 pesetas.

El Reglamento del Cuerpo de Serenos fue impreso por D. Gerónimo Albizua, quien realizó 100 ejemplares por los que percibió la cantidad de 15 pesetas.

En esa misma fecha se decidía nombrar como responsable del servicio de serenos en el barrio de Las Arenas a D. Gumersindo González Sánchez, a quien se aumentaba el salario de 2 a 2,25 pesetas al día. A la vez que se acordaba por la autoridad municipal: “...El cobro de la suscripción abierta en el vecindario para el sostenimiento de los serenos de Algorta...” Dicho cobro se hizo en proporción a la mensualidad con la que cada vecino estaba suscrito.

El 14 de junio de 1891 se decidía sacar a subasta pública, el día 21 de junio, el servicio de los alumbrados públicos de Algorta y Las Arenas, así como la barredura de los desperdicios de este ultimo barrio.

En ese pleno el Arquitecto Municipal D. Eladio Iturria daba por terminadas las obras de embaldosado de la calle Mayor (Actual Avenida Basagoiti) y aceptaba recepcionar provisionalmente las mismas, Dichas obras habían sido realizadas por el contratista D. Matías Aldazabal.


Por otro lado era las actuaciones musicales veraniegas las que ocupaban un apartado de aquel pleno municipal, en el que se daba lectura al ofrecimiento de: “...D. Román Ibisate, quien solicitaba como director de la Banda Municipal continuar con sus servicios para la temporada de verano próxima, con mayor instrumental...”

El rematante de carnes frescas de la localidad D. Juan Learra cedía dicho arbitrio a D. Emeterio Camiruaga.

Los asuntos del encuadernado de documentos municipales, así cómo de los impresos de las elecciones a Diputados a Cortes y Municipales, corrieron a cargo del encuadernador Sr. Emperaile.

En el mismo pleno se acordaba: “...Enviar un oficio al hijo de General Loma a fin de que se interese en la averiguación del estado de los expedientes instruidos e influya ante la Intendencia General de las Provincias, por el de, suministros para fortificaciones, de metálico y créditos creados con motivo de la última guerra civil...” Se trataba de D. Antonio Loma Barcena, hijo del General José María Loma Arguelles quien tuvo un importante papel en la guerra entre Carlistas y Liberales.

Por esos días la sequía afectaba nuestro Pueblo por lo que el Ayuntamiento decidía: “...Con motivo de la escasez de agua por la sequía y mucho consumo que se viene notando, acordamos se cierren hasta nueva orden los lavaderos los jueves y viernes...”

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo el diario “El Nervión” recogía en sus páginas los avances de las obras del Puerto del Abra.

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