lunes, 29 de enero de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -15-



En la anterior entrada hablaba cómo el problema de las comunicaciones escritas estaba sobre la mesa del consistorio en octubre de 1877. También sobre el proyecto de construcción de un Pabellón Balneario en Las Arenas. En esta avanzaré sobre otros temas: cómo se solicitó permiso para hacer un juego de bolos en la trasera de la Venta, entre la Ermita del Ángel y dicha taberna. Así como el fervor religioso se dejaba sentir en julio de 1878, por el que los vecinos de Alango solicitaban la creación de una ermita o iglesia dedicada al culto a San Ignacio.

Como contaba recientemente, en las actas municipales del 21 de marzo de 1878 D. Nicanor Amigo solicitaba al Ayuntamiento: “...permiso para hacer un juego de bolos desde la esquina del paredón que cierra el patio de la ermita del Ángel hasta dentro de la cuadra de la casa taberna llamada Venta del Ángel...”

A finales de marzo, la Diputación de Bizkaia pedía al Ayuntamiento de Getxo: “...Se remita a la misma una relación de los montes comunes, con expresión de sus nombres, linderos, especie de árbol dominante, a fin de efectuar una clasificación de los montes públicos...” La respuesta del municipio fue muy escueta: “...La Galea: como lugar de pasto y recreo de ganado; Baserri: de pasto y un poco argoma; y Aiboa: como lugar de pasto y canteras...”

La preparación de la Semana Santa en Algorta, contó con la propuesta del cura párroco y la necesidad del consistorio, de conseguir unas propinas y atraer a propios y extraños al Pueblo. Proponía el párroco de San Nicolás de Bari: “...celebrar con alguna solemnidad los oficios de la próxima Semana Santa, predicando un sacerdote forastero el jueves y viernes. Saliendo este último día una procesión, para lo que sería necesario contar con alguna limosna para poder sufragar los gastos...” Por su parte el Ayuntamiento consideraba que: “...También es llegado el tiempo de que se haga todo lo que proceda para la celebración de la Semana Santa en esta población con alguna solemnidad, a fin de atraer gente, tanto de esta Anteiglesia como de las inmediaciones, para evitar que muchos marchen a Bilbao y Portugalete...” Autorizaban al mayordomo D. José Antonio de Uriarte para ponerse al frente y organizar aquella celebración. En abril de 1878, al igual que en otras épocas, pero en este caso al coincidir la celebración de la Semana Santa, que deseaban fuera brillante, decidieron prohibir la llegada de mendigos así como enviar fuera de la población a los que se encontraban en ella: “...teniendo en cuenta que es hasta peligroso e inmoral, el número considerable de mendigos forasteros, que se encuentran en estos días en el pueblo para pedir limosna, acuerda este Ayuntamiento autorizar al alguacil y camineros, para prohibir la entrada a todos los mendigos forasteros, así como para expulsar fuera del pueblo a todos cuantos se encuentren en él...”


El 8 de junio de 1878 se anunciaba la venta de la casa denominada “Fonda Napoleana” con sus dependencias y terreno adyacente en la plazuela de Las Arenas.

Otra de las procesiones de Algorta era la del “Corpus Christi”, la procesión del 20 de junio de 1878 fue festejada con la invitación por parte del consistorio al jefe de las fuerzas armadas del pueblo y al sargento de carabineros.

Y como el fervor religioso se dejaba sentir, en julio de 1878, los vecinos de Alango solicitaban la creación de una ermita o iglesia: “...en un terreno próximo al termino llamado Andresaconetas...”, la edificación se iba a realizar mediante suscripción particular y voluntaria, e iba a estar dedicada a la advocación de San Ignacio de Loyola. En la solicitud que la encabezaba D. Robustiano de Larrondo, pedían se autorizara colocar los cimientos el día 31 de julio, el acto se celebró a las cinco y media de la tarde.

La moral en nuestro litoral dejaba sentirse. En julio de 1878 se publicaba un bando prohibiendo bañarse sin traje de baño en nuestras playas, bajo la multa de 1 peseta y de 2 si se reincidiera.

El alumbrado de las calles de la población fue uno de los asuntos de aquel verano de 1878, en agosto el consistorio decidía: “...Que habiéndose aprobado el presupuesto municipal y hallándose en él una cantidad de 10.000 reales para el establecimiento del alumbrado público..., teniendo presente la preponderancia que va tomando en la población, con la mucha concurrencia de forasteros en la temporada de baños…, y teniendo en cuenta el estado de penuria de los fondos municipales, para que el alumbrado se haga extensivo a toda la población se acuerda por unanimidad, que como ensayo se establezca por ahora el alumbrado en la toda la calle Tetuán (Avd. Basagoiti actual), como más larga y concurrida de la población, y que atraviesa la parte más poblada, utilizando 10 faroles que el Ayuntamiento posee para el alumbrado durante las fiestas...” Los faroles eran móviles y tenían unas peanas de sujeción, tuvieron que adquirir algunos más para completar el alumbrado de la calle. Lo que sí parece es que el Ayuntamiento era algo llorón, ya que siempre utilizaba la misma cantinela “...teniendo en cuenta el estado de penuria de los fondos municipales...”

Para dar a conocer al público el nuevo sistema de transporte, el tranvía de Bilbao a Algorta, que en septiembre de 1878 tan solo llegaba hasta la Avanzada, solicitó permiso para la actuación, en los primeros días de septiembre, de un funambulista, en la plazuela de Las Arenas (actual Puente Bizkaia). La idea fue acogida con interés por parte del consistorio.


El medio de transporte ideal en esos días era mediante carros tirados por yuntas de bueyes. Al parecer los carreteros eran un poco descuidados con sus “caballerías” y dejaban que las mismas se movieran sin ir ellos en cabeza. Por lo que el consistorio tuvo que editar un bando: “...Ordenando a los carreteros que vayan delante de los bueyes dentro de la población, para evitar desgracias personales, como la que estuvo a punto de suceder recientemente...”

Las obras tomaban consistencia en el día a día del Pueblo, las de Algorta, a mediados de octubre de 1878, eran las más cuantiosas, se trabajaba en el camino desde Ereaga hasta la carnicería (María Cristina), con un ramal que iba hasta San Nicolás y San Martín y desde allí hasta un punto denominado Azcane. En la cuesta San Ignacio; en el matadero del Puerto de Algorta y ya se pensaba en el traslado a otro punto más céntrico de la población; se preparaba el techo del cobertizo de la fuente y lavadero de Sarri; y en la plaza de San Nicolás. Sobre el Salón de sesiones se decía: “...carece de todas las condiciones para el objeto, porque como su nombre indica, no es más que un salón pequeño, sin ninguna dependencia ni oficina, la documentación y libros se colocan donde se puede, en casas particulares que se hallan cercanas. El objeto de ese salón era para realizar los exámenes a niños y niñas de las escuelas de la plaza. Por lo que se hace necesario ampliar el local de las escuelas agregando a él, el Salón de Sesiones...” También se trabajaba en los caminos y calzadas rurales.


En la próxima entrada hablaré sobre las diferentes clases de “Cédulas Personales”, el anuncio de la distribución de las mismas y los conflictos con la compañía del tranvía, que no cesaban. 

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