Este
emprendedor no fue otro que Miguel Antonio Vitoria Echevarria, que
tuvo sus sembrados en la Vega de Santa Eugenia y sus almacenes en el
ensanche Bilbaíno. Que fuera hijo de Miguel Victoria Aja y de
Jacinta Echevarria Guerricagoitia.
La
Vega de Santa Eugenia formaba parte de los bajos de los montes que
según un plano de 1731 eran denominados como “Gastelus”,
y conocidos también como “Gaztelueta.”
Eran parte de las colinas de Ondiz. Terrenos de marisma y cruzados
por mil riachuelos, eran tierras movedizas, antaño batidas por la
mar, que de la mano de Máximo Aguirre fueron ganadas para
convertirse en una amplia zona urbanizable, que más tarde darían
forma a uno de los barrios obreros mas populosos, el barrio de Romo.
Como
decía en mi entrada del 25 de abril del 2014, en 1884 se realizó en
ellos, tras su desecación, unos sembrados que darían origen a la
patata de denominación “Vega
Santa Eugenia”.
Aquellos terrenos eran propiedad de Miguel A. Vitoria, propietario de
la granja “Vega
Santa Eugenia”.
El paraje entonces perteneciente a Las Arenas, fue dedicado a la
producción de nuevas variedades de patata de siembra. Para la
denominación de aquellas variedades Miguel A. Victoria solicitó
permiso para usar el escudo de la provincia en sus escritos y
denominarse como proveedor de la Diputación de Bizkaia. Prueba de
ello fue el siguiente párrafo de una circular que la comisión
provincial de Vizcaya dirigió a los alcaldes de todos los pueblos,
suscrita por su digno vice-presidente el Sr. D Joaquín de Abasólo:
“...Considerando,
pues, esta comisión que el Sr Vitoria es acreedor al estímulo y la
recompensa del país, que principalmente reciba los beneficios de su
laboriosidad y su amor a la tierra nativa; y deseosa de que prosiga
en los ensayos de nuevos cultivos en que se ocupa, ha venido en
facultarle, a petición suya y en virtud de la autorización que le
confiere el art. 98, caso 3º de la vigente ley provincial, para que
pueda servirle del escudo de armas del Señorío en todos los
documentos que estime convenientes, siempre que estén relacionados
con el cultivo de las nuevas variedades de patata a que viene
dedicándose, encargando al mismo tiempo a los alcaldes de los
pueblos de Vizcaya, que con el interés que acostumbran en todos los
casos en que se trata del bien del país, recomiendan a los
labradores de sus respectivas jurisdicciones la adquisición y el
ensayo de los nuevos tubérculos, cuyo cultivo considera el Sr.
Victoria muy beneficioso…”
De
cómo eran aquellos sembrados, nos da una idea una fotografía de la
documentación presentada en la Diputación de Bizkaia, de la que se
conserva una carta con su membrete, que serviría para presentar la
granja a los futuros clientes (ver
fotografía inferior).
El
16 de marzo de 1884 el diario “Noticiero Bilbaino” publicaba en
su primera plana una noticia referida a los comienzos de esta
experiencia hortícola: “...Hay
en Vizcaya un profesor del instituto de segunda enseñanza que,
inspirado por su amor al país y su afición a los estudios agrarios,
se propuso ha pocos años consagrar sus modestos recursos y el tiempo
que lo dejasen libre sus ocupaciones profesionales, a la adquisición
de una finca rústica y al ensayo en ella de algunos de los ramos de
la agricultura…,
creyendo
él que se sentía con aquella vocación que entre las producciones
del suelo pocas hay que superen en interés a la del precioso
tubérculo importado de América con el nombre de patata, y que hoy
ha llegado a equipararse en la alimentación pública,
particularmente en la clase pobre, se propuso estudiar su cultivo en
todas sus fases y sobre todo en el gran número de variedades y
métodos con que en estos últimos tiempos se ha enriquecido en
Europa dicho cultivo. La Diputación provincial de Vizcaya, lejos de
contarse en el numero de los que no comprendían el valor de los
estudios y esfuerzos del Sr. Vitoria en pro de la agricultura de
Vizcaya, los ha comprendido perfectamente y recompensado hasta donde
estaba en sus facultades…”
Respecto
a la valoración que hacían de sus productos baste leer lo que
referían en dicho articulo: “...El
Sr. Vitoria, después de haber conseguido la aclimatación de las más
celebradas variedades de patata en su vega de Santa Eugenia, en las
Arenas de Guecho, añade hoy a aquella satisfacción y a la de
honrosa recompensa que ha recibido de la Diputación provincial de
Vizcaya, la de que las variedades cultivadas y cosechadas en su
finca, sean buscadas con afán y cultivadas en Andalucía, Castilla,
Navarra, Asturias, Galicia, Aragón, Castellón, Albacete y otras
provincias…”
Antes
de comenzar su cultivo realizaron una visita a diferentes
establecimientos hortícolas en el extranjero y después de una
selección entre 500 especies, escogieron y adaptaron a los terrenos
de la Vega 8 variedades, entre ellas las de patata temprana,
semi-temprana y tardía. Precisamente aquel año tenían en estudio
una variedad de patata denominada “Victoria”,
de la que le habían asegurado que consiguieron 5 cosechas en un año.
Del
trabajo y la calidad de aquellas patatas hablaba “La
Gaceta Agrícola”,
publicación del Ministerio de Fomento y la prensa bilbaína, que
encomiaba su gran precocidad y sus notabilísimas condiciones
culinarias (resaltaban que cocían en 10 minutos). La prueba de fuego
para aquellos tubérculos de patata, paso tras producirse aquel mismo
año en casi todas las plantas en vegetación del litoral Cantábrico
la plaga del “Fungus”
(llamado vulgarmente roña), mientras que en la Vega de Santa
Eugenia, no se había visto atacada ninguna planta. Lo que supuso
para dicha compañía un importante aumento en su cartera de pedidos.
Variedades
de patata que tenían su origen en diversos horticultores de todo el
mundo. Algunas como las tempranas
y tardías,
procedían de Estados Unidos y se adaptaban muy bien a terrenos
arenosos de las características de los de Romo; las
variedades semi-temprana había
sido obtenida por un cruzamiento realizado por el Inglés Yames
Clark, quien la puso en manos del plantelista Mr. Sutton, quien la
bautizó como “Magnum Bonum”; las
variedades tardías eran
de origen Escocés), otras procedían de Holanda.
Su
presentación venía abalada por los testimonios de diversas
personalidades del momento, así como de reputados horticultores de
la época, entre los que se encontraban el bilbaíno D. Martín de
Zavala (Senador del Reino), el Durangotarra D. José María de
Ampuero (Diputado a Cortes), D. Miguel de Rodríguez Ferrer (de la
Granja del Retiro), de la Alcaldía de Balmaseda, del horticultor
deustoarra D. Pedro Uruchurtu, de D. Toribio M. de Pinillos
(propietario de Aguas de Arnedillo) y de D. Enrique Sandon (Director
de la Fabrica de Mechas de Irurrigorri).
El
15 de febrero de 1884 la Comisión Provincial de Bizkaia tomaba el
acuerdo de facultar a D. Miguel de Vitoria para “...hacer
uso del Escudo del Señorío de Vizcaya, en todos los documentos que
estime conveniente...,...siempre
que estén relacionados con el cultivo de las nuevas variedades de
patatas...”.
Pero le denegaba el uso del titulo de Proveedor de la Excelentisima
Diputación de Bizkaia. No obstante y en atención a “...la
importancia que va tomando el cultivo de la patata...,y
a que el Sr. Vitoria es acreedor del estimulo y la recompensa del
País...,...por
su laboriosidad y amor a la tierra nativa...”,
el 7 de Febrero de 1884, el Vice-Presidente de la Comisión Sr. J.
Abasolo, enviaba un oficio a las alcaldías de la provincia
recomendando aquellas variedades para que hicieran ensayos en sus
cultivos. Hortaliza que a más de uno quito el hambre y que como
dijera Neruda:
“...compacta
como un queso
que
la tierra elabora
en
sus ubres
nutricias,
enemiga
del hambre...”
En
agosto de 1884 la prensa incluía anuncios de sus preciadas especies
tempranas y tardías criadas en la Vega de Santa Eugenia, de las que
se decía eran resistentes a la roña, incluso se hablaba de abonos
químicos especiales para el sembrado de nabos para ganado, que en
dicha Vega habían conseguido rendimientos muy importantes. Los
precios de mercado de aquella solanácea eran de a 20 reales por
quintal o arrobas.
Pero
no contento con el desarrollo de esta planta herbácea, y animado por
su joven y entusiasta espíritu emprendedor, pronto emprendería
nuevas experiencias con otro cultivo. Esta vez le tocaba a ese cereal
de tallo macizo, el “Maiz”.
Dicho cultivo, también importado de las américas, no tenía un gran
desarrollo entre nosotros, tan solo se conocían media docena de
variedades de las más de 50 existentes. Este cereal era de gran
interés en el litoral cantábrico.
Hasta
aquí una pequeña referencia a una pequeña industria alimentaría,
obra de Miguel A. Vitoria, que desarrolló su iniciativa en la Vega
de Santa Eugenia (Romo), en épocas tan lejanas como las de 1884.
Estos datos están extraídos del expediente del Archivo Foral de
Bizkaia: “Administración
de Bizkaia / Sector Primario, Industria y Comercio / AX00557/014”
y del diario “El
Noticiero Bilbaino”.
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