jueves, 18 de julio de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -111-



En la anterior entrada veíamos cómo las instancias del Ayuntamiento de Getxo a las más altas autoridades se tramitaban a través del Gobernador Civil de la Provincia.

Entre los visitantes ilustres que acudían a Las Arenas para descansar y tomar baños de mar, tal y como relataba el diario “El Euskaro” del 20 de agosto de 1889, si es que eso fuera necesario por su condición, estaba el arzobispo de Sevilla Fray Ceferino González.

En el pleno del 29 de agosto de 1889 se acordaba realizar un plano de edificación de Algorta desde San Martín hasta la Avanzada, que fue encomendado al ingeniero D. Laureano Gómez Santa María.

También se autorizaba a D. Francisco Elorriaga para que pudiera extraer “piedra movediza” de la playa de Ereaga para reponer carreteras con la condición de que: “...El trabajo ha de realizarse de sol a sol, de día, y solamente desde la alcantarilla de la plazuela hasta el punto conocido con el nombre de Sorguinsulo, en la misma playa...”


Al parecer el consistorio de Getxo no veía con buenos ojos los efectos colaterales que la obra del Puerto exterior iba a tener sobre las propiedades de la costa de Getxo. El Ayuntamiento, en agosto de 1889, por indicación del Regidor D. Eladio Sustacha, acordaba presentar por parte del Alcade y el propio Sustacha, al ingeniero D. Evaristo Churruca las razones de la queja que habían remitido al Ministerio de Fomento: “...Haciendo comprender la obligación imprescindible en que se ha visto la Corporación Municipal para presentar ante el Ministerio de Fomento la oportuna queja o protesta acerca de los prejuicios que han de sobrevenir a la propiedad de la costa de Algorta por las obras del nuevo Puerto exterior del Abra…”


El Presidente de la Comisión de Obras de la Iglesia de San Ignacio, D. Andrés Isasi, informaba al Ayuntamiento que trataban de colocar un caño desde la propia Iglesia que pasara bajo la plaza hasta injertar en la alcantarilla municipal. Solicitaba que les eximiera del pago del canon establecido. El Ayuntamiento acordó hacerlo por ser un edificio público. No sucedía así con el resto de los vecinos ya que sus demandas dependían del informe de la Comisión de Fomento y de la Policía Urbana.

Por aquellas fechas era director de la Banda de Música el tamborilero D. Pablo Arzuaga, quien al parecer por problemas de salud solicitaba se le concediera permiso para trasladarse a tomar baños de aguas nitrogenadas-bicarbonatadas al Balneario de Urberuaga en Markina (Bizkaia). El Establecimiento termal de Urberuaga de Ubilla se hallaba situado en la anteiglesia de Jemein, a dos kilómetros de esa villa, en la margen derecha del río Ubilla. Empezó su construcción en 1869; se inauguró el primer edificio en Junio de 1870. El mismo disponía de capilla, incluso casino y estación telegráfica. Tenía una fuente denominada de “Santa Águeda” en la planta baja a la que llegaba agua del manantial del mismo nombre. La galería de baños disponía de seis gabinetes con pilas de mármol jaspeado, un departamento de chorros móviles de diferente orientación (horizontales, laterales y oblicuos), otro de chorros circulares (descendentes, ascendentes y laterales). Incluso disponía de un salón de pulverización que permitía tomar chorros laríngeos, faríngeos, nasales y auriculares. En el se trataban enfermedades cómo la Laringitis catarral, Bronquitis crónica, coqueluche (tosferina) y otras de mayor gravedad. En aquella temporada habían sido tratados en ese establecimiento un total de 1304 pacientes. Entre los visitantes del Balneario se pueden citar al bilbaíno D. Enrique de Huagón, D. José Luis de Villabaso y el sevillano D. Rafael Tuñon de Lara.

Los trajes de verano de los vigilantes de las playas de Las Arenas y Algorta fueron elaborados por Dña. Norberta Gaueca y Dña Isabel Uriarte, cada uno de ellos costaron entre 34 y 20 pesetas.


La playa de Arrigunaga, la cual se utilizaba como cantera para los caminos y obras del Pueblo, tenía un camino de acceso estrecho, lo que hacía difícil el tránsito de los carros de bueyes para sacar dichos materiales. El 29 de agosto de 1889 el consistorio decidía ensancharlo: “...Para poner en un estado regular y transitable para carros el camino de la bajada a la playa de Arrigunaga era necesario ensancharlo, para ello se hace necesario cortar parte del ribazo y poner por la parte inferior unos cordones de piedra para su seguridad, y poner piedra martillada o menuda en su caja...” Aquella operación supuso un montante de 450 pesetas para las arcas públicas.

Llegado el tiempo de proceder a la elección de los concejales del municipio, el 30 de agosto, y para cumplimentar las regla n.º 4 de la Real Orden del 4 de mayo de 1889, el Ayuntamiento de Getxo expuso públicamente la lista de electores y elegibles. Encabezaba la lista los vecinos elegibles de Algorta: “...Por la calle Mayor, su Alcalde D. Pedro Amezaga Abaroa, en la misma calle y a continuación le seguían, D. Juan Antonio Aldecoa Piñaga y D. Feliciano Ansoleaga Aldecoa. Por la calle San Nicolás aparecían D. Isidro Achondo Saitua y D. Antonio Libano Goñia. Por Alangüetas aparecían D. Manuel Aguirregaviria Lazcano y D. Gregorio Arzubuaga Madariaga. Por la calle el Puerto aparecían D. Joaquin Ardanza Uria y D. Pedro Larrondo Bilbao. Por la calle del Castillo aparecían D. Antonio Basterrechea Villamonte y D. Miguel Ibatao Arana. Por la calle Achecolandeta aparecían D. Juan Jusé Libano Menchaca y D. Miguel Uria Zalduondo...” Elegibles por Santa María de Getxo: “...D. Elías Francisco Aguirrechu Maruri, D. Eusebio Azcorra Urteaga, D. Miguel Astica Basauri, D. Juan Arrieta Larrabeiti, D. Juan Antonio Guerediaga Ugarte y D. Vitoriano Izcoa Ibatao...” De los elegibles del barrio de Las Arenas aparecían: “...D. Pedro Arbulu Arriaga, D. Juan Manuel Bereciartua, D. José Larrazabal Telleria, D. Evaristo Martínez Talledo, D. Luis Peña Zabala, D. José Puialto Casas, D. Fructuoso Sagredo Melo, D. Román Scala Lera, D. Antolin Urtega Juaristi y D. Marcos Zamacona...” Curiosamente entre los no elegibles aparecía algún nombre de personajes de relieve económico, como en el caso de Las Arenas: D. Eduardo Aguirre Labroche. En aquella larga lista, que obviamente incluía a muchas más personas, de las que he incluido un pequeño grupo, había otro apartado dedicado a “Capacidades no elegibles” que sumaban un total de 17 vecinos.

En la próxima entrada veremos cómo algunos de los instrumentos musicales de la banda municipal fueron adquiridos al parisino instalado en Bilbao, químico y litógrafo, D. Luis Ernest Dotesio.

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