domingo, 10 de abril de 2022

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -269-

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo la plaza de escribiente del Ayuntamiento de Getxo había quedado vacante.

El día 11 de mayo de 1895, con tan solo 48 años, fallecía en Algorta D. Juan Dourte y Azcarate: “...Había nacido en Gasteiz y estudiado las carreras de Magisterio y Notariado. Abrió en este barrio de la Anteiglesia de Getxo una academia de estudios libres para alumnos de segunda enseñanza, sobre la base de una escuela pública de instrucción primaria. Le sorprendió la muerte cuando iniciaba su andadura como director un colegio, incorporado al Instituto Provincial de Vizcaya, y una escuela de Náutica...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 12 de mayo de 1895).

Los tiempos para el consumo de la fruta, en esa época, tampoco eran como los de hoy, que podemos disfrutarla, casi, durante todo el año: “...A comienzos del mes de mayo llegaban al mercado los primeros albérchigos y cerezas de la temporada. Los primeros a 7 reales la libra, los segundos a 4...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 12 de mayo de 1895).

El día 12 de mayo de 1895 se producían las elecciones a concejales en nuestra Anteiglesia, los resultados de las mismas, según contaba “El Nervión” del 12 de ese mismo mes, eran los siguientes: “...En Algorta resultaron elegidos D. Santiago Beriarana, D. Joaquín Ardanza, D. Manuel Inchaurtieta, Robustiano Larrondo; D. Juan José Bilbao y D. Asensio Inchaurtieta (a todos ellos se les asignaba la condición de independientes); D. Higinio P. Goicoechea, republicano...” Estos datos, a pesar de que el periódico confundía algunos apellidos, fueron confirmados posteriormente por los libros de actas, y también eran recogidos correctamente por “El Noticiero Bilbaíno” del 14 de mayo. Precisamente al hablar sobre estos comicios, y recordando como se efectuaban las elecciones anteriormente, algún diario parece que añoraba los viejos tiempos, cuando los elegibles eran designados en función del poderío económico de los responsables políticos: “...En aquella época feliz, como la llamaban nuestros padres, ningún vecino se daba siquiera cuenta de que se aproximaba el periodo electoral. Generalmente estos cargos eran desempeñados por las personas de mayor respetabilidad del pueblo. Por regla general las candidaturas se arreglaban amigablemente en el círculo de recreo entre los socios más caracterizados y apropósito para estos asuntos...” (“El Nervión” del 13 de mayo de 1895).

Eran unas elecciones muy disputadas, y los poderosos se apresuraban a conseguir los votos, hasta recurriendo a la compra de los mismos, en algún pueblo de Bizkaia, que no citaré, se había producido el rateo electoral, y un diario contaba: “...Parece que determinada parcialidad de un pueblo que necesita a ganar los puestos de la mayoría y de la minoría, y que para copar esta última le faltaba un voto, por el cual se decidió pagar cinco mil reales...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 14 de mayo de 1895).

Tras la Circular publicada por el Gobernador de la Provincia en el Boletín Oficial, el día 9 de mayo de 1895, para que los Ayuntamientos le remitieran los nombramientos de los miembros de las Juntas de Sanidad locales, en el pleno del 16 de mayo el Ayuntamiento de Getxo acordaba remitir las propuestas municipales para ocupar dichos cargos: “...Acuerda este Ayuntamiento remitir a esa autoridad los nombres de los componentes propuestos por esta municipalidad para ocupar dichos cargos:

Médicos: D. Manuel Hormaeche y D. Ezequiel Anitua.

Farmacéutico: D. Miguel García-Salazar.

Veterinario: D. Juan Cruz Mezo.

Vecinos: D.Eulalio Madariaga, D. Ignacio Urruchua, D. Andrés Larrazabal, D. Vicente Zabala, D. Juan Luis Uriarte, D. Pedro Benguria, D. José María Mota, D. Rafael Elcoro y D. Juan José Sarria...”

Algunos vecinos de Las Arenas, a mediados de mayo de 1895, empezaban a abrir negocios de comestibles en ese barrio. En el pleno del 16 del mismo mes, en el pleno municipal de daba cuenta de: “...Un informe emitido por al Comisión de Fomento y Policía Urbana a cerca de una instancia presentada por D. Pedro Cobo Somoza, solicitando autorización para abrir una tienda y colocar dos rótulos en la calle de la Estación de Las Arenas de esta Anteiglesia, en la planta baja de la casa llamada “Chiquita” perteneciente a D. José Santander...” El Ayuntamiento también se acordaba conceder permiso; “...A D. Tomás Arechavaleta para abrir en el barrio de Las Arenas un establecimiento para la venta de ultramarinos...” También otros negocios trataban de abrir sus puertas en ese barrio: “...El Ayuntamiento pasa a informe, a efecto de las Ordenanzas Municipales de Edificación, la instancia de D. Rafael Elcoro, vecino de esta, quien solicita autorización para construir una tejavana de media asta con destino a una fragua en la casa de su propiedad en el barrio de Las Arenas...”

En el mismo pleno se daba cuenta de los destrozos que causaba la mar en la zona que iba desde Ereaga hasta Satistegi: “...Se da cuenta de una instancia de D. Martín Berreteaga y otros vecinos propietarios de la localidad, en la que manifiestan los destrozos que hace la mar en el monte de la parte de Ereaga hasta Satistegui con motivo de las obras del contramuelle o puerto exterior, las cuales podrían afectar gravemente al Municipio y a varios propietarios. El Ayuntamiento acordaba nombrara una comisión para acercándose al Sr. Ingeniero Director de dichas obras D. Evaristo de Churruca, tratar de poner remedio cuanto antes a los daños y males que pudiera ocasionar el mar en dichos puntos...”

Por contra, en el barrio de Algorta, alguna casa en su principal Avenida veía llegar sus últimas horas: “...La Comisión de Fomento y Policía Urbana comunicó, el 5 de septiembre último, a D. Pedro Amezaga dueño de la casa en ruinas denominada “Abaroa” sita en la calle Mayor (actual Avenida Basagoiti) para que cuento antes derribe o arregle dicha casa, a causa de su mal estado y encontrarse en la calle más concurrida de la población, lo cual afecta al ornato público. Por lo cual deberá dejar el solar que ocupa en buen estado y aseo, en caso de no hacerlo esta Corporación Municipal se verá en la obligación de tomar medidas...” No era la única casa que presentaba ruinas, también la hacía: “...La tejavana de Dña. Concepción Aguirre, que es dueña y administradora de la misma, presentando ruina notoria, y esta situada en la calle Mayor frente a la farmacia de D. Miguel García-Salazar. Quien deberá se derribar o arreglar la misma...”

Finaliza aquel pleno municipal haciendo mención a la finalización de la obras de conducción de aguas desde los montes de Berango hasta nuestra localidad: “...Habiendo concluido esta Corporación las obras de ampliación de la conducción de aguas a esta localidad para su abastecimiento desde los montes de Berango, y siendo muy conveniente que todas las tuberías queden completamente terminadas para el buen servicio de las mismas. Acuerda este Ayuntamiento se avise a la Compañía del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia, encargándole, que de conformidad con la escritura de convenio otorgada el 21 de octubre de 1892, coloque dentro de un breve termino de tiempo, a la entrada del terraplén formado para la construcción de la estación de Algorta, las llaves de paso y desagüe que relaciona la clausula Nº 1 de dicha escritura...”

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo la casa editorial de D. Luis E . Dotesio publicaba el zortziko “Ama Eskeriari Azken Agurra”.

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