miércoles, 26 de marzo de 2025

LAS ROMERIAS Y BAILES EN GETXO y -VIII-

Nuevas formas de socializar fueron dando paso a otras costumbres para la juventud, unas de iniciativa juvenil, otras de iniciativa privada y también de pública.

Un sustituto de aquellos bailes de plaza de los años 60, fueron los llamados “guateques”, estos fueron bailes privados que se desarrollaron en lonjas y espacios privados. Eran fiestas alegres y divertidas de una época en la que casi todo estaba prohibido, se celebraban en petit comité, casi de forma selectiva y clandestina. Se celebraban en casas o locales particulares (garajes, lonjas o locales sociales) y estaban restringidos al círculo de amistades de los organizadores. Lo esencial era disponer de un tocadiscos y de un experto musical en la cuadrilla: “...Los discos eran aportados por los amigos. Había que dejar todo preparado de víspera, fundamentalmente el tocadiscos y el altavoz, que solía ser la tapa del mismo, las bebidas y alguna pequeña vianda. Se celebraban con canciones de música ligera y Rock como: “Penny Lane” de los míticos The Beatles, “Bye-by love” de los Everly Brothers o “El rock de la cárcel” de Elvis Presley . También a base de música lenta con temas como: “Mis manos en tu cintura o La noche” del mítico Salvatore Adamo, “Il mondo” de Jimmy Fontana, “Mona Lisa” de Nat King Cole o “ Sound of silence o Miss Robinson” de Simon y Garfunkel...”

En Getxo, muchos eran los lugares donde se celebraban esos guateques:

EN ANDRA MARI: Uno de los sitios célebres fue la finca de “Basanta”: “...Allí Luis Basanta y su hermano Jósean, junto a una cuadrilla de Algorta y alguno de Berango, empezaron reuniéndose en un local de la vivienda como si se tratara de un pequeño txoko. Más tarde decidieron crear un lugar donde celebrar los guateques.

La cuadrilla de los hermanos Basanta era muy grande, formaban parte de la misma Jorge y Alfonso Valdibielso, Javier Elorriaga, Ozamiz y Estrade “Tigre y Pantera”, Andoni Deusto, Rafa Sangroniz, Yulen Gorrochategui, Luis Bilbao, Ramón Landeta y Pedro Berger; más algunas chicas Isabel Olabarria, Ana Churruca, Tere Libano, Elisa López, entre otras. Al lugar donde celebraban los guateques y le llamaron “El Club de los Taleadores”.

El espacio destinado a la celebración de los guateques era muy sobrio, aunque disponían de una barra de bar, que tenía cocina y chimenea, la mesa donde se instalaba el “Picku” (tocadiscos), unos rudimentarios bancos donde sentarse y un pequeño receptáculo. Como elementos decorativos en el centro del local plantaron un árbol y de la playa de Azkorri levaron unas vertebras de cachalote, que hacían las veces de asientos...”

EN ALGORTA: Se celebraron en varios locales, uno de ellos el “Bataclán”: “...En el se solían juntar Josetxu Raluy (+), Celaya, Mota, Vela (+), Salaberri, Artola (+) y otros jóvenes de la época. El otro estaba situado en la “Calle Nueva” (actual Musike Aurrekoa). La cuadrilla que allí se reunía fue una de las de la “Plaza”, entre sus miembros estaban: Jaime Ayo, Tomas Lekanda, Patxo Zárraga, Angel Astorki, Joseba Bueno, Luisje Saitua, Javi Bueno, Joserra Elorriaga y “Tolín” de la zona del castillo, Iñaki Sarria, Juan Luis Madariaga, Gerardo Bilbao, Jose I. Franco, Julio Jaén, Iñaki Isasi, Iñaki Ortiz, Pedro Celaya,Juanjo Sarría y Mikel Zabala .

En un principio el lugar de reunión fue en Galarene, en un antiguo gallinero, en la casa de los Lekanda. Más tarde se trasladaron a una casa sin habitar que consiguió uno de los amigos, Jaime Ayo. El nombre de aquella edificación era “Villa Danelis”, estaba casi al final de la calle, a la izquierda, cerca de la casa de los Camiruaga. Tenía un estilo un poco inglés con casas de dos pisos. Al principio era un lugar de encuentro de la cuadrilla, sin chicas, hasta que como dice uno de sus miembros, nos dimos cuenta que el mundo giraba y teníamos que acercarnos a las chicas..., así que vimos una solución para aquella aproximación en el incipiente mundo de los guateques, que entonces empezaban a florecer...”.

También se celebraron guateques en otros lugares del municipio, como Neguri, Romo y Las Arenas.

Aquella modalidad de diversión fue el principio del fin de los bailes de la plaza pública, luego llegarían las salas de fiestas. En Getxo las de referencia eran Tamarises e Igeretxe, así que ese mundo privado fue dejando paso a otro diferente, más social. Fue una época en la que la televisión aún era un experimento y los cines casi la única diversión comunitaria.

Con la desaparición de los bailes en las plazas los domingos en los año 70, un nuevo lugar de encuentro para la juventud tomo el relevo a finales de los años 80 del pasado Siglo XX, la Discoteca popular de Andra Mari. La Discoteca de Andra Mari, resultó una experiencia pionera en Getxo, surgida del Aula de Cultura, fue conocida popularmente como “La Discoteca sin Alcohol de Andra Mari”. Esa experiencia inédita y pionera, abrió sus puertas en Diciembre de 1.989, consiguió en poco tiempo la accesión de multitud de jóvenes, ávidos de un lugar barato, donde poder relacionarse y divertirse.

Fue una idea que surgió desde el Aula dentro del proyecto “Asteburua”, que consistía en convertir las Aulas de Cultura en lugares de encuentro, las personas responsables de lanzar aquella iniciativa fueron Eugenio Gandiaga y Marta Herrera.

Pronto comprobarían que habían infravalorado la iniciativa, su éxito fue incuestionable, mas de 200 jóvenes abarrotaron las inmediaciones, deseosos de diversión y nuevas experiencias, llegaban de los pueblos mas cercanos (Leioa, Sopela, Erandio), también de Bilbao, Portugalete y Santurtzi.

Contrataron a una empresa de eventos musicales de Gernika cuyo nombre era “Radmatad”, ellos se encargaban, del Disjokey y de seleccionar la música, para poder realizar aquella actividad.

Tuvo un pequeño parón con motivo de las Navidades y enseguida, el 6 de Enero, volvió a abrir sus puertas, cada sábado el numero de chavales iba en aumento, por lo que se tuvo que trasladar al frontón del Polideportivo anexo al probadero de Getxo.

Esta experiencia sobrepaso las expectativas de los promotores, la afluencia iba increschendo, fueron mas de 1.500 jóvenes los que hicieron uso de aquellas instalaciones, según fuentes de la propia Aula de Cultura, en el año 1.991, afirmaban que se habían superado estas cifras y daban una media de 1.903 personas de asistencia. Durante las 34 semanas que duró aquel evento, se contabilizaron un total de 64.720 chavales a lo largo de un solo curso escolar. Una de las cosas que le confirió popularidad era el precio, para la época 100 pesetas, no era un coste excesivo, incluía un refresco como consumición.

La discoteca abría sus puertas los sábados, desde las 17,30 hasta las 21:00 horas de la noche. La experiencia resultó un éxito, contó con la participación de monitores de tiempo libre de (Eleixpe, Romoko Ardatza, y otros grupos).

Una de las actividades que se realizaron dentro de aquella discoteca fue el “Concurso de Baile”, que se celebraba en el mismo frontón, en su ultima edición, en Junio de 1.991, un total de 1.347chavales acudieron a la cita.

La seguridad de las instalaciones contaba con la ayuda de la Dya, y los alrededores eran controlados por jóvenes, para evitar que se pudiera introducir bebidas alcohólicas y los trapicheos de drogas o alguien tuviera encima exceso de alcohol.

Finalmente el exceso de aforo, los problemas de seguridad, sobre todo en las salidas de emergencia hicieron que aquella iniciativa terminaría prematuramente en Junio de 1.991.

Con este último vestigio, recuerdo de los bailes de plaza, finalizo estas entradas sobre los “Las Romerías y los Bailes en Getxo”. Pero como siempre quiero dejar claro que seguramente habrá más datos y más recuerdos, de aquella actividad lúdica que animó a nuestros antepasados y a nosotros mismos, a acudir aquellas plazas a disfrutar de la música y el baile y de encontrarnos con nuestros amores de juventud.


domingo, 23 de marzo de 2025

LAS ROMERIAS Y BAILES EN GETXO -VII-

El servicio de altavoces, muchas veces no podían poner discos solo musicales, ya que en el mercado la mayor parte de los LP incluían canciones. A pesar de lo cual algunas quejas de vecinos llegaba a la Alcaldía y esta cursaba esa quejas: “...Que el concesionario del servicio de altavoces, en contra de lo dispuesto utiliza discos con cantables, excusándose que en el mercado se carece de discos con música sola...” (A.M.G. 25 de junio de 1948).

Al llegar el mes de agosto de 1948, la Alcaldía de Getxo, sacaba a concurso el servicio de altavoces. Las normas para el concurso eran muy estrictas: “...La concesión se hará por un año siendo prorrogable a otro. Los altavoces funcionaran solo con placas de música sin canto, el cual queda prohibido terminantemente, debiendo utilizarse las de música española, por lo menos el 70% del tiempo, siendo elegida la de pasodobles, habaneras, tangos, schotis y jotas del variadísimo repertorio de nuestros compositores nacionales.

Los sitios de actuación que se fijan serán: Dos día laborables en Las Arenas y uno en Algorta a la semana. Sábados y Festivos actuará la Banda en los lugares que se fije para ello.

El servicio de altavoces actuara desde el día 1º de junio al 30 de septiembre de 18:00 a 22:30 de la noche y después del 1º de octubre al 31 de mayo de 18:00 a 21:30 de la noche. En las romerías nocturnas autorizadas por el Ayuntamiento o la Alcaldía.

Siempre que actúe la Banda Municipal y la de chistularis, se acataran las ordenes del director de la primera, quien dispondrá el orden del servicio de bailables del altavoz, alternándolos con con las bandas anteriormente citadas.

Por respeto a la Cuaresma quedaran suprimidas la audiciones a partir del cuarto domingo de la misma hasta el sábado de gloria...” (A.M.G. 6 de agosto de 1948).

Los postulantes, vecinos de Getxo y otras poblaciones cercanas fueron los siguientes: “...D. Fermín López y D. Francisco Ruiz, de 38 y 45 años, con domicilio en la calle Coscojales 18 de Portugalete; D. Teodoro Novales y D. Víctor Alonso, de 31 y 40 años, con domicilio en la calle Caja de Ahorros Vizcaína 5 y 11 de Las Arenas; también se presentaron D. Pedro Novales y D. Mariano Gonzalo de Portugalete y San Salvador del Valle; y el anterior concesionario D. Luciano Reguera...”(A.M.G. agosto de 1948). Una vez presentada el acta de la subasta, los agraciados fueron D. Fermín López y D. Francisco Ruiz, de Portugalete. (A.M.G. 1 de septiembre de 1948). El baile debía de ser cerrado una hora después del horario fijado. Poco duró aquella concesión, ya que el 30 de diciembre de ese mismo año, el Ayuntamiento de Getxo decidía retirarles la explotación de aquel servicio. Ambos, presentaron su renuncia a la concesión argumentando : “...Que por causas ajenas a su voluntad les es imposible seguir explotando dichas plazas de baile por no poder atenderlas...” (A.M.G. 10 de marzo de 1949).

De los lugares de baile de carácter privado hablaban en la “Memoria del Ayuntamiento de Guecho” de 1948 a 1954, en ella decían: “...Además existen salones de baile en locales magníficamente instalados inmediatos a la Playa de Ereaga, como son el de los Tamarises, Balneario de Iguereche, Hotel Eguía y Casino Algorteño, además del Club Marítimo...” El “Hotel Eguia” inaugurado en el año 1907, ofrecía en su pista bailables que eran animados por las “Orquesta Bahía”.

Los años 50 fueron años en los que la diversión y los bailes se realizaban, durante las fiestas patronales, en los barrios de Getxo:

En Las Arenas: Eran cuatro los lugares en los que la juventud y mayores disfrutaban de los acordes de la música, en la calle Mayor, Bizkaiko Zubia Enparantza, Plaza de las Escuelas y Santa Ana. Y en alguna Sociedad privada como el Club marítimo del Abra. En la calle Mayor, a mediados de los 50, una de las melodías más populares era “Bayón del gato” del Trio Guadalajara.

En Romo: Se celebraron en la Plaza de Santa Eugenia y también en la Sociedad Gobela.

En Neguri: En Jolaseta.

En Algorta: En la Campa del Carmen, en Ereaga, Puerto de Algorta, Plaza de San Nicolás, Alango y Salsidu durante las fiestas de San Juan. Y en algún local privado como el Casino Algorteño y el Hotel Eguia.

En Getxo (Andra Mari): En la campa del mismo nombre.

A mediados de los años 50 el Ayuntamiento de Getxo establecía un normativa a para las actuaciones de la Banda Municipal de Música: “...La Banda tocara todos los domingos, excepto los de Pasión y Ramos, y todas la fiestas de precepto. Se establecía el calendario de fiestas locales, en el se incluían las vísperas de las fiestas de Santa Ana, San Ignacio, San Nicolás y Las Mercedes. Las sesiones de bailables serán de tres horas los domingos y días festivos; la Banda ejecutará un bailable por lo menos cada media hora el día en que le toca actuar, debiendo ser su duración de al menos 6 minutos, con jotas y pasodobles al finalizar...” (1955 Expediente del A.M.G. Código 2874 Signatura 1487-3).

Los años 60 del pasado Siglo XX cambiaron algunos de los espacios festivos, en los que tanto la Banda Municipal como las orquestinas animaron a nuestro jóvenes. A partir de esos años, el lugar de encuentro para bailes fue exclusivamente la Plaza de San Nicolás de Algorta los domingos por la tarde, además de que en las fiestas locales las actuaciones se desarrollaban en los respectivos barrios. Igualmente, un nuevo atractivo emergía para la socialización de nuestra juventud, los salones de los establecimientos hosteleros, que al igual que el Hotel Eguia iban a cambiar los hábitos de todos ellos; se trataba del “Hotel Tamarises” e “Igeretxe”.

Las orquestillas que actuaron en la Plaza de San Nicolás de Algorta fueron: La Orquesta Montserrat, la de los hermanos Ortiz y la orquesta Trévol del Juan Carlos Pichel. Hasta 1967 la exclusiva de la Orquestina Municipal, en la Plaza de San Nicolás, estuvo en mano del santurtziarra D. Fulgencio Luque Oses. El 31 de diciembre de 1967, el Negociado de Gobernación del Ayuntamiento de Getxo señalaba el final de la explotación del servicio de altavoces. (AMG Expediente: Código 2131 Signatura 4007-5).

Y mientras sonaba la “Orquesta Monserrat· de los hermanos Luque, de aquellos bailes de la plaza de Algorta, hay dos cosas que muchos, ya entrados en años, recordaran: “...Los tickets que los ayudantes de las orquestinas vendían, para poder bailar en la plaza, y que se colocaban en la solapa de la chaqueta, prendidos por un alfiler. Y el quiosco de Matilde, era algo mas que un quiosco, lugar de confidencias, ropero para los que bailaban en la plaza, guarda llaves para las chicas de servicio, fue una pequeña historia de Algorta...” Aquellos tickets eran de diferente colores y formas, cada semana los cambiaban para evitar que pudiéramos utilizar los de la anterior semana. Por otro lado Matilde era quien nos surtía de cigarrillos a granel, de aquellos de chesterfield, ducados, Lark y otros.

Cuando finalizaba aquel año, una nueva Sociedad venía a llenar el vacío dejado por las plazas públicas, tratando de dar a la juventud de Las Arenas un lugar donde dar rienda suelta al baile y ha relacionarse con gentes del barrio, se trataba de la “Sociedad Ondarrak”. Para ello los miembros de dicha Sociedad se dirigieron al Ayuntamiento de Getxo: “...Javier Marco Gardoqui, soltero de 21 años, estudiante, domiciliado en la calle General Primo de Rivera Nº 3, 4ª izquierda. En calidad de directivo de la “Sociedad Ondarrak O.A.R.”, solicita le sea concedida la autorización para organizar bailes los días festivos en esta Sociedad...” La contestación del Ayuntamiento de Getxo, concediendo la autorización decía: “...Que por parte de esta Alcaldía no existe inconveniente alguno en acceder a dicha petición, durante los días festivos de las próximas fiestas de Navidad. Para poder realizar dicho baile será requisito imprescindible la presentación en la Jefatura de la Policía Municipal, el permiso de la Jefatura Superior de Policía de Vizcaya, sin cuyo documento no tendrá validez la autorización Municipal...” (AMG Expediente: Código 2861 Signatura 3952-10, del 14 y 18 de diciembre de 1967).

Tras aquella solicitud, una nueva era enviada para celebrar un baile de disfraces el día de Reyes. La autorización de la Dirección General de Seguridad, de la Jefatura Superior de Policía de Vizcaya, para aquel acto decía: “...Para su conocimiento y efectos, participo a usted que con esta fecha 5 de enero de 1968, se ha autorizado a D. Luis Meabe Bilbao, Presidente de la “Sociedad Ondarrak O.A.R.” de Las Arenas, para celebrar un baile de disfraces (con la cara descubierta) amenizado con tocadiscos para el día 6 del actual en la Casa Social de Las Arenas...” (AMG Expediente: Código 2861 Signatura 3952-10, del 5 de enero de 1968).

En marzo de 1968 se volvía a sacar a subasta el servicio de altavoces, en dicho peno se recogía lo siguiente: “...El señor Alcalde abrió la sesión bajo la invocación de ritual: En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. En el tercer punto del orden del día se contempla la adjudicación definitiva del servicio de explotación de altavoces, en la plaza del 16 de junio (San Nicolás): Visto el expediente de de concurso para adjudicar el derecho de amenizar con una orquestina el baile en la plaza del 16 de junio del barrio de Algorta. La Comisión permanente acordó adjudicar durante 3 años el derecho a amenizar el baile a D. José Urrutia Arteagoitia vecino de Derio. El precio que deberá pagar al Ayuntamiento es de 40.000 pesetas anuales. Una de los motivos de la concesión radica en que dicho señor ofrece libre de gastos al Ayuntamiento su equipo radiofónico para ser sado en actos públicos...” (Libro de Actas del Pleno Municipal del 25 de marzo de 1968).

Casi a finales de los años 60 del pasado Siglo XX, la prensa bilbaína nos hablaba sobre la actividad musical, que se desarrolló entorno a alguno de los establecimientos hosteleros del municipio, y de los conjuntos musicales que actuaban en el mismo. Entre ellos esta uno de los hoteles emblemáticos de Algorta: “...Fiestas en Getxo.- Hoy grandes verbenas en los Tamarises, con la actuación especial de los conjuntos “Los Kali” y “Los Blanco”...” (Hierro ) Eran los tiempos de las grandes salas de fiestas bilbaínas “Aranzazu”, “Capri”, “Seis Estrellas”, “Dantzari Club” en la que por cierto, en esta última, actuaron “Los Kali” y “Los Blanco”. (Hierro Diario de la Tarde del 30 de julio de 1968).

En esos años se bailaba en la Plaza San Nikolas. Por entonces, los benditos días de lluvia en el frontón de dicha plaza, era el momento esperado, en los que el baile a lo agarrado desbordaba la emoción de los aprendices de Fred Astaire, permitiendo por lo estrecho del recinto algún achuchón robado que te aceleraban los latidos.

Finalizaban los años 60 y el baile de la Plaza de San Nicolás pasaba a mejor vida, los hábitos de relación habían cambiado, y las discotecas habían tomado su lugar. Los jóvenes ya empezaban a disponer de coche y el transporte había mejorado, con lo que los desplazamientos a otros lugares eran más frecuentes.

miércoles, 19 de marzo de 2025

LAS ROMERIAS Y BAILES EN GETXO -VI-

 

Tras un tiempo en que el servicio de altavoces quedó en silencio, y por fin, gracias a las gestiones de algunos concejales, la música volvía a sonar en las plazas públicas.

El tiempo pasaba sin dicho servicio de altavoces y por fin un escrito de la Comisión de Fomento, encabezada por los Concejales Corral y De Miguel, daba luz al túnel de silencio a que la gente joven se había visto abocada: “...Se realicen las pertinente gestiones a fin de que el próximo Sábado de Gloria, comience a funcionar el servicio de altavoces en el barrio de Las Arenas, informando su propietario que dichos equipos se hallan depositados en la Plaza del Mercado...” Se referían al antiguo mercado de Las Arenas, que estaba entre las calles Nueva (Actual Ogoño) y la calle de la Estación (Actual Andrés Larrazabal) (A.M.G. 23 de marzo de 1945).

El secretario municipal de Getxo, al día siguiente, en un escrito, indicaba al Ayuntamiento, quien era el propietario de los altavoces, y cuales eran sus condiciones para la cesión del uso de dichos altavoces, así como las características de aquellos equipos: “...Se dio cuenta del material depositado en el mercado de Las Arenas: Se trata de dos equipos amplificadores, del sistema Morlen americano, con doce lamparas cada uno, capaces para dar servicio a cuatro altavoces; cuatro altavoces para cada equipo, haciendo un total de ocho altavoces; dos micrófonos de cristal, sistema americano; cuatro líneas portátiles; un quiosco portátil con sus respectivos caballetes y plataforma y una colección de unos 30 o 40 discos. Que su propietario D. Antonio García Elejalde, cedería gratuitamente con la condición de que el Ayuntamiento adquiriese los discos y sufragara los gastos de jornal de un técnico y un peón para las operaciones de instalación y retirada de los aparatos. A su vez el Sr. García plantea que una vez establecida la Banda Municipal de Música, se le deje en libertad para poder vender los equipos, salvo que el Ayuntamiento desee adquirirlos. Por lo que no tiene inconveniente en ceder en venta todo su material, aceptando la tasación que un técnico nombrado por el Ayuntamiento realice...” A continuación se detallaban los preparativos necesarios para que el Sábado de Gloria pudieran entrar en funcionamiento aquellos equipos: “...La instalación de las líneas serán por cuenta del Ayuntamiento. Se habilitará una casetas de las que posee el Ayuntamiento, que podría colocarse en la finca que en su día ocupo el Cine Rosa de Las Arenas, hasta tanto se habilite un kiosko o caseta artística...” La finca del Cine Rosa estaba situada entre las calles María Cristina y Mayor, frente a los ventanales de la Cafetería Novelty. (A.M.G. 24 de marzo de 1945).

Durante los siguientes años, hasta 1949, todos los expedientes municipales que hablaban sobre aquellos bailes de plaza, seguían con la misma matraca a cerca de la moralidad. Y con diferentes subastas a las que se presentaban vecinos de Getxo y otras poblaciones cercanas. En prácticamente todos se repetían los prejuicios que ya venían de lejos: “...Darle el mayor impulso a los bailes de plaza sin que resulten ni molestos ni inmorales; que los altavoces funcionen con música sin canto; usando música española en el 60% del tiempo; siendo la preferida pasodobles, schotis, habaneras, tangos y jotas...” Y por primera vez se hablaba de la actuación en las plazas: “...Cuando actúen en la plazas de Algorta y Las Arenas las Bandas de Txistularis y Municipal se dispondrá para los servicios de bailables de los altavoces...” (A.M.G. 30 de abril de 1945).

Aquellos servicios de altavoces era atendidos por los concesionarios Señores Teodoro Novales o Antonio García, este último informaba de que: “...Que con fecha del 13 de mayo termino la amenización de los bailes públicos con mi equipo de altavoces, que comencé el 31 de marzo (Sábado de Gloria), hasta la fecha al comienzo indicada...” (A.M.G. 18 de mayo de 1945).

A pesar de lo cual, la mirada atenta de los vigilantes de la moral y el orden en las plazas publicas, seguían dejando notas sobre la forma de entender esa disciplina en una época. Así una nueva carta dirigida a la Alcaldía de Getxo por parte de, los que firmaban como “Jóvenes de Acción Católica”, que viendo casos anteriores, lleva a la conclusión de que seguramente fueran inducidos por los párrocos de los distintos barrio de la Anteiglesia, esta misiva exigía la observancia de las normas: “...Los que suscriben Jóvenes de Acción Católica de los distintos centros de este Municipio solicitan: Que habiéndose establecido por esa Corporación el baile a lo suelto en plazas públicas, tan requerido por nuestras autoridades eclesiásticas como sustitución a los bailes actuales, veríamos con agrado que tanto en los bailes de los domingos como en fiestas y verbenas, se suspendieran los altavoces, lo mismo que se hace cuando toca la Banda Municipal.

Así mismo hemos observado que por los citados altavoces se continúan interpretando, piezas con letra, y que tenemos entendido a sido prohibido recientemente por al autoridad gubernativa. No dudamos entienda nuestras sugerencias para la defensa de las buenas costumbres...” Firmaban aquel escrito las JOC de Las Arenas, Romo, Algorta y San Ignacio (A.M.G. 1 de agosto de 1945).

Lo que llevaba al Alcalde de Getxo a apercibir al concesionario Sr. Novales de las consecuencias que pudieran derivarse de volver a incumplir dicha normativa (A.M.G. 31 de agosto de 1945).

Habían transcurrido casi seis meses, cuando el empresario responsable de ofrecer música en la plazas públicas D. Teodoro Novales Campomar, dirigía un escrito al consistorio de Getxo en el que exponía: “...En el año 1945 la situación se ha tornado extremadamente difícil para el mantenimiento de este servicio, debido a la baja asistencia de juventud en estas plazas de Las Arenas y Algorta, causada por restricciones en el suministro de energía eléctrica, el aumento de los impuestos de la Sociedad de Autores y Protección de Menores. Algunos municipios han acordado bonificar a los concesionarios, yo no solicito esto, si no que se me permita, ya que los días van alargando su duración, alargar la hora de finalización de los bailes, que actualmente es a las nueve y media de la noche, ya que debido a esto último los jóvenes se marchan a otras plazas cercanas, como Portugalete, que dispone de un horario más prolongado, por los que vemos que nuestra juventud se aleja de sus casas y familiares, y que al ser menos vistos por ellos se contagian de costumbres desfavorables, llegando más tarde a sus casa ante el descontento de sus padres. Muchos padres reconocen que una represión excesiva a la juventud les lleva a concentrarse en lugares solitarios. Por todo ellos solicito se me conceda una hora para finalizar los bailes más adecuada...” (A.M.G. 25 de enero de 1945).

Tras meditar el Ayuntamiento de Getxo el contenido de aquella carta acordaba: “...Conceder a D. Teodoro Novales la ampliación del horarios de finalización de los bailes, permitiendo que los mismos duren hasta las diez de la noche en lugar de hasta la nueve y media como en la actualidad...” (A.M.G. 1 de febrero de 1946).

Otros motivos, ajenos al concesionario, provocaban que los bailes, y con ello la diversión de aquella juventud, fueran suspendidos. Las causas eran debidas a épocas de extremada religiosidad y poca permisividad: “...El suscrito D. Teodoro Novales, concesionario de los bailes al aire libre en la Anteiglesia de Guecho, expone: Que con fecha del 30 de marzo del presente, recibí un oficio de la Guardia Municipal, en el que se me comunicaba el acuerdo de ese Ilustre Ayuntamiento, por el que se suspendía el baile al aire libre desde el día 31 de marzo hasta el 21 de abril, con motivo de la proximidad de la Semana Santa...” Claro que ante la petición, de que para no gravar sus ingresos como concesionario, se le eximiera del pago durante esos días, el Ayuntamiento le contestaba: “...Que dentro de las condiciones del contrato firmado por usted figuraba la de que: Suprimir las audiciones a partir del cuarto domingo de Cuaresma hasta el Sábado de Gloria...” (A.M.G. 26 de abril de 1946).

Durante el mandato de Juan Bautista Merino Urrutia, en 1946, volvían a salir a subasta aquellas concesiones, con los mismos horarios, solo que la finalización de los bailes volvía a las nueve y media de la noche. Y las interrupciones de los mismo, volvían a chocar con la inevitable Sema Santa. Por lo que el concesionario D. Teodoro Novales renunciaba a continuar con unas condiciones que le impedían mantener a su familia. Tras salir a subasta el servicio la puja quedo desierta. (A.M.G. 13 de mayo de 1946).

En junio de 1946, nuevos concesionarios trataban de entrar el liza, se trataba: “...Una proposición de varios miembros de la Banda de Música, otra de D. Teodoro Novales y una tercera de D. Luciano Reguera. El Ayuntamiento optaba por la presentada por este último que decía: Siendo por cuenta del interesado todos los impuestos, pago de la energía, discos, instalación y atención del equipo, ofrece el 60% de de la recaudación deduciendo el salario de los cobradores, corriendo por cuenta del Ayuntamiento la habilitación del local para para la instalación de todos los aparatos, concediendo durante un año a este el servicio de altavoces en la vía pública...” (A.M.G. 5 de julio de 1946). En un acta firmada por el Alcalde de Getxo D. Juan J. Bautista Merino, el 8 de julio el Ayuntamiento acordaba: “...Que a la mayor brevedad se haga desaparecer la caseta que tiene instalada para el servicio de altavoces en la plaza del Puente de Las Arenas...” (A.M.G. 8 de julio de 1946).

Días más tarde, el concesionario D. Luciano Reguera dirigía un escrito al Ayuntamiento de Getxo: “...El que suscribe D. Luciano Reguera Cuesta, domiciliado en Las Arenas en la calle Paulino Mendivil 8, expone los siguiente: Visto el pliego de condiciones para el servicio de altavoces, me parece bien, pero desearía cambiar el horario de las actuaciones por el siguiente: Primera época de 18:00 a 23:30 de la noche, segunda época de 17:00 a 22:30 de la noche.

También que se nos autorizara a actuar simultáneamente en Las Arenas y Algorta, durante la época que actúa la Banda de Música, los sábados y domingos...” (A.M.G. 19 de julio de 1946).

Algunos actos de carácter religioso restringían los días de actuación concedidos a D. Paulino Reguera: “...Que habiéndose perjudicado mi presupuesto por las ordenes emanadas de esa Alcaldía, por las cuales se nos prohíbe actuar durante los días 27 y 30 de noviembre y 1, 4, 7 y 8 de diciembre de 1947 por celebrarse las Santas Misiones en Portugalete, y los días 28 de febrero y 2, 7, 9 ,14 y 16 de marzo pasados en la plaza de Algorta por los Santos Ejercicios Espirituales en la Iglesia de San Nicolás de Bari, se nos deduzca la cantidad de 2.000 pesetas del presupuesto anual...” (A.M.G. 15 de abril de 1947).

En la próxima entrada de esta serie, sobre las romerías y bailes en Getxo, veremos las dificultades que los concesionarios del servicio de altavoces tenían para cumplir con lo ordenado por las autoridades municipales.

miércoles, 12 de marzo de 2025

LAS ROMERIAS Y BAILES EN GETXO -V-

Siguiendo con esta serie sobre las romerías y bailes en Getxo, en esta entrada iremos viendo como se realizaban los contratos con las orquestinas y los servicios de altavoces.

Dos años después de haber firmado el contrato con la “Orquesta Fernando”, para tocar en las plazas del municipio piezas bailables, el mismo era rescindido: “...Finalmente se acordó rescindir el contrato que sobre actuación de altavoces ha venido rigiendo, disponiendo que el mismo sea sacado a subasta. La condición es que dicho servicio ha de hacer mediante orquestinas, y en los días en que se estipula se realizará con audición de altavoces sin orquestina, con la condición de que las placas que se empleen habrán de ser de música, con la prohibición de canciones en las mismas...” (A.M.G. 8 de enero de 1943).

Las condiciones de contratación establecidas, para las orquestinas que iban a animar las tardes de sábados y domingos, nuestras plazas fueron las siguientes: “...La subasta tendrá dos modalidades: La primera de orquestina con altavoces y la segunda solamente de altavoces. En el caso de la primera modalidad, se comprometerá a actuar la orquestina los domingos y días festivos por un tiempo no menor a dos horas, y el resto del tiempo y los demás días la actuación será solo con altavoces, entendiendo que las plazas que se usen deberán ser solo de música, quedando terminantemente prohibido las canciones en las mismas.

Si la adjudicación se hiciera solo de altavoces, sin orquestina, el adjudicatario cumplirá las obligaciones establecidas anteriormente sobre las placas.

La adjudicación llevará aneja la exclusiva de bailables dentro del termino municipal. El horario de actuaciones será de cinco a nueve y media de la tarde.

Los días de actuación serán: Dos laborables y uno festivo en Las Arenas y un laborable en Algorta por semana, sin perjuicio de actuar en las romerías de los distintos barrios, así como todos los festivos del año...” (13 de enero de 1943).

Varios posibles concesionarios acudieron a la subasta municipal, entre ellos estaban: “...D. José María Iturregui Bilbao, de 48 años, vecino del municipio, con domicilio en la calle Andicoeche, quien llevaba ya más de un año al frente de las orquestinas en el municipio, que afirmaba que la concesión de las actuaciones solo a base de altavoces redundaría en perjuicio del municipio, ya que en la actualidad acude a esta plaza mucha gente venida de Bilbao, exclusivamente por oír a la orquestina y que en el caso de actuar solo con placas no vendría a esta localidad...” Otros que participaron en la subasta fueron: “...D. Víctor López Alonso, vecino de Santurce, quien ofrecía 15.000 pesetas por la actuación durante dos años, y en el caso de arriendo a base de discos 9.000 pesetas anuales...” Finalmente el Ayuntamiento acordaba adjudicar el servicio a base de altavoces, durante dos años, por la cantidad de 11.000 pesetas, a D. José María Iturregui, por ser la oferta más ventajosa...” (A.M.G. 22 de enero de 1943).

Un acuerdo cuando menos curioso, influido por la preponderante iglesia, se producía entre los Ayuntamientos de Getxo, Margen Izquierda de la ría y la Zona Minera: “...Los Alcaldes de los Ayuntamientos de Portugalete, Santurce, Sestao, Baracaldo, Gallarta, San Salvador del Valle, Ortuella, Somorrostro y Guecho, reunidos en las oficinas del despacho parroquial de Portugalete, para tratar de la falta de moralidad en estos Pueblos, cumpliendo con los establecido en las conclusiones del 1er Congreso Eucarístico, tomaron los siguientes acuerdos: Fijar la hora de finalización de los bailables a las once y media en verano y a las nueve en invierno. Señalar los domingos y festivos como únicos días de baile. Desaparición de los altavoces en los pueblos que dispongan de Banda de Música. Reglamentar los altavoces en aquellos que no tengan Banda de Música, imponiendo un descanso cada 10 minutos entre piezas, suprimiendo las placas cantadas o con letrilla, recomendando el uso de música española. Supresión de la llamas orquestinas de baile...” Aquellas disposiciones iban a entrar en vigor el día 8 de agosto de 1943. (A.M.G. 23 de julio de 1943).

A pesar de lo cual, al año siguiente, un vecino de la Vega de Santa Eugenio (Romo), participaba de aquellas iniciativas para ofrecer música bailable con sus altavoces y se dirigía al Ayuntamiento: “...El que suscribe D. Pedro Novales Campomar, soltero de 34 años, vecino de la calle Caja de Ahorros Vizcaína de Las Arenas, expone: Que hace dos meses tomo en traspaso los altavoces de Guecho, que venían tocando la música los días festivos hasta cerca de las doce de la noche. Ruega que se le autorice a tocar música hasta las once y media de la noche...” El Ayuntamiento de Getxo únicamente le autorizaba a ofrecer música mediante altavoces hasta las once de la noche. (A.M.G. 7 y 16 de junio de 1944). Sin embargo el Ayuntamiento una vez estudiado el expediente de concesión acordaba: “...Que dicho servicio fue adjudicado a D. José María Maguregui, sin que se tenga noticia oficial del traspaso a D. Pedro Novales, por lo que de acuerdo con la base 8ª de la concesión del servicio de altavoces, la cual establece que el horario de actuación de los bailes públicos será de cinco a nueve y media de la tarde, se indica al concesionario que el Ayuntamiento prescindirá en los sucesivo de los altavoces en todas las romerías nocturnas...” (A.M.G. 20 de julio de 1944).

El día 9 de enero de 1945, el Alcalde Getxo, D. Joaquín Ibarguengoitia, remitía a la prensa autorizada del momento: “Hierro”, “Correo” y “Gaceta del Norte”, el anuncio para la subasta del servicio de altavoces en el termino municipal de Getxo. Aquella subasta se establecía las siguientes condiciones: “...La concesión será por dos años a partir del 1 de febrero de 1945. Los altavoces funcionaran con placas (discos) sin canto, el cual queda prohibido terminante mente. Se usará música española por lo menos en el setenta por ciento del tiempo, siendo preferentemente a base de pasodobles, habaneras, tangos, chotis y jotas. La instalación será sometida a las instrucciones del Arquitecto Municipal. Los días de actuación serán los siguientes: En Las Arenas un laborable y todos los domingos y festivos, a excepción de los días en que se celebren fiestas patronales en otros barrios; en Algorta un laborable por semana y domingos en que la banda actúe en el barrio de Las Arenas. El horario altavoces que regirá desde el 15 de junio al 30 de septiembre será de siete a diez y media de la noche, y a partir del 1 de octubre al 14 de junio de seis a nueve de la noche. Las Romerías nocturnas en los barrios, tendrán uso exclusivo del servicio de altavoces. Siempre que actúe la Banda Municipal en los bailes públicos, su director dispondrá del orden de los bailes mediante altavoces, alternándolos con con los de la Banda, y avisará de ello al concesionario con 24 horas de antelación. El servicio se subastará por 12.000 pesetas anuales. Los concursantes de fuera de la localidad deberán presentar avales de dos personas de solvencia o de comerciantes de la localidad...” (A.M.G. 9 de enero de 1945).

Aquella nueva subasta para la adjudicación del servicio de altavoces, tuvo como resultado la siguiente adjudicación, por parte del Ayuntamiento de Getxo: “...Conceder la concesión a D. Víctor Alonso y a D. Teodoro Novales, domiciliados en la calle Caja de Ahorros Vizcaína de Las Arenas (Romo), en la cantidad de 17.000 pesetas...” (A.M.G. 26 de enero de 1945).

Algunas veces aquellos servicios de altavoces, no actuaron, con lo que el público que acudía habido de entretenimiento a la plaza de Las Arenas, se dirigía a otras poblaciones limítrofes a buscar esos momentos de esparcimiento musical: “...Los abajo firmantes, todos del comercio de Las Arenas (Guecho), exponen: Que se han visto sorprendidos porque el último sábado y domingo, no funcionó el servicio de altavoces, cosa que nunca había ocurrido, y por este motivo el público se disemino a otros pueblos como Lejona, Berango o Portugalete...” Entre los firmantes se encontraban Juana Aguirre, B. Aberasturi, Jorge Malcorra, Juan Ugalde... (A.M.G. 13 de febrero de 1945). El motivo de aquel parón en el servicio de altavoces se conocía pocos días después, ya que los concesionarios del mismo renunciaban a la concesión. (A.M.G. 16 de febrero de 1945). Pocos días más tarde volvía a salir a subasta dicho servicio de altavoces, a la misma se presentaron: Mario López y Víctor López de Portugalete y Teodoro Novales de las Arenas (Romo).

En la próxima entrada de esta serie sobre los bailes y altavoces en Gexo, veremos como por fin el Sábado de Gloría este servicio volvía al barrio de Areeta-Las Arenas.