Era un dicho tradicional el que “El Corpus es uno de los días que tradicionalmente brillaba más que el sol”. Aunque el de este año no prometa respetar las tradiciones, a juzgar por como transcurre junio. Esta celebración religiosa fue implantada por el Papa Urbano IV, que rigió la Iglesia en la segunda mitad del siglo XIII, en 1264 instituyó la fiesta del «Corpus Christi» encargando a Santo Tomás de Aquino la composición de los himnos de dicho oficio.
Antaño los balcones de las calles, durante esta festividad, podían verse engalanados con vistosas colgaduras, mientras que largas procesiones acompañaban a la Custodia, la cual iba bajo palio, escoltada por un legión de sacerdotes, monaguillos y autoridades militares, además de los vecinos, vestidos con sus mejores galas para dicho acto religioso. Algunas ropas, sobre todo de las personas adineradas, destacaban sobre el resto, lucían ellos chaqués, bombines, camisas de lino o muselina y capa, en gran parte de influidos por modas afrancesas; mientras que ella vestían zapatos de hebilla dorada, faldas de fantasía y marineras a juego de colores verdosos y rojos, y la mantilla (negra o blanca) que cubría cabeza y hombros, y como complemento delicados bolos colgantes de la muñeca. Obviamente estos ropajes y adornos solo era portados por las personas adineradas, mientras que el vulgo usaba ropas más humildes.
Las vestimentas de los celebrantes eran también signo de autoridad, entre los elementos que destacaban, y los hacían diferentes al resto de los asistentes, estaban: El Alba (esta rícamente bordada con elementos religiosos), la casulla (también bordada y de color blanco) y capa pluvial y la estola, el humeral, a estas prendas acompañaba el amito y el cíngulo. Estos ropajes de los sacerdotes evidenciaban la solemnidad y significado de la celebración del Corpus Christi.
Algunos elementos religiosos daban a la cohorte mayor vistosidad: Los incensarios de varios estilos eran objetos de gran importancia, los cuales eran usados para aromatizar el entorno y honrar la presencia de la Custodia. Su aroma purificaba el ambiente y contribuía a crear una atmósfera de recogimiento y devoción durante la procesión.
Festividad que a finales del Siglo XVII estaba rodeada de actos lúdicos. Era la principal celebración pública, con procesiones y actividades no religiosas. Las corridas de toros y festejos solían acompañarla, se celebraba también, al igual que de otras festividades, la llamada octava del Corpus una repetición de la fiesta principal. Sin embargo las autoridades eclesiásticas entendieron que la fiesta taurina estaba reñida con la solemnidad espiritual del Corpus, así que lograron que las corridas se desplazaran a otras fechas. En 1861, en la Villa de Bilbao, vería el acompañamiento en las procesiones de Gigantes y Cabezudos con sus nuevos trajes, y perdería otra de sus costumbre en dicha festividad “dar la alborada la víspera del Corpus”; a los niños que salían vestidos de ángeles se les obsequiaba con cucuruchos de caramelos. Alguna de esas procesiones se celebraron en Areeta-Las Arenas, como se puede ver en la procesión de la fotografía inferior que transcurrió por la calle Amistad.
Cuentan, que también tuvo motivaciones políticas, que llevaron a su suspensión: “...Porque en la procesión de ayer tarde se profirieron gritos de !Viva cristo Rey!, Los cuales según las autoridades eran una provocación, ya que se aprovechaba la procesión para hacer un acto político...” (El Nervión del 12 de junio de 1931)
Sobre la historia de esta celebración, contaba la prensa bilbaína, que la misma se instituyo en Bizkaia (Bilbao): “...Se estableció la festividad del Corpus, hacia el año de 1360, Bilbao fue de las primeras poblaciones que autorizó el culto acompañado de procesiones.
El Pueblo se vestía de gala y las calles eran adornadas. A ellas asistían las principales autoridades, como los priores del Consulado y los corregidores. La custodia que encierra la Sacra Forma data del Silo XVII. Era de oro desmontable, de tres cuerpos, con un peso apróximado de tres kilos, estaba rodeada de más de tres mil piedras preciosas...” (La Tarde del 19 de junio de 1935).
Muchas son las historias que los mayores de Algorta relatan sobre esta festividad. Pero a mi siempre me ha quedado gravado en la retina su descripción de esa festividad. Decían estas vecinas, en primer lugar sobre el propio día: “...Asocio a ese día del Corpus, en mi recuerdo, el sol radiante, el tañido de las campanas con repique de Fiesta, estreno de vestido, zapatos blancos, collar de ámbar, mis tirabuzones, la pamela de paja de Italia, a mi madre afanosa con los preparativos, la colocación de las colgaduras, a mi padre cortando las rosas rojas de la glorieta, para deshojarlas y colocarlas en los cestillos de plata relucientes, para arrojarlas al paso del Santísimo...” (Rita Mari Urrechua, en Guaitos Amigos Algorteños de los años 30-40). Y es que entre esas casas de color blanquecino, que se encalaban para la ocasión, decía una de aquellas vecinas que se dedicaba a la venta de pescado: “...Desde casa le echaba yo flores a la procesion, que bajaba por San Nikolas y subía por Aretxondo. !Como se ponía el Puerto de alfombras de flores, jarrones y barcos hechos a mano y mantelerías y sobrecamas en los balcones! !Y pájaros canarios, para que cantasen durante la misa!...” (Isabel Esesumaga, en Galea del 11 de enero de 1994).
Desde sus recuerdos describían como era la procesión: “...Al día siguiente, después de la Misa mayor, salía la procesión cuyo comienzo era anunciado con repique de campanas y cohetes. Abrían la marcha los monaguillos, todos de blanco, con cruz alzada, seguido del estandarte de la Hijas de María. Le seguía el estandarte del Sagrado Corazón, que era mucho más moderno y lo portaban Luisa Lazarobaster y más tarde Andresita Albizu. Las borlas del mismo las llevaban dos niños vestidos de marineritos y el día de su estreno, fueron portadores de ellas, Ignacio Urrechua y Fernando Zumalacarregui. El estandarte de la Cofradía de Pescadores de San Nicolás solían llevarlo generalmente los Ardanzas. El de la Adoración Nocturna, don Tirso Pérez de Albéniz y más tarde don Daniel Estancona. La bandera de los Jueves Eucarísticos era portado por el padre de don Francisco Zabala. El Alcalde de etiqueta y con el bastón o vara de mando y medalla; los Concejales con sus trajes nuevos; la bandera o pendón del municipio, llevada por el Síndico tocado con sombrero de copa. Seguían los alguaciles, con la gorra del uniforme en la mano y la Banda municipal que, de trecho en trecho interpretaba el Himno Eucarístico coreado por el pueblo...” (Rita Mari Urrechua, en Guaitos Amigos Algorteños de los años 30-40).
En nuestra Anteiglesia de Getxo se decía respecto de esa festividad y de las procesiones: “...Conforme estaba anunciado, ayer, con motivo de la festividad del Corpus, se celebraron en este termino municipal tres procesiones, que salieron de las iglesias parroquiales de Santa María de Guecho; de San Nicolás de Bari de Algorta, y de Nuestra Señora de las Mercedes de Las Arenas...” (La Tarde del 21 de junio de 1935).
Un poco más tarde en junio de 1936 era en Algorta donde se hacía referencias a la fiesta del Corpus Christi, se escribía respecto de esa la misma, en la Sección “Del Arenal al Mar” de un diario bilbaíno: “...Ensayos: Las emakumes algortarras están ensayando los cantos que han de interpretar motivo de la procesión del Corpus...” (La Tarde del 5 de junio de 1936).
Otros datos relativos a esta festividad en nuestra Anteiglesia, que se celebraron en Algorta, Las Arenas y Romo, los iré relatando en próximas entradas, ya que aparecen en los libros de acuerdos desde 1902 hasta 1948.
Este año, como en anteriores la celebración más popular será la del Puerto de Algorta, donde se celebran el día del Corpus (22 de junio) y el del Vencindario (22 de junio). El sábado día 21 de junio, a las 12:00, se celebra el “Korpus” comenzando con la clásica misa de campaña, hace años que ya perdió la suntuosidad de las largas procesiones acompañadas por las autoridades civiles y militares, en la explanada de la Plaza del Arrantzale, amenizada por las voces del coro Biotz Alai de Algorta, la clásica sardinada preparada por Amutio y Leturiondo, por al tarde a las 17:00 amenizaran el Puerto “Los Cinco Bilbaínos” y algo de Marching Band. El domingo día 22 de junio la Asociación de Vecinos/as del Puerto Viejo, celebrarán el día de los vecinos, por la mañana la Asociación recorrerá las callejas del Puerto para valorar las decoraciones florales con las que los vecinos habrán decorado la sus casas, a las 12:00 comenzará el amaiketako de tartas caseras, más tarde tras el reparto de premios habrá talleres y, mesa redonda y concurso de ideas. Esta programación será gracias a la Asociación de Vecinos/as del Puerto Viejo, que ya calienta motores para las fiestas de Agosto.
Gozatzera eta eguzkiak argi egin dezan
ONDO PASA!!