En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, en el pleno municipal de la Anteiglesia de Getxo del 20 de junio de 1896, se trataba sobre una instancia recibida del representante de La Compañía del Cable Directo de Bilbao a Inglaterra, solicitando permiso para desviar el cable, en la carretera de Algorta.
El día 20 de junio de 1896 se vendieron los terrenos de las canteras de Axpe, para utilizar los materiales procedentes de las mismas en obras del Puerto Exterior del Abra. Contaba la prensa bilbaína: “...Ayer fue firmada la escritura de venta de los terrenos y fuerte de Axpe, a favor de la Sociedad Constructora de las Obras del Puerto Exterior, la cual lo ha adquirido en 60.000 pesetas para la explotación de las canteras de Axpe...” (El Noticiero Bilbaíno del 21 de junio de 1896).
Y como ya estaba llamando a la puerta el verano, y en Las Arenas los visitantes se agolpaban para ocupar sus instalaciones estivales, en la prensa empezaban a aparecer los anuncios ofreciendo Baños de Mar con vapor: “...Las Delicias.- el día 26 del corriente se abren al público los Baños de Mar calientes y duchas en el balneario “Las Delicias” en el barrio de Las Arenas. A últimos de la presente semana entrara en funcionamiento la nueva instalación de baños de vapor a estilo de Arnedillo. Este establecimiento tiene Fonda y cómodas habitaciones a precios económicos...” Y es que todos los servios se activaban en el municipio, también en Algorta: “...Institutriz francesa con título. Condiciones inmejorables. Informará D. Miguel Uria. Algorta...” (El Noticiero Bilbaíno del 21 de junio de 1896).
Y a pesar que según relataba la prensa bilbaína: “...Esta semana pasada ha llovido y de gana...” Hablaban de las costumbres de los bilbaínos para solazarse: “...Hubo un tiempo en que solo teníamos delante Archanda, Miravilla y Pagasari, pero los adelantos del siglo y los de la localidad, nos trajeron el monte de la estación del Norte, y hasta los montecitos del Campo de Volantín. Y como somos muchos los que pasamos seis días de la semana en este bocho, es indudable que para que podamos recuperar el solo, o disfrutar bajo un toldo, una parra, de un arbolado, o de un techado cualquiera. ¡Y como apenas hay ya sitios donde solazarse! Tenemos Santurce, Portugalete, Las Arenas, Algorta y Plencia... ¡la mar! que es la más extensa llanura que se conoce.
Nuestros establecimientos balnearios han abierto ya sus puertas, y en breve se llenarán de forasteros de fuera y de forasteros de dentro; que así los clasifica una estadística bilbaína para distinguir a los del Ebro allá, de los del Ebro acá...” (El Nervión del 21 de junio de 1896).
Y mientras nuestros antepasados miraban con asombro “los avances de la ciencia”: “...La fotografía del movimiento.- Vivimos en una época que muchos creen de apogeo científico, en vista de los descubrimientos que un día y otro realizan los sabios, que probablemente obedecen a los resplandores crepusculares de un día de luz intelectual. Lo que sucede es que los secretos arrancados por el hombre a la misteriosa naturaleza se suceden en progresión geométrica. Este mismo concepto es el que se expresa, mas elegantemente, en aquella frase de La verbena de la Paloma: Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad...” Y se estaban refiriendo a una serie de imágenes proyectadas a “novecientas instantáneas por minuto”, uno de los inventos más curiosos de aquel momento, el “cinematógrafo”: “...Fijar fotográficamente un momento de la vida en el movible escenario de la naturaleza y reproducirlo después, cuantas veces se quiera, hasta sus más imperceptibles movimientos es el objeto del aparato antes mencionado...” Y eso que todavía el cine era mudo. (El Noticiero Bilbaíno del 22 de junio de 1896).
En Las Arenas, otro establecimiento balneario abría sus puertas, se trataba de: “...La Galería Balnearia de Las Arenas.- Antiguo establecimiento que acaba de inaugurar la temporada de baños de mar caliente y con duchas...” (El Noticiero Bilbaíno del 22 de junio de 1896).
Decía el un periódico bilbaíno, refiriéndose a la actividad escolar, tanto local como vecina: “...Hoy principiaron los exámenes en los colegios de Portugalete y Algorta...”
En la reunión celebrada en la Diputación de Bizkaia, el día 23 de junio de 1896, se acordaba, entre otras cosas: “...Se aprobó el nombramiento de cronista de Vizcaya, Guipuzcoa y Alava, que ha recaído en D. Carmelo Echegaray....” (El Noticiero Bilbaíno del 24 de junio de 1896).
También en ese mismo diario se anunciaba una atracción para los veraneantes en uno de nuestros barrios: “...Desde hoy, de cinco a ocho de la tarde, amenizara todos los domingos, fiestas y jueves la banda de Garellano la plaza de Las Arenas durante el verano actual...” (El Noticiero Bilbaíno del 24 de junio de 1896).
Por otro lado, también se recibían noticias referidas a tranvía eléctrico de Las Arenas y Algorta: “...La compañía del tranvía eléctrico acaba de recibir el material móvil para la línea de Las Arenas y Algorta. El cable submarino conductor de la fuerza motriz, tardará en tenderse aproximadamente un mes, puesto que es preciso dragar el lecho del río y formar en el una alcantarilla subterránea, por donde atravesará el cable. Con tal motivo en la línea de Las Arenes no funcionarán los carruajes por la electricidad hasta finales del mes do Agosto o principios de Septiembre...” (El Noticiero Bilbaíno del 24 de junio de 1896).
En el pleno del 25 de junio de 1896, entre otros asuntos se trataba sobre, el kiosko de la “Plazuela de Las Arenas” (actual Bizkaiko Zubia Enparantza) al parecer se hallaba algo deteriorado, por lo que un vecino del barrio solicitaba participar las obras de reforma del mismo: “...Se da cuenta de una instancia de D. Marcos Zamacona, vecino de esta, solicitando se tome en consideración de participar en la reforma del Kiosko de la Plazuela de Las Arenas. Por lo que el Ayuntamiento acuerda tomar en consideración dicha pretensión, disponiendo que el mismo sea reconocido por el Arquitecto del Municipio y se forme un proyecto para la construcción y obras de reforma...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como algunas luces, que se encendían los jueves por la noche en la llamada Plaza Cubierta y María Cristina, al suprimirse en dicho día los mismos, las luces que iluminaban los espacios festivos se hacían innecesarias.
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