Aunque
a todas las épocas se les puede encontrar algo positivo, es difícil
hallarlo en un periodo tan convulso como el actual lleno de
incertidumbres políticas, hambre, miseria y guerras: unas
abiertamente declaradas y otras bajo nombres eufemísticos que tratan
de evitar llamar a las cosas por su nombre. Lenguaje al uso de
políticos desaprensivos que a los recortes llaman (copago,
flexibilidad del mercado laboral, movilidad exterior, ejecución
hipotecaria, etc...).
En
medio de este desbarajuste, de este mundo en guerra, llegan unas
fechas que celebramos por tradición. De pronto nos volvemos buenos,
afloran los nobles mensajes, los deseos amables. Vamos, que somos la
bondad personificada. Parece que el resto del año nada sucede, como
si ahí afuera no cayeran chuzos de punta. Como si las causas de las
cosas que suceden no tienen responsables.
Cada
vez me resulta más difícil expresar palabras de paz y complacencia
en estas fechas. Hace poco leía unas declaraciones de alguien que
vive la contienda en una de esas zona donde la guerra provoca miles
de muertos, decía: “...No hay alegría, y sin alegría,
¿cómo podemos concebir la paz?..., la alegría ha quedado sofocada
entre las lágrimas y el miedo...”. Y esa falta de paz es
la falta de justicia, esa falta de alegría la produce la desigualdad
en el reparto de la riqueza, ese miedo que no es si no la
consecuencia del egoísmo, ellos son los que nos llevan al hambre, la
miseria y las guerras. Sabemos que es a través de los paraísos
fiscales, creaciones ficticias asentadas en complejas figuras
jurídicas, donde las mafias financieras mediante sociedades
fiduciarias y testaferros, amparadas por el secreto bancario,
producen el blanqueo de capitales de origen ilícito: (droga,
corrupción política, economía criminal, etc.), contribuyen al
avance de la pobreza en los países del Sur, facilitando la
corrupción de sus élites y de sus administraciones públicas. A
través de los cuales los negocios armamentísticos, que estos si
son la base del miedo, de muchos estados obtienen pingues beneficios,
sin importarles el destino final de esa armas, ahora si, de
destrucción masiva.
Esperemos
que en los tiempos venideros, manos no envilecidas por la corrupción,
estas situaciones tiendan a desaparecer. Y aunque sea una
contradicción con lo que acontece en tiempos actuales, desearos a
todos:
!ZORIONAK
ONDO PASA!
!EGUBERRI
ON!
!FELICES
FIESTAS PARA TODOS!
Como
todos los años al llegar estas fechas, dejaré descansar mis
publicaciones hasta el próximo día 11 de Enero del 2016. Así
que os deseo que disfrutéis de estos días junto a vuestros seres
queridos y a todos aquellos que no lo puedan hacer, un abrazo y mis
mejores deseos.
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