En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, el suministro de agua era una de las preocupación de nuestros ediles.
La prensa bilbaína hablaba sobre las regatas de balandras, botes de pesca, bateles de recreo y pesca y lanchas de lemanaje, que se habían a celebrado en el Abra el domingo 5 de septiembre de 1897: “...Ayer tarde se verificaron en el Abra las regatas organizadas por el Club Náutico de Bilbao. De los muelles del Arenal salieron varios vapores, y de Portugalete, Sestao, Las Arenas y Algorta, infinidad de embarcaciones llenas de aficionados a la fiesta náutica. En la regata de Balandros, la segunda serie por haberse suspendido la primera, tenia un recorrido de tres y media millas, y se realizó en dos secciones.
Salieron: «Pilar», de Santander; «Nita», de Bilbao y «Manu», de Bilbao. Este último balandro chocó con la boya y fue declarado fuera de regata. Hizo el recorrido el «Pilar» en una hora, 58 minutos y 56 segundos. El «Nita» en 2 horas, 3 minutos y 45 segundos.
Segunda sección de balandros: Salieron a hacer el recorrido de tres y media millas, el «Beti-bat», de Portugalete, que ganó la copa. El balandro «Mignon», de Bilbao, se retiró.
Lanchas de lemanaje: Se presentaron la «Adela» y «San Roque», de Portugalete; la «María» y «Daniel Onofre», de Santurce. Ganaron el primer premio, la Adela, que hizo el, recorrido en 2 horas, 15 minutos y 25 segundos, seguido del «San Roque», la «María» y «Daniel Onofre». El recorrido era de 6 millas.
Bateles de recreo: El primer premio lo ganó el «Cri», de Santurce, que hizo el recorrido en una hora, 41 minutos y 38 segundos. Llegó el segundo, «Estrella», también de Santurce.
Bateles de pesca: El recorrido era de tres y media millas. Llegó primero «Joven Eloy», que hizo el recorrido en una hora 39 minutos y 2 segundos; el «Joven Domingo», de Santurce llegó el segundo; el «Dos Amigos» el tercero, el batel «Maceo» llegó el cuarto, y el «Pilar» quinto.
El jurado estaba compuesto por el comandante de Marina, D. Juan Brunér, D. Pablo Carranza, D. Antonio López y D. Ramón Uribarri...” (El Nervión del 6 de septiembre del 1897).
Y ahora que estamos en temporada de setas, una noticia sobre las setas en Euskal Herria, saltaba a la primera plana de un diario bilbaíno en 1897: “...D. Telesforo de Aranzadi, catedrático de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, y dibujante científico que fue en el Museo de Historia Natural de Madrid, ha publicado una importante obra que se titula «Setas y hongos del país vasco», (Euskalerrico Perrechikuak), consta de 172 páginas repletas de lectura y de otro que contiene 41 láminas cromolitografiadas. Se halla de venta en las principales librerías al precio de 15 pesetas. Ha sido premiado con mención honorífica por la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales, de Madrid...” (El Nervión del 6 de septiembre del 1897). Telesforo Aranzadi y Unamuno nació en Bergara (Gipuzkoa),fue un Antropólogo físico, arqueólogo, botánico y etnógrafo. Primo Miguel de Unamuno. Cuando sólo tenía tres años sus padres se trasladaron a vivir a Bilbao para regentar la confitería de la madre de los Unamuno. Inició Telesforo su educación en una escuela en la calle del Correo de Bilbao, cursando luego el bachillerato en el «Instituto Vizcaíno», donde ingresa en el año 1872.
Algunas noticias eran favorables a nuestra Anteiglesia, mientras otras causaban seria preocupación entre nuestras primeras autoridades municipales. A la primera de ellas, se daba cuenta en el pleno municipal del 9 de septiembre de 1897, y era la referida al cobro de subvenciones del 20% por las cantidades invertidas por el Ayuntamiento de Getxo en las obras del Hospital Hospicio de Algorta: “...Se da cuenta de la aparición en el Boletín Oficial de la Provincia de que había sido admitido a tramite el recurso administrativo presentado por este Ayuntamiento, en el Tribunal Provincial Contencioso Administrativo de Vizcaya, relativo a la subvención del 20% de las cantidades invertidas con recursos propios del Municipio en la construcción del nuevo Hospital Hospicio...” La segunda, que ya venía de lejos, estaba referida a los Bienes Comunales del Municipio: “...Se da cuenta de una relación que el Administrador de Bienes del Estado de Vizcaya inserta en el Boletín Oficial, la cual comprende varios terrenos de los pueblos que según dicho señor no son de interés general, entre los cuales se citan Galea, Baserri, Aiboa, Gobelaurre y Arecheta-Aurre. Acuerda el Ayuntamiento se practiquen diligencias para conocer el objeto de incluirse en esa relación los citados terrenos, y cursar consulta al abogado de esta Corporación Municipal...” Esto era una de las consecuencias de la llamada “Ley Mendizabal” (Desamortización), un proceso iniciado a finales del siglo XVIII y cerrado entrado el siglo XX, consistente en poner en el mercado, previa expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces comunales (pertenecientes a la Anteiglesia), que servían de complemento para la precaria economía municipal.
Dentro de los pagos, que en aquel pleno se trataron, estaba: “...El abono a D. Isidro Inchaurtieta de 102 pesetas por los atriles de hierro confeccionados para la Banda de Música de Las Arenas, colocados en el kiosko de la Plazuela de aquel barrio.
Al Notario Vozmediano por un poder otorgado a nombre de esta Corporación Municipal para presentar demanda Contencioso Administrativa ante el Tribunal Provincial referente al 20% de las obras del Hospital Hospicio...”
Y aunque no era algo relativo a nuestra Anteiglesia, por ser un suceso acontecido en la vecina, Lamiako, de un hábito que los aficionados a la gastronomía hoy en día gustamos de disfrutar, y que a lo largo de los años ha causado serios problemas, lo traigo a estas páginas. Decía la prensa bilbaína: “...En el pueblo de Lamiaco ha ocurrido un triste suceso que deben tener muy presente nuestros lectores. El matrimonio Jorge Clemant y su señora, comieron una regular cantidad de setas, sin antes haber tenido la precaución de reconocer si eran comestibles A los pocos momentos de haber terminado la comida, sintieron horribles dolores, que atribuyeron, como es consiguiente a las setas que terminaban de comer. Dieron inmediatamente conocimiento de lo que ocurría al médico titular, el cual les auxilió convenientemente. El matrimonio se hallaba hoy en mejor estado, habiendo desaparecido la gravedad. También resultó intoxicada una familia que habita en la misma casa y probó las setas. Nos comunican que varios obreros de la fábrica de vidrios, que comieron aquel mismo día setas, se encuentran enfermos...” (El Nervión del 10 de septiembre del 1897).
En la próxima entrada de esta serie veremos como varios vecinos de Getxo solicitaban realizar pruebas de bueyes con piedra, el día 2 de octubre de aquel año, en la campa de Santa María.