En
la anterior entrada veíamos cómo salía a subasta voluntaria por
parte de su dueño la casería denominada “Arrigunaga”.
Getxo
crecía y las necesidades administrativas hacían que se necesitara
nuevo personal, por ese motivo el día 5 de mayo de 1892, en el pleno
municipal se acordaba: “...A
propuesta de la Comisión de Hacienda la necesidad de contar para la
formación del presupuesto municipal con la figura de un Contador, ya
que para realizar los trabajos de contaduría y secretaría, será
necesario lo siguiente: Contratar a un Secretario con un sueldo de
2.000 pesetas a partir del 1 de julio. Nombrar con la dotación de
625 pesetas como escribiente permanente de la secretaria a D. Juan
Bautista Larrazabal. Nombrar para el cargo de Contador, con un sueldo
anual de 1.125 pesetas a D. Emilio Saliquet bajo la inspección y
supervisión del Secretario...”
En
esa misma fecha la Casa Alhóndiga, que había sido construida en
1873 con los fondos propios de D. José Ramón Uriarte, se sometía a
aprobación por parte del consistorio el que pasara a propiedad
Municipal: “...Siendo
que el citado Sr. Uriarte cede para siempre la Casa Alhóndiga al
Ayuntamiento, subrogándose este todos los derechos y acciones de
aquel, en la cantidad de 7.500 pesetas, con la obligación de
abonarle el 5 % de interés anual de dicha cantidad...”
Cómo la operación resultaba altamente beneficiosa para el
Ayuntamiento se acordó hacerse cargo del edificio a partir del 1 de
julio de 1892.
Mientras,
los transportes ferroviarios seguían ganado viajeros, el Ferrocarril
de Bilbao a Las Arenas, durante el mes de abril había transportado a
54.999 viajeros, 8.800 más que en el mismo mes del año precedente.
En
el pleno del 12 de mayo de 1892 se acordaba, tras haber permanecido
expuesto al público por si hubiera reclamaciones el Proyecto de
Ordenanzas Municipales, rurales y de la Construcción, enviar al
Gobernador Civil las mismas para que diera su autorización para la
entrada en vigor de las mismas.
Un
nuevo nombramiento como ordenanza de telégrafos y cartero encargado
de recoger la correspondencia de los buzones se producía en la
persona de D. Manuel Hernández.
En
el pleno municipal del 19 de mayo se hacía constar los problemas que
para la traída de aguas estaban causando las tuberías de barro:
“...A
consecuencia de haberse roto e inutilizado la mayoría de tubos de
barro colocados entre los manantiales de Jaunco-Erreca y Basarte, en
el monte de la jurisdicción de Berango, no pasa ni la mitad del agua
que debiera venir a esta localidad para el abastecimiento del
vecindario, y que mientras durante el invierno ha bastado, en el
verano no llegará ni para la mitad de los vecinos. Y aunque se está
formando un proyecto por parte del Ingeniero D. Laureano Gómez de
Santa María, en el que se incluye la sustitución de los tubos de
barro por otros de hierro, no es posible aguardar pues habría que
conseguir en primer lugar la declaración de utilidad pública y
reformar el proyecto sin demora alguna para la sustitución de los
tubos de barro. Por lo que acordamos por unanimidad y sin levantar
mano se instruya el oportuno expediente para la ejecución de las
mencionadas obras...”
El
Consistorio necesitaba adecuar sus comunicaciones: “...Con
motivo de haberse hecho cargo el estado de la Estación Telegráfica
y su línea. Por lo que acordaba gestionar la instalación de un
teléfono para los servicios municipales en la Casa Consistorial de
San Nicolás...”
Cosa que el encargado de dicha gestión, el Alcalde D. Santiago
Diliz, había logrado ya para el 25 de mayo: “...Por
la cantidad 180 pesetas anuales, siendo la suscripción por un año,
por lo que se deberá de conseguir que la misma se realice de forma
permanente...”
Y
como ya estaba cerca la estación del verano acordaban: “...Se
dicte bando para el servicio de baños, lotes y casetas en las playas
de mar de esta jurisdicción...”
Uno de los primeros bañeros en solicitar permiso para instalar sus
casetas en la playa de Arrigunaga fue: “...D.
Pedro Beascoechea, junto a otros cuatro vecinos, a demás de la
solicitud del lote para las casetas pedía permiso para colocar una
caseta para el despacho de refrescos...”
Ya
se preveía la llegada de los calores del verano. Estábamos a 2 de
junio de 1892, y la Compañía del Tranvía de Bilbao a Algorta
enviaba una instancia al Ayuntamiento de Getxo, solicitando
autorización para regar la larga fila de tamarices del terraplén de
Las Arenas. El arbolado de tamarices iba desde la llamada Plazuela
(Bizkaiko Zubia) hasta Miramar (comienzo de Zugatzarte), a
continuación, hasta la Avanzada, a ambos lados de la carretera
continuaba con dos filas de plátanos, este tipo de árbol era el que
discurría a lo largo de la calle Mayor y otras de Las Arenas.
Una
de las vecinas de Algorta, propietaria de un inmueble situado junto a
la calle de la Carretera, en el N.º 49, entre las casas “Torrena”
y “Amesti Nueva”, era “Amesti Vieja” la cual era propiedad de
Dña. Timotea Larrauri y disponía de una tienda en sus bajos. Esta
señora solicitaba al Ayuntamiento de Getxo: “...Para
evitar que mi propiedad se vea invadida por la obras que la
Diputación va a realizar en este punto. solicito el deslinde de la
misma...”
Ya
desde octubre de 1891 en los círculos bilbaínos, prensa incluida,
se hablaba sobre la necesidad de honrar la memoria de uno de los
hijos ilustres de la Provincia. De hecho la anterior Corporación
Provincial ya había tomado la decisión de honrar a D. Antonio de
Trueba realizando algún tipo de monumento. En el diario “El
Noticiero Bilbaíno” del 28 de octubre de 1891 escribían:
“...DEUDA
SAGRADA. Próximo a abrirse el nuevo periodo de la Diputación, con
cuyo motivo han de reunirse en esta capital todos los señores
Diputados, creemos oportuno recordarles la existencia de una deuda
contraída con un hombre ilustrísimo de este honrado solar, nuestro
inolvidable amigo D. Antonio de Trueba...”
En este estado de cosas que venía coleando desde su fallecimiento.
El día 15 de junio de 1892 el Ayuntamiento de Getxo en el pleno
municipal acordaba: “...Dada
cuenta de la circular de la Comisión encargada de la erección de un
monumento o estatua para perpetuar la memoria del insigne poeta
Vizcaíno D. Antonio de Trueba. Acuerda este Ayuntamiento suscribirse
de los fondos municipales con la cantidad de 250 pesetas. A la vez
acordamos se publique en el vecindario que queda abierta la
suscripción hasta el 25 de julio...”
En
la próxima entrada de esta serie veremos cómo con la llegada del
verano el Ayuntamiento negociaba con la Banda de Música Bilbaína
para amenizar, durante esa temporada, el barrio de Las Arenas.
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