jueves, 2 de abril de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -154-



En la anterior entrada de esta serie veíamos cómo el municipio seguía con escasez de aguas potables.

Comenzaba enero de 1892 con noticias del estado de la carretera de Algorta a Plencia: “...Se había realizado en el verano de 1891 un ensanche en la zona correspondiente a Algorta, pero como resultado de las obras habían quedado amontonados en ambos margenes de al carretera escombros que dificultaban el paso, tan es así que unos días antes, el 31 de enero de 1891, unos viajeros que se dirigían a Plencia se vieron obligados a bajarse de los vehículos porque el lodazal que se había formado enterró una da las ruedas del coche...”

En esas fechas en las que todos se reunían alrededor de una buena mesa, aunque fuera humilde, algunos espabilados utilizando un procedimiento, ya conocido en muchos lugares: el del “Gorrón”. Tras haberse dado un homenaje en una de las tabernas del pueblo, negándose a pagar y ser conducidos a la perrera, saldaban su ágape pagando una multa de 8 reales.

Para el 5 de enero de 1892 ya se había terminado de embaldosar la calle Mayor de Algorta y el contratista D. Miguel Uria solicitaba se recibieran las obras.

Mientras, los Reyes Magos, traían en su saco un acontecimiento que venía a perturbar la tranquilidad de los trabajadores de “Astilleros del Nervión”, de la que era accionista un conocido vecino de Las Arenas, mientras negociaban con un capitalista bilbaíno, senador para más señas, saltaba la noticia de que : “...Se temen alteraciones del orden público en Sestao, se ha descubierto un desfalco de dos millones de reales...” (El Nervión 5 enero de 1892).


El 11 de enero de 1892 se anunciaba la venta en “El Noticiero Bilbaíno” de las caserías: “...“Menchaquena”(Plano de 1878), que estaba junto a la Plazuela de Menchaca, frente a al Escuela de Niñas Pobres de la Fundación Alday (San Martín); y “Arrigunaga” (Plano de 1929), que estaba encima de la playa del mismo nombre, en la esquina de la campa situada sobre el edificio del “Cable Ingles”...” (Ver planos superior e inferior). Para contactar indicaban ponerse en contacto con el Juez Municipal D. Remigio de Anchia.

Era la época en que algunas mujeres, que recientemente habían dado a luz, para ayudar a mantener a su familia se ofrecían para trabajar de “Nodrizas”. Así se anunciaban en la prensa bilbaína: “...Casada de 24 años de edad y un mes parida, se ofrece para criar en casa de los padres a la criatura...”

El 14 de enero de 1892 D. Estanislao Bilbao solicitaba al Ayuntamiento de Getxo: “...Permiso para cerrar terreno de la casa Andicoeche en Algorta, lindante con el camino que se dirige al cementerio de Algorta…” Se refería al situado en la llamada “Campa del Muerto” en la calle de la Trinidad.


El Ayuntamiento de Getxo decidía proporcionar a los tres alguaciles vigilantes de aguas trajes de paño.

En el diario “El Nervión” del 17 de enero de 1892 aparecía publicado lo siguiente: “…La compañía del ferrocarril de las Arenas a Plencia pretende sanear una marisma en la ría de Plencia con destino a emplazamiento de la estación de término de dicho ferrocarril...”

Los árboles de la campa de la Iglesia de Santa María de Getxo, con los temporales que se produjeron durante el comienzo del invierno, causaron serios problemas en el tejado de dicho templo por lo que el párroco solicitó al Ayuntamiento que algunos de aquellos ejemplares fueran trasladados a otro lugar. Ese mismo 21 de enero de 1892, el cura ecónomo de Santa María daba cuenta en un oficio al consistorio de que: “...Ha terminado el bienio para el que se nombró vocal de la Junta de Fábrica de esta parroquia a D. Juan José Camiruaga, por lo que suplico se nombre igual nombramiento para el bienio 1892-1894...” El Ayuntamiento de Getxo decidía volver a nombrar al mismo vocal, quien aceptó la designación.

El alguacil del Juzgado Municipal y a la vez ordenanza del Telégrafo D. Manuel Fernández Blanco solicitaba al Ayuntamiento se le hiciera un traje de invierno igual al que se había acordado hacer al resto de los Alguaciles del Municipio.

Algunos caminos del barrio de Algorta estaban en un estado deplorable por lo que el Ayuntamiento decidía: “...Que hallándose en mal estado el camino que es de servicio público desde tiempos inmemoriales, que desde la Plazuela de Amesti va por medio de las casas de D. Antonio Uribe y D. Patricio Abascal y se dirige hacia Villabotas, hallándose cerca de su ingreso una escuela privada a la que diariamente concurren un número crecido de niños. Acuerda este Ayuntamiento que con resebo de Axpe y una acera de piedra de losa en el centro se reponga el camino...”

En el mismo pleno se daba lectura a las cuentas Municipales del periodo de 1890 a 1891: “...Cargo 117.742,06 pesetas, Data 103.059.15 pesetas; Existencias para el ejercicio de 1891 a 1892, 14.682,21 pesetas...”

El alistamiento de mozos para el reemplazo, a pesar de que el Art. 50 de la Ley de Alistamiento decía que “...Serán excluidos totalmente del servicio militar activo los individuos pertenecientes a las Órdenes y Congregaciones siguientes: Religiosos y novicios de la Compañía de Jesús, además de otras congregaciones...” En su Artículo 40 facultaba al Ayuntamiento para: “...La rectificación del alistamiento...” Por ello en el pleno del día 28 de enero de 1892 se daba cuenta de un oficio del Alcalde de la Villa de Elorrio: “...Del 23 del actual, referente al individuo D. Casimiro Gomendio-Urritia y Aguirrebeitia, nacido el 4 de marzo de 1873, hoy noviciado de la Compañía de Jesús establecida en Murcia, y cuya madre reside en el barrio de Las Arenas. En función de las facultades que la Ley de Quintas confiere a esta Corporación Municipal, acordamos incluir al referido individuo en el alistamiento de los mozos de esta localidad, para el reemplazo del ejercito del año actual...”


Cómo dato de curiosidad histórica referido a Getxo, al tratar de localizar un libro en el que se hacía referencia de los Gobiernos del Régimen Foral desde 1632 a 1700, que publicó “Emperaile” en enero de 1892 titulado “El Gobierno y el régimen foral de Vizcaya desde 1632 al 1700”, he encontrado otro de fecha más tardía pero que hacía referencia a esa época “El Gobierno Universal del Señorío de Vizcaya” de 1943 de Darío Areitio y Mendiolea Archivero, bibliotecario y publicista especializado en asuntos forales, que falleció en Getxo en 1968. En el se hacían continuas referencias a hechos históricos relacionados con nuestro Pueblo: “...El día señalado para la celebración de la junta los Procuradores con el Corregidor y personas que constituían el Regimiento se reunían en la Casa Consistorial de Guerníca de donde salían en solemne procesión dirigiéndose al pórtico construido so el árbol tradicional y allí so el árbol de Guernica reunidos en junta general los Oficiales del Señorío y representantes de las anteiglesias presididos por el Sr Corregidor se hacía el llamamiento y se reconocían los poderes que se entregaban en las dos mesas de mármol que existen...” Entre aquellas Anteiglesias se encontraban las de Getxo y Berango. En la elección de la Junta General del año 1586 celebrada en Bilbao: “...Aparecía Guecho dentro del bando Oñacino y como secretario de la misma D. Pedro de Ibarra vecino de Guecho...” En La junta de noviembre de 1794: “...Congregada en la sacristía de la iglesia parroquial de Begoña asistieron bajo la presidencia del Corregidor los Regidores Capitulares y Síndicos: La Merindad de Uribe envió representación colectiva y un solo apoderado particular que fue el de Guecho...” En la pagina 17 de dicho libro se hablaba de la pertenencia de Getxo al Bando Oñacino: “...En el Reglamento de Elecciones de Señores del Regimiento General o del nuevo Gobierno Universal de Vizcaya Lejona, Guecho y Berango figuran en el Bando Oñacino...” Todavía en la elección para el bienio de 1854 A 1856 lo seguía haciendo. Dicho libro, publicado por la Junta de Cultura de la Diputación se puede encontrar en el siguiente enlace: (http://www.ehu.eus/ituna/pdf/GobiernoUniversalSenorioVizcaya.pdf).

Y mientras que en esos días del 19 de enero de 1892 el tiempo hacía que muchos vecinos estuvieran, como decía un diario que: “…Llevábamos tantos días metidos en nuestra concha como el caracol, aguantando las nieves y granizadas y las grandes lluvias, que al ver un poco despejado el cielo que nos había abrumado con sus gigantescos nubarrones, decidimos salir...” Para encontrarnos con nuevos acontecimientos del devenir diario de nuestro pueblo, entre ellos la forma que aconsejaban para hacer impermeables las telas: “...Hervir y sumergir las telas en un baño de Gelatina y jabón de sebo neutro de 300 gramos, Alumbre de 700 y con 17 litros de Agua. Dejándolo escurrir y secar...” Fechas en las que se vendía en la zona del Castillo de Algorta (Usategi) el caserío “Achea”, del que decían que: “...Está situado en uno de los mejores sitios de vistas de Algorta, en la zona del Castillo, donde se celebran las romerías...”

Para visualizar cómo era el ambiente laboral en esa época baste saber lo que acontecía el 27 de enero de 1892 en las minas de la Arboleda, los dueños de las minas de la Arboleda describían, desde su perspectiva, así la situación en las cuencas: “...La agitación obrera producida en el distrito minero, lejos de disminuir, va tomando serias proporciones, pudiendo asegurar que de ayer a hoy va tomando un carácter sumamente grave y belicoso...” Por otro lado las peticiones de lo mineros se referían a “...Que fueran respetados los horarios que hasta entonces se realizaban por parte de los contratistas; no permitir que en ninguna mina controlada por estos contratistas se cargara a la “rodilla”, porque perjudicaba seriamente a las articulaciones y solamente los de mayor fuerza física o más jóvenes podían soportarlo; y el respeto a los mineros ya que los capataces dirigían hacia estos palabras intemperantes y obscenas...” Así que el Gobernador Civil tras hablar con el Ministro de la Gobernación haciendo caso a una parte decidían publicar “Un Bando de Guerra”: “...La rebelión y sedición en que se han colocado los mineros exige la adopción de medidas extremas, por cuya causa y en virtud de lo dispuesto en el artículo 13 de la ley de Orden público del 23 de Abril de 1870, de acuerdo con la autoridad judicial y militar, queda declarada en esta provincia el estado de guerra, y mis atribuciones, referentes a orden público, resignadas en el Excelentísimo señor Gobernador militar D. Manuel Aguilar Diosdado...” En aquel Bando se decía: “...A los delincuentes contra el orden público, les intimo que depongan su actitud sediciosa en el plazo de dos horas; bajo el concepto de que transcurridas estas, serán sometidos a Consejo de Guerra...” Mientras los mineros que estaban concentrados en el frontón de Gallarta ante el anuncio de que se celebraría un mitin: “...No bajarían de 7.000 los asistentes, vieron llegar a los dirigentes mineros Perezagua y Várela, quienes dijeron que no podía celebrarse el acto, por hallarse la provincia en estado de guerra, disolviéndose pacíficamente los allí reunidos…” El líder minero Sr. Varela exhortó a sus compañeros huelguistas a: “...Mantener la prudencia, mucha calma, recordandoles que cualquier altercado podría perjudicar los objetivos de su reivindicación…”


El 28 de enero de 1892 el cabildo de la parroquia de San Nicolás de Bari de Algorta remitía un oficio al Ayuntamiento de Getxo pidiendo: “...Manifestando su deseo de uniformar todas las ceremonias prescritas por el Ritual Romano en las exequias fúnebres de 1ª clase, a fin de demostrar el esplendor y magnificencia del Culto Católico siguiendo las practicas establecidas en parroquias de igual rango, por lo que presentaban un plan de derechos para dicho objeto...”

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo se producían algunas quejas del maestro de Santa María de Getxo.

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