jueves, 27 de febrero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -146-



En la anterior entrada veíamos cómo la llegada del verano provocaba cambios en el pueblo.

El día 17 de julio de 1891 el diario “El Noticiero Bilbaíno” anunciaba los nombramientos de fiscales municipales de la provincia, para Getxo era nombrado para el bienio próximo D. Pedro Bonifacio Sarria.

A veces los trabajos de desmantelamiento de vapores siniestrados en la playa de Las Arenas causaban problemas a los bañistas, el día 20 de agosto de 1891 el diario “El Nervión” decía: “...Sería muy conveniente que durante las horas de baño en la playa de las Arenas, se suspendieran los trabajos que se vienen haciendo para hacer desaparecer el vapor encallado en aquella playa, pues ha llegado el caso de que al dar fuego a un barreno con objeto de volar el barco, un bañista ha estado a punto de resultar herido por uno de los cascos despedidos por el barreno...”

En Las Arenas frente a la Iglesia de Las Mercedes estaba la barbería de Juan, quien el día 24 de julio de 1891 demandaba en la prensa la necesidad de contratar a un oficial barbero “que conociera bien su oficio”.

El mismo diario afirmaba el día 25 de julio de 1891 que con motivo de las fiestas de Santa Ana en Las Arenas, la Compañía del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas en previsión de lo sucedido el año anterior, en que a la hora del regreso los trenes y tranvía habían sido tomados por asalto: “...Mañana, día de Santa Ana en que se celebra la renombrada romería en Lamiaco, el ferrocarril de las Arenas ha puesto un servicio de trenes tan numeroso, que los romeros que concurran, por muchísimos que sean, podrán hacer el trayecto con toda comodidad...”


El 23 de julio de 1891 era otro vecino de Algorta quien solicitaba la colocación de casetas de baño en la playa de Ereaga, se trataba de D. Francisco Elorriaga, a quien se le concedía la colocación en la mitad del lote número 7. En la otra mitad del lote tenía sus casetas D. Ramón Bilbao Zubiaga.

En esa misma fecha se recibía en la secretaría municipal la solicitud de D. Ignacio Alberdi para: “...Habitar la casa “Fuerte de las Canteras”, sin pago de alquiler y solo por arreglar y conservar por hallarse deshabitada...” La casa estaba en muy mal estado, con desperfectos en sus ventanas. El consistorio accedió a la solicitud.

El domingo 26 de julio se celebraba la romería de Santa Ana en Las Arenas. Se celebró con gran afluencia de público y estuvo, a decir de la prensa, muy animada: “...Se celebró en Lamiaco (así llamaba la prensa a la campa de Santa Ana) estuvo concurridísima y animadísima…. Y todos los ísimas que se quieran, porque todos serán pocos para dar idea del jolgorio que allí reinó durante toda la tarde, hasta que la pasajera tormenta y las cuatro gotas que cayeron, disiparon a toda la gente...”

La descripción de las fiestas de Santa Ana del día 26 de julio de 1891 que hacía el diario “El Nervión” al día siguiente, merece ser contada. Nos veían así: “…Es incalculable el número de viajeros que los ferrocarriles de ambas orillas de la ría transportaron ayer a las playas vecinas, deseosos unos de disfrutar de las brisas marinas, otros del partido del frontón “La Estrella” de Portugalete, los más de la renombrada romería de Santa Ana.


Ya a las cuatro de la tarde la concurrencia en la pradera donde se celebraba la romería era grandísima, costando un triunfo y buenos pisotones tomar asiento en una de las infinitas tiendas de campaña que por allí se hallaban esparcidas y donde se expendían, eso si, a precios reducidos, comidas y bebidas.

Conforme pasaba el tiempo la animación iba creciendo, el golpe de vista de que resultaba de todo aquel conjunto de cabezas que se movían al son de las guitarras de los ciegos y de la música de la banda de Algorta hacía que la fiesta resultara magnifica.

Pero de pronto, cuando más gente había, cuando se podía decir que la fiesta había llegado a su apogeo, comenzó el cielo a nublarse y el agua comenzó a caer sobre los indefensos romeros, poniéndolos como una sopa. !Allí fue Troya!.

Las chosnas fueron tomadas por asalto y los infelices que dentro de ellas se hallaban merendando, tuvieron que sufrir aquella avalancha mirando compungidos cómo sus manjares yacían por el suelo.

Y que diremos de las expendedoras de agua y licores, cuando vieron que sus mesas, bancos, botellas, vasos y demás enseres , habían desaparecido como por encanto, así como muchos que debían de satisfacer la cuenta del gasto hecho. Nada diremos tampoco de la manera con que fueron asaltados los tranvías, coches, ferrocarril y lanchas del pasaje.

Pero todo tiene su fin, y cuando las nubes ya habían despachado a su gusto, y los romeros salieron a proseguir el interrumpido baile, daba lástima ver el aspecto que presentaba la pradera. !Aquello parecía un campo de batalla!

A las siete de la tarde comenzó el desfile general de retirada, los coches del ferrocarril y tranvías fueron tomados al asalto. Los pobres empleados del ferrocarril de Las Arenas se multiplicaban, pero eran impotentes para contener aquella inmensa muchedumbre que luchaba por regresar a sus casas. Hubo expedicionarios que no pudiendo ir dentro de los coches se subieron al cupé, fue un milagro que no aconteciera ninguna desgracia. Percances los hubo, un tranvía de Bilbao a Santurce chocó contra otro, y se le rompió la lanza.

Las Arenas fue un auténtico escándalo desde las seis de la tarde hasta las once de la noche...”

El día 27 de julio de 1891 fecha en que se celebraba la repetición de las fiestas de Santa Ana en Las Arenas, el ambiente meteorológico era de sofocante calor, mientras que a decir del diario “El Nervión” el festivo era así: “...En la pradera de las Arenas, donde se celebraba la repetición de la romería de Santa Ana, el pueblo soberano disfrutaba del baile y de las meriendas al aire libre, reinando la mejor armonía hasta bien entrada la noche...”

El día 30 de julio de 1891, en el pleno municipal, se daba lectura a un oficio del Gobernador Civil de la Provincia. En él autorizaba a la empresa de la plaza de toros de Algorta para dar corridas de toros los días 31 de julio y 9 de agosto. Y el arquitecto municipal D. Eladio Iturria daba el visto bueno: “...La plaza de toros reúne las suficientes condiciones de solidez para que puedan verificarse la corridas anunciadas por la empresa...” La empresa de la Plaza de Toros solicitó permiso para: “...Entrar los toros para las corridas de los días 31 de julio y 9 agosto en la cuadra de la casa llamada Hospital, permiso que era concedido por el Ayuntamiento...”

Los baños de mar no solamente eran demandados por los vecinos y veraneantes, si no también por algunos religiosos de Algorta. El día 30 de julio de 1891 se producía la siguiente solicitud en el Ayuntamiento de Getxo:
...D. Gregorio del Sagrado Corazón de Jesús, Ministro del Convento de la Santísima Trinidad de Algorta, solicita autorización para colocar una caseta en la playa de mar del punto de Arrigúnaga, con el fin de tomar baños algunos religiosos de este convento...” El Ayuntamiento accedió a dicha solicitud.


Se había nombrado una Comisión municipal para en dicha playa hacer una división de lotes para la concesión a distintos bañeros: “...La comisión presentó un croquis con los espacios de un lado al otro de la playa de Arrigunaga, desde las peñas salientes del Castillo en ruinas hasta el Molino Viejo de viento, para colocación de casetas de baño. La concesión se había adjudicado así: el primer lote se concedía a D. Damián Guerricagoitia, el segundo a D. Manuel Cámara, el tercero se concedió a D. Juan Mezo, el cuarto a D. Pedro Basterrechea...” La concesión era por aquel verano.

En ese pleno el Alcalde manifestaba: “...Que conforme a la práctica seguida en años anteriores había acordado establecer un correo diario extraordinario por la mañana para la temporada de verano, por medio de peatón que hace el servicio ordinario por una peseta al día...”

Algunas veces los bañeros acaparaban los lotes para la colocación de las casetas de baño, provocando que otros las colocaran en zonas no autorizadas o de peligro: “...La Comisión de Playas indicaba en el pleno municipal que las casetas de baño de D. Andrés Zulaica de la playa de Las Arenas estaban situadas fuera de los lotes marcados en dicha playa según el bando, en un sitio donde fácilmente pudieran ocurrir desgracias por lo peligroso del punto. Además, teniendo en cuenta que D. Eladio Berriatua dueño del Balneario que en los últimos años ha venido ocupando con sus casetas de baño en nueve lotes, puede colocarlas holgadamente en ocho. Y considerando que no es justo dejar sin lote a D. Anrés Zulaica para colocar sus casetas por ser uno de los bañeros más antiguos de esta playa. Teniendo en cuenta que si aconteciera alguna desgracia donde las tiene puestas el Sr. Zulaica podría recaer alguna responsabilidad sobre esta corporación. Y que aún no se han señalado lotes fijos al dueño del Balneario, no puede reclamar el derecho a conservar los nueve lotes. Por todo ello este Ayuntamiento decide que sean quitadas de donde están las casetas del Sr. Zulaica colocándolas en uno de los lotes que en otros años ha venido usando el dueño del Balneario…”


En la próxima entrada de esta serie veremos cómo se celebraba la corrida de toros en la nueva Plaza de Algorta el día de San Ignacio.

sábado, 22 de febrero de 2020

INAUTERIAK 2020



!Ya están de nuevo entre nosotros los Inauteriak!: Fiestas de bullicio, máscaras, disfraces y alegría. Pero no siempre los carnavales acontecieron en un entorno calmado entre bulliciosas muestras de alegría y desenfado, aunque sus características nunca se perdieron.

Esas fiestas, antaño llamadas de “Piñata”, que en febrero de 1875, mientras cerca de nosotros tronaban los cañones (estábamos en medio de la tercera Guerra entre Carlistas y Liberales). Desde el Fuerte Artagan disparaban los cañones. En Getxo, las fuerzas Carlistas apoyadas por gentes del pueblo, en la oscuridad de la noche, se adentraban en el interior de la población de Algorta esquivando las fortificaciones. En nuestras calles con un tiempo gélido, que dejaba intuir que en los montes había caído una copiosa nevada, se dejaban oír algunas estudiantinas acompañadas de la banda de música. En Bilbao los bailes de piñata y las máscaras dejaban adivinar el gran baile que se iba a realizar el martes de carnaval en el Salón la Amistad.


En un contexto más tranquilo, al finalizar el Siglo XIX, a algunos tan solo bastaba una sábana y una escoba para dar rienda suelta a las fantasías carnavalescas. En Algorta, reinaba entre la juventud la alegría con la llegada del carnaval, que se anunciaba con un baile de disfraces en el “Círculo Algorteño”, se anunciaban serpentinas y confetis en “Casa Centeno”, para la guerra que con esos papelillos de colores se iba a realizar en plazas y paseos, de ello daba cuenta “La Voz de Guecho”.

Los carnavales, también entre los visitantes de otras latitudes, buscaban sitios de lujo refinado y con buenas vistas. Algorta fue en 1931 el lugar elegido por la Colonia Inglesa de Bilbao, y en concreto el “Hotel Eguia”, para celebrar la fiesta de carnaval. De ello dejó huella el diario “El Liberal” un 18 de febrero. En la fotografía superior podemos ver a aquella trupe británica con sus mascaras en el salón principal del hotel.


Otras fechas negras para el Carnaval fueron las de 1937 que como decía una voz autorizada: “...No está la época para fiestas y menos del carácter que suelen tener las de Carnestolendas...” En la que las mascaras estuvieron prohibidas en los salones públicos, en los que se pudieron celebrar los carnavales, “Quizá por aquello de los espías”.

La prohibición del carnaval con el franquismo comenzó ya en plena Guerra y se mantuvo al terminar la contienda hasta el final de la dictadura: “...El gobernador general de la Junta Técnica de Estado dictó el 3 de febrero de 1937 desde Valladolid, justo en época de carnavales, con una orden circular para todos los gobernadores civiles en la que se ordenaba la suspensión de dichas fiestas...” Y de nuevo, con aquel hecho, la vieja negra cuaresma, la del triste bacalao y espinacas, la del potaje sin aderezos y el ayuno, de un puntapié venía a terminar con la vida bulliciosa, alegre y divertida del carnaval.

Tras esos negros nubarrones, el sentido común y la cordura volvieron a traer entre caretas y tostadas el bullicioso Carnaval a nuestras calles: La alegría volvía en 1980 de la mano de la cuadrilla “Gu Gara” que en el órgano de difusión de Carnales Algorteños “The Jaiak PosT” decía: “...Nacimos de mama clandestina en los difíciles 72 y aquí estamos...” En aquellos segundos carnavales de Algorta celebraron el correspondiente “Concurso de Tostadas”, además de realizar un vistoso desfile de cuadrillas, el domingo 24 de febrero, que fue desde el Casino a la Plaza de San Nicolás.

El Carnaval a lo largo de este último decenio pasado nos ha dejado algunas imágenes inolvidables, de ellas dejaré una pequeña sucesión de imágenes:


En el 2013 pudimos ver a la fanfarria “Txopolis” con el incombustible “Petiso” trombón en mano desfilar por las calles de Santa María de Getxo, acompañado a los de “Itxas Argia”, que recorrieron con su bulliciosa “Trup” desde Malakate a Bidezabal.


En el 2014 disfrutamos, entre otras cosas de esos alegres “mormones” de las Jai Batzordeak”, que desde su tribuna nos observaban libreta en mano en la Plaza de San Nicolás, desde la que realizaron el tradicional desfile de máscaras recorriendo la Avenida para entrar por Telletxe, con la fanfarria Areatxu encabezada por un viejo conocido de fiestas, con su disfraz de preso, trombón en mano.


También a esos coloridos payasos del 2015, que pasaron junto a la Plaza de Satistegi, en uno de los cortejos del Carnaval de txikis más lucidos que recuerdo. Kalejira de Ikastolas y Colegios que recorrió Sarrikobaso hasta llegar, tras dar la vuelta a Algorta, a la Plaza de la Estación de Telletxe en medio de un pentagrama de sonrisas.


El de 2016 lo hacía nuevamente esa alegre “Trup” de “Itxas Argia” en la Venta de Getxo. Y en Algorta con ese jurado de la Jai Batzordea, que rodeados de sus mazos y birras, observaban atentos las evoluciones de las Pin-Up del Photocall.


O a esos peliculeros de cómic del 2017 en la plaza de “La Mona” de Romo que junto a los moteros del Photocall de San Nikolás a quienes acompañó una divertida cuadrilla de Harry Potter hicieron las delicias de los asistentes.


Los del 2018 volvieron a romper todas las expectativas, contemplar a esos admiradores de Steve Urkel en la Plaza de Satistegi, o a esas lindas mariposas del Satistegi superaba lo imaginable.


En fin 2019 siguió con la misma tónica de desmadre carnavalero, desde la última cena en Satistegi, a la visión de esos “Locos Romanos”, cómo les llama Asterix, de la plaza del Amaya de Romo; a las aguerridas milicianas, todo fue una explosión de color. !Las mascaras van a más en este Pueblo!.

Así que tras un año de espera ya están llamando a las puertas los Inauteriak del 2020. Se celebraran el día 22 en Romo y Areeta-Las Arenas y el día 29 de febrero en Algorta. !Seguro que nos sorprenderán!.

!!!GORA INAUTERIAK!!!

jueves, 20 de febrero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -145-


En la anterior entrada veíamos cómo tomaba posesión el nuevo Ayuntamiento salido de las elecciones del 10 de 10 de mayo.

Con la llegada del estío la actividad en Getxo se incrementaba notablemente, todos los negocios adquirían mayor pujanza, la llegada de forasteros deseosos de dedicarse a la holganza después de un largo invierno de trabajo, hacía que llegaran dispuestos a disfrutar de los baños de mar y de la suave brisa en nuestras playas, gozando de la actividad lúdica que las bandas de música y otras actividades traían con la llegada de esa estación a nuestro Pueblo. Los transportes públicos aumentaban sus horarios: El día 1 de julio de 1891 comenzaba el horario de verano para el ferrocarril de Bilbao a Las Arenas: “...Los horarios de salida de las unidades desde ambas poblaciones empezaban por al mañana a las 5:20 terminando por la tarde a las 21:00. Dentro de los compartimentos se establecía la 3ª clase, ya existían las otras dos; los precios de los abonos de año eran en 1ª, 2ª y 3ª de 60, 40 y 30 céntimos...” La Compañía del Tranvía anunciaba también su servicio de verano, con salidas cada cuarto de hora.

Las competiciones deportivas también venían a llevar atractivo a los veraneantes: Se anunciaban las carreras de caballos”...Que se iban a celebrar durante los meses de agosto y septiembre en el Hipódromo de Lamiaco, las cuales iban a comenzar el 27 de agosto...”

Los servicios de hostelería renacían en nuestros barrios: La Fonda San Ignacio de Algorta, regentada por Dña. Josefa de Uribe, anunciaba su apertura desde el 1 de julio. Y el resto de establecimientos hosteleros y balnearios comenzaban a ver la llegada de sus huéspedes, que como refería un diario bibaíno: “...Los establecimientos balnearios van ya llenándose de forasteros de fuera y de forasteros de dentro, que así los clasifica un estadista bilbaíno para distinguir a los del Ebro allá, de los del Ebro acá...”

El 9 de julio de 1891 se daba lectura en el pleno a una carta de: “...D. Antonio Loma dando cuenta del estado de tramitación de los expedientes de suministros a metálico y fortificaciones, obrantes en la intendencia militar...”

En esa misma fecha, 9 de julio de 1891, se decidía dividir el pueblo en tres secciones: “...De conformidad con la regla 4ª del artículo 60 de la vigente Ley, acuerda este Ayuntamiento dividir este pueblo en tres secciones para la designación de Vocales Asociados de la Junta Municipal, para este año económico...” Daba cuenta en el pleno el Alcalde que como resultado de sus gestiones: “...Tenía conocimiento de la pronta instalación de un puesto de la Guardia Civil en esta Anteiglesia, compuesto por cuatro números...” Se acordaba la formación de la Comisión de Festejos para la elaboración de los programas festivos. A la vez que eran nombrados para vigilantes de las playas, para la de Las Arenas a D. Manuel Hernández y para la de Algorta a D. Dionisio Osticoechea.


Incluso la venta ambulante veía ampliar la oferta alimentaria: Algunos de aquellos servicios alimentarios fueron regentados por algunos vecinos de Getxo y otros comerciantes bilbaínos: Por los barrios aparecían vendedores cómo: “...D. Juan Barrio, vecino de Bilbao, quien solicita permiso para la venta y confección de churros en el barrio de Las Arenas, junto a la playa...” También lo hacía “...D. Juan Callizo, de esta vecindad, solicitando se le autorice a establecer un puesto de venta de frutas, junto a la casa de D. Albaro García, en el barrio de Las Arenas, junto a la fuente que existe en la misma...” La venta de verduras en esas fechas tenía gran demanda pues otros dos vecinos solicitaban la colocación de puestos. Se trataba de: “...D. Regino Rodríguez y D. Sinforiano Palomar...”

También las comunicaciones mejoraban su oferta: servicios como el correo también veían crecer la demanda por parte de algunos vecinos: “...D. Benigno Zarranz solicita autorización para colocar un buzón en su expendeduría de tabacos en Las Arenas...”

Ofertas de divertimento y actividades recreativas venían a ampliar las actividades veraniegas: El día 12 de julio de 1891, según contaba “El Noticiero Bilbaíno” en uno de lo locales de moda en Las Arenas: “...Desde el día 15 de julio se abrirá en el Casino de Las Arenas una sala de esgrima bajo la dirección del Sr. Camy Sarthy, profesor de Bilbao e individuo de la Academia de Armas de París...” Tres días más tarde, en el mismo diario, anunciaban: “...La apertura de un Depósito de Nieve que abrirá en la calle Mayor de Las Arenas, la acreditada Fonda de D. Marcos Zamacona, donde se expenderá dicho producto al por mayor y menor...” De él se daba en la prensa “El Noticiero Bilbaíno” hasta el número de teléfono, que era el 3.029. Durante la temporada de 1891 los precios de admisión para un mes eran: “...Caballeros 10 pesetas y 20 por temporada, Señoras 5 y 10. La entrada para un día costaba: En días de labor caballeros y señoras 1 peseta. En días festivos los caballeros 2 pesetas y las señoras 1 peseta. Precio que aumentaba en los días en que había carreras de caballos en Lamiaco, pasado a ser para caballeros 5 pesetas y para señoras 2 pesetas...”

Por otro lado el ferrocarril también participaba de la mejora en los servicios: “El Consejo de Administración de la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Plencia saca a subasta el último lote de trazado, el que iba desde Sopelana a Plencia...”

El 15 de julio de 1891 animados por el ambiente festivo y los visitantes que acudían a nuestros barrios, el diario “El Noticiero Bibaíno” anunciaba: “...Ha salido para Navarra la comisión de la Plaza de Toros de Algorta, con objeto de comprar toros que se han de lidiar en dicha plaza el día 31 del corriente y el 9 del próximo mes de agosto...”


Los servicios en las playas era otra de las actividades que mejoraba la oferta: se anunciaban casetas de baño en Las Arenas: “...Evaristo y Ángela, bañeros de Las Arenas “Castas Verdes” expenden bonos en el estanco el Boulebard, al precio de 3 pesetas...” Otro de los bañistas que instaban sus casetas en la playa de Las Arenas era el vecino de Bilbao D. Andres Zulaica. No siempre todos los servicios eran bien acogidos por nuestros mandatarios, era el caso de otra solicitante: “...Dña. María Ruiz, que también solicitaba permiso para instalar sus casetas en la playa de Las Arenas, instalando una cuadra para guardar un caballo, que pensaba utilizar para el arrastre de las misma hasta el mar, el Ayuntamiento accedía a que pudiera instalar las casetas, no así la cuadra pues la normativa sanitaria prohibía ese tipo de instalaciones en las playas...”

Las actividades festivas eran preparadas por nuestro Ayuntamiento: El 16 de julio de 1891 la Comisión de Festejos de Getxo decidía contratar para tocar en el barrio de Las Arenas, durante las fiestas del barrio, a la banda de música “La Bilbaína” de Bilbao. La banda estaba compuesta por 12 músicos. Además acordaba traer una banda de tamborileros para tocar en nuestro municipio en las tres romerías que se celebraban por San Nicolás los días 11,12 y 13 de agosto. Para los festejos que se iban a celebrar se establecieron unos premios en metálico: “...En Las Arenas de iba a celebrara una cucaña y el premio que se acordó fue de 15 pesetas. En el Puerto, para la cucaña también se iban a pagar 15 pesetas, y para el juego de la Samaritana con cántaros en la cabeza se establecieron 4 premios de 5, 4, 3 y 2 pesetas; para los hombres la diferencia de premios era notable, en el juego de carrera de sacos el premio, se acordaron 2 premios de 10 y 6 pesetas...” Para completar las actividades festivas y ayudar en su celebración la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas decidía: “...Que los músicos contratados para tocar en el barrio de Las Arenas los días festivos y el segundo día de romería de Santa Ana, podrían circular libremente en los coches de la Compañía...” Y como colofón festivo, ante la petición por parte de los empresarios de la plaza de toros de Algorta: “...De alguna ayuda que aliviara los crecidos gastos que deberemos hacer para dar dos corridas, el día 31 de julio y 9 de agosto...” El Ayuntamiento acordaba darles 250 pesetas de subvención.

El 16 de julio de 1891, en el pleno municipal, se daba cuenta de un oficio: “...Que remitía el primer Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Vizcaya, acompañando la dotación y menaje que era necesario dotar al puesto de la fuerza de dicha comandancia en Las Arenas de Lamiaco, según lo dispuesto por el Inspector General de dicho cuerpo. Y preguntaba “Si este municipio estaba dispuesto a costearlos...” El Ayuntamiento de Getxo contestó afirmativamente y decidía poner a la disposición del puesto la dotación que se le indicaba, reclamando que: “...El puesto que se establezca se denomine en todos sus actos oficiales y escritos “Guardia Civil del puesto de Las Arenas de Guecho” y no de Lamiaco, porque el barrio de Las Arenas pertenece al Ayuntamiento de Guecho...”


La familia Mattern procedente de Minfeld (Alemania), que se instaló en Las Arenas en 1885, trató el 16 julio de 1891 de arrendar unos terrenos al Ayuntamiento de Getxo en la Galea: “...Se da cuenta de una instancia del Sr. Suly José Mattern, de este vecindario del barrio de Las Arenas, solicitando el arriendo de 20 hectáreas de terreno comunal de la Galea para instalar una vaquería y dedicar una parte al cultivo...” El Ayuntamiento desestimo aquella petición porque aquellos pastos comunales se dedican a pasto para el ganado de los agricultores de Santa María.

En esas fechas el arriendo de los arbitrios de diversas actividades comerciales eran tratados por el pleno municipal. Se procedía al otorgamiento de las escrituras con los rematantes de los servicios municipales de esta Anteiglesia: “...Se subastaba en público los arbitrios impuestos a los vinos, aguardientes y otras bebidas, los artículos de abacería, carbón mineral y vegetal, arbitrio que fue otorgado como mejor proponente a D. José Angel Aurrecoechea, vecino de Bilbao, en la cantidad de 63.945 pesetas. Así mismo se sacó a remate el arriendo de la casa matadero, para despacho de carnes frescas que recayó en D. Juan Learra, de esta vecindad, en la cantidad de 17.076 pesetas…”


En la próxima entrada de esta serie veremos cómo el Ayuntamiento, a petición de la empresa de la plaza de toros de Algorta, ordenaba al arquitecto municipal que revisara la instalación para en su caso o expedir la certificación de que la obra estaba de acuerdo con las condiciones exigidas por el consistorio.

lunes, 17 de febrero de 2020

HISTORIA DE UN GOLFO QUE PASÓ POR GETXO


El cine, desde sus inicios, utilizó imágenes de nuestros pueblos para algunos de sus primeros rodajes. Sobre las películas que se rodaron en Getxo ya he hablado en algunas de mis entradas. Al referirnos al inicio del cine mudo se puede hablar de títulos como “El puente del Arenal” de 1897, producida por José María Obregón; o de Fructuoso Gelabert quien llegó a ser uno de los fundadores de la industria cinematográfica catalana, que en 1906 rodó “Portugalete y los Altos Hornos”, documentales del cine mudo.

A lo largo de los años, esta industria eligió nuestro municipio como imagen animada de muchos de sus rodajes. En esta ocasión hablaré sobre el rodaje del film “El Golfo”, algunos de cuyos exteriores se rodaron en Las Arenas y Algorta.

En 1917 José de Togores realizó la película “El Golfo”, basada en la novela de Ernesto Vilches “El último beso”, película perteneciente a la época cine mudo (1894-1920). Película que según la “Filmoteca Vasca”: “...Se puede considerar como uno de los primeros trabajos del cinematógrafo en el País Vasco...”


Largometraje de estilo folletinesco, que ofrecía una visión sobre conflictos sociales, en el que se contaba las peripecias de un golfillo, un vagabundo al que le faltaba el calor de unos padres y hogar en el que cobijarse, que incluso en su adolescencia llegó a robar el monedero a la madre de su enamorada, que más tarde lucharía por labrarse una fortuna, y así ganar la mano de esa rica heredera. La duración del film fue de 81 minutos. Los exteriores de la película se rodaron en Bizkaia (Las Arenas y Algorta), Donosti y Valencia.

Este filme del cine mudo de principio del Siglo XX contó con la participación de Ernesto Vilches, Irene López de Heredia y José Olózaga. Los intérpretes de “El golfo” fueron, aparte de las dos figuras centrales: Ana Navacerrada; la esposa del propio Togores, director del film; José Olózaga, que hacía de traidor; Manuel Arbó y José Calle. Entre los personajes que participaron en el film estaban otros menos conocidos en el mundo del celuloide como: “...Un actor alicantino de menuda estatura llamado Artemio. En unas escenas rodadas en el Hipódromo de Lasarte y el Club Náutico de Algorta intervino de forma accidental el príncipe Pío de Saboya, formando un curioso contraste la estatura reducida de Artemio con la extraordinaria del personaje real...” Seguramente cuando hablaban del Club Náutico de Algorta se referían al Marítimo del Abra de Las Arenas. Otro de los intérpretes en el film fue Mariano Ozores que interpretaba un papel de policía.


La película, que habían pensado realizar en un mes debido al carácter irritable de su protagonista se dilató más de lo esperado, por lo que el rodaje que comenzó en agosto de 1917 no terminó hasta los primeros días de 1918.

La “Filmoteca Nacional” guarda copia de este film. Visualizando unos cortes de la misma, que me ha facilitado un amigo (Jon Angeru Lo Iza), he podido tirar del hilo de la película. En los mismos podemos ver los rodajes realizados en nuestro municipio:

En el primero se ve cómo en el paseo de Zugatzarte, nuestro golfo conocerá a una niña vestida de blanco, que mientras salta a la comba se cae al suelo y se daña en una la rodilla.

En el segundo aparecen dos peripuestas señoras mientras hablan distendidamente esperando la llegada del transbordador para pasar a Portugalete. Una vez dentro de la barquilla, vemos algunos detalles de los ocupantes: una vendéjera dirigiéndose al mercado de Portugalete, un jumento seguramente utilizado para transportar verduras.


En el tercer corte observamos a un grupo de niños que chapotea en la orilla de la playa de Ereaga y al fondo de la imagen, en el contramuelle, se puede divisar la grúa Titán; mientras un pequeño fumador, nuestro protagonista en su etapa de juventud, un autentico Golfillo, pasea por el muelle; tras el se ve por la carretera pasar a un tranvía dirigiéndose hacia Las Arenas.

En el cuarto corte vemos a los dos enamorados en el paseo del muelle de Las Arenas, al fondo se divisa un embarcadero con escasas embarcaciones, cuando de repente un individuo dispara a nuestro protagonista que cae sobre el paseo del muelle. Unos viandantes acuden en su ayuda, el pistolero emprende la huida perseguido por gentes que han contemplado la agresión, mientras dos viandantes y la enamorada ayudan a incorporarse a nuestro protagonista.

Para completar esa historia de comedia dramática recojo una parte del argumento relatando como acontecen los hechos y lugares del rodaje: “...En las primeras escenas aparece el paseo de Zugatzarte, lugar en el que nuestro protagonista conocerá a una niña vestida de blanco, la cual va saltando a la comba e inesperadamente cae al suelo dañándose la rodilla, el pequeño golfillo acudirá en su ayuda, siendo retirado despectivamente por la madre y la institutriz de la pequeña, a quienes se les cae un pequeño monedero de color blanco, que el pequeño recogerá del suelo, entonces es retenido por unos paseantes quienes le increpan “...¡Devuelve ese monedero, ratero!...” Saliendo la pequeña en su defensa pidiendo que regalen el monedero al pequeño que acudió en su ayuda. Más tarde el golfillo ingresará en un asilo, protegido por una dama de la beneficencia, donde demostrará sus aptitudes para la mecánica. La niña ya adolescente, durante su veraneo en Donosti, recordará a aquel golfillo de noble corazón que acudió en su ayuda en Zugatzarte. Pero aquel niño había dejado atrás su época de raterillo callejero viajando a las américas, instalándose en Nebraska donde llegará a ser director de una fábrica de Altos Hornos. De nuevo regresa a Las Arenas, para tomar a su cargo los asuntos financieros de la familia de su enamorada. Finalmente durante un paseo por Zugatzarte con su enamorada, mientras ella recuerda aquel accidente de su niñez en el que el pequeño le auxilió, Ernesto duda de si descubrir que el pequeño ratero y el son las misma personas. Entre tanto el traidor que había sido desdeñado por la bella Irene, espía a la pareja, y toma su venganza disparando al enamorado protagonista en muelle de Las Arenas, al grito de “...¡Tu vida por mi deshonra!... ¡estamos en paz!...”


Según contaba una revista de cinematografía de la época: “...Las dificultades para encontrar un lugar donde filmar los interiores fueron innumerables. Por fin, y después de mucho buscar, se rodaron en los locales de una fábrica en construcción que había en el camino de Las Arenas a Bilbao...” Algunos de ellos también fueron rodados en alguna de las mansiones de Zugatzarte.

La Película no parece que recibiera de la crítica cinematografía grandes halagos, ya que sobre ella, la revista madrileña “Cinegramas” decía en 1936: “...El libreto era malo, verdaderamente; su conflicto dramático resultaba inocente y cursilón y pertenecía al género que entonces se llamaba de “alta comedia”, mezcla pretenciosa de drama psicológico, con los tintes melodramáticos del teatro francés y la poesía estomagante y trasnochada de las películas italianas...”

Precisamente sobre esta película, en mayo de 1995, escribiría D. Alberto López Echevarrieta, quien fuera director de “La Hoja del Lunes de Bilbao”, en un libro que publicó titulado “Bizkaia, plató de cine”, editado por “Bizkaiko Gaiak, sobre temas vizcaínos”: “...“El Golfo”, una película cuyo presupuesto se desbordó sumiendo a la productora Dessy Films en la más completa ruina…, filme que ofrece unos impagables planos rodados a pie del “Puente Vizcaya” apreciándose claramente las características de la primera barquilla y el trabajo de algunos de sus operarios...” Libro por otra parte de gran interés para seguir la relación de películas profesionales realizadas en Bizkaia desde 1905 hasta 1994.

Hasta aquí una nueva reseña de los rodajes que el cinematógrafo realizó por nuestras calles allá por 1917. Y de lo interesante que es a veces tirar de un hilo para llegar a conocer cómo se desarrollaron los hechos a pesar de haber pasado más de cien años desde que se produjeron los mismos en nuestras calles.

miércoles, 12 de febrero de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -144-



En la anterior entrada veíamos cómo los chatarreros de Las Arenas hacían negocio con los restos de los naufragios ocurridos en nuestra playa

El 16 de junio de 1891 el diario bilbaíno “El Nervión” recogía en sus páginas los avances de las obras del Puerto del Abra, en concreto se referían al del rompeolas (contramuelle) de Santurtzi. En el diario decían: “...La inmensa mole de piedra que ha de constituir el futuro rompeolas, parece que va surgiendo por momentos de las profundidades del mar. Un trozo de muelle como de veinte metros sobresale aún en marea alta, en la parte de tierra, que es por donde se ha empezado la construcción del rompeolas, en la bajamar se ven muchos más metros...”

El día 17 de junio de 1891 se anunciaba en “El Noticiero Bilbaíno” la apertura del “Hotel Larrazabal” de Las Arenas: “...Magnífico Hotel establecimiento, situado en uno de los mejores puntos y próximo a la playa, montado con arreglo a los últimos adelantos, tanto en lo que concierne al gusto, a la elegancia e higiene, cómo a la economía y los precios...” Aquel Hotel decían que estaba montado con un esmerado servicio de diferentes tendencias, tanto local, como francesa e inglesa. Para recabar información y realizar reservas había que dirigirse a los responsables de cocina y repostería que eran los dueños, quienes anteriormente habían trabajado en el establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos de la familia Aguirre. Mientras que se anunciaba la apertura de este último establecimiento de baños, regido por D. Ándres Larrazabal, para el día 1 de julio.

Otro de los establecimientos de Las Arenas que anunciaba su apertura para la temporada era el “Casino de Las Arenas”, establecimiento que se encontraba junto al muelle, próximo a la playa. Disponía el casino de grandes salones, restaurante, café, billares y salón de baile. Todos aquellos que deseaban disfrutar de sus instalaciones podían adquirir entradas quincenales, mensuales y de temporada. La apertura se iba a efectuar desde el día 15 de junio al 15 de octubre.

Se anunciaba también el nombramiento por el Presidente de la Audiencia de Burgos de los jueces municipales de Bizkaia, nombramiento que en el caso de Getxo recayó en el Juez D. Remigio Anchia Fano.


El 20 de junio de 1891 el Ayuntamiento de Getxo se daba por enterado de la comunicación recibida del encargado de la Estación Telegráfica de Las Arenas, en la que informaba que pasaba a hacerse cargo del servicio de Correos y telégrafos a partir del día 17 de junio. Se daba cuenta también de la solicitud, que el Ayuntamiento aprobaba, del nombramiento como ordenanza de la Estación Telegráfica Municipal de Algorta a D. Manuel Fernández Blanco.

El 27 de junio de 1891 el Gobernador Civil de la Provincia ordenaba le fuera remitido por los ayuntamientos el censo de población, y aunque no se precisara en el acta municipal cuántos vecinos habitaban la anteiglesia, ya que en 1887 Getxo contaba con 3.781 habitantes y en 1897 la población de hecho era de 5.211 habitantes, se puede extrapolar que podrían ser en torno a los 4.500 habitantes, ya que el Instituto de Estadística en aquellas fechas estimaba que en Bizkaia se había producido un incremento de población del 24,06%.

Por esos días la persona encargada del suministro de carbón piedra para las estufas municipales era Dña. Timotea Larrauri. Y D. Francisco Ibatao, de Santa María, el encargado de la poda y arreglo del arbolado público.

El día 1 de julio de 1891 tomaba posesión el nuevo Ayuntamiento salido de las elecciones del 10 de mayo: A las 10:40 de la mañana se constituyó nuevamente el Ayuntamiento quien fue recibido por los miembros cesantes. El Ayuntamiento quedaba formado por:

Los elegidos el 10 de mayo los cuales eran: D. Saturnino Azcorra Maidagan, D. Asencio Inchaurtieta Gorrondona, D. Santiago Diliz Arana, D. Juan José Camiruaga Mota, D. Braulio Ajuria Ajuria, D. Román Uribarri Bareño y D. Sabino Laca Orbeta.

Y los que quedaban (continuaban) de la anterior corporación: D. Juan José Unzaga Campo, D. Juan Bautista Carrandi Arrigunaga, D. Sebastián Sainz Garcia y D. Pedro Icaza Aguirre.

Tras dar posesión al nuevo Ayuntamiento se dió posesión a sus miembros, bajo la presidencia interina de D. Saturnino Azcorra, tras ese tramite se procedió a la elección del Alcalde. Fue elegido por unanimidad D. Santiago Diliz Arana. Seguidamente se procedió a la elección de los dos Tenientes de Alcalde quedando como Primer Teniente de Alcalde D. Asencio Inchaurtieta y como Segundo teniente Alcalde D. Braulio Ajuria. Todos ellos recibieron sus correspondientes bastones de mando. Para Síndico, con sus obligaciones de defensa de los intereses municipales en juicios y revisión de presupuestos y cuentas municipales, fue elegido D. Sabino Laca.

Se decidía de acuerdo con lo preceptuado en artículo 57 de la Ley, celebrar las sesiones ordinarias todos los jueves a las nueve de la mañana, y cuando cayeran estos en festivo, hacerlo los miércoles.

A continuación se eligió por sorteo el orden de los regidores para en los casos de que no estuviera el Alcalde, poder ocupar interinamente su puesto. La elección dio el siguiente resultado:
1º)- D. Juan José Unzaga.

2º)- D. Juan Bautista Carrandi.

3º)- D. Pedro Icaza.

4º)- D. Sebastián Sainz.

5º)- D. Saturnino Azcorra.

6º)- D. Juan José Camiruaga.

7º)- D. Román Uribarri.

Por último en función de las facultades que le confería el artículo 58 de la Ley hizo los nombramientos de los Alcaldes de barrio, nombrando a los siguientes vecinos: Por Las Arenas d D. Pedro Llona y por el Puerto a D. Manuel Ignacio Ugarte. Al día siguiente, 2 de julio de 1891, se procedía al nombramiento de las Comisiones que iba a tener la Anteiglesia:

Para la Comisión de Hacienda se nombraba a D. Sabino Laca y D. Román Uribarri.

Para la Comisión de Obras Públicas, caminos y vías se nombraba a los Tenientes de Alcalde D. Asencio Inchaurtieta, D. Braulio Ajuria y los regidores D. Juan José Unzaga y D. Saturnino Azcorra.

Para la Comisión de Fomento, Policía Urbana, Rural y Deslindes se nombraba al 2º Teniente de Alcalde regidor y Síndico D. Sabino Laca y a D. Pedro Icaza y D. Juan José Camiruaga.

Para la Comisión de Reconocimiento de leche, pan, carne, frutas y Pesas y medidas de los establecimiento Públicos se nombraba a dos concejales diferentes cada mes comenzando por D. Asencio Inchaurtieta y D. Sabino Laca.

Quedando cómo Regidor Interventor D. Juan Bautista Carrandi.


La afición a los baños de mar en la playa de Ereaga llegaba desde fuera de nuestros limites geográficos y era demandado, incluso, para la utilización de casetas de baños, así un 2 de julio de 1891: “...Se ha presentado una instancia por D. Javier Huarte, vecino de Madrid, solicitando autorización para instalar una caseta de baños con destino privado en la playa de Ereaga...” El Ayuntamiento accedía a condición de que: “...La misma se instalará fuera de la zona asignada para la colocación de los lotes de casetas de baños, dejando libre el paso de acceso y servicio de las mismas...”

El Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...Autorizar al Alcalde Presidente para que gestione ante quien corresponda y en su representación, gestione la instalación de un puesto de la Guardia Civil...”

La actividad académica tenía también su reflejo en las actas municipales: El día 3 de julio se iban a celebrar los exámenes de francés y comercio. El día 4 de julio los de música. A la vez que se organizaba el reparto de premios para los niños de ambos sexos de todas las escuelas de la Anteiglesia, que iba a tener lugar en la Casa Consistorial el día 12 de julio. El Colegio de Francés y Comercio estaba situado, daba a las calles San Nicolás y Rivera, según recogía el inventariado de bienes de 1889.


Varias eran las obras de reparación de calles que se iba a acometer en el municipio ese 2 de julio: “...Reposición y resebo de la calle en Las Arenas que se dirige de la estación de Ferrocarril al Hotel de Baños de Mar Bilbaínos; en Algorta la parte degradada de la bajada a Ereaga, el trozo de la calle Mayor comprendido desde el Casino Algorteño a Altamira y el callejón existente entre la casas de los señores Benguria y Juan Luis Uriarte...”

Y se comisionaba al concejal Sr. Uribarri para contratar una banda de música que tocará, al igual que el año anterior, durante la estación del verano en Las Arenas.

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo se recibía una carta de D. Antonio Loma sobre el estado de los expedientes de fortificaciones y suministros militares de la última guerra.