En
la anterior entrada veíamos cómo toda la costa de Vizcaya fue
azotada por un imponente temporal con granizo y fuertes ráfagas de
viento.
En
el pleno del día 25 de marzo de 1892 el Alcalde de Getxo D. Santiago
Diliz informaba que: “...Cómo
presidente la Comisión Constructora de la Iglesia de San Ignacio,
había acudido a una reunión de dicha Junta el día 22 de ese mes
para recibir información de la marcha de los trabajos de dicho
templo. Entre los datos aportados por esa Junta estaba el de la fecha
en que se iba a producir su apertura al culto. La cual era estimada
que se realizaría entre los días 20 o 25 del próximo mes de
marzo...”
En
ese mismo pleno se daba cuenta de la inscripción el en Registro de
la Propiedad de la casa llamada “Landa” por D. Higinio Cereceda.
El
día 20 de febrero de 1892 se levantaba el Estado de Guerra en
Bizkaia: “...Reunidas
ayer tarde a las cuatro en el Gobierno Militar las autoridades
militares y civiles de Vizcaya, y después de hacerse cargo de la
situación de la zona minera, donde reina completa tranquilidad,
habiéndose reanudado los trabajos en circunstancias normales,
acordaron levantar el Estado de Guerra en esta Provincia...”
El
día 24 de febrero de 1892 se fijaba para pagar el valor estipulado
por la expropiación de terrenos para la construcción del
ferrocarril de Las Arenas a Plencia, entre las personas a las que se
habían expropiado dichos terrenos se encontraban: “...D.
Martín Berreteaga, D. Juan Antonio Garay, D. Joaquín Bautista
Sarria, Dña. Gabina Arteta y D. Juan Arrieta...”
Corría
el 27 de febrero de 1892 cuando en el pleno municipal se leía:
“...El
proyecto de ordenanzas Municipales que se había previsto rigieran en
la Anteiglesia, los cuales fueron aprobados por unanimidad, acordando
exponerlos al público para que pudiera presentar cuantas
alegaciones considerara pertinentes. A la vez se leían todos los
capítulos del proyecto de ordenanzas para la construcción en el
Municipio de Guecho. Y como de ordenanzas iba se leían también las
del cuerpo de serenos o vigilantes nocturnos de la Anteiglesia...”
Aquellas normas Municipales darían lugar en 1894 a la edición de un
libro que recogía las “Ordenanzas Municipales de Edificación y
Policía” que recogieron todas la normas a aplicar en este
municipio: “...Iban
desde “La Autoridad Municipal y sus Agentes”, al “Aprovechamiento
de lo que el mar arrojaba a las Playa”, cafés y tabernas,
carruajes y caballerías, cementerios, carnicerías, fondas y
posadas, fiestas, higiene pública, inhumaciones, lavaderos,
mendicidad, matadero, pesas y medidas, titiriteros y volatineros
hasta la venta de leche y mantecas…”
Y
mientras en la Villa de Don Diego los carnavales, en los salones de
renombre bilbaíno D. Juanes apodado “El Diablo de los Salones”
ofrecía una velada de juegos de prestidigitación, las gentes se
divertían con las peleas de gallos y la entrada de buques de
distintas nacionalidades se sucedía en el Puerto: “...El
21 de febrero de 1892 habían arribado a puerto 59 buques de vapor y
16 de vela. De ellos 24 fueron de nacionalidad Inglesa, 13 franceses,
1 alemán y otro noruego...”
En Las Arenas se sucedían pequeños hurtos como el realizado en el
palomar de D. Marcelino Zabalegui a quien los aficionados a lo ajeno
robaron cerca de 20 palomas. También le tocó en suerte a la “Fonda
San Ignacio” de Algorta, la entrada en sus instalaciones de los
ladrones, que tras entrar por una de sus ventanas se llevaron varios
utensilios de la decoración.
Ya
por esos días se preveía la puesta a flote del Vapor “Xania”
que había quedo varado en la playa de Las Arenas el día 2 de
febrero de 1892. Habían decidido ponerlo a flote para el día 28 de
febrero: “...El
vapor tenía algunas abolladuras en los fondos, pero no creían que
tuviera vías de agua, y ya lo estaban pintando para ponerlo a flote
en la próxima marea...”
Según relataba el diario “El Noticiero Bilbaíno” del 28 de
febrero de 1892: “…Hoy
a las tres de la tarde están hechos todos los preparativos para
poner a flote el vapor “Xania”. Para realizar la maniobra por la
popa del vapor se han pasado dos cadenas, una de las cuales, Ia
mayor, se compone de diez grilletes, de 15 brazas cada uno, de modo
que aquella tiene una longitud de 150 brazas. El extremo de la
cadena, provisto de un ancla, se halla sujeto cerca de los restos de
un vapor hundido en aquellas inmediaciones, y que creemos es el
“Myosaotis”. La otra cadena está sujeta al muelle nuevo de
Portugalete. A las tres, y con las máquinas de a bordo, se pondrán
en tensión las cadenas y al mismo tiempo comenzarán a trabajar los
remolcadores...”
Tan solo fueron necesarios tres arranques de los remolcadores para
poner a flote el vapor. El responsable de aquel rescate fue D. Manuel
Zarraga.
El
día 27 de febero de 1892, en el diario bilbaíno el “Nervión”
hablaban sobre la inminente puesta en marcha de la línea del
ferrocarril entre Las Arenas y Algorta: “...A
juzgar por la marcha que siguen los trabajos de construcción en el
ferrocarril de Las Arenas a Plencia, se espera que hacia el mes de
Junio próximo se dé comienzo a su explotación en el trayecto de
Las Arenas a Algorta, y tal vez si las. circunstancias fueran
favorables, para esa época podría explotarse dicho ferrócarril
entre Las Arenas y Urduliz, desde donde seria muy corto. el viaje en
diligencia hasta Plencia, pues a lo sumo se emplearía un cuarto de
hora en ese viaje de coche. Parte del material móvil, tal como un
coche de 1ª; otro mixto de 1ª y 2ª y otro de 2ª y 3ª dé
viajeros, sistema Trucf, y seis u ocho vagones de mercancías, lo
mismo que una locomotora con freno automático, se hallan ya en poder
de la compañía...”
Durante
el día 28 de febrero de 1892 ya eran numerosas la rondallas que
recorrían nuestras calles con motivo de la celebración de los
carnavales: “...Alegrando
al vecindario con los instrumentos y sableando lindamente a cuantos
transeuntes tenían la curiosidad de escuchar sus coplas...”
Durante
el año determinados terrenos de Getxo fueron utilizados como
canteras para la extracción de piedra y arena para las obras de la
Anteiglesia, lugares cómo La Galea, Baserri, Arnabar (en Azkorri),
Arrigunaga, Aiboa, Erega, el Castillo y otros puntos. De alguna de
estas canteras se extraía arena blanca, cómo la que obtenía D.
Gabriel Elorriaga en Alango. De otras era la piedra el material
apetecido para obtener tras el proceso de triturado el cemento. Uno
de los vecinos de Getxo que trabajó ese material granular fue D.
Miguel Uria, quien el 3 de marzo de 1892 solicitaba al Ayuntamiento
de Getxo “...Se
le conceda terreno comunal entre el punto llamado Ase-rrota y el faro
de la Galea, con objeto de extraer piedra y convertirla en cemento en
su fábrica...”
Se trataba de una franja de 200 metros de ancho situada cerca del
acantilado, por la que pagó un canon de 50 pesetas al año. La
fábrica de cementos estaba en la Avanzada.
En
la próxima entrada de esta serie veremos cómo algunas personas de
Getxo estaban necesitadas de la ayuda Municipal.
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