lunes, 20 de julio de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -173-



En la anterior entrada veíamos cómo las estructuras ferroviarias, las del Puerto y el saneamiento de Bilbao avanzaban a buen ritmo. El bombeo de las aguas sucias de la Villa estaban en fase de proyecto.

Con esta entrada comienzo con el libro de plenos del 3 de noviembre de 1892 hasta el 15 de febrero de 1894. En el primer pleno recogido en el libro, el del 3 de noviembre, la Comisión de Fomento y Policía Urbana informaba sobre una solicitud de un industrial de Algorta: “...D. Miguel Uria solicita se le conceda por canon anual correspondiente a una peonada de terreno comunal en la Avanzada, en el punto donde amasa la cales, con objeto de construir una tejavana para depósito de sus materiales de fábrica…” El Ayuntamiento accedía a dicha petición con las siguientes condiciones: “...Esta concesión será provisional y sin derecho alguno sobre el terreno, pudiendo el Ayuntamiento hacer quitar la tejavana cuando lo considere necesario. Por el canon del terreno satisfará dicho señor la cantidad de veinticinco pesetas al vencimiento de cada año...”

En aquellas fechas el teléfono del cuartel de la Guardia Civil del puesto de Las Arenas era abonado a medias entre los Ayuntamientos de Getxo y Leioa, tal y como se reflejaba en las actas del pleno.

Por otro lado para la desinfección de las casas donde se habían producido, en el pasado agosto, casos de viruela se autorizaba a pagar a la empresa “Barandiaran y Compañía” la cantidad de 10,50 pesetas por dos botellas de ácido fénico. Y abonar al farmacéutico Sr. Orive 36,36 pesetas por 12 tubos de vacuna.


Mientras, varios vecinos de Santa María solicitaban al Ayuntamiento que se les permitiera reponer por prestación vecinal el camino que iba desde la casa llamada Zubiaga (situada cerca de la actual Cooperativa Agrícola) hasta la de Peruena. Y en la casa consistorial de San Nicolás era colocada una ventana con vidriera: “...En la parte superior de la escalera de esta Casa Consistorial para evitar la entrada de viento a las dependencias y oficinas...” El Ayuntamiento acordó instalar también una puerta en estas dependencias.

El día 2 de noviembre de 1892 se anunciaba en el diario bilbaíno “El Nervión” que: “...El tribunal nombrado por el Ayuntamiento de Bilbao para el estudio y calificación de los ante-proyectos presentados al concurso de saneamiento de la ría, ha terminado su cometido, aunque todavía no ha presentado su calificación al Ayuntamiento. Los que presumen de estar bien enterados en este asunto aseguran que el primer premio, que, como se sabe consiste en diez mil pesetas, más la dirección de las obras, en caso de ser aceptado el proyecto definitivo, ha sido adjudicado por unanimidad al que lleva el lema “Mens sana in corpore sano”, el cual se atribuye a un ilustrado ingeniero bilbaíno...” Se afirmaba en aquel artículo que los segundos premios podían recaer en: “...Entre los proyectos que llevan los lemas de “Salus Populus” y “Suprema lex e Itzaskundia Pipe”...”

A la vez se publicaban los rendimientos del Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas durante los meses de octubre de 1891 y 1892: “...Durante el primer año, 1891, la Compañía ha transportado a 64.710 pasajeros, cargando en sus unidades un total de 1.598.537 kilogramos, obteniendo en dichas operaciones un total de 15.028, 89 pesetas. Durante el mismo periodo de 1892 el número de viajeros fue 59.373, transportando en sus unidades un total de 1.845.459 kilogramos, obteniendo en dichas operaciones un toral de 15.524, 89 pesetas...” Era interesante ver en contraposición los resultados obtenidos en el mismo periodo por la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Portugalete: “...Durante el primer año, 1891, la Compañía ha transportado a 208.198 pasajeros, moviendo en sus unidades un total de 20.609.326 kilogramos, obteniendo en dichas operaciones un total de 81.337, 19 pesetas. Durante el mismo periodo de 1892 el número de viajeros fue 204.628, transportando en sus unidades un total de 21.815.498 kilogramos, obteniendo en estas operaciones un toral de 79.609, 63 pesetas...”

Para el día 10 de noviembre de 1892 ya se estaban dando los primeros pasos para poner en marcha la línea de Las Arenas a Plencia: “...En el tren de las ocho y cuarenta de esta mañana, de la linea de Bilbao a Las Arenas, salió el Consejo de Administración del ferrocarril del último punto a Plencia con objeto de inspeccionar las obras del trozo de vía hasta Algorta, para ver si puede ponerse en explotación para las próximas fiestas de navidad. En Las Arenas montaron los expedicionarios en un tren compuesto de una máquina, un coche de primera y el furgón y recorrieron el trozo de vía que trata de ponerse en explotación…”

Y en contraposición a las criticas que aquí se hacían hacia las pobres que mendigaban por las calles con niños de pecho a cuestas, en Roma la ostentación de la iglesia se hacía sentir: “...El cabildo de San Pedro de Roma ha presentado al Papa los dibujos de un trono de oro que en unión, de los cabildos de todas las catedrales del mundo regalaran al Papa León XIII, este trono será de estilo gótico y costara 500.000 francos...”

En el pleno del 10 de noviembre de 1892 se informaba de las gestiones que la comisión municipal, delegada para la compra de un terreno para el matadero de Alango, había realizado: “...Después de varios pasos y conferencias se ha conseguido comprar cinco peonadas de terreno de setenta y dos estados cuadrados cada uno a Dña. Juana Arecheta, dueña de la casa llamada Santiena, para construir el matadero, proyectado por la cantidad de 3.000 pesetas...”


El día 11 de noviembre de 1892 el diario bilbaíno el Nervión publicaba el informe que había emitido el tribunal nombrado por el Ayuntamiento de Bilbao para estudiar y calificar los anteproyectos presentados al concurso abierto para el saneamiento del Nervión y determinaban en quién había recaído el premio del concurso, estableciendo que: “...Se conducirán al mar para verter las aguas sucias en varios puntos del Abra de Bilbao. Las condiciones que requería el proyecto tan solo las reúne el expediente presentado bajo el título “Mens Sana in Corpore Sano”, por lo que se le adjudica el primer premio...”

Al día siguiente, en el mismo diario, informaban que las obras, que su autor propone son:

...1º) La construcción de una alcantarillado especial para las aguas sucias de sección circular, con sus registros ventilados y depósitos automáticos de limpieza, dejando la red actual de alcantarillas para las aguas pluviales, fuente etc.

2º) La reunión de los productos del alcantarillado especial en dos colectores construidos en ambas márgenes de la ría, que por medio de un sifón colocado a través de ésta las junte en el barrio de Zorrozaurre.

3º) La construcción en ese punto de un depósito regulador que reciba los excesos de las aguas.

4º) La colocación de una cañería desde el deposito regulador hasta La Avanzada de Algorta, por al que marchen las aguas por simple gravitación.

5º) El establecimiento de un segundo relevo de bombas en La Avanzada de Algorta para impulsar las aguas sucias por una cañería colocada a lo largo de la costa al nivel de la pleamar equinoccial hasta la revuelta de punta Galea.


Tales obras están recogidas en el proyecto “Mens Sana in Corpore Sano”, las cuales suponen un importe de 3.600.000 pesetas...” La única condición que ponía el Ayuntamiento de Bilbao era que: “...Se tenga en cuenta la conveniencia de injertar en los nuevos colectores las alcantarillas de los poblados de las Anteiglesias de Deusto, Erandio y Guecho...” Firmaban la concesión de aquellas obras: “...D. Evaristo de Churruca, D. Agustín de Obieta, D. Willian Gill, D. Carmelo Gil y Gorroño, D. José Lequerica, D. Severino Achucarro y D. Joaquín de Racoba...” Obviamente aquel trazado de la línea de aguas sucias tuvo cambios, ya que finalmente el bombeo hasta la Galea se realizó en Elorrieta y pasó por Fadura hasta llegar a “Tunel boca”.

En la próxima entrada de esta serie veremos cómo D. Manuel Cámara trataba de construir una casa nueva en un terreno de su propiedad que se encontraba en el encuentro del camino a Arrigunaga con San Martín.


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