En
la anterior entrada de esta serie veíamos cómo las comunicaciones
entre Getxo e Inglaterra quedaban interrumpidas debido a un corte en
el cable de conexión producido a unas 11 leguas de la playa de Las
Arenas.
A
finales de enero de 1889 la precariedad de las arcas municipales
hacía inviables algunas obras de urgencia en Algorta. Una de ellas
era la de la ladera del monte de Ereaga que amenazaba con derrumbarse
debido a los embates de la mar, por lo que tuvieron que realizar una
obra provisional amontonando piedras en la orilla para evitar que
continuara deteriorándose la ladera. Otra de las causas que
perjudicaba a aquellas laderas eran los cortes indiscriminados de
hierba para los ganados, que muchas veces incluía a los incipientes
tamarices plantados, por lo que decidieron prohibir dicha actividad
desde: “...El
punto vertiente de aguas arriba abajo de Satistegui, hasta donde se
encontraba ubicado el vertedero de inmundicias de Algorta, el cual se
hallaba cercano a la casa de Dña. Carmen Zalvidea, bajo la multa de
1 a 5 pesetas...”
El
7 de febrero de 1889 se informaba en el pleno que la recaudación de
telégrafos de Algorta del mes de enero alcanzaba las 37,36 pesetas.
Los
temporales, el viento, y las mareas tenían su punto de atracción
contra la playa de Las Arenas. Algo de eso ocurrió un 14 de febrero
de 1889, cuando el vapor Corina llegaba al Abra con una carga de vino
de Oporto y naranjas. Y una avería del motor junto a otros
problemas, le llevó a garrear durante la noche. Embarrancaría
frente a la playa de Las Arenas.
Unos
días más tarde, el 1 de marzo, con la ayuda de cuatro remolcadores,
fue puesto a flote y entró en la ría, noticia que ofrecía el
“Noticiero Bilbaíno”.
El
26 de febrero de 1889 se informaba en el “Noticiero Bilbaíno” de
la composición de la Junta fundadora de la “Sociedad de Fomento de
la Cría Caballar de Vizcaya”, cuyo capital era de 75.000 pesetas.
Figuraban en su Junta Directiva Provisional: “...El
marques de Villamejor como Presidente, D. Emiliano Olano
(Vicepresidente), además de D. Tomás Zubiria, D. José María
Gortazar, D. Adolfo Urquijo, D. Felix Urcola, D. Mariano Vilallonga,
D. León Longa, D. Romualdo Garcia; y como vocales D. D.C. Levison,
como contador D. Luis Nieto, tesorero D. Augustus Levison que era
socio fundador de la sociedad…”
Entre sus planes estaba la construcción del Hipódromo de la Vega de
Lamiaco, para el que calculaban un coste de 60.000 pesetas.
El
7 de febrero de 1889 en Las Arenas se estaban realizando varias obras
de acondicionamiento de los andenes de las calles, así cómo la
colocación de arbolado en las mismas. El contratista que realizó
dichas obras fue D. Marcos Zamacona, y el responsable de su replanteo
fue el maestro de obras (Arquitecto) D. Manuel Otaduy.
Había
una vieja tradición que se repetía en los actos de oficiales del
Ayuntamiento de Getxo, era el llamado “remate
a vela encendida”,
quizá por aquello de que representaba ese acto un símbolo explícito
de trascendencia del hecho en sí, o como símbolo de poder.
Básicamente consistía en: “...El
sacar el remate a pública subasta, una vez reunidos los licitantes
se encendía una vela, permitiéndose la puja a la baja durante el
tiempo que la llama permanecía viva. Así se encendía una segunda y
tercera vela, pudiendo continuar la puja...”
Uno de esos actos fue el celebrado el 21 de febrero de 1889 durante
el remate de aguardientes, alcoholes y licores, en el cual se decía:
“...Para
el día primero de marzo, a las 10 de la mañana, se anuncie el
remate a vela encendida, de los arbitrios de aguardientes, alcoholes
y licores de este pueblo...”
En aquel acto la puja venía precedida de una reclamación de D.
Manuel Eguia, que había sido apoyada por la Diputación. Comenzaba
en 1.489,1 pesetas, cantidad considerada como el prejuicio que le
causaba la ley de alcoholes al rematante, y en previsión de que no
se presentaran rematantes, se fijaba otra subasta a continuación.
Esta que se iba a iniciar con 1.750 pesetas.
El
21 de febrero de 1889 eran colocadas, por el herrero D. Ignacio
Abascal, las verjas de hierro a la entrada de las escuelas de la
Fundación (Niñas pobres) de la calle San Martín de Algorta.
Días
más tarde D. Manuel Iturriaga solicitaba la construcción de su
nueva casa cerca de la casería llamada “Bastinchuena” y se le
concedía el permiso para colocar materiales de construcción en un
solar cercano: “...Siempre
que no perjudique al transito público, a los dueños de las
heredades, y al acceso al Campo Santo, por el camino de carros que
se dirige a dicho cementerio...”
Este caserío según el callejero de 1897 se encontraba en llamada
calle de la “Carretera”, en el numero 39, cerca de la estación
de ferrocarril de Algorta cerca de la “Cadena”.
El
28 de febrero de 1889 se daba cuenta en el pleno municipal de la
construcción, por cuenta del municipio, del fielato de Las Arenas,
que estaba situado en la llamada “Plazuela” frente al Puente
Bizkaia (Se puede ver fotografía superior, obra del fotógrafo
eibarrés D. Indalecio Ojanguren). De dicha instalación, que se
hallaba dotada de una bascula para el control de arbitrios se decía
en el pleno: “...En
este edificio se devengaran todos los arbitrios municipales, de todos
los artículos destinados al consumo o venta de aquel barrio, que
deben de ser presentados, reconocidos y pesados en el referido
fielato para la exacción de los correspondientes derechos...”
El
7 de marzo de 1889, el Ayuntamiento de Getxo recibía un oficio del
Ingeniero Agrónomo de la Diputación de Bizkaia, anunciando la
disposición para este pueblo, si lo necesitara, de sulfato de cobre
y pulverizadores para“...A precio de coste, para combatir el
mildeon de los viñedos...” Se refería al conocido cómo “mildiu”,
que tiene varias acepciones mildeo, mildeu, niebla, añublo. El
consistorio respondía aquel ofrecimiento: “...Teniendo
en cuenta que la riqueza vinícola es casi nula e infructífera en
esta Anteiglesia, no le conviene adquirir ninguna cantidad de sulfato
de cobre ni pulverizador, por que estamos convencidos de no poder
efectuar su empleo o venta. Pero por si algún vecino deseara comprar
dichos productos se publique a fin de pueda adquirirlo...”
En
la próxima entrada veremos cómo algunos miembros de la Junta de
Fabrica de la Parroquia de San Nicolás de Bari deseaban construir un
nuevo pórtico.
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