En
la anterior entrada veíamos cómo la caseta del Fielato de la
Plazuela de Las Arenas (Actual Bizkaiko Zubia) no reunía las
condiciones para la colocación de la báscula para pesaje de los
arbitrios de vinos y licores de dicho barrio.
En
los libros de actas del 11 de octubre de 1888 la banda municipal de
Getxo tenía su pequeño espacio. El director de la banda D. Pablo
Arzuaga y el músico de la misma D. Saturnino Azcorra recibían
autorización de la banda para entenderse con el Ayuntamiento
respecto de los pagos que la entidad municipal tuviera que realizar a
sus componentes. Pero una de sus reclamaciones referidas a su
actuación en la festividad del Ángel de la Guarda, en la que habían
participado el pasado 1 de octubre, en Santa María de Getxo, fue
desechada por el consistorio.
El
día 15 de octubre de 1888, a petición de D. Luciano Alday, quedaba
nombrada como maestra auxiliar de la Escuela de Niñas Pobres de la
Fundación de D. Andrés Cortina Alday, Dña. Carmen Ugarte, con la
dotación de 750 pesetas anuales.
A
pesar de que para la construcción del convento que se iba a realizar
cerca de la casa llamada “Miragaray”, en el punto de “San
Martin-Ondo” y que la cantera de la que se pretendía extraer
estaba en el punto denominado “Bajo el Castillo”, el consistorio
acordaba no pertinente dicha extracción por hallarse prohibida dicha
actividad en esa zona.
La
actividad urbanística en el barrio de Romo, entonces perteneciente a
Las Arenas, comenzaba a dar sus primeros pasos. El día 18 de octubre
de 1888 el vecino de Bilbao D. Juan Domingo Echevarria solicitaba al
consistorio permiso para tirar raíles en la calle pública que iba
desde el ferrocarril de Las Arenas al río Gobela: “...Para
poder conducir materiales para las calles que estaba ejecutando en la
propiedad de D. José Niceto Urquizu...”
El consistorio accedía a condición de que quedaran expeditas al
transito público. Este propietario de la Vega de Santa Eugenia, D.
José Niceto Urquizu, que llegó a ser diputado entre 1852 y 1864,
nacido en Elorrio, tomó partido ora por el bando gamboíno, ora por
el oñazino, fue en varias ocasiones diputado general (primero,
segundo y tercero), este último cargo por el bando gamboíno
(1868-1870). Dicen que desarrolló con poca fortuna algunos intentos
de parcelación en Las Arenas y en la Vega de Santa Eugenia. Sus
terrenos en esta Vega estaban próximos al Gobela y la Avanzada,
terrenos comunales que en enero de 1868 habían salido a subasta y se
componía de dos lotes: El primero: “...Este
lote confina por N. con la colina de Algorta llamada de la Avanzada
por S. con arenales de D. Eduardo Aguirre, con la zona marítima de
seis metros contados desde la cresta…,
con
la zona de tres metros para el servicio de la carretera de
Algorta...”
El segundo: “...Confinaba
por el N. con las colinas de Algorta, y con el camino vecinal que se
dirige a Lejona, por el S. con los arenales de D. Jose Niceto de
Urquizu...”
En
noviembre de 1888 la prensa madrileña hablaba sobre el ferrocarril
de vía estrecha que unía Bilbao con Las Arenas y el tranvía. El
diario “El Día” decía refiriéndose a este medio de
comunicación: “...El
ferrocarril de Bilbao a Las Arenas, con escaso movimiento durante el
invierno, pues su trazado por las laderas de la montaña no es
fácilmente accesible para la población del litoral. Sin embargo, en
competencia con esta vía hemos visto a menudo circular por ella dos
coches del tranvía a la vez, arrastrados por cuatro caballerías. En
esta última población, Las Arenas, cautiva la pintoresca y
desordenada de los hoteles, chalets y viviendas de todo linaje, que a
su derecha dibuja la estación balnearia, envuelta en la espesura de
un frondoso pinar, detrás de cuyas copas se distingue en la
lontananza, diseminado en las alturas del arrecife que hacia el mar
avanza, el pueblo de Algorta...”
El
8 de noviembre de 1888 el Director de Telégrafos de la Sección de
Bilbao comunicaba al consistorio de Getxo la colocación en Algorta
del hilo telegráfico: “...En
cinco postes destinados comunicar con el Semáforo de la Galea...”
Como
novedad comunicativa decir que para el 14 de noviembre de 1888 Bilbao
contaba con cuatro locutorios de telefonía desde los cuales se podía
comunicar con todos los abonados de Las Arenas y Algorta. Por parte
del Ayuntamiento de Getxo el encargado de recorrer la linea
telegráfica para informar sobre su estado fue D. Juan Lledo.
En esas fechas, la arena, ese abundante material en las zonas bajas de nuestro pueblo desde Algorta a Las Arenas, era demandada para la construcción. En las canteras de Aiboa era extraído por D. Esteban Elorriaga, pagando a razón de 37,5 pesetas el metro cúbico.
A
finales de noviembre de 1888 el Ayuntamiento de Getxo sacaba a
subasta 140 títulos del empréstito acordado emitir para el pago de
la ejecución de obras y mejoras en el barrio de Las Arenas.
El
15 de noviembre de 1888 el muro del cementerio de Algorta (Campa del
Muerto), que pertenecía a la feligresía de San Nicolás, presentaba
un estado ruinoso, por lo que los vecinos se dirigieron al
Ayuntamiento solicitando: “...Se
ejecuten por cuenta de los fondos municipales las obras necesarias
para reparar las ruinas que amenaza el muro que se halla a la parte
Norte del citado cementerio hacia el Este de la Capilla...”
El Ayuntamiento decidía: “...Que
ya que todo el terreno del centro de dicho lugar sagrado, al día de
hoy, pertenece Municipio, y a pesar que no existe en el presupuesto
consignación para cementerios, es urgente e imprescindible ejecutar
las obras de la pared del muro para evitar que se derrumbe con las
próximas aguas del invierno, evitando que en caso de producirse
resulte un espectáculo lamentable triste y doloroso ver los
cadáveres desparramados que hoy yacen en los nichos contiguos...”
Por otro lado la capacidad del cementerio había llegado a la
saturación por lo que el Consistorio acordaba: “...Que
no siendo suficiente el cementerio de la Parroquia de San Nicolás
de Bari para el enterramiento de los cadáveres que en el día de hoy
ocurren en dicha parroquia, se practiquen las diligencias conducentes
con el fin de formar un proyecto para la ampliación de dicho
cementerio...”
En
la próxima entrada veremos cómo se fueron solucionado los problemas
de beneficencia en nuestro Pueblo.
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