Al
Ferrocarril Económico de Bilbao a Las Arenas ya he dedicado varias
entradas: “Estación de Las Arenas” (2011), “Los ferroviarios
en Las Arenas” (2013), “1888-La memoria del Ferrocarril
Bilbao-Areeta” (2014), “El camino de hierro entre Areeta y
Plentzia” (2014), “Las discusiones del ferrocarril” (2016),
“Los ferroviarios, las estaciones” (2016), “Los ferroviarios,
sus maquinas y accesorios” (2016), “Se acabó el carbón”
(2016), “La inauguración del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas”
(2019). He ido recogiendo todo los relacionado con el ferrocarril de
la margen derecha y sus gentes. Esta nueva entrada surge a partir del
“Anuario de Ferrocarriles Españoles” de 1895. Voy a recoger
algunos datos referidos a este medio de locomoción, que vendrán a
completar su paso por nuestro Pueblo.
Entre
mediados y finales del Siglo XIX y comienzos del XX se publicaron la
“Gaceta de los Caminos del Hierro” y el “Anuario de
Ferrocarriles Españoles” que hoy nos aportan datos para conocer
cómo eran aquellos inicios del transporte entre Bilbao y Getxo.
La
“Gaceta de los Caminos del Hierro” comenzó a publicarse el 27 de
abril de 1856 siguiendo los modelos franceses. Fue una de las
publicaciones pioneras que se especializaron en sector ferroviario en
la Península Ibérica hasta el final de su existencia, en 1936. En
él se nos ofrecía amplia información sobre las compañías,
horarios, circulación, avances técnicos y materiales y también
sobre asuntos sociales e históricos.
El
“Anuario de Ferrocarriles Españoles” fue una publicación cuya
primera edición aparece en 1893, editándose anualmente hasta 1935.
Una especie de reedición de guías americanas en las que se incluían
estadísticas, datos financieros o industriales de las compañías de
ferrocarriles. En dicho anuario se incluían recorridos de trenes,
estaciones, número de viajeros, consejos de administración, número
de empelados y jefes de estaciones. El anuario estaba conceptuado
como una fuente básica para el conocimiento y evolución del sector
ferroviario. Tras el comienzo de la guerra de 1936 dejó de
publicarse.
Este
anuario nos permite hoy en día recordar algunos hechos relevantes,
respecto de la futura llegada del ferrocarril a Getxo:
En
setiembre de 1872 ya se hablaba en la “Gaceta de los Caminos del
Hierro”, que era una publicación periódica que nació en Madrid
en 1856, de la conveniencia de establecer un ferro-carril de Bilbao a
la Avanzada de Algorta:
“...Cuando
el año pasado, hacia esta misma época, iniciaron algunas personas
de Bilbao, la idea de la construcción de un ferrocarril que,
recorriendo toda la margen derecha de la ría y uniendo Bilbao con
sus fondeaderos y las extensas y magníficas playas de baños de la
misma orilla, que convirtiera a la Villa invicta en un verdadero
puerto de baños. La idea fue recibida con frialdad, porque se
consideraba que una línea férrea de Bilbao a la Avanzada de
Algorta, exigiría sacrificios extraordinarios.
Mas
no por eso desmayaron los iniciadores de este pensamiento,
convencidos de que había llegado el momento para Bilbao de
comprender que los medios de comunicación existentes, debían de
considerarse en el año de 1871, como se consideraron las carrozas
después de establecidos los ómnibus y vapores, y que un interés
imperioso y urgente para la Villa indicaba la necesidad y
conveniencia de establecer una vía más cómoda y rápida entre
Bilbao, sus fondeaderos y playas.
Pero
así como las carrozas tuvieran sus días de gloria, para caer
después en el olvido, así el progreso de nuestros días y el cambio
que se observa en nuestras costumbres, exigen de consumo otro medio
de comunicación más cómodo y más rápido que el de los ómnibus y
vapores...”
Cuando
todavía en 1881 se autorizaba la transferencia del tranvía de
Bilbao a Las Arenas, a favor de una Compañía anónima de este
nombre, ya empezaba a fraguarse la construcción de un ferrocarril de
Bilbao que tuviera su terminación en Las Arenas. Por ello conviene
recordar cómo éste nace a partir de una Real Orden que el 10 de
junio de 1883 publicaba “La Gaceta de los Caminos del Hierro”:
“...MINISTERIO
DE FOMENTO. REAL ORDEN:
Vista
la ley especial, fecha 18 de Mayo último, Cuyo art. 1.° autoriza á
D. Ezequiel de Aguirre y Labroche para construir sin subvención
directa del Estado un ferro-carril de vía estrecha que, partiendo de
Bilbao, termine en el barrio de las Arenas, jurisdicción del
Ayuntamiento de Guecho: Visto el expediente instruido a instancia del
interesado para los efectos de la expresada ley:
Visto
el pliego de condiciones particulares aprobado por real orden de 15
de Agosto último y aceptado por el peticionario para la concesión
de la línea de que se trata; S. M. el rey (Q. D. G.) ha tenido a
bien otorgar al precitado D. Ezequiel de Aguirre y Labroche la
concesión del ferro-carril de vía estrecha que, partiendo de
Bilbao, termine en el barrio de Las Arenas, jurisdicción del
Ayuntamiento de Guecho; entendiéndose otorgada esta concesión con
sujeción al pliego de condiciones aprobado para la misma por real
orden fecha 15 de Agosto último.
LEY
QUE SE CITA:
D.
Alfonso XII: por la gracia de Dios rey constitucional de España; a
todos los que la presento vieren y entendieren sabed: que las Cortes
han decretado y nos sancionado lo siguiente:
Artículo
1.° Se autoriza á D. Ezequiel de Aguirre y Labroche, vecino de
Madrid, para construir sin subvención directa del Estado un
ferro-carril de vía estrecha que partiendo de Bilbao, termine en el
barrio de Las Arenas, jurisdicción del Ayuntamiento de Guecho.
Art.
2.° Este ferro-carril se declara de utilidad pública y con derecho
a la expropiación forzosa, así como al aprovechamiento y ocupación
de los terrenos de dominio público.
Art.
3.° Se construirá con arreglo al proyecto que se apruebe por el
misterio de Fomento según los estudios presentados en dicho centro,
que han sido acompañados de la fianza del 1 % del importe del
presupuesto.
Art.
4.° Esta concesión se entiende por 99 años y con sujeción a la
legislación vigente.
Dado
en palacio a diez y ocho de Mayo de mil ochocientos ochenta y
tres.—Yo el rey.—El ministro de Fomento Germán Gamazo...”
En
1884 la misma Gaceta decía el 27 de julio: “...Se
ha constituido en Bilbao, con el titulo de “Compañía del
ferro-carril económico de Bilbao a las Arenas”, una Sociedad
anónima para construir y explotar un ferro-carril que, partiendo de
Bilbao (San Agustín) se dirija por Deusto, Luchana, el Desierto y
Aspe a Las Arenas (Guecho). El capital social será de un millón de
pesetas...”
Cómo
decía al principio en el “Anuario de Ferrocarriles Españoles”
de 1895, se recogían algunos datos pertenecientes a dicho
ferrocarril, que figuraba como “Ferrocarril Económico de Las
Arenas a Plencia”:
“...Su
domicilio social estaba en Las Arenas. Su capital al 31 de diciembre
de 1894 estaba repartido en: Acciones 503.000 pesetas, Obligaciones
800.000 pesetas y Subvenciones 147.368,20 pesetas.
Su
número de viajeros se dividía en tres clases: Los de primera clase
9.996 viajeros, los de segunda 18.030 y los de tercera 99.803
viajeros, lo que suponía un total de 127.829 viajeros al año; por
los que la compañía obtenía unos ingresos de 68.919,10 pesetas.
Este
ferrocarril transportaba a pequeña velocidad un total de 14.785
toneladas anuales.
Su
consejo de administración estaba formado por: Presidente D. J. Luis
de Villabaso, tenía cuatro vocales D.José María de Aramberria,
D.Enrique de Diego, D. Ramón de la Sota y D. Juan Tomas de
Olaguibel; como tesorero figuraba D. Francisco Rasche y Sagarduy.
Su
personal principal estaba compuesto por: Un secretario contador D.
Teodoro R. de Erenchun, Jefe de movimiento D.Eusebio Muro,
Sobrestante D. Pablo Sagastasola y como auxiliar D. Francisco
Larrazabal.
Sus
jefes de estación eran: En Las Arenas D. Isidoro González, en
Plencia D. José del Busto y en Algorta D. Gabriel Guinea...”
Dos
años después, en 1897 su número de empleados llegaba a los 39. Y
había pasado a mover un total de 18.348 toneladas al año. Su número
de viajeros ya alcanzaba los 129.711.
Para
1898 su número de viajeros había disminuido hasta los 126.492. El
número de toneladas transportadas también había disminuido pasando
a ser 16.445. Respecto de sus jefes de estación solamente había
cambiado el de Las Arenas, puesto que fue cubierto por D. Eusebio
Muro...”
La
Gaceta de los Caminos del Hierro, un poco más tarde, el 22 de
septiembre de 1872 decía respecto al ferrocarril y nuestras playas:
“...A
todos los viajeros que nos visitan los obsequiamos con un paseo a las
Arenas o Portugalete, donde se respiran las frescas brisas del mar y
se presencia el animado y pintoresco espectáculo, cuya vista ofrecen
muy pocos puertos de baños. Sustituidas las carrozas que en su
tiempo fueron de gran utilidad y quizá el asombro de nuestros
padres, por los vapores de la ría y los ómnibus, los vizcaínos no
dejaron de aplaudir por los medios de comunicación que les
permitieran realizar ese agradable paseo, con más celeridad. Pero
así como las carrozas tuvieran sus días de gloria, para caer
después en el olvido, así el progreso de nuestros días y el cambio
que se observa en nuestras costumbres, exigen otro medio de
comunicación más cómodo y más rápido que el de los ómnibus y
vapores. En el los forasteros, podrán con toda comodidad visitar las
playas de baños sin violentarse con un verdadero viaje, que hasta
ahora realizaban expuestos al calor, al polvo y a la lluvia...”
En
su publicación del 20 de julio de1920 decía respecto de nuestro
Pueblo: “...La
metrópoli vizcaína, dotada de nuevas industrias en curso de
desenvolvimiento, transformada en puerto comercial oceánico, casi
exclusivo, con su pintoresca playa de Guecho, la Biarrit del norte,
es por excelencia un irradiador de turismo veraniego...”
Y recordaba el 1 de febrero 1925 que: “...En
Junta general se autorizó al Consejo de Administración de esta
línea para electrificar el recorrido Bilbao a Algorta, cuyo
presupuesto de obras se calcula en cuatro millones de pesetas. Se
espera que para el próximo verano esté terminada y en servicio la
electrificación. Parece ser que han inclinado el ánimo de esta
mejora consideraciones de distinto orden, principalmente la anexión
de Deusto a Bilbao y el considerable aumento de población de Guecho,
que lleva consigo mucho mayor tráfico por la mencionada línea…”
Hasta
aquí unos datos que nos acercan a cómo fueron los inicios de aquel
medio que vino a revolucionar el transporte de personas y mercancías
en la margen derecha de la ría del Nervión, trayendo visitantes a
nuestros barrios en la época dorada, cuando los balnearios hacían
furor entre la élite económica del País.
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