En
la anterior entrada veíamos cómo a finales de enero de 1889 la
ladera del monte de Ereaga amenazaba con derrumbarse.
El
día 7 de marzo de 1889, D. Asensio Inchaurtieta, miembro de la
comisión nombrada por la Junta de Fábrica de la parroquia de San
Nicolas de Bari de Algorta, solicitaba permiso para iniciar las obras
de reparación del pórtico de dicha feligresía: “...Para
adquirir recursos y construir un nuevo pórtico, por el estado de
ruina que presenta el actual. Así como se nos conceda un lugar para
depositar los materiales y las tejas, que tiene el pórtico actual,
en los bajos de la sacristía y comulgatorio...”
El Ayuntamiento autorizaba el comienzo de las obras con la condición
de que no se deteriorara ningún árbol ni se interrumpieran las vías
públicas.
En
esas fechas cesaba en su cargo como miembro de la Junta de Primera
Enseñanza D. Julián Arrien. Por ello el consistorio de Getxo
proponía como sustituto al párroco de Algorta D. Ángel
Amuniategui.
El
arriendo de los arbitrios de los aguardientes, licores y alcoholes
del año 1889 había dejado al Ayuntamiento de Getxo 4.250 pesetas.
El
antiguo matadero estaba ruinoso. El Ayuntamiento, el 16 de marzo de
1889 decidía sacarlo a la venta junto a sus tierras, por lo que lo
puso en conocimiento del Gobernador Civil, quien les ordeno que fuera
publicado a fin de que los vecinos de la anteiglesia tuvieran
conocimiento de aquella decisión. En 1879 se proyectó la
construcción de un matadero en “Asuarca”, en las inmediaciones
del Puerto Viejo. Se decía en el momento del proyecto de
construcción: “...Que
situándose en un punto donde no existe manantial ni río en sus
inmediaciones se ha determinado se forme un nuevo proyecto en el
punto llamado Asuarca, cerca del Puerto, de forma que se puedan
escurrir la sangre e inmundicias a la Rivera, donde no frecuentan las
personas, sirviendo para limpieza las aguas sobrantes de Arechondo, y
a su falta el mar con sus mareas...”
Para hacerse una idea de cómo era aquel matadero proyectado, nada
mejor que ver la fotografía superior, en la que esta representado el
plano que realizó D. Francisco Ciriaco de Menchaca. Pero las quejas
vecinales, en una carta encabezada por D. Juan Bautista Zavala y D.
José Antonio de Uriarte, sobre los inconvenientes que tenia el
mismo: “…Estar
situado en en el paraje más concurrido de este vecindario, en la
parte donde generalmente vienen los vientos, así como el
inconveniente de que trae la conducción de los ganados por los
lugares que tienen que pasar, que incluso la Cofradía de Mareantes
ha hecho su exposición para evitar males sin cuento, que pudiera
sufrir la población, se fije otro lugar para su localización…”
Decidieron, tras consultar a la Junta de Municipal de Sanidad,
trasladarlo a otro punto llamado “Iturribarri”, en la que
llamaban “Estrada de Mosu” en el Barrio de la Humedad
(Villamonte), se hallaba emplazado algo distante de la población,
contiguo a un arroyo donde brota una fuente de agua constante, que
era utilizada para su limpieza. Y es ese el matadero que en 1889,
debido a su precario estado se trataba de cerrar, el cual
posteriormente sería trasladado a Alango.
El
mismo día 16 de marzo de 1889 D. Juan Cortina, vecino de Bilbao,
como testamentario de su finada hermana Dña. Rogelia Cortina,
solicitaba al consistorio de Getxo: “...Se
le conceda el enganche de agua de la red municipal para los servicios
del edificio situado en la calle Caridad de Algorta (Puerto Viejo),
destinado a escuelas públicas gratuitas para la enseñanza primaria
de niños y niñas pobres del Pueblo de Getxo, bajo la dirección de
las Hijas de la Cruz, en función del legado de sus hermana Dña.
Rogelia, fundándose en las razones que expone, ya que el servicio
que ha de prestar ha de ser público y gratuito, alcanzando a gran
numero de niños y niñas de la localidad…”
D. Juan Bautista de Cortina y Aldecoa, cumpliendo los deseos de su
hermana Dña. Rogelia de Cortina y Aldecoa, había comprado a D.
Dionisio de Zubiaga y Aldecoa una tierra en el término llamado de
“Mugaburu” para edificar un colegio para el bien de los pobres de
la Anteiglesia de Guecho. Este proyecto era en favor de los niños de
Algorta y de manera especial de los del Puerto Viejo. Parece que en
aquel escrito de las actas de 1889 había un error ya que para
hacerse cargo de la obra fueron llamadas las Hijas de la Caridad.
Cuatro hermanas llegaron a Algorta en el mes de septiembre de 1889.
El colegio se inauguró el 14 de octubre de 1889, y tras la misa
celebrada por el Párroco de San Nicolás de Algorta, se dio por
iniciado el curso.
En
esas mismas fechas, marzo de 1889, una maestra, Dña. Pilar Ordeñana
y Aspegorta, maestra de la escuela de Niñas Pobres de San Martín de
Algorta, reivindicaba la mejora de sus retribuciones salariales
debido al elevado número de alumnos que tenía ya que otras
profesionales de la enseñanza en escuelas del municipio ganaban más.
Después de una, como decían siempre, “razonada discusión” y
teniendo en cuenta el elevado número de alumnos de la maestra,
decidieron elevar su sueldo de las 500 pesetas anuales que venía
percibiendo a 750. Por otro lado se procedía a la compra de dos
tomos del Diccionario de D. Pedro Novia de Salcedo por la cantidad de
55 pesetas. Hizo la entrega del diccionario el propio Novia de
Salcedo.
Siguiendo
con las tradiciones religiosas de nuestro pueblo y de sus ediles, a
petición del Regidor D. Mateo Ajuria, que era Mayordomo de la
Cofradía del “Glorioso Patriarca San José”, acordó la
corporación asistir en pleno a la función religiosas que en honor a
dicho santo se iba a celebrar el día 19 de marzo en la Iglesia de
San Nicolás de Bari de Algorta.
La
escritura para el establecimiento del telégrafo en Algorta fue
realizada con el notario D. Félix Uribarri. Por ella se abonaron 11
pesetas.
El
26 de marzo de 1889 se sometía a votación en el pleno municipal una
propuesta del regidor D. Eladio Sustacha para tratar de agradar a los
veraneantes: “...Algorta
ha tenido un gran aumento desde unos años acá, lo que ha creado
condiciones favorables a su desarrollo y prosperidad, siendo en la
temporada de verano cuando acuden los forasteros, que son la fuerza
más favorable para el desarrollo de este pueblo. Todos sin excepción
echan de menos un lugar de sombra, razón por la que no asisten en
mayor número. Esta corporación tiene el deber de atender las
cuestiones relacionadas con las comodidades, distracciones y recreos
que a estos conviene proporcionar, a la vez que también puedan
disfrutarlas sus vecinos. Entre las mejoras que se imponen realizar
dado el desarrollo del barrio de Algorta, está la formación de una
buena plaza de recreo y la formación de un gran bosque en forma de
paseo. El lugar más indicado como mas apropiado y céntrico para
este paseo, en un espacio de dos o tres años, son los terrenos de
las heredades de Dña. Salomé Bareño, frente a la calle Mayor,
siguiendo la misma alineación hacia el S.E. hasta que pueda tener un
enlace por una nueva calle que se abra frente al casino Algorteño
por los terrenos de Mariandresena que hoy sirven de huerta. Con la
construcción de esta obra se proporcionarán todos los atractivos al
forastero y al público en general, y es de esperar que una vez
realizado el proyecto sea más frecuentado por los bilbaínos, y a la
vez el pueblo de baños de mar en Vizcaya que más bañistas reúna
en la temporada de verano, y por consecuencia sea el llamado a
rivalizar con Biarriz, San Juan de Luz, San Sebastián, Santander y
otros...”
El consistorio acordaba tomar en consideración la propuesta y
comenzar de inmediato un proyecto en base a lo expuesto que queda en
manos del ingeniero D. Laureano Gómez anta María. Dentro de aquella
tónica de reforma del barrio de Algorta el Alcalde ordenaba:
“...Realizar
un plano general de población desde San Martín a la Avanzada.
Además de proceder a la colocación de aceras en la calle Mayor, que
se encontraban en mal estado, la más concurrida del pueblo, se iban
a realizar con cemento procedente de la fábrica de. Uria; aquellas
aceras se iban a colocar desde la Iglesia de San Nicolás de Bari
hasta encontrase con la calle San Nicolás, en Amorotoena: desde el
punto de Mantequena o Iturrieta hasta el casino Algorteño y desde la
casa que habitaba D. Juan Luis Uriarte hasta la plaza de San
Ignacio…”
En
la próxima entrada veremos cómo la alcaldía acordaba con el
Teniente Coronel Director del Parque de Artillería de Bilbao, la
instalación en la Galea de un edificio para depósito de materiales
de guerra para hacer prácticas
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