En la entrada anterior veíamos cómo en el diario “El Noticiero Bilbaíno” aparecían sendas cartas, una firmada por D. Francisco Ruiz de la Peña que hablaba de las necesidades de nuestro Pueblo.
Cualquier instalación recreativa necesitaba de agua potable para atender a sus clientes, máxime en una época en la que el agua potable escaseaba en el Municipio. Por eso, algunos industriales hosteleros la buscaban en cualquier punto donde esta brotara, así en el pleno del 19 de abril de 1893 uno de ellos, instalado en la playa de Ereaga, solicitaba al consistorio: “…Poder utilizar el agua procedente de un pequeño manantial de agua dulce, que brota en la arena al pie de del ribazo, cerca de mi instalación balnearia…” Se trataba de D. Antonio Arechavala, dueño del “Balneario La Perla”, pabellón situado en dicha playa, que constaba de una planta baja, en la cual tenían duchas y bañeras, y de una planta superior, en la que tenían bañeras y vestidores. Tuvo una vida corta, ya que se construyó en 1886 y se derribó en 1912, dando lugar al “Balneario de Igeretxe” (actual Hotel del mismo nombre).
La demanda de construcción de edificios para la educación de nuestros pequeños era constante. Algunos vecinos de Getxo solicitaban al Ayuntamiento que se atendieran sus reclamaciones: “…Se dio cuenta de una instancia de D. Higinio Cereceda y otros varios vecinos de la necesidad de que se construyan edificios nuevos con destino a Escuelas Públicas de Primera Enseñanza…” El Ayuntamiento contestaba a aquella solicitud argumentando: “…Se manifiesta a los solicitantes que hace algunos años inició la Corporación Municipal el proyecto de construcción de nuevos edificios para escuelas en Algorta, pero habiendo tropezado con obstáculos insuperables y falta de recursos no pudo llevar a cabo su pensamiento, ni ahora puede hacerlo por falta de fondos, sin que hasta el presente se halle formado ningún proyecto, planos ni presupuesto para estas obras, como equivocadamente aseguran los firmantes en su exposición. Por lo que mientras otra cosa no sea posible se darán las clases en el Salón de la Casa Consistorial de San Nicolás…”
Durante esas fechas aconteció una reclamación por parte del médico que trataba a los pobres de Santa María de Getxo, dato que nos sirve para situar a los galenos que actuaron en ese barrio durante aquellos tiempos: “…Se da cuenta de una instancia del médico cirujano D. Donato Saloña, en la que después de manifestar que había servido durante los cuatro meses inmediatos a la salida del titular de Santa María D. Gabriel Goiri, tratando a los enfermos de aquel punto, por lo que solicita se le abonen sus servicios…” El consistorio le contestaba que: “…Teniendo en cuenta que el médico D. Gabriel Goiri dimitió de su cargo de titular el día 17 de marzo de 1891 y que el actual que le reemplazó comenzó sus servicios el 4 de junio siguiente, al no aparecer en el Ayuntamiento haber encomendado ningún servicio de enfermos pobres al citado Sr. Saloña, y que durante la época citada no existió médico titular. Acordamos que la corporación no puede acceder a su reclamación…”
También se daba cuenta de: “…El incendio producido en la casa Ascorriena, la cual provocó su completa destrucción en la mañana del día 13 de abril de 1893…”
En
el pleno del 27 de abril de 1893 se trataba sobre una comunicación del
Gobernador de la Provincia: “…Fechada el
24 del actual, sobre el muelle que desea construir D. Alberto Palacio. Este
Ayuntamiento no encuentra inconveniente
alguno, respecto que en este término municipal, un muelle saliente sobre la ría,
así como el emplazamiento de un puente desde Las Arenas a Portugalete…” A
la vez que en la misma zona, en otro punto del mismo barrio, se trataba de D.
Jenaro Sanz quien solicitaba: “…Permiso
para construir una terraza descubierta, cercada por una reja en un terreno de
mi propiedad, el cual está situado frente a la Fonda Ventura…”
Como todas las solicitudes de este tipo quedaba derivada la concesión del
permiso al dictamen de la Comisión de Fomento y Policía Urbana para que, en
unión del arquitecto municipal D. Eladio Iturria emitiera su dictamen.
Seguían
en aquellos días las solicitudes de algunos vecinos, carentes de recursos, para
las ayudas domiciliarias: “…El vecino
de Las Arenas (seguía el nombre del afectado) solicita socorro de lactancia por
carecer de recursos, y no alcanzar su jornal para una de las dos niñas que dio
a luz su esposa…” El Ayuntamiento acordaba: “…Conceder al exponente el socorro de la lactancia
acostumbrado de 15 pesetas al mes, durante 15 meses, con la condición de que si
antes del referido plazo falleciese cualquier de ambas niñas, caducará esta
concesión…”
En
esas mismas fechas se adjudicaba el alcantarillado desde Txomitxu hasta Ereaga:
“…Acuerda este Ayuntamiento adjudicar a D. José ramón
Basauri las obras de la alcantarilla proyectada, desde enfrente de la casa del
finado D. Domingo Aurrecoechea
(Chominchu) hasta Ereaga…”
En
el mismo pleno se hablaba sobre la necesidad de llenar las vacantes de
concejales existentes en el Ayuntamiento por los siguientes motivos: “…En las elecciones municipales celebradas en el mes de
mayo de 1891 para la renovación del Ayuntamiento, que tuvieron lugar el día 10
de julio siguiente, habían sido nombrados cuatro concejales por el primer
distrito, tres por el segundo, en lugar de tres y dos que eran los que
correspondía, para llenar las vacantes quedaron por haber cambiado de vecindad
D. Ramón Barandica y haber fallecido D. José Eguia. Y siendo necesario nombrar
para la próxima renovación del Municipio tres concejales para el primer
distrito y otros tres para el segundo para completar los once correspondientes,
juntamente con los cinco que deben quedar en ambos…”
Acuerda este Ayuntamiento: “…Que en la
próxima sesión de 4 de mayo se practique el correspondiente sorteo para saber
quién de los cuatro concejales nombrados en el distrito primero, en el año 1891
han de cesar en la próxima renovación del Ayuntamiento, y lo mismo de los tres
elegidos por el distrito segundo…”
El
día 28 de abril de 1893 informaba el diario “El Noticiero Bilbaíno” del naufragio
de un bote: “…El miércoles día 26 de abril
de 1893, naufragó un bote con dos tripulantes en el Abra, por los restos que
existen entre Algorta y Portugalete, es indudable que hubieran perecido
aquellos si un vecino de Portugalete, llamado Vicente Leguina, que con una
chanelita se hallaba cerca del naufragio, no hubiera acudido inmediatamente
logrando poner a salvo a los náufragos…” Los periódicos bilbaínos reclamaban para
aquel portugalujo una recompensa.
La
noche del 28 de abril de 1893 se registraba en la Vega de Santa Eugenia un
incendio, contaba “El Noticiero Bilbaíno”: “…Anteanoche se declaró
un incendio en la casa propiedad de D. Matías Romo, en Las Arenas. Gracias a la
prontitud con que acudieron algunos vecinos, se consiguió dominar el incendio,
el cual amenazaba a propagarse a la casa contigua. Se pudo salvar todo el
mobiliario y el ganado…”
En la próxima entrada
de esta serie veremos cómo a algún
vecino de Las Arenas se le autorizaba para injertar sus aguas sucias al caño
del Municipio.
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