En la anterior entrada veíamos cómo
la epidemia de viruela, que había venido afectando al municipio, se dejaba
sentir en los costes del municipio.
En el pleno municipal del 1 de febrero de 1893 se trataba sobre: “...Una instancia presentada por el Maestro de Obras D. Ciriaco de Menchaca referida a las expropiaciones y perjuicios que ocurren en la casa de Dña. Carolina Mandaluniz, viuda de Zavala, sita en la calle San Nicolás de Algorta. El pleno decidía pasar el tema al arquitecto municipal D. Eladio Iturria...”
En ese mismo pleno se trataba sobre
la conferencia que había mantenido el Alcalde de Getxo, D. Santiago Diliz, con
el Jefe de Ingenieros Militares: “...De la Provincia de Vizcaya, quien le indicaba al Alcalde el
proyecto que tenía el Capitán General de las Provincias Vascongadas, de
establecer en esta localidad, en el barrio de Algorta, una guarnición de tropa
compuesta de cuatro compañías de infantería, siempre que el municipio se prestara
a dar locales…”
El consistorio de Getxo decidía que: “...Considerando ventajoso y de grande utilidad para los
recursos municipales dicho proyecto, se aceptaba la proposición, nombrando una
comisión especial en su seno, con el fin de practicar las diligencias para
poner en marcha dicho proyecto, quedando designados para tal fin: El Alcalde
presidente Sr. Diliz, el primer teniente de Alcalde D. Asensio Inchaurtieta y
el Síndico D. Sabino Laca...”
Algunas obras que se estaban
realizando en el barrio de Las Arenas estaban causando molestias a los vecinos
por lo que en ese pleno se informaba de que: “...D. Santos Larrazabal, vecino de
esta, solicita que se ordene al contratista de la casa que se está construyendo
en la plaza de Las Arenas, que rellene los grandes hoyos abiertos. El
consistorio decidía ordenar al contratista de dichas obras D. Gregorio
Arzubiaga rellene debidamente dichos hoyos...”
El contratista de la obras del
nuevo matadero de Algorta depositaba una fianza para la realización del nuevo
edificio: “...Acuerda
este Ayuntamiento unir al expediente el recibo presentado por D. Domingo
Zubizarreta, contratista de las obras del nuevo matadero, donde consta haber
depositado en la tesorería del municipio la cantidad de 1.520 pesetas, como
fianza de las obras hasta el otorgamiento de las escrituras...” Y se decía a continuación:
“...El
contratista antes citado rematante de las obras del matadero, en un terreno de
la casa llamada “Santiena” perteneciente a Dña. Juana Arecheta, en las
inmediaciones del depósito de aguas, subastadas el día 2 del actual, y
adjudicadas al mismo Sr. Zubizarreta,
solicita se proceda al otorgamiento de la presente escritura, para lo
caul pone como fiadores a los hermanos D. Justo y D. Antonio María Ugarte y
Urresti...”
El Ayuntamiento acordaba admitir a los fiadores y otorgar la escritura del
Matadero del barrio de Alango en Algorta.
Por esas fechas, tocaba medir y
tallar a los mozos del reemplazo del actual año de 1893, por lo que se decidía:
“...Nombrar al
sargento retirado de carabineros D. Desiderio Mendez para realizar dichas
operaciones a las nuevas quintas...”
Llegada la fiesta de San Blas,
onomástica que se celebraba entre otras localidades en Barrika, desde nuestros
barrios se acostumbraba a acudir a la misma, así lo refería el diario “El
Nervión” en su edición del 4 de febrero de 1893: “...En la Anteiglesia de Barrica se
celebró ayer la festividad de su santo patrón San Blas. En la fiesta religiosa
en la que se acostumbra bendecir cintas, acudió numerosa concurrencia, especialmente
de Plencia y Algorta, celebrándose por la tarde la tradicional romería...” En esta celebración era
costumbre: “...Ver
a los niños luciendo en sus manos variados productos de cererías, adornados con
rizados papeles de colores. Se bendecía el pan y las clásicas “San
Blas-cintas”, junto a las frutas y semillas que luego habían de plantarse en el
campo. Tras esta festividad llegaba el ansiado carnaval, periodo álgido reinado
por la alegría, mezcla de locura y despendole. Que daría paso a los rezos, las
vigilias y los ayunos del misticismo cuaresmal...”
Y como los carnavales estaban
próximos a llegar, el 9 de febrero de 1893, el Ayuntamiento de Getxo autorizaba
al industrial de Las Arenas D. José María Aramberria a su solicitud de: “...Poder tener abierto su Café-Restaurant
en Las Arenas, durante los tres días de los próximos carnavales hasta las doce
de la noche, con objeto de dar bailes familiares, teniendo en cuenta que en los
mismos reinara la mayor armonía. Quedando autorizado el segundo teniente de
Alcalde D. Braulio Ajuria para la vigilancia del orden en las reuniones de que
se trata...”
En aquel pleno municipal se daba
cuenta de “...La
renuncia el día 31 de enero de 1893 del maestro D. Juan Antonio Munío, de la
escuela pública de niños de Algorta y haber sido nombrado para ella, por
traslado, el de la escuela de Santa María D. Valentín Cuartango, con la
aprobación de la Junta de Instrucción Pública, por lo que quedaba vacante la
plaza de la escuela de Santa María. Y no estando determinadas las casas
habitaciones para los profesores, aunque si los sueldos, acuerda este
Ayuntamiento: Que las 250 pesetas anuales que viene pagando directamente al
dueño por alquiler de la casa habitación que ocupa el maestro Sr. Cuartango lo
siga haciendo el municipio. Que la escuela pública de niños de Santa María sea
anunciada vacante con el sueldo de 1.100 pesetas anuales más 275 pesetas en
concepto de retribución, otra igual cantidad de 275 pesetas en concepto de
material y casa habitación...”
El día 12 de febrero de 1893 la
prensa bilbaína, “El Nervión”, elucubraba sobre cómo iban discurrir los
carnavales de aquel año. Y pensaban que seguramente no iban a mejorar los del
año precedente, y al hacerlo nos ofrecía una visión de cómo eran los
participantes en aquellos desfiles carnavalescos en la Villa de Bilbao: “...Catorce han sido las solicitudes
presentadas por músicos y danzates que no ofrecen novedad alguna. Recorrerán la
población, la estudiantina “La Bilbaína” compuesta de instrumentos de
viento, la de Garellano, una de
Galdacano formada por 22 jóvenes, otra de 6 o 8 jóvenes llevando como orquesta
un piano de manubrio, la de los inútiles, la vocal de marineros del Desierto,
dos comparsas de danzantes, una de ellas formada por niños de 14 y 16 años, un
crecido número de ciegos que ven y tullidos que corren perfectamente...” Y ya se exponían al público
los bailes que se iban a celebrar en los Campos Elíseos de Bilbao. Mientras que
frente a nosotros el carnaval sonaban ruidoso: “...En la plaza de toros de Portugalete,
aquel domingo se celebraron dos bailes, amenizados por la banda de música de la
Villa Jarrillera acompañados por un nutrido grupo de tamborileros del País,
para aquel baile que comenzó a las dos la entrada costaba un real para los
caballeros y era gratis para las señoras...” Ya el miércoles de ceniza, día 15 de febrero, podía
leerse en el mismo diario: “...El carnaval de 1893 ha dado término. Y la cuaresma, la
escuálida cuaresma, sacude su rancia polilla, y se presenta hoy con sus brazos
abiertos, para aprisionarnos en ellos...”
El día 19 de febrero de 1893 fallecía en Madrid el ex-diputado a
Cortes por Bilbao D. Eduardo Aguirre. Al día siguiente el diario bilbaíno “El
Nervión” ensalzaba su figura recordando que: “...En la barriada de Las Arenas, gracias a sus esfuerzos y a los de
su difunto hermano D. Ezequiel, se ha creado una colonia que poco a poco va
adquiriendo todos los caracteres de una linda ciudad de baños. El tranvía de
Bilbao a Las Arenas primero y más tarde el ferrocarril debido especialmente a
la iniciativa de la familia Aguirre, así como su establecimiento de baños
dieron a aquella barriada mucha vida...” Al día
siguiente fue enterrado en el cementerio de Mallona, en Bilbao.
Con las elecciones en ciernes, ese mismo día, un nutrido grupo de
candidatos republicanos visitaban Algorta, donde al parecer no fueron bien
recibidos, en el bastión de los poderes fácticos el barrio, en el Casino
Algorteño, el diario de cabecera de las derechas bilbaínas, “El Nervión” decía
en su edición del día 20 de febrero de 1893: “...Ayer estuvieron en Algorta con ánimo, sin duda, de conquistar a
los electores de aquel pueblo, Solaegui y los señores Echevarrieta, Chavarri y
Leguina (D. Gaspar), después de lo que allí vieron y oyeron, fácil es que no
les haya quedado ganas de volver. Fueron al Casino y comenzaron a hablar,
diciendo que esperaban de los electores de Algorta votaran su candidato en las
próximas elecciones. Los algorteños se excusaron con mucha cortesía, diciendo
que en aquella localidad hallarían mucha oposición, por ser Solaegui y Chavarri
unos de los firmantes de la solicitud en que se pide la separación de Las
Arenas y Algorta. El señor Chavarri que esto oyó, juró y perjuró que Algorta de
le sometería o haría que dependiese de la villa de Portugalete. Al oír tales
disparates y viéndose molestados con aquellos gritos y palabrotas, los de
Algorta fueron desfilando dejando solos en el Casino a aquellos cuatro
representantes de toda suerte do ideas generosas. Y al abandonar aquella casa
contrariados y cabizbajos dicen que Solaegui exclamó: «Ya me están...
fastidiando con estas cosas y con la religión»...” Obviamente era la opinión
de un diario vespertino de ideología conservadora, beligerante con los
republicanos, que desde hacía ya tiempo venía fustigando a aquellos candidatos.
Curiosamente, al día siguiente, el mismo diario se justificaba sobre la
procedencia de la noticia en cuestión: “...«Si
fuese cierto que la noticia referente al viaje que hicieron a Algorta Solaegui
y los señores Echevarrieta, Chavarri y Leguina, procedía de nuestro
corresponsal de Algorta y que este es carlista jubilado y músico del batallón
de Munguia, dudaríamos de su veracidad en vista de que “La Republica” lo
desmiente; pero se la oímos a personas muy formales que presenciaron el hecho y
no podemos menos de creer en su certeza»…”
Parece que todas las aguas bajaban revueltas en esos días y
también la mar se cobraba su tributo. El domingo día 19 de febrero de 1893 el
quechemarín (barco de vela de dos palos) “San José”, de matrícula de Lekeitio,
salía de Puerto rumbo a Gijón, contaba el diario “El Noticiero Bilbaíno”: “...Con un temporal horroroso y fuerte viento tuvo que fondear cerca
de Santoña. Allí rompió amarras perdiendo el ancla, el viento y las olas
hicieron que su forzada travesía fuera aterradora, conduciendo la embarcación
hasta las peñas de Portugalete, donde fue a estrellarse junto a la torre de
señales del piloto…” Afortunadamente la
tripulación pudo ser rescatada por el Salvamento Marítimo.
En la próxima entrada veremos cómo
ya estaban próximas las elecciones a Diputados a Cortes.
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