En
la anterior entrada veíamos cómo tomaba posesión el nuevo
Ayuntamiento salido de las elecciones del 10 de 10 de mayo.
Con
la llegada del estío la actividad en Getxo se incrementaba
notablemente, todos los negocios adquirían mayor pujanza, la llegada
de forasteros deseosos de dedicarse a la holganza después de un
largo invierno de trabajo, hacía que llegaran dispuestos a disfrutar
de los baños de mar y de la suave brisa en nuestras playas, gozando
de la actividad lúdica que las bandas de música y otras actividades
traían con la llegada de esa estación a nuestro Pueblo. Los
transportes públicos aumentaban sus horarios: El día 1 de julio de
1891 comenzaba el horario de verano para el ferrocarril de Bilbao a
Las Arenas: “...Los
horarios de salida de las unidades desde ambas poblaciones empezaban
por al mañana a las 5:20 terminando por la tarde a las 21:00. Dentro
de los compartimentos se establecía la 3ª clase, ya existían las
otras dos; los precios de los abonos de año eran en 1ª, 2ª y 3ª
de 60, 40 y 30 céntimos...”
La Compañía del Tranvía anunciaba también su servicio de verano,
con salidas cada cuarto de hora.
Las
competiciones deportivas también venían a llevar atractivo a los
veraneantes: Se anunciaban las carreras de caballos”...Que
se iban a celebrar durante los meses de agosto y septiembre en el
Hipódromo de Lamiaco, las cuales iban a comenzar el 27 de agosto...”
Los
servicios de hostelería renacían en nuestros barrios: La Fonda San
Ignacio de Algorta, regentada por Dña. Josefa de Uribe, anunciaba su
apertura desde el 1 de julio. Y el resto de establecimientos
hosteleros y balnearios comenzaban a ver la llegada de sus huéspedes,
que como refería un diario bibaíno: “...Los
establecimientos balnearios van ya llenándose de forasteros de fuera
y de forasteros de dentro, que así los clasifica un estadista
bilbaíno para distinguir a los del Ebro allá, de los del Ebro
acá...”
El
9 de julio de 1891 se daba lectura en el pleno a una carta de: “...D.
Antonio Loma dando cuenta del estado de tramitación de los
expedientes de suministros a metálico y fortificaciones, obrantes en
la intendencia militar...”
En
esa misma fecha, 9 de julio de 1891, se decidía dividir el pueblo en
tres secciones: “...De
conformidad con la regla 4ª del artículo 60 de la vigente Ley,
acuerda este Ayuntamiento dividir este pueblo en tres secciones para
la designación de Vocales Asociados de la Junta Municipal, para este
año económico...”
Daba cuenta en el pleno el Alcalde que como resultado de sus
gestiones: “...Tenía
conocimiento de la pronta instalación de un puesto de la Guardia
Civil en esta Anteiglesia, compuesto por cuatro números...”
Se acordaba la formación de la Comisión de Festejos para la
elaboración de los programas festivos. A la vez que eran nombrados
para vigilantes de las playas, para la de Las Arenas a D. Manuel
Hernández y para la de Algorta a D. Dionisio Osticoechea.
Incluso
la venta ambulante veía ampliar la oferta alimentaria: Algunos de
aquellos servicios alimentarios fueron regentados por algunos vecinos
de Getxo y otros comerciantes bilbaínos: Por los barrios aparecían
vendedores cómo: “...D.
Juan Barrio, vecino de Bilbao, quien solicita permiso para la venta y
confección de churros en el barrio de Las Arenas, junto a la
playa...”
También lo hacía “...D.
Juan Callizo, de esta vecindad, solicitando se le autorice a
establecer un puesto de venta de frutas, junto a la casa de D. Albaro
García, en el barrio de Las Arenas, junto a la fuente que existe en
la misma...”
La venta de verduras en esas fechas tenía gran demanda pues otros
dos vecinos solicitaban la colocación de puestos. Se trataba de:
“...D.
Regino Rodríguez y D. Sinforiano Palomar...”
También
las comunicaciones mejoraban su oferta: servicios como el correo
también veían crecer la demanda por parte de algunos vecinos:
“...D.
Benigno Zarranz solicita autorización para colocar un buzón en su
expendeduría de tabacos en Las Arenas...”
Ofertas
de divertimento y actividades recreativas venían a ampliar las
actividades veraniegas: El día 12 de julio de 1891, según contaba
“El Noticiero Bilbaíno” en uno de lo locales de moda en Las
Arenas: “...Desde
el día 15 de julio se abrirá en el Casino de Las Arenas una sala de
esgrima bajo la dirección del Sr. Camy Sarthy, profesor de Bilbao e
individuo de la Academia de Armas de París...”
Tres días más tarde, en el mismo diario, anunciaban: “...La
apertura de un Depósito de Nieve que abrirá en la calle Mayor de
Las Arenas, la acreditada Fonda de D. Marcos Zamacona, donde se
expenderá dicho producto al por mayor y menor...”
De él se daba en la prensa “El Noticiero Bilbaíno” hasta el
número de teléfono, que era el 3.029. Durante la temporada de 1891
los precios de admisión para un mes eran: “...Caballeros
10 pesetas y 20 por temporada, Señoras 5 y 10. La entrada para un
día costaba: En días de labor caballeros y señoras 1 peseta. En
días festivos los caballeros 2 pesetas y las señoras 1 peseta.
Precio que aumentaba en los días en que había carreras de caballos
en Lamiaco, pasado a ser para caballeros 5 pesetas y para señoras 2
pesetas...”
Por
otro lado el ferrocarril también participaba de la mejora en los
servicios: “El
Consejo de Administración de la Compañía del Ferrocarril de Bilbao
a Plencia saca a subasta el último lote de trazado, el que iba desde
Sopelana a Plencia...”
El
15 de julio de 1891 animados por el ambiente festivo y los visitantes
que acudían a nuestros barrios, el diario “El Noticiero Bibaíno”
anunciaba: “...Ha
salido para Navarra la comisión de la Plaza de Toros de Algorta, con
objeto de comprar toros que se han de lidiar en dicha plaza el día
31 del corriente y el 9 del próximo mes de agosto...”
Los
servicios en las playas era otra de las actividades que mejoraba la
oferta: se anunciaban casetas de baño en Las Arenas: “...Evaristo
y Ángela, bañeros de Las Arenas “Castas Verdes” expenden bonos
en el estanco el Boulebard, al precio de 3 pesetas...”
Otro de los bañistas que instaban sus casetas en la playa de Las
Arenas era el vecino de Bilbao D. Andres Zulaica. No siempre todos
los servicios eran bien acogidos por nuestros mandatarios, era el
caso de otra solicitante: “...Dña.
María Ruiz, que también solicitaba permiso para instalar sus
casetas en la playa de Las Arenas, instalando una cuadra para guardar
un caballo, que pensaba utilizar para el arrastre de las misma hasta
el mar, el Ayuntamiento accedía a que pudiera instalar las casetas,
no así la cuadra pues la normativa sanitaria prohibía ese tipo de
instalaciones en las playas...”
Las
actividades festivas eran preparadas por nuestro Ayuntamiento: El 16
de julio de 1891 la Comisión de Festejos de Getxo decidía contratar
para tocar en el barrio de Las Arenas, durante las fiestas del
barrio, a la banda de música “La Bilbaína” de Bilbao. La banda
estaba compuesta por 12 músicos. Además acordaba traer una banda de
tamborileros para tocar en nuestro municipio en las tres romerías
que se celebraban por San Nicolás los días 11,12 y 13 de agosto.
Para los festejos que se iban a celebrar se establecieron unos
premios en metálico: “...En
Las Arenas de iba a celebrara una cucaña y el premio que se acordó
fue de 15 pesetas. En el Puerto, para la cucaña también se iban a
pagar 15 pesetas, y para el juego de la Samaritana con cántaros en
la cabeza se establecieron 4 premios de 5, 4, 3 y 2 pesetas; para los
hombres la diferencia de premios era notable, en el juego de carrera
de sacos el premio, se acordaron 2 premios de 10 y 6 pesetas...”
Para completar las actividades festivas y ayudar en su celebración
la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas decidía:
“...Que
los músicos contratados para tocar en el barrio de Las Arenas los
días festivos y el segundo día de romería de Santa Ana, podrían
circular libremente en los coches de la Compañía...”
Y como colofón festivo, ante la petición por parte de los
empresarios de la plaza de toros de Algorta: “...De
alguna ayuda que aliviara los crecidos gastos que deberemos hacer
para dar dos corridas, el día 31 de julio y 9 de agosto...”
El Ayuntamiento acordaba darles 250 pesetas de subvención.
El
16 de julio de 1891, en el pleno municipal, se daba cuenta de un
oficio: “...Que
remitía el primer Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de
Vizcaya, acompañando la dotación y menaje que era necesario dotar
al puesto de la fuerza de dicha comandancia en Las Arenas de Lamiaco,
según lo dispuesto por el Inspector General de dicho cuerpo. Y
preguntaba “Si este municipio estaba dispuesto a costearlos...”
El Ayuntamiento de Getxo contestó afirmativamente y decidía poner a
la disposición del puesto la dotación que se le indicaba,
reclamando que: “...El
puesto que se establezca se denomine en todos sus actos oficiales y
escritos “Guardia Civil del puesto de Las Arenas de Guecho” y no
de Lamiaco, porque el barrio de Las Arenas pertenece al Ayuntamiento
de Guecho...”
La
familia Mattern procedente de Minfeld (Alemania), que se instaló en
Las Arenas en 1885, trató el 16 julio de 1891 de arrendar unos
terrenos al Ayuntamiento de Getxo en la Galea: “...Se
da cuenta de una instancia del Sr. Suly José Mattern, de este
vecindario del barrio de Las Arenas, solicitando el arriendo de 20
hectáreas de terreno comunal de la Galea para instalar una vaquería
y dedicar una parte al cultivo...”
El Ayuntamiento desestimo aquella petición porque aquellos pastos
comunales se dedican a pasto para el ganado de los agricultores de
Santa María.
En
esas fechas el arriendo de los arbitrios de diversas actividades
comerciales eran tratados por el pleno municipal. Se procedía al
otorgamiento de las escrituras con los rematantes de los servicios
municipales de esta Anteiglesia: “...Se
subastaba en público los arbitrios impuestos a los vinos,
aguardientes y otras bebidas, los artículos de abacería, carbón
mineral y vegetal, arbitrio que fue otorgado como mejor proponente a
D. José Angel Aurrecoechea, vecino de Bilbao, en la cantidad de
63.945 pesetas. Así mismo se sacó a remate el arriendo de la casa
matadero, para despacho de carnes frescas que recayó en D. Juan
Learra, de esta vecindad, en la cantidad de 17.076 pesetas…”
En
la próxima entrada de esta serie veremos cómo el Ayuntamiento, a
petición de la empresa de la plaza de toros de Algorta, ordenaba al
arquitecto municipal que revisara la instalación para en su caso o
expedir la certificación de que la obra estaba de acuerdo con las
condiciones exigidas por el consistorio.
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