El
cine, desde sus inicios, utilizó imágenes de nuestros pueblos para
algunos de sus primeros rodajes. Sobre las películas que se rodaron
en Getxo ya he hablado en algunas de mis entradas. Al referirnos al
inicio del cine mudo se puede hablar de títulos como “El puente
del Arenal” de 1897, producida por José María Obregón; o de
Fructuoso Gelabert quien llegó a ser uno de los fundadores de la
industria cinematográfica catalana, que en 1906 rodó “Portugalete
y los Altos Hornos”, documentales del cine mudo.
A
lo largo de los años, esta industria eligió nuestro municipio como
imagen animada de muchos de sus rodajes. En esta ocasión hablaré
sobre el rodaje del film “El Golfo”, algunos de cuyos exteriores
se rodaron en Las Arenas y Algorta.
En
1917 José de Togores realizó la película “El Golfo”, basada en
la novela de Ernesto Vilches “El último beso”, película
perteneciente a la época cine mudo (1894-1920). Película que según
la “Filmoteca Vasca”: “...Se
puede considerar como uno de los primeros trabajos del cinematógrafo
en el País Vasco...”
Largometraje
de estilo
folletinesco,
que ofrecía
una visión sobre conflictos sociales, en el que se contaba
las peripecias de un golfillo, un vagabundo al que le faltaba el
calor de unos padres y hogar en el que cobijarse, que incluso en su
adolescencia llegó a robar el monedero a la madre de su enamorada,
que más tarde lucharía por labrarse una fortuna, y así ganar la
mano de esa rica heredera. La duración del film fue de 81 minutos.
Los exteriores de la película se rodaron en Bizkaia (Las Arenas y
Algorta), Donosti y Valencia.
Este
filme del cine mudo de principio del Siglo XX contó con la
participación de Ernesto Vilches, Irene López de Heredia y José
Olózaga. Los intérpretes de “El golfo” fueron, aparte de las
dos figuras centrales: Ana Navacerrada; la esposa del propio Togores,
director del film; José Olózaga, que hacía de traidor; Manuel Arbó
y José Calle. Entre los personajes que participaron en el film
estaban otros menos conocidos en el mundo del celuloide como: “...Un
actor alicantino de menuda estatura llamado Artemio. En unas escenas
rodadas en el Hipódromo de Lasarte y el Club Náutico de Algorta
intervino de forma accidental el príncipe Pío de Saboya, formando
un curioso contraste la estatura reducida de Artemio con la
extraordinaria del personaje real...”
Seguramente cuando hablaban del Club Náutico de Algorta se referían
al Marítimo del Abra de Las Arenas. Otro de los intérpretes en el
film fue Mariano Ozores que interpretaba un papel de policía.
La
película, que habían pensado realizar en un mes debido al carácter
irritable de su protagonista se dilató más de lo esperado, por lo
que el rodaje que comenzó en agosto de 1917 no terminó hasta los
primeros días de 1918.
La
“Filmoteca Nacional” guarda copia de este film. Visualizando unos
cortes de la misma, que me ha facilitado un amigo (Jon Angeru Lo
Iza), he podido tirar del hilo de la película. En los mismos podemos
ver los rodajes realizados en nuestro municipio:
En
el primero
se ve cómo en el paseo de Zugatzarte, nuestro golfo conocerá a
una niña vestida de blanco, que mientras salta a la comba se cae al
suelo y se daña en una la rodilla.
En
el segundo
aparecen dos peripuestas señoras mientras hablan distendidamente
esperando la llegada del transbordador para pasar a Portugalete. Una
vez dentro de la barquilla, vemos algunos detalles de los ocupantes:
una vendéjera dirigiéndose al mercado de Portugalete, un jumento
seguramente utilizado para transportar verduras.
En
el tercer corte
observamos a un grupo de niños que chapotea en la orilla de la playa
de Ereaga y al fondo de la imagen, en el contramuelle, se puede
divisar la grúa Titán; mientras un pequeño fumador, nuestro
protagonista en su etapa de juventud, un autentico Golfillo, pasea
por el muelle; tras el se ve por la carretera pasar a un tranvía
dirigiéndose hacia Las Arenas.
En
el cuarto corte vemos
a los dos enamorados en el paseo del muelle de Las Arenas, al fondo
se divisa un embarcadero con escasas embarcaciones, cuando de repente
un individuo dispara a nuestro protagonista que cae sobre el paseo
del muelle. Unos viandantes acuden en su ayuda, el pistolero emprende
la huida perseguido por gentes que han contemplado la agresión,
mientras dos viandantes y la enamorada ayudan a incorporarse a
nuestro protagonista.
Para
completar esa historia de comedia dramática recojo una parte del
argumento relatando como acontecen los hechos y lugares del rodaje:
“...En
las primeras escenas aparece el paseo de Zugatzarte, lugar en el que
nuestro protagonista conocerá a una niña vestida de blanco, la
cual va saltando a la comba e inesperadamente cae al suelo dañándose
la rodilla, el pequeño golfillo acudirá en su ayuda, siendo
retirado despectivamente por la madre y la institutriz de la pequeña,
a quienes se les cae un pequeño monedero de color blanco, que el
pequeño recogerá del suelo, entonces es retenido por unos paseantes
quienes le increpan “...¡Devuelve ese monedero, ratero!...”
Saliendo la pequeña en su defensa pidiendo que regalen el monedero
al pequeño que acudió en su ayuda. Más tarde el golfillo ingresará
en un asilo, protegido por una dama de la beneficencia, donde
demostrará sus aptitudes para la mecánica. La niña ya adolescente,
durante su veraneo en Donosti, recordará a aquel golfillo de noble
corazón que acudió en su ayuda en Zugatzarte. Pero aquel niño
había dejado atrás su época de raterillo callejero viajando a las
américas, instalándose en Nebraska donde llegará a ser director de
una fábrica de Altos Hornos. De nuevo regresa a Las Arenas, para
tomar a su cargo los asuntos financieros de la familia de su
enamorada. Finalmente durante un paseo por Zugatzarte con su
enamorada, mientras ella recuerda aquel accidente de su niñez en el
que el pequeño le auxilió, Ernesto duda de si descubrir que el
pequeño ratero y el son las misma personas. Entre tanto el traidor
que había sido desdeñado por la bella Irene, espía a la pareja, y
toma su venganza disparando al enamorado protagonista en muelle de
Las Arenas, al grito de “...¡Tu vida por mi deshonra!... ¡estamos
en paz!...”
Según
contaba una revista de cinematografía de la época: “...Las
dificultades para encontrar un lugar donde filmar los interiores
fueron innumerables. Por fin, y después de mucho buscar, se rodaron
en los locales de una fábrica en construcción que había en el
camino de Las Arenas a Bilbao...”
Algunos de ellos también fueron rodados en alguna de las mansiones
de Zugatzarte.
La
Película no parece que recibiera de la crítica cinematografía
grandes halagos, ya que sobre ella, la revista madrileña
“Cinegramas” decía en 1936: “...El
libreto era malo, verdaderamente; su conflicto dramático resultaba
inocente y cursilón y pertenecía al género que entonces se llamaba
de “alta comedia”, mezcla pretenciosa de drama psicológico, con
los tintes melodramáticos del teatro francés y la poesía
estomagante y trasnochada de las películas italianas...”
Precisamente
sobre esta película, en mayo de 1995, escribiría D. Alberto López
Echevarrieta, quien fuera director de “La Hoja del Lunes de
Bilbao”, en un libro que publicó titulado “Bizkaia, plató de
cine”, editado por “Bizkaiko Gaiak, sobre temas vizcaínos”:
“...“El
Golfo”, una película cuyo presupuesto se desbordó sumiendo a la
productora Dessy Films en la más completa ruina…, filme que ofrece
unos impagables planos rodados a pie del “Puente Vizcaya”
apreciándose claramente las características de la primera barquilla
y el trabajo de algunos de sus operarios...”
Libro por otra parte de gran interés para seguir la relación de
películas profesionales realizadas en Bizkaia desde 1905 hasta 1994.
Hasta
aquí una nueva reseña de los rodajes que el cinematógrafo realizó
por nuestras calles allá por 1917. Y de lo interesante que es a
veces tirar de un hilo para llegar a conocer cómo se desarrollaron
los hechos a pesar de haber pasado más de cien años desde que se
produjeron los mismos en nuestras calles.
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