En
la anterior entrada veíamos cómo la Alcaldía de Getxo, dirigida
por el entonces primer edil D. Pedro Amezaga, convocaba la renovación
de las corporaciones municipales.
En
junio de 1889 fueron inscritas en el registro de la propiedad por D.
Ángel Zavala y Muñecas, la casa “Juanena”
de la calle San Nicolás, que pertenecía a su finada madre y otra en
el Puerto Viejo de Algorta llamada “Mesapedroena”,
junto a varias fincas que estaban a su nombre.
D.
Antonio de Arechavala, quien en Octubre 1.886 abría en la playa de
Ereaga su primer Balneario de baños de mar, llamado “Balneario
la Perla”,
solicitaba que: “...Se
me permita continuar con la barraca que tengo instalada en la
Plazuela de Ereaga”...”
Así denominaba a aquel establecimiento, que realmente era un
autentico barracón de maderas. No sería hasta enero de 1913 cuando
nació el balneario que le iba a sustituir: “Igeretxe”.
A
primeros de junio de 1889 el correo continuaba dejando mucho que
desear, a pesar de que ya funcionaba el ferrocarril de la margen
derecha, a decir de lo que escribían en el diario “El Noticiero
Bilbaino”: “...Sale
un correo a las nueve de la mañana por el ferrocarril del Norte, y
después siguen saliendo en carruajes o por correo peatón a las
once, doce, una, dos y a las ocho y media de la noche y sin embargo,
los pueblos que están a las puerta de Bilbao reciben el correo tres
o cuatro horas más tarde, mientras que si se hiciera, por ejemplo,
en el ferrocarril de Las Arenas, lo recibirían a los pocos
minutos...”
En
la entonces llamada carretera del tranvía, en el N.º 1, que estaba
situada arriba de la cuesta Suárez (Txomintxu), se encontraba la
afamada “Fonda
San Ignacio”:
“...En
la cual se alquilaban dos hermosas habitaciones con nada menos que
ocho o diez camas cada una, por 3,5 reales cada habitación para toda
la temporada de baños...”
El
día 6 de junio de 1889 las pequeñas diferencias en las percepciones
de la banda de música, eran debidas al número de miembros que
componían la misma. Mientras que el director de la Banda en una
instancia afirmaba que los músicos bajo su dirección, 15 personas,
aceptaban las condiciones que anteriormente había hecho el
Ayuntamiento, se acordaba que : “...Siendo
17 los instrumentos que señalan las condiciones establecidas con la
Banda, se bajará en la proporción a la cantidad de 2.000 pesetas a
la cantidad estipulada con la misma, y siempre que la banda
completare el número de los 17 músicos, gozará de la cantidad
acordada, y que de los dos nuevos miembros que ingresaren, deberán
tocar uno el cornetín primero y el otro el clarinete o requinto,
también primero...”
Se encarecía al director de la banda que para las fiestas del la
Anteiglesia, las de Las Arenas, San Ignacio, San Nicolás y Nuestra
Señora, tuvieran listos los dos instrumentos que faltaban.
En
esa misma fecha el consistorio decidía crear una normativa para la
urbanización del Pueblo: “...Estudiar
detenidamente todas las partes urbanizadas de la localidad, y formar
un proyecto de reglamento de aceras y calles...”
Y se acordaba utilizar piedra machacada para los caminos del Pueblo.
Así mismo se decidía la compra de bancos de madera con patas de
hierro para colocar sobre todo en el punto llamado “Boulevard”.
La
iluminación de las calles de Algorta corrían de cuenta de D.
Saturnino Azcorra, rematante de los servicios del alumbrado público,
que mantenía encendidos los faroles de este barrio con petróleo. En
ese mes de junio de 1889 se acordaba estudiar y sacar a subasta
pública, mediante el sistema de pujas a la llana, el servicio de
alumbrado para los barrios de Las Arenas y Algorta. Aún faltaban
unos años para que el alumbrado mediante luz eléctrica llegara a
nuestras calles. Lo haría en marzo de 1895.
Otra
de las cosas que preocupaba a nuestros ediles era la situación de la
playa de Ereaga, que presentaba un aspecto descarnado, sin arena, por
lo que solicitaron del Comandante de Marina la prohibición para
dicha actividad en nuestra playa, en base a los siguientes
argumentos: “...Creemos
llegado el tiempo de tomar alguna resolución para mejorar la playa
de mar denominada “Ereaga de Algorta”, situada en esta
anteiglesia, a la que suelen concurrir mucha gente en verano para
tomar baños de mar y otros recreos, lo cual es el único porvenir de
este pueblo. Pero teniendo en cuenta la gran cantidad de arena que
por diferentes personas y contratistas se viene extrayendo, tanto
para obras como para otros usos, además de la que arrastran fuera
las corrientes del mar, sobre todo desde que se ha prolongado el
nuevo melle de la barra, se puede percibir que la citada playa de
baños se queda descarnada y casi completamente sin arena,
descubriéndose en el verano una inmensa cantidad de piedra bola de
grandes dimensiones que hacen imposible el baño. Para evitar la
completa perdición de este uso de baños, que es el porvenir de esta
población, debe gastar el Ayuntamiento todos los años una cantidad
bastante considerable de sus fondos para quitar la piedra bola, e
impedir que se aleje la gente veraniega que acostumbra a venir, y
teniendo en cuenta que hay otra playa cerca de ésta llamada
“Ascampe”, en la que también se puede extraer arena sin
perjuicio de nadie, y teniendo noticia de que no se permite extraer
arena en la playa de San Sebastián, motivo por el que suele estar
en muy buen estado siendo fácil su conservación; y considerando que
en la playa de baños de esta, no solo se extrae la arena en gran
cantidad si no que se revuelve con la entrada de bueyes y carros,
acordamos por unanimidad se suplique encarecidamente al Exmo. Sr.
Comandante de Marina de la Provincia, se digne prohibir la
extracción de arena de la playa de mar del punto llamado Ereaga, o
autorizar a esta corporación municipal llevar adelante dicha
prohibición...”
El
día 15 de junio de 1889 se anunciaba la nueva tarifa para el
servicio de los muelles de Bilbao: “...En
el embarque y desembarque de mercancías pudiendo utilizarse grúas
establecidas o que en lo sucesivo se establezcan en los muelles,
satisfaciendo las tarifas correspondientes…”
Aunque no era obligatorio su uso, pudendo los capitanes de los buques
utilizar para la descarga los aparejos y maquinillas de abordo. Para
el control de las tareas en que se utilizaran las grúas de los
muelles: “...El
funcionario llevará un registro así como un libro de las horas
utilizadas para la carga y descarga...”
Los derechos que habían de satisfacerse a partir del 1 de julio de
1889 por el uso de grúas y tinglados era: 0,75 pesetas para las
grúas de mano, 10 pesetas para las grúas de vapor móviles, 25
pesetas para las de 25 toneladas. La Junta de Obras corría con los
sueldos de maquinistas y fogoneros. Las mercancías podían
permanecer en los tinglados gratuitamente durante el día en que se
realizaba la descarga. A partir de ese momento se debía de abonar
por metro cuadrado la cantidad de 0,50 pesetas. Firmaba aquella orden
el Vicepresidente de la Junta de Obras del Puerto D. Enrique Coste y
Vildósola.
Aquel
mismo día quedaba abierto para los baños el establecimiento de
baños fríos y calientes “Las Delicias” de Las Arenas. Y se
preveía comenzaran para el 17 de junio los exámenes para todos los
niños de las escuelas Públicas de la Anteiglesia, comenzando por
los de Algorta.
En
los lavaderos públicos se utilizaba para su limpieza escobillones y
bruzas de crin de caballo, que eran comprados a D. Leandro John; y se
adquirían para la estación telegráfica de Algorta diversos
materiales como un plumero, frasco de goma arábiga y sobres para
enviar los telegramas. El propietario del local de telégrafos era D.
José Ramón Uriarte.
En
la próxima entrada veremos cómo a mediados de junio de 1889
avanzaba por decisión municipal, tras negociaciones con el
ferrocarril de Bilbao-Las Arenas, el ramal que iba desde Las Arenas a
Algorta.
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