En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, se celebraba de un homenaje a D. Antonio Basagoiti Arteta en Ondiz.
El Ayuntamiento de Getxo, apercibía al vecino de Bilbao. D. Martín Zavala, para que respetara las mochetas del solar en que estuvo situado el Antiguo Casino de Las Arenas: “...Teniendo conocimiento que algunos obreros están cerrando en el barrio de Las Arenas, de esta Anteiglesia, el solar donde se hallaba emplazado hace años un casino, sin respetar la mochetas que deben dejarse fuera del cerramiento. Acuerda este Ayuntamiento requerir al vecino de Bilbao. D. Martín Zavala, para que respete las mochetas de dicho solar...”
No parece que entre los propietarios del barrio de Getxo (Andra Mari), Santa María en el argot oficial de aquellos tiempos, el mantenimiento de los lindes de sus terrenos fuera algo habitual: “...A indicación del Regidor D. Víctor Aresti y teniendo presente el abuso que cometen muchos propietarios e inquilinos, en la parroquia de Santa María de esta Anteiglesia, dejando a las zarzas y espinos de las cerraduras de sus heredades invadir y obstruir los caminos públicos incomodando a los transeuntes. Acuerda este Ayuntamiento, por medio del Alguacil, se requiera a todos los propietarios e inquilinos, corten la ramas y zarzas de los lindes de sus heredades, en un plazo de tres días...”
Finalizaba el pleno municipal de Getxo, del 10 de septiembre de 1896, con el acuerdo del Consistorio para realizar labores de limpieza en el río Gobela: “...Acuerda este Ayuntamiento según costumbre de años anteriores, se proceda desde las Vegas hasta Lamiaco a la limpieza del río Gobelas, y que dichos trabajos los lleve el Regidor Arzubiga por medio de José Ramón Achutegui...”
Al día siguiente del naufragio de la lancha castreña, de la que algunos tripulantes habían sido salvados por el vapor «Piloto» de Portugalete, nuevos datos aparecían en la prensa bilbaína, entre ellos algún gesto de solidaridad y honradez por parte de marineros portugalujos: “...Los náufragos de la lancha de pesca «Virgen María», de Castro Urdiales, que fueron cogidos por el vapor «Piloto» de Portugalete, de los once individuos de la tripulación, seis perecieron ahogados, y los otros cinco permanecieron toda la tarde y noche agarrados al casco de la lancha, la cual se hallaba quilla al sol, hasta que en la tarde de ayer fueron recogidos por el vapor «Piloto». Entre los tripulantes que se salvaron estaban Saturnino Cantero, Antonio Torre, Máximo Migueluna, José Aqueche y Ángel Crespo, quienes manifestaron que tras vender en Portugalete las sardinas que habían pescado, salieron a las dos de la tarde rumbo a Castro, pero al llegar a seis millas de Ontón, una ráfaga de viento le hizo zozobra la lancha. Al llegar a Portugalete los tripulantes rescatados fueron alojados en casa de D. J. V. Fraga. Los marineros de Portugalete, que reconocieron ayer por la mañana la lancha, Roque Cavía y José Vicente Fraga, encontraron en la chopa de la embarcación un pañuelo que envolvía 140,80 pesetas, los dos honrados, marineros devolvieron el dinero a los náufragos...” (El Noticiero Bilbaíno del 11 de septiembre de 1896).
En esa misma fecha y en el mismo diario se anunciaba: “...Durante el mes actual se verificará al inauguración del hermoso edificio construido en Algorta con destino a Hospital Hospicio...”
Un diario bilbaíno recogía un suelto, en su apartado «Gacetilla», referido a un patricio algorteño: “...Los vecinos de Algorta tratan de reunir en un Álbum las firmas de todos, para regalárselo como recuerdo al Sr. Basagoiti...” (El Noticiero Bilbaíno del 13 de septiembre de 1896).
La afluencia de veraneantes a la playa de Las Arenas, con sus casetas de lona, de distintos colores, entonces “necesarias” para cambiarse y dejar la ropa de calle por los viejos trajes de baño, que para los hombres y mujeres eran de cuerpo entero y ellas embozadas en albornoces para acercarse a la orilla; y los bañeros con trajes de agua oscuros, chapela incluida. Aquella afluencia y las casetas de baño hacía que los amigos de lo ajeno acudieran como moscas a la miel: “...Un ratero penetró ayer tarde en la playa de Las Arenas en una de las casetas de los bañistas y trató de apoderarse de un precioso reloj de oro, del bolsillo del chaleco de un individuo que se hallaba bañando. Apercibido este de lo que ocurría, empezó a dar voces, apoderándose los bañeros del ladrón...” (El Nervión del 16 de septiembre de 1896).
Y como el transporte revestía gran importancia y la competencia entre los dos servicios principales de transporte, Tranvía (1877) y Ferrocarril (1887), hacía que el viejo tranvía tratara de mejorar sus servicios electrificando sus unidades (1896), y comenzara a realizar su pruebas entre Bilbao y Las Arenas: “...El tranvía eléctrico hizo ayer pruebas con resultado satisfactorio en la línea de Bilbao a Las Arenas...” (El Nervión del 17 de septiembre de 1896).
En el pleno del 17 de septiembre de 1896, se trataba sobre el barrio de Santa Ana, de Las Arenas, en la época también llamado de Lamiako, que debía de ser un barrio lleno de sombras y falto de luz. Por ello llegaba al pleno de Getxo una propuesta para dotarlo de una luz que disipara aquellas sombras: “...Se da cuenta de una instancia de D. Pantaleón Aresti, vecino de Leioa, suplicando en concepto de apoderado del Marques de Barambio y Cia., se ponga una luz eléctrica , por lo menos en el punto de Santa Ana de Lamiaco...”
En ese mismo pleno se aprobaban las condiciones por las que cuatro hermanas de la Caridad iban a hacerse cargo de la dirección y administración del Hospital Hospicio de Algorta: “...Se da lectura a las condiciones estipuladas, por una parte por el Alcalde de Guecho, y por la otra del Director de las Hijas de la Caridad de la Provincia de España, D. Eladio Arnaiz, y de la Sra. Visitadora de la misma Provincia, Sor Cristina Jovellar, especialmente delegados y autorizados por los Superiores Mayores de dicha Compañía, bajo cuyas condiciones se encargarán cuatro hermanas de la Caridad de hacerse cargo de la dirección y administración del Hospital Hospicio del barrio de Algorta. El Ayuntamiento decidía aprobar aquellas condiciones y hacerlas efectivas con fecha del 16 de septiembre de 1896...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como algunos vecinos de Getxo, solicitaban del Consistorio, debido a sus problemas de salud y situación económica, baños gratuitos en el Balneario de Ereaga
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