En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como con la población con ganas de música y fiestas y con buen tiempo reinante en Getxo, se habían realizado gestiones para traer a la Banda de Música de Garellano para amenizar al barrio de Las Arenas durante los meses del verano.
La Diputación de Bizkaia estaba en el año 1895 realizando trabajos en las carreteras de la Provincia: “...Entre los tramos que se iban a construir con piedra amartillada estaban los tramos de Bilbao a Bermeo, Larrauri a Baquio, el camino vecinal de Gatica, la de Asua a Erleches y la de Las Arenas a Urduliz. En este último tramo se establecieron tres tramos de concesión, los dos primeros lotes de piedra se le compraron a D. José Martín Zavala por 1.800 y 1.500 pesetas y el tercero a D. José María Aramberria por 2.800 pesetas...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 11 de julio de 1895).
En el pleno municipal del 11 de julio de 1895, entre otros asuntos, se trataba sobre un subarriendo del rematante de arbitrios del municipio, que había sido denunciado por el Administrador de Correos y Telégrafos de Algorta: “...Se da cuenta de un oficio del Administrador de Correos y encargado del Telégrafo de esta Anteiglesia, quejándose por haber sido instalada un barbería, en un piso bajo destinado a la alhóndiga, en el edificio donde se hallan establecidos los servicios antes expresados. El Ayuntamiento de Guecho tras estudiar el asunto decidía que: Teniendo presente que todo el piso bajo del citado edificio se da al rematante de arbitrios solo y exclusivamente para Alhóndiga de vinos y servicios inherentes al caso, y no para ser subarrendado para otros usos, y considerando que no es decente que en un edificio donde existe telégrafos y administración, y que al mismo tiempo tiene poca capacidad, se establezca en el mismo una barbería, por lo que se requiere al rematante de arbitrios del municipio D. Lázaro Gorostizaga, que tan pronto como reciba este oficio quite la barbería establecida en la casa llamada Alhóndiga...”
En es mismo pleno los ediles de Getxo tomaban una decisión, para la mejora de calles y plazas, que se podría tildar de ejemplarizante, por lo que suponía de conocimiento de las necesidades de su pueblo: “...A indicación de algunos concejales acordaba el Ayuntamiento de Guecho, autorizar a la Comisión Municipal de Obras para que recorriera las calles, paseos y plazas públicas de la Anteiglesia, y propusieran los bancos que según su criterio eran necesarios colocar, expresando su número y valor presupuestario...”
Otro de los temas, este de gran relevancia para nuestra Anteiglesia, por lo que supuso de perdida de patrimonio público, fue la desestimación del intento de recuperar los bienes municipales que el estado había sacado a la venta en 1867: “...Se da cuenta de la real Orden expedida por el Ministerio de Hacienda el 16 de junio último, en la que se comunica por parte del Administrador de Hacienda de la Provincia, la desestimación del expediente promovido por el Ayuntamiento de Guecho, y presentado al Gobernador Civil de Vizcaya con fecha de 20 de noviembre de 1867, en el que se solicitaba la excepción de la venta para varios terrenos y montes de aprovechamiento comunal. En su vista y considerando que dicha Real Orden es perjudicial para el vecindario de esta Anteiglesia, acuerda este ayuntamiento por unanimidad se recurra contra ella ante quien y en la vía que proceda, además de presentar una copia autorizada de protesta, que fue entregada por el Regidor D. Gregorio Arzubiaga, ante el Juez de Primera Instancia de Bilbao el día e de julio de 1894, al sacara a remate unos terrenos y montes de propiedad de este Municipio...”
Acordaba el consistorio, ante la llegada de veraneantes: “...Colocar más alumbrado eléctrico en el paseo de María cristina para los meses de verano, es decir julio, agosto y septiembre, colocando en los puntos más convenientes del mismo tres lamparas incandescentes de 16 bujías cada una...”
Y como esa afluencia de visitantes iba a suponer una mayor llegada de correspondencia, acordaban: “...Siguiendo el criterio de años anteriores se ponga correo extraordinario o doble...” Para ello realizaron gestiones ante el Administrador de Correos.
En ese mismo pleno del 11 de julio de 1895 haciendo referencia a las próximas fiestas de Getxo: “...Acercándose las festividades en las que se celebran funciones y festejos en esta Anteiglesia, se hizo presente la conveniencia de nombrar una comisión para llevarlas a cabo. Quedaban encargados de la misma los ediles señores Libano, Larrondo, Inchaurtieta, Echeverria y Bilbao...”
Finalizaba aquel pleno con el acuerdo municipal de: “...Que para la designación de asociados se ve conveniente dividir el Pueblo en tres Secciones...”
Y ya metidos en la temporada veraniega el Tranvía Eléctrico de Bilbao anunciaba: “...Para su línea de Las Arenas que el servicio de verano, que comenzará a regir el sábado 13 del corriente, tendrá salidas cada cuarto de hora. La última salida de Bilbao para Algorta será a las 19,30 de la noche, de Algorta para Bilbao a las 20:00 y de Bilbao a Las Arenas a las 20:00.
Se dará, como en años anteriores, un servicio especial de baños hasta el ramal de la playa. Los anuncios de esos servicios y tarifas de precios, se fijarán en todos los coches y los facilitaran los conductores a quien los solicite. Desde dicho día se expenderán los abonos de baños para la misma, línea, al precio de ocho pesetas y sesenta y cinco céntimos...”
También la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas anunciaba sus servicios de verano: “...Desde el sábado día 13 de julio se establecerá un servicio de baños a precio reducido, en combinación entre todas las empresas de baños de la playa de Las Arenas a los siguientes precios: Por nueve viajes de ida y vuelta en el ferrocarril y nueve baños de mar, pudiendo optar el interesado por dos servicios que son: Caseta y bañero o caseta y traje de punto y sábana. En segunda clase 9,75 pesetas y en tercera 7,50 pesetas...” Aquellas tarjetas se expendían únicamente en la estación de Bilbao. (“El Nervión” del 12 de julio de 1895).
Según contaba un diario local: “...D. Miguel Uria y Zalduendo, vecino de Guecho, ha presentado un escrito solicitando ocho pertenencias de petróleo y otros minerales en el Valle de Mena, el título de la mina es “San Valentina”...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 12 de julio de 1895).
En el “Boletín Oficial de la Provincia de Vizcaya” se publicaba, en día 12 de julio de 1895, el Reglamento para carros y carruajes de lujo, dichos precios eran de carácter anual: “...Carruajes con un tronco 120 pesetas. Carruajes tirados por una sola caballería 50 pesetas. Carruaje sin servicio de caballerías 10 pesetas. Caballería sin carruaje 30 pesetas. Estos carruajes según el Artículo Nº 2 de dicho reglamento, a efectos del impuesto se considerarán como de lujo los carruajes y caballerías que sirvan para la comodidad, recreo u ostentación de los que los usen. No estaban comprendidos en el artículo precedente: Los que se alquilen en paradas o puestos públicos al que lo solicite, ni los que dedicados principal y preferentemente a servicios industriales o agrícolas, se destinen accidentalmente a la comodidad o recreo de sus dueños...” Y eso porque las condiciones de hacinamiento de los pobres jumentos, según contaba el mismo diario, hacía que su triste vida fuera mas dura al pernoctar que cuando arrastraban pesados carruajes: “...Muchas son las enfermedades que padecen las caballerías de Bilbao. Las causas principales de que padezcan los ganados gran número de enfermedades en Bilbao proceden de las malas condiciones que reúnen las cuadras donde están alojados. Si examinamos uno por uno todos los locales destinados a cuadras, veremos que muy pocos son los que reúnen condiciones para el objeto, y que en la mayoría de ellos se alojan más número de ganados que el que en realidad debía de alojarse...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 12 de julio de 1895).
Y cual si fuera un souvenir el faro de la Galea era mostrado a los veraneantes por el farero de Getxo: “...Muchas personas de las que veranean en Las Arenas y Algorta visitan estos días el faro de la Galea, cuyo torrero, D. Simón Miranda, con exquisita amabilidad y cortesía, se complace en recibir a los expedicionarios y acompañarles en su visita al establecimiento...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 12 de julio de 1895).
En la próxima entrada de esta serie veremos como en nuestra Anteiglesia se proyectaban cuadros disolventes por medio de una linterna mágica.
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