sábado, 7 de marzo de 2020

NO ES POR CASUALIDAD



Ahora que algunas voces de la derecha reclaman que nadie se apropie de las reivindicaciones del feminismo, en esta fecha tan señalada “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, conviene recordar que fueron las ideas conservadoras las que a lo largo de los siglos retrasaron, cuando no impidieron, que la mujer consiguiera su emancipación.

Para ello basta ver cómo desde los distintos pensamientos de esa derecha conservadora trataban a las mujeres, incluso desde publicaciones creadas “ad hoc”:

Uno de esos diarios conservadores era “El Tiempo”, periódico madrileño que en 1845 escribía las siguientes lindezas, refiriéndose a “La Independencia Política y Social de las Mujeres”: “...Vamos a ocuparnos de la independencia que gozan actualmente las mujeres en la Europa civilizada, empezando por Inglaterra. Aun cuando ningún otro motivo tuviéramos para oponernos a la emancipación social de la mujer, siempre creeríamos que no se halla preparada para esta revolución en nuestras costumbres a la que aspiran sus ardientes defensoras...” A continuación hablaban sobre las opiniones de algunas eruditas inglesas, francesas e italianas, defensoras de la emancipación, obviamente para atacarlas con aseveraciones como la siguiente: “...Es pues una anomalía prescindir de la delicadeza, de la modestia, de la gracia, encantos “particulares de su sexo”, y renunciar de este modo a todos los privilegios de miramientos que suelen rodear a la que se contenta con ser buena hija y buena madre de familia...” Finalizaban el artículo diciendo: “...A nosotros nunca se nos podrá convencer con tales utopías en que sus autores, cualquiera sea su sexo, parece comienzan por olvidar que todo se halla ligado a la organización social. Toda reforma que ataca a la religión, ataca en general las costumbres públicas. La emancipación de las mujeres tal cual la mayor parte de los reformadores la pretenden, tiende a acabar con el matrimonio; pues la legislación política de acuerdo con la divina somete la mujer al marido…” !!Y se quedaban tan anchos!!.

Afortunadamente también existían algunos articulistas que en la prensa defendía a los movimientos sociales de emancipación. En 1896 el diario “La España Moderna” decía en un artículo dedicado a “Los Problemas del Feminismo”: “...Este Movimiento Social no se halla circunscrito a un país determinado, antes bien se manifiesta en todas las naciones sometidas al influjo de la civilización occidental. Trátase de una revolución, pero de una revolución sin violencias, o, como decía uno de nuestros amigos, de una revolución sin «R». Lo que con más o menos propiedad se denomina movimiento feminista es hoy una de las más universales preocupaciones en el mundo culto...” Una articulista del diario “Le Figaro” decía en un artículo referido a este movimiento, mostrándose discrepante con algunas de sus expresiones: “...Por ridículas que sean las reivindicaciones femeninas, por mucho que les perjudique a menudo, la forma bajo la que suelen presentarlas, es imposible negar el progreso que las ideas de emancipación hacen (Le Figaro 10 septiembre de 1896)...”


Mientras, algunas mujeres salían en defensa de las reivindicaciones feministas con la lógica de la época. Ese fue el caso de la madrileña “Revista Contemporánea” en un artículo de los meses de enero a marzo de 1897, decía sobre el feminismo la literata sevillana María Montes de Oca “María de Belmonte”, que en ocasiones escribía con el apellido de su esposo, defendiendo los intentos de algunas mujeres para cambiar el rumbo de su historia, y situándolos en aquel momento histórico: “...No os figuréis, lectores benévolos (Dios haga buena la calificación); que a fuer de mujer, al tratar un asunto que de modo tan vivo apasiona los ánimos, vaya yo a izar la bandera, halagadora para las mujeres, de la supremacía de su inteligencia. Ni siquiera voy a proclamar la igualdad de aptitudes de un sexo y de otro. El progreso moderno ha ido sacando a las mujeres del pueblo del rincón de su casa, haciéndolas acudir a las fábricas y los talleres en que hoy trabajan unidas al hombre, sin que por ello sus costumbres se hayan relajado, mírase con cierta prevención desfavorable a las que, viviendo en más elevadas esferas, buscan, merced a ese mismo progreso otros horizontes a su actividad. Es cierto que hoy la mujer tiene mucho adelantado para su ilustración y desenvolvimiento intelectual, puesto que se han abierto para ella los centros de enseñanza, y casi puede decirse que las trabas que dificultan aún sus pasos en este terreno son debidas a la rutina y al atraso lamentable de nuestras costumbres. A la mujer se la considerada inapta para los trabajos especulativos, se le inculca desde sus primeros años la idea de que la frivolidad es uno de sus atractivos más poderosos, y la ignorancia y la dependencia absoluta, lo que forma las esposas dignas y las buenas madres. Y la mujer, como era en los tiempos antiguos, sigue siendo ahora para el hombre sólo un objeto de recreo; porque ahora, como entonces, entre ellos ninguna otra cosa hay de común. Sin embargo, aunque se la haya acostumbrado a tener por principal ocupación la de atender al adorno de su cuerpo, antes que al cultivo de su inteligencia, la mujer, como el hombre, no sólo de pan vive...” A continuación decía refiriéndose a la actitud de la mayoría de las mujeres frente a ese reto: “...Entre nosotros este movimiento feminista no despierta gran interés. Aquí la mujer, que, si no en otra cosa, iguala al hombre en indolencia, se preocupa muy poco de la suerte presente y futura de su sexo, la incesante y fecunda labor de las mujeres de otros países no arranca a los labios de la mujer española ni una frase de simpatía. Es de esperar que las mujeres, una vez convencidas de todo lo que tiene de trascendental y de hermosa su regeneración, se agrupen bajo la humanitaria bandera levantada por espíritus animosos, y sostenida por la parte más ilustrada del mundo civilizado...”

Sin embargo, en esos mismos años, 1897, una de las más destacadas revistas ilustradas dedicadas a la moda y las labores “destinadas a la mujer”, que obviamente era dirigida por un hombre, decía al referirse a las Sufraguistas inglesas: “...Las sufraguistas son las más caracterizadas representantes del feminismo de acción violento y tumultuoso, pretenden intervenir de un modo directo en la política de su país. Aun colocándome en el terreno de las mujeres que reclaman su participación en la vida política de un país, me parece que esas buenas señoras a quienes interesa más que el gobierno de un hogar la felicidad de una nación, tienen más medios de conseguir sus ideales. Debemos compadecer a esas mujeres que renuncian a las cualidades más estimables de la condición femenina para incurrir en las debilidades del sexo fuerte...”

El tiempo pasaba y ya estábamos en 1908. Y mientras la cámara inglesa, en el periodo del otoño trabajaba para implantar leyes sobre las licencias, la educación y la cuestión agraria en Irlanda, las llamadas “Suffragettes” (Las Sufragistas), persistían con energía en su campaña en pro de los derechos de la mujer, comenzando apenas abierto el Parlamento a perseguir a los ministros, dando lugar al encarcelamiento de varías feministas (Lo Escribía el diario “El Noticiero Bilbaíno” del 15 de octubre de 1908). Dos años después, el 11 de julio de 1910, en el País de la “Egalite et fraternite” no parece que la cosas habían mejorado para las mujeres, contaba el mismo diario: “...En las últimas elecciones que tuvieron efecto en Francia se presentaron quince mujeres como candidatas; pero en vista de que en la República Francesa no rige el derecho electoral para la mujer, los pocos votos que a su favor se reunieron fueron declarados nulos...”

Seguía pasando el tiempo, ya era 1925 cuando un 3 de febrero la prensa local “El Noticiero Bilbaíno” llevaba a sus páginas lo siguiente: “...Dos nuevas reformas de la Constitución de los estados Unidos, en una de ellas se da la bienvenida al derecho de sufragio femenino. Y muy probablemente en la que será la XX reforma de su Constitución los hombres y mujeres tendrán iguales derechos...” Pero a continuación seguía diciendo: “...En todos los Estados Unidos la ley considera que el marido es dueño del trabajo de la mujer...”

El 27 de marzo 1930, en el diario “El Liberal”, era noticia el hecho de que: “...En Canadá ha sido elegida la primera mujer que ocupa puesto en el Senado, después de una larga campaña abogando por que se reconozcan los derechos de la mujer...”


Y no es casualidad, que en la mentalidad franquista de los años 40-50 se dijeran lindezas, por parte de una preclara activista del pensamiento falangista, casi al igual que hoy lo expresan algunos de sus correligionarios. Ideas que plasmo en un libro con afiches “La Guía de la Buena Esposa” en 1953, la líder de la Sección Femenina de la Falange, en la que se apuntaban 11 consejos que debía seguir la mujer casada según el ideal del régimen franquista, en el que decía entre otras bagatelas: “...Las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles...” En otra de la misma guía espiritual decía: “...La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular -o disimular- no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse...” Incluso en aquellos afiches propagandísticos ilustrados en los que referían expresiones como: “...No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti o si no llega en toda la noche. Trata de entender su mundo de compromisos...” Los libros y folletos relativos al papel de la mujer publicados durante los años cuarenta y cincuenta eran casi indistinguibles de los del siglo XIX.

Y nos dicen ahora, por ejemplo, en Madrid que: “...El Gobierno regional debe de adoptar medidas para combatir los estereotipos sexistas en la escuela...” A que parece que no ha cambiado nada.

Y aún así, pese a todo, sigue siendo muy difícil el compromiso de los hombres, no en el abstracto ideológico, si no, en el día a día de nuestras actuaciones para cambiar el rumbo de la historia haciendo que nuestras compañeras no sean esclavas de nuestra pereza.


PARA QUE NO SIGA SIENDO POR CASUALIDAD
!! VIVAS, LIBRES E IGUALES, YA!!

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