jueves, 25 de abril de 2024

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -382-

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, algunos vecinos solicitaban el cargo de Depositario de los Fondos Municipales de esta Anteiglesia.

En el pleno del 29 de abril de 1897, el Ayuntamiento de Getxo, acordaba que los locales destinados a acoger las próximas elecciones a Concejales fueran: “...Para el Distrito Primero Sección Única, la Casa Consistorial de la plaza de la Constitución (San Nicolás), y para el Distrito Segundo Sección Única, la casa llamada “Hospital” de San Ignacio. Y suministrar la comida a la Junta Municipal del Censo, que el día 2 de mayo deberá permanecer en esta Casa Consistorial con arreglo a las disposiciones vigentes, para el nombramiento de los Interventores que han de constituir las mesas en los dos distritos electorales de este Pueblo para la elecciones de Concejales el próximo día 9 de mayo. Recomendaba el Sr. Alcalde que la comida fuera preparada por D. Manuel Eguia...”

Algún carpintero local, quien sabe si por altruismo o por hacerse un hueco en los suministros municipales, realizaba una donación para el pueblo de Algorta para la conducción de cadáveres a su última morada decía: “...El carpintero D. Luis Lasa ha regalado un ataúd o caja para deposito provisional de cadáveres de las personas que fallezcan en el Hospital Hospicio de Algorta...”

Por aquellas fechas una de las arterias principales del Algorta, parece que era transitada por afanados conductores de bicicletas y velocípedos, que causaban conmoción en los viandantes debido a su “excesiva velocidad”: “...El Ayuntamiento de Guecho acuerda: Que teniendo presente la poca anchura que en toda su extensión tiene la Avenida Basagoiti, la más concurrida de la población para el transito de personas, y con el fin de evitar cualquier disgusto que pudiera ocurrir, se prohíba para lo sucesivo el tránsito de bicicletas y velocípedos por dicha calle, y se aconseja que dichos vehículos transiten por la calle de la Carretera que es más espaciosa...” El velocípedo o biciclo, con su gran rueda delantera, era un artefacto de propulsión humana de nueva implantación, que proporcionaba a los aficionados altas velocidades, fue un instrumento que había alcanzado gran popularidad entre los más adinerados del barrio. Uno de los vendedores de velocípedos en Bilbao era “Humber, Rudge Gladiator” que vendía un modelo de 1897, incluidos accesorios, por la cantidad de 325 pesetas, su comercio “Danborenea” estaba en el número 14 del Campo Volantín en Bilbao.

No era la primera vez que las mareas dañaban algunas propiedades de Ereaga. En el pleno municipal del 29 de abril de 1897 se trataba sobre ello: “...Se da cuenta de una instancia de D. Vicente Suarez, vecino de Bilbao, referente a varios destrozos causados por las grandes mareas en el punto llamado Ereaga de Algorta, donde el exponente tiene alguna propiedad. El Ayuntamiento tras tratar el asunto acordaba reponer el trozo de camino afectado por las grandes mareas...”

Dicho pleno del 29 de abril de 1897 nos dejaba el dato de cual había sido el solar sobre el que una conocida vecina de Algorta iba a edificar su nueva casa: “...Acordó el Ayuntamiento pasar a la Comisión de Fomento y Policía Urbana, un escrito del Arquitecto Municipal, referente a la alineación señalada al solar donde trata de edificar una casa Dña. Carolina Mandaluniz, en la anteriormente derruida llamada “Dominguena” en la cuesta de San Nicolás de Algorta...” También otro vecino de Algorta, por aquellos días, trataba de edificar su nueva casa en Alango, se trataba de D. José Ramón Arecheta.

Y finalmente, en ese pleno, se hablaba sobre el alcantarillado del barrio de Algorta, cuyas aguas eran vertidas en el Puerto: “...Se da cuenta del plano y presupuesto formado por acuerdo de esta Corporación, elaborado por el Arquitecto Municipal, para la construcción de una alcantarilla, por la carretera Provincial, desde la casa de D. Juan Antonio Garay en el barrio de la Cadena, hasta la que se encuentra al entrar en la calle Arechondo...”

La prensa bilbaína publicaba una noticia referida al Puente Bizkaia, y a la necesidad de captar agua del río Gobela para alimentar su caldera: “...La sociedad anónima explotadora del puente «Vizcaya», pretende derivar del río Gobelas, afluente de la ría de Bilbao, cinco metros cúbicos de agua cada 24 horas, con destino a la alimentación de la caldera que pone en movimiento el carro trasbordador del mencionado puente...” No era la única noticia relacionada con Getxo, ya que informaba el mismo diario sobre la llegada de uno de los patricios de Algorta, y de como era recibido con música: “...Ayer llegó a Algorta, acompañado de su distinguida esposa, el banquero D. Antonio Basagoiti siendo obsequiado anoche con una serenata...” (El Nervión del 30 de abril de 1897).

El primero de mayo hacía ya notar el fuerte incremento de policías en las calles de la provincia, ante las justas reivindicaciones de los obreros: “...Las autoridades han comenzado a adoptar algunas precauciones a fin de evitar que durante el primevo de mayo se alteré el orden público. El comandante de miñones conferenció esta mañana con el general gobernador, con objeto acordar la fuerza que ha de prestar guardia en los muelles del Desierto y la Orcónera, donde se teme han de declararse en huelga los obreros.

Mientras en la Arboleda, durante un mitin, se referían a las consecuciones alcanzadas por los trabajadores, el líder Facundo Perezagua, que en 1896 consiguió la reducción de jornada laboral y el fin de los barracones y cantinas obligatorias, decía: Hemos conseguido lo que nos proponíamos, el que los obreros guarden fiesta el 1º de mayo...” (El Nervión del 30 de abril y 1 de mayo de 1897). En día 1 de mayo, en Bilbao, se declaraban en huelga los obreros de las minas el Morro, Malaespera, Ollargan y San Luis. (El Nervión del 2 de mayo de 1897).

Un naufragio que acabó afortunadamente sin victimas humanas aconteció frente al Puerto de Algorta: “...Los tripulantes que componían la dotación de la lancha «Elora» que naufrago ayer a la vista del puerto de Algorta, los cuales consiguieron ser salvados de una muerte cierta, se llamaban Vicente Aresti, Juan B. Echandía, Gregorio Aldecoa, Juan M. y Antonio Goicoechea...” (El Nervión del 5 de mayo de 1897).

No me resisto a dejar sin pasar por alto uno de los anuncios que publicaba la “Escuela de Artes y Oficios de Bilbao”, por las connotaciones machistas, que a pesar de la época, que a mi entender desprendían dichas clases, se trataba de clases de verano: “...Se halla abierta la matrícula para la enseñanza de la mujer, durante el presente verano. Esta matrícula comprende las clases siguientes: Dibujo de adorno, y Corte de vestidos y manejo de maquinas de coser...” (El Nervión del 6 de mayo de 1897).

En la próxima entrada de esta serie veremos como, el Ayuntamiento de Getxo presentaba una demanda en Madrid, para que se declarara la nulidad de la venta de los montes comunales de nuestra Anteiglesia.

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