domingo, 28 de abril de 2024

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -383-

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como las mareas dañaban algunas propiedades de Ereaga.

En el pleno del Ayuntamiento de Getxo del 6 de mayo de 1897, una vieja demanda relacionada con los terrenos Comunales del Municipio, volvía a a los tribunales: “...El Alcalde Presidente manifiesta en este pleno que, según una carta orden que le ha sido notificada en unión del regidor Síndico en virtud de despacho del Sr. Juez de Primera Instancia del partido de Bilbao, cuya copia se tiene a la vista, es necesario que esta Corporación nombre un nuevo Procurador o Abogado que le represente en los autos de la demanda por la misma ante el Consejo de Estado contra la Real Orden del 16 de junio de 1895 sobre nulidad de la venta de los montes Comunales de esta Anteiglesia. En su vista y con el fin de evitar que por falta de representación en los autos pudiera deparar algún prejuicio a este Ayuntamiento, acordamos autorizar y se autoriza en forma competente al Alcalde D. Santiago Diliz y al Síndico D. Gregorio Arzubiaga para que en nombre y representación de esta Corporación Municipal otorgue el correspondiente poder a favor de D. Antonio Pérez Crespo Abogado del Colegio de Madrid, para que represente a este Ayuntamiento ante el tribunal de lo Contencioso Administrativo ante el Consejo de Estado en todos los recursos contencioso administrativos que tenga pendientes de incoar a este Ayuntamiento...”

En algunos casos el reconocimiento de las ayudas a vecinos en situación de pobreza eran reconocidas por el Consistorio. Tal paso en el caso de un vecino de Getxo (Andra Mari o Santa María): “...Se da cuenta de una instancia de D. Juan...., domiciliado en esta localidad parroquia de Santa María, y que tomando en consideración lo que expone, así como su aflictiva situación, enfermo desde hace ya mucho tiempo, sin recursos y sin que pueda ingresar en el Hospital Hospicio del Municipio, y según consta en la certificación facultativa que acompaña a su instancia. Acuerda este Ayuntamiento: Que desde hoy en adelante, hasta que otra cosa no se disponga, se facilite al referido solicitante por vía de socorro domiciliario de los fondos municipales, la cantidad de 22,50 pesetas mensuales, y que solamente se le facilitaran por cuenta de este Ayuntamiento en clase de pobre los medicamentos comunes y ordinarios que necesitare, y no ninguno de los llamados específicos, los cuales en caso de ser necesarios serán por cuenta del referido solicitante, y se ponga este acuerdo en conocimiento del Farmaceútico titular D. Miguel García Salazar para su gobierno...”

A veces la relación del Ayuntamiento con la Banda Municipal no era la apetecida, máxime cuando esta escaseaba de componentes, y los desacuerdos entre el Director de la misma y alguno de sus miembros era notoria: “...Se da cuenta de una instancia de D. Millán Arnuero Director de la Banda de Música de esta Anteiglesia. Y atendiendo al contenido de la misma se colige que existen divergencias entre el referido Director y algunos músicos de las misma, y que nada garantiza que durante el próximo verano pudiera esta prestar un regular servicio, teniendo en cuenta el escaso número de individuos que componen dicha Banda y lo estipulado en el punto 16 del contrato. Acuerda este Ayuntamiento, por unanimidad, se manifieste al expresado Director que a esta Corporación no le conviene seguir con la banda d a partir del día 1 de julio próximo venidero, debiendo la misma cumplir exactamente los estipulado en el contrato hasta del día 30 de junio del presente año...”

A pesar de que el Hospital Hospicio de Algorta ya estaba en funcionamiento, en el pleno municipal del 6 de mayo de 1897, el Contratista de las obras reclamaba que estas fueran reconocidas y recibidas por el Ayuntamiento: “...Se da cuenta de una instancia de D. Manuel Bengoechea, de esta vecindad, solicitando se reconozcan y reciban por la Corporación las obras del Hospital Hospicio Municipal ejecutadas por él en concepto de rematante contratista. Acuerda este Ayuntamiento: Pasar dicha instancia al Director facultativo de dichas obras, para que reconociéndolas detenidamente en unión de la Comisión del ramo del Municipio, emita un dictamen...”

En ese mismo pleno municipal se trataba sobre una calle nueva que el Ayuntamiento de Getxo trataba de abrir en la zona de San Nicolás: “...Se da cuenta del proyecto y presupuesto formado por el Arquitecto Municipal para la construcción de una calle nueva desde frente a la Parroquia de San Nicolás de Bari, con dos transversales que van a parar a la de San Nicolás, cuyo presupuesto incluye la indemnización que debe hacerse a D. Juan Antonio Aldecoa...”

El último asunto que se trataba en el pleno de 6 de mayo de 1897 hacía referencia a la comida que había de servirse a los miembros de las mesas que se iban a formar en la elección de Concejales el día 9 de ese mismo mes: “...Acuerda este Ayuntamiento que la comida para la mesa que ha de constituirse en esta Casa Consistorial, en la elección de Concejales que se celebrará el próximo día 9 de mayo, sea preparada y servida por D. Manuel Eguia, y la de la mesa del segundo Distrito (Casa Hospital) sea servida por Dña. Josefa Uribe de la “Fonda San Ignacio”, ambos según costumbre de los años anteriores...”

La huelga de los trabajadores de las minas era otro de los asuntos que, en este caso, la prensa bilbaína llevaba a sus páginas: “...Esta mañana se declararon en huelga los obreros de las minas el “Morro”, “Malaespina”, “Ollargan” y “San Luis”. Los obreros, en número de 900 próximamente, pretendieron en manifestación penetrar en esta villa. Cuando se encontraban cerca de la estación del ferrocarril Central, cuatro individuos del cuerpo de miñones les cortaron el paso, consiguiendo que no continuaran adelante, como era su objeto. En esta forma permanecieron algunos momentos, acordando nombrar una comisión que visitara al Gobernador Civil y que le expusiera lo que pretendían: la rebaja de dos horas diarias de trabajo. El Gobernador les prometió interesarse por su causa y les aconsejó, se retiraran, a sus respectivas casas. A la mayoría de los obreros no les pareció bien la contestación, y comenzaron a dar voces de ¡adelante! ¡adelante! La fuerza de miñones, estuvo a punto de ser arrollada, y se vio en la precisión de dar algunos culetazos. En vista de esta actitud, los huelguistas, se retiraron hacía los Caños. Por la tarde el conflicto quedó arreglado, al acceder los dueños de las minas a las peticiones de los obreros. En lo sucesivo éstos entrarán al trabajo a las seis de la mañana, en vez de a las cinco y termiran a las seis de la tarde...” (El Nervión del 3 de mayo de 1897).

Una de las costumbres de la época, sobre todo en días festivos, era ver a alguna banda de música, pianos e manubrio y ciegos con guitarras y bandurrias amenizando los espacios festivos. Seguramente algo de eso sucedió en las fiestas organizadas por el “Circulo Algorteño”, que a finales de abril de 1897, en una Junta General, daba posesión a los nuevos cargos elegidos por los socios, quedando como sigue: “...Pedro Larrondo, presidente; Cándido Arrola, vicepresidente; Félix Muguruza, secretario; Juan Libano, tesorero; y como vocales los siguientes señores: Manuel Elustondo, Manuel Aparicio y Luis Bilbao...” Y acordaban celebrar el 4º aniversario de la fundación de la Sociedad con un banquete: “...Que fue servido por Dña. Prudencia Uribe. La fiesta se celebró en el paseo de María Cristina...” (Del Libro de Actas del Circulo Algorteño de los años 1897-1905).

En la próxima entrada de esta serie veremos, como eran las características de la nueva calle que se iba a abrir frente a la Iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta.

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