En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como se trataba sobre la valoración de las obras del Hospital Hospicio de Algorta.
Durante el año 1897, de uno de los diarios bilbaínos que suelo utilizar para recoger acontecimientos de nuestra Anteiglesia, tan solo existen dos publicaciones, una del 14 de abril y la otra del 27 de agosto, por lo que las referencias a Getxo, durante ese año, quedarán limitadas a lo recogido en los plenos municipales y a otro de los diarios, “El Nervión”. Así que durante ese espacio de tiempo, algunas veces, incluiré las noticias de los pueblos periféricos que me parezcan más interesantes.
Una de esas noticias de prensa se refería a nuestros vecinos de Berango, y tenía que ver con un incendio que soló uno de los caseríos de dicho barrio: “...Ha sido pasto de las llamas, en el pueblo de Berango, la casa denominada «Echechubarri», propiedad de D. José Antonio Diez, sin que a pesar de los esfuerzos del vecindario haya sido posible salvar nada, quedando del edificio solamente las paredes...” (El Nervión del 9 de enero de 1897).
Tres día mas tarde era noticia en la prensa una donación del Casino Algorteño para los soldados de Cuba y Filipinas: “...El Casino Algorteño ha entregado a la Asociación de la Cruz Roja 250 pesetas, producto de una velada celebrada en aquel circulo, a beneficio de los soldados de Cuba y Filipinas...” También en la Noble Villa Jarrillera lo iban a hacer para los soldados oriundos de Portugalete. (El Nervión del 12 de enero de 1897).
Durante aquellos días, unas noticas confusas de los prácticos del Abra, hablaban de los de nuestro pueblo, Algorta, al día siguiente una carta de un tal J.B. Belarrinaga, venía a aclarar aquel asunto mediante un remitido: “...Muy señor mío: Suplico a usted publique en su popular diario el adjunto remitido, como aclaración al asunto de los prácticos, del que en sus dos números anteriores, se ha dignado ocuparse. Durante la coche comprendida entre los días 10 y 11, quedaron de servicio en la mar a bordo del vapor «Piloto», los diez prácticos que según costumbre, están constantemente de guardia, pues ese es el número ordenado que ha de quedar de servicio al encender la luz de la Galea. Si durante la noche se embarcan aquellos, cualquiera que sea la hora, ha de regresar el vapor por otros diez, y así sucesivamente tantas cuantas veces falten prácticos a bordo del vapor de guardia...” A continuación aclaraba la confusión de días antes: “...Habiéndose, pues, embarcado el último de los diez ya citados, regresó el «Piloto» a Portugalete a tomar a los que por turco correspondía, y en ese tiempo empleado con toda la rapidez que la maniobra permitía, recalaron algunos buques y sin perjuicio a la actividad de sus compañeros, los prácticos de Algorta, como centinelas avanzados, estimulados por su buena fama y cumpliendo órdenes superiores establecidas por las autoridades de marina, salieron en una lancha, y fuera de turno, siguieron embarcándose hasta la llegada de los prácticos que el vapor «Piloto» conducía desde Portugalete, y sin pérdida de tiempo llegando a la boya de gas. Y conste, que por extraordinarias que sean las circunstancias, esta corporación de prácticos y los señores pilotos mayores, tiene tomadas todas las medidas y si el estado del tiempo lo permite, allí en la mar, día y noche, fiesta o laborable, Navidad ó Viernes" santo, hacen todo cuanto el más exigente puede pedir...” (El Nervión del 13 de enero de 1897).
Al parecer, según decía algún diario bilbaíno, los retrasos de la llegada de los cablegramas afectaba a los negocios de algunos acaudalados negociantes: “...El Cable Ingles.- Suscripta por más de doscientas firmas, entre las que figuran nombres de respetados banqueros, comerciantes, navieros, agentes de bolsa y corredores de cambio, se presentó hace algunos días a la Cámara de Comercio de esta Villa, una solicitud pidiendo el apoyo de esta respetable corporación a fin de que gestione de la empresa inglesa la adopción de medidas para que se active la trasmisión de los cablegramas que se, cruzan por medio del cable inglés, a fin de evitar que el retraso que se observa en tal servicio, siga perjudicando, como hasta el presente sucede, al comercio bilbaíno. De las indagaciones al efecto practicadas resulta que esta plaza utiliza el cable inglés, no solamente para su tráfico con Inglaterra, sino también para trasmitir órdenes de compras, ventas de valores, etcétera, en la capital de Francia. Por término medio, en la trasmisión de cada cablegrama por la indicada vía, se emplea de uno a dos minutos. A la empresa inglesa, le está vedado prestar directamente el servicio de entrega de los despachos al destinatario, por la dichosa intervención que ejerce el gobierno español. La oficina inglesa, situada encima de la española de telégrafos, recibe y manda a este centro por medio de un ascensor colocado al efecto, y con la puntualidad debida, cuantos cablegramas recibe; se ha comprobado que éstos duermen, entre la oficina y el tiempo que el empleado tarda en ponerlo en manos del destinatario, unas dos horas por lo menos...” (El Nervión del 14 de enero de 1897).
En el pleno municipal de Getxo, del 14 de enero de 1897, se trataba a cerca de las aguas sucias, que en el barrio de la Cadena de Algorta, que salían a la carretera: “...Se da cuenta de una comunicación del Comisión Provincial, relativa a las aguas sucias que salen de las casas del barrio de la Cadena a la cuneta de la carretera Provincial. El Ayuntamiento acordaba pasar el asunto a la Junta de Sanidad local...”
Seguía el pleno municipal y en el se trataba, entre otras cosas, sobre las pruebas del trazado del Tranvía Eléctrico entre los barrios de Las Arenas y Algorta: “...Se da cuenta de una instancia de los Directores del Tranvía Eléctrico de Bilbao a Las Arenas y Algorta, relativa a la visita de inspección y reconocimiento de las obras de tracción de dicho tranvía, entre la sección de Las Arenas a Algorta. Se dio cuenta también del oficio comunicado sobre el particular al Arquitecto Municipal, de haber señalado para el día de mañana, 15 de enero de 1897, a las 10 de la mañana, para realizar las pruebas de la línea en dicho trayecto, y que esta Corporación queda invitada a dicho acto...”
Avanza el pleno y en el se trataba sobre una petición de la Dirección del Tranvía Eléctrico, para el embellecimiento de la línea que se iba a inspeccionar: “...Se da cuenta de una instancia de la Dirección del Tranvía Eléctrico, suplicando se les conceda permiso para obtener algunas púas de las ramas de los tamarices, pertenecientes al Municipio, para plantarlas en los terraplenes de Las Arenas a la Avanzada. El Ayuntamiento decidió pasar el asunto a la Comisión de Fomento y Policía para que disponga la clase de pues o ramas que se puede cortar, sin dañar los mismos, para la plantación solicitada...”
En el mismo pleno municipal, del 14 de enero de 1897, se daban por recibidas las obras del Hospital Hospicio de Algorta: “...En vista de la certificación expedida por el Arquitecto Director de las obras del nuevo Hospital Hospicio de Algorta, ejecutadas por el contratista D. Manuel Bengoechea, de acuerdo con lo que se especifica en dicho certificado, acuerda este Ayuntamiento recibir provisionalmente dichas obras...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como, el administrador del Marques de Villarías reclamaba se le abonaran los daños producidos en sus propiedades de la Galea.
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