domingo, 14 de enero de 2024

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -361-

 

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como la prensa bilbaína, el día 15 de diciembre, llevaba a sus portadas una iniciativa de la Diputación Provincial a cerca de la mendicidad.

En uno de los puntos del pleno municipal de Getxo, del 17 de diciembre de 1896, se trataba sobre la escuela de Náutica del Colegio San Bernardo de Algorta, propiedad de la familia del finado D. Juan Dourte: “...Se da cuenta de una instancia de D. Ángel Amuniategui, Director del Colegio de Segunda Enseñanza y de Náutica San Bernardo establecido en el barrio de Algorta. El Ayuntamiento de Guecho, enterado de cuanto se expresa en dicha instancia, abrió una meditada y razonada discusión entre los concejales asistentes, viniendo por último a acordar por unanimidad: Se conteste al referido Director que el Ayuntamiento convino con D. Juan Dourte, dueño de dicho Colegio para la enseñanza de Náutica, con él y después de su muerte con su Sra. Viuda Dña. Francisca Zalduondo, y habiendo fallecido también esta, hace pocos días, los testamentarios y representantes legítimos de la misma, deberán recurrir a la Corporación Municipal con el fin de concretar lo que mejor convenga...”

En el pleno municipal de Getxo, del 17 de diciembre de 1896, se trataba sobre la apertura de tres calles en la zona de San Nicolás: “...Se da cuenta de una instancia, del 27 de noviembre último, de D. Juan Antonio Aldecoa, D. Gabriel Elorriaga, Dña. Juana Oribe, D. Antonio Oriosolo, D. Vicente Larrea y Dña. Salome Zalduondo, propietarios en esta población, en la que fundándose en las razones que exponen y en los sacrificios que proponen, solicitan de esta Corporación se sirva abrir, conforme al plano que presentan, tres calles que partiendo frente de la Iglesia de San Nicolás de Algorta, por entre las propiedades del los Sres. Aldecoa y Oriosolo, termine en la calle San Nicolás...” La Corporación Municipal accedió pasando a la Comisión de Obras y al Arquitecto Municipal para que formaran el oportuno proyecto.

El Ayuntamiento de Getxo, también acordaba en aquel pleno, solicitar de la Diputación de la Provincia una subvención para el Hospital Hospicio de Algorta: “...En seguida acordó el Ayuntamiento autorizar al Sr. Alcalde para que en representación de este Municipio, recurra a la Diputación Provincial solicitando el 20% de subvención que conforme a la circular de aquella autoridad, repartida a los Pueblos en el año 1889, por al que corresponde a este Ayuntamiento con arreglo al presupuesto formado para la construcción del nuevo Hospital, ya terminado, así como para sus mejoras, debiendo tener presente para la pretensión la cantidad que entregó aquella superioridad al efecto en el último año...”

Por aquellos días la viruela afectaba a algunos vecinos del barrio de Las Arenas, haciendo necesario el lavado de ropas de los enfermos, incluso causando fallecimientos en dicho barrio: “...Se abonen 15 pesetas a Dña. Margarita Bilbao por el lavado de ropas de un individuo, que en el barrio de Las Arenas contrajo la viruela. Y a Dn. Ángel Egusquiza y otros, 28 pesetas, por la conducción del cadáver de una mujer, en la noche del 1 del actual, la cual había fallecido de viruela y fue en vida esposa de D. Juan Osta. Mujica Uribarri. A D. Alejandro González, 12 pesetas, por la vigilancia durante tres días y noches de la casa del finado D. Sabas García que falleció de viruela; Así como otras 56 pesetas a D. Hilario Rodríguez por igual vigilancia y gobierno de un forastero, durante 14 días, que cayó enfermo de viruela en la casa de D. Juan Eguia en Las Arenas...”

Uno de los últimos puntos del orden del día, en el pleno del 17 de diciembre de 1896, trataba sobre la fuente de la plaza de San Nicolás: “...Habiendo visto el mal uso que con repetición hacen algunas personas de la fuente próxima al edificio donde se halla establecido el Juzgado Municipal, sin duda por el punto bastante distante de la calle y escondite en que se encuentra. Acuerda este Ayuntamiento se haga desaparecer dicha fuente de la localización en que se encuentra, y colocarla en otro sitio que se creyere más conveniente y de servicio a los vecinos de aquella barriada...” Aquella fuente se encontraba situada en la parte Sur del edificio del Juzgado, y se cambió a la zona Norte de dicho edificio: “...En la que existía una pared con una verja de hierro...”

En aquellas fechas, cercanas al final de año de 1896, la prensa bilbaína recordaba viejas costumbres de nuestros baserritarras: “...La plaza del mercado, como día de Santo Tomás, ha estado extraordinariamente concurrida, abundando en ella las aves. Según tradicional costumbre, y siendo este día para que nuestros campesinos satisfagan las rentas de los caseríos y tierras que llevan en arriendo, numerosos campesinos recorrían esta mañana las calles de la Villa, dirigiéndose a los domicilios de los propietarios, a los que por costumbre suelen obsequiar con sabrosos capones. Después de satisfechas las rentas y entregados los regalos , a los aldeanos se obsequia con abundante comida. En la plaza se vio numerosas especies de fino pescado, besugo y merluza cuyos precios oscilaron entre las 2 y 3 pesetas kilo. Los aldeanos aprovecharon el viaje para hacer las compras para Noche Buena. ¡Había que verles regresar a sus pueblos llevando cargadas las cestas con bacalao, cajas de jalea real y botellas de vinos generosos!...” Otra de las costumbres era la de comprar un calendario de pared, cuyo precio era de 0,30 céntimos de pesetas, los cuales eran impresos en los almacenes de “Hijos de Emiliano Amann” de Bilbao. (El Noticiero Bilbaíno y El Nervión del 21 y 22 de diciembre de 1896).

Aquel día 22 de diciembre, aparecía un anuncio de prensa que recordaba que: “...La Compañía del Cable Submarino, ofrece a la venta su antigua casa de amarre con los terrenos de su propiedad alrededor, sitos en la Avanzada...” (El Nervión del 22 de diciembre de 1896).

Y como si fuera otra costumbre navideña, los bolilleros actuaban para desplumar a los confiados baserritarras, a quienes timaban, al igual que a otros incautos asiduos a la feria de Santo Tomás: “...Los bolilleros estafaron ayer a un aldeano, por el procedimiento de las bolillas, cinco duros, con los cuales huyeron, sin que hasta la fecha hayan sido localizados...” (El Noticiero Bilbaíno del 23 de diciembre de 1896).

En la próxima entrada de esta serie veremos como la Junta de Obras del Puerto de Bilbao pedía se prohibiera extraer arena de la playa de Las Arenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario