jueves, 18 de enero de 2024

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -362-

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como el Ayuntamiento de Getxo acordaba solicitar de la Diputación de la Provincia una subvención para el Hospital Hospicio de Algorta.

Antes de seguir adelante, por orden cronológico, me voy a detener en unos datos, de reciente localización, referidos a la publicación del periódico de instrucción pública “El magisterio Español, referido a Getxo: “...En la Anteiglesia de Guecho encontramos varias fundaciones de enseñanza. La Escuela de niños de Guecho esta instalada en un local deficiente para los 180 niños que tiene matriculados. Desempeña esta escuela D. Valentín Cuartango, que cuanta con 14 años de servicio, ha desempeñado gratuitamente la plaza de escuela de adultos. Tiene la escuela del Sr. Cuartango un auxiliar que percibe por sueldo 750 pesetas anuales. Además de las Escuelas Públicas, apuntadas en la Guía Escolar, hay una escuela de párvulos de fundación, regentada por las Hermanas de San Vicente Paul. Además en el barrio de Las Arenas una escuela de niños y otra de niñas que el Ayuntamiento subvenciona. Existe también en esta Anteiglesia una Escuela de Náutica unida al colegio particular de Deusto. Para los gastos de esta escuela consigna el Ayuntamiento de Guecho una subvención de 5.000 pesetas. En el cuadro superior, en la Guía Escolar de la Provincia podemos ver los datos referidos a un Getxo que ya contaba con 3.686 habitantes...” (El Magisterio Español del 15 de noviembre de 1896).

La prensa madrileña, se refería a nuestra Anteiglesia, lo hacían refiriéndose al Puerto: “...El Puerto de Bilbao: Las obras del puerto de Bilbao son las más importantes en su género de las que hoy se realizan en España. El rompeolas tiene ya la escollera y la infraestructura en una longitud de 1.000 metros, de los 1.450 que ha de tener hasta el morro. La escollera ordinaria, y de bloqueo de defensa exterior está terminada, teniendo por el lado exterior bloques de los mayores, o sea de 50 metros cúbicos, y peso de 100 toneladas, y por el lado interior, bloques de 30 metros cúbicos y 60 toneladas. En el contramuelle hay terminado un murallón de 520 metros de largo, que une a la carretera de Algorta con el arranque del contramuelle. El emplazamiento de los morros del rompeolas y del contramuelle están señalizados por dos boyas luminosas, y entre ellas pasan ya los buques que entran y salen...” (Madrid Científico, publicación número 139 de diciembre de 1896).

Llegaban las navidades de 1896, y con ellas la Compañía del Tranvía Eléctrico de Bilbao a Las Arenas y Algorta, establecía sus horarios para el día 23 de diciembre, lo cual anunciaba en la prensa bilbaína: “...La Compañía del Tranvía Eléctrico de Bilbao a Las Arenas y Algorta, informa que en su línea de Las Arenas, la última salida de Bilbao para Algorta será a las siete de la noche...” (El Noticiero Bilbaíno del 23 de diciembre de 1896). Lo cual llevaba a unir esta noticia con otra referida a este tranvía eléctrico, publicada en un medio madrileño: “...Tracción Eléctrica: Para dar una idea de la importancia que ha adquirido la tracción eléctrica en Europa estos últimos años, y dejando a un lado las exageradas proporciones que en América ha afectado, por no corresponder al carácter de reflexión y madurez propia del continente europeo, haremos constar que hay establecidos en Europa 1.500 kilómetros de vías eléctricas. Me permitiréis que mencione, los construidos en su mayoría por la Compañía general de electricidad en Berlín, el de Bilbao a las Arenas y Algorta, cuyo recorrido es de 1 kilómetro. Siguen luego por orden de importancia en este sentido: Francia, Inglaterra, Italia, Austria-Hungría, Suiza, y Bélgica...” (Madrid Científico, publicación número 150 de diciembre de 1896). Obviamente se estaban refiriendo a los medios por tracción eléctrica construidos por esa compañía en Europa.

En la prensa bilbaína, al comenzar las navidades de 1896, se entremezclaban las costumbre tradicionales con las religiosas, hablado de ella como: “...La fiesta de la familia o la historia más grandiosa que registra la historia de la humanidad...” (El Noticiero Bilbaíno del 24 de diciembre de 1896). Pero en la realidad, y en los diarios bilbaínos, era tratada como una fiesta del consumo y la opulencia: “...En la plaza del Mercado ha habido gran animación, mañana es el día en que la mayoría de las personas cenan copiosamente. La coliflor, los caracoles y el besugo se han vendido al precio que han deseado sus vendedores. !No decimos nada de la fruta, las manzanas las hemos visto pagar a 14 reales, era magnificas para la clásica “Compota”!...” Por ese motivo festivo el tranvía urbano paraba su actividad el día 24 de diciembre: “...Desde las seis de la tarde hasta las nueve y media del día 25...” (El Nervión del 23 y 24 de diciembre de 1896). y de mientras, aquí en casa, el ejecutivo municipal de Getxo continuaba con sus viejas tradiciones religiosas, que eran recogidas en el libro de actas del 24 de diciembre de 1896: “...Acuerda este Ayuntamiento que en los días 25 del corriente, y en los días 1 y 6 de enero, concurra en Corporación el Ayuntamiento a la misa mayor que se celebrará en la Iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta...”

Continuaba el pleno con asuntos más mundanos, esta vez se trataba de una solicitud de la Junta de Obras del Puerto: “...Se da cuenta de una comunicación de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao, solicitando se prohíba, por los perjuicios que causa, la extracción de arena en la playa de Las Arenas junto a las casas allí edificadas. En su vista el Ayuntamiento acordó, se manifieste a dicha Junta que el Ayuntamiento carece de facultades para prohibir la extracción de arena, cuya disposición corresponde a la Comandancia de Marina de esta Provincia, y si bien esta prohibida la extracción el la playa de Algorta es con acuerdo y orden de la expresada autoridad de Marina...” A partir de 1877 comenzaba el crecimiento urbano de Getxo que alcanzaría su máximo apogeo a comienzos del Siglo XX, Getxo a comienzos de 1900 contaba con 5.442 habitantes. Las Arenas, hasta entonces, lugar de veraneo con casas cerradas el resto del año, comienza a poblarse para lo que se hacía necesaria la utilización de aquellas arenas para la edificación, sobre todo a raíz de la llegada del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas y Algorta (1887-1893), esto unido a otras obras y comunicaciones, propiciaría un rápido relanzamiento de la construcción en la zona de Las Arenas y Santa Ana.

Seguramente, aquel aumento de población provocara que nuestros serenos gastaran con mayor rapidez su calzado, y en el pleno del 24 de diciembre de 1896 se planteará: “...Que los individuos de vigilancia nocturna o serenos, de esta localidad, solicitaran nuevos calzados. El Ayuntamiento de Guecho acordaba proporcionar un par de zapatos o borceguies (Calzado de cuero, acordonado, de caña que sube más allá del tobillo, de origen morisco) a cada miembro de dicho cuerpo. Quedando previamente autorizado el Alcalde para convenir previamente con el zapatero D. Saturnino Azcorra su confección, que fue quien realizó la última vez el calzado para dichos serenos...”

En la próxima entrada de esta serie veremos como el Consistorio se debatía entre los socorros a los más pobres o la suspensión de dichas ayudas, con la entrada en funcionamiento del Hospital Hospicio de Algorta.

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