Muchos fueron los vecinos de la Villa de D. Diego que primero por veraneo, y más tarde por la belleza y comodidad que ofrecían nuestros barrios y playas, se asentaron en la Anteiglesia de Getxo. Uno de ellos fue José Antonio Oscar Rochelt Palme (Oscar Rochelt, a quien así llamare en este relato).
La familia Rochlet, Francisco de Rochelt Oberlivich y su esposa Ana Rosina Gotscher, llega a Bilbao junto a sus hijos José y Antonio. Sus padres eran miembros de una familia de la lejana Bohemia (Austria), aunque sus retoños nacieron en Hayda (Praga).
Tras su llegada a Bilbao, el mayor de sus hijos, José, se casa con Celestina Palme Armingaud, de este matrimonio que tuvo una amplia prole, nacerá la saga de nuestro protagonista. De cuyo hijo Ricardo Rochelt Palme, tras contraer matrimonio con María Josefa Palme Maruri, nacerá el autor del libro “El Alcalde de Tangora”, Oscar Rochelt Palme (1865-1947).
Este polifacético artista, Oscar Rochelt Palme, nació el 11 de mayo de 1865 en la “Calle del Correo” de Bilbao. Fue bautizado en la Iglesia del Señor Santiago del Casco Viejo bilbaíno.
Nuestro protagonista (Oscar), cuya familia estuvo asentada en la Villa desde el Siglo XVIII, estuvo formada industriales y financiaros, que formaron un amplio muestrario de artistas (escritores, músicos y pintores).
Sobre su historial académico, decir que realizó su bachillerato en el “Instituto Vizcaíno”, el cual se había abierto en 1854. Este centro tuvo dos periodos, en el primero funcionó como colegio de carácter privado (1846-1847), y en el segundo como colegio público e Instituto Provincial de 1ª clase (a partir de Julio de 1847).
Curso la carrera de Derecho en Madrid, tras su graduación, se incorpora al mundo de los negocios: Su padre comenzó importando estaño de Londres, más tarde, fundo en Deusto la empresa “Ricardo Rochelt e Hijos” (1896). Oscar ocupó altos cargos en diversas sociedades Bizkainas: Sociedad de Créditos Vascos, de la que fue socio fundador y director; Basconia y del Banco de Comercio, del que fue consejero.
En 1898 contrajo matrimonio con María Concepción de Smith Ybarra, a la sazón hermana del arquitecto Manuel María Smith. Este matrimonio no tuvo descendencia.
Oscar fue amigo de juventud de Unamuno, con quien compartió mesa en un homenaje al novelista catalán D. Narcirso Oller, en Gernika, el 11 de julio de 1893 (Diario “El Nervión 12 de julio de 1893).
Según el censo electoral de 1901, D. Oscar Rochelt Palme, a la edad de 35 años, vivía en el nº 7 de la calle Viuda de Epalza de Bilbao, junto a sus hermanos Mario y Ricardo. (Censo electoral de 1901).
En ese año, 1901, los hermanos Rochelt, Oscar y Mario solicitaban, al Ayuntamiento de Getxo, permiso para la construcción de dos casa unifamiliares, en la calle Bajada de Ereaga nº 9 de Algorta. La vivienda tenían dos plantas y sotano, el proyecto lo firmaba D. Fidel Iturria. Aquellas casas que iban a edificar en un terreno de su propiedad, estaban situadas entre las propiedades de los Srs. Bengoa, Pinedo y Suárez. La edificación se terminó el día 26 de junio de 1903. (Expediente: Nº Registro 24269, Signatura 2384009 A.M.G.). Sin embargo hasta 1931, no aparecerán sus dados de alta en el censo de Getxo, los cuales se registraban en la calle Bajada de Erega nº 9 de Algorta, en el que figuraba Oscar como de profesión negociante. (Censo Electotal de 1931).
Enamorado de las artes, fue un notable violinista, que dominó otras disciplinas como la escritura y las artes escénicas. Empezó escribiendo en “La Unión Vasco-Navarra”, de la sociedad “Euskal Erria” y en la revista “El Boceto”. El Boceto fue una publicación creada por Óscar Rochelt, Nicolás Viar y otros jóvenes estudiantes del Instituto Vizcaíno, cuyos primeros números aparecieron de puño y letra de los propios autores, en dicha revista se podía ver un dibujo de “La fuente de Santiago” de Bilbao. (Revista “Boceto”, Nº 8 del 27 de Mayo de 1883).
Una de sus colaboraciones literarias, aparecía en la “Revista Bilbaína Ilustrada” de septiembre de 1900, con el título “Del Ómnibus al Automóvil”, que se vendía al precio de dos pesetas. Revista que contó con las plumas de Adela Erasu, Antonio de Arluciaga, Juan José de Lecanda, Francisco de Iturribarria, Nicanor de Zuricalday y Emiliano de Arriaga.
Se le consideraba, junto a Nicolás Viar, uno de los creadores del teatro nacionalista vasco. En colaboración con éste último escribió las comedias: “La marcha de las antorchas” (1896), obra representada en la Sociedad bilbaína “Euzkadun Biltokija” el 2 de febrero de 1897, acto en el que el público pidió con aplausos que acudieran Oscar Rochelt y Nicolas Viar al escenario (Diario “El Nervión” 3 de febrero 1897). Obra que volvió a ser representada en el teatro Arriaga, con motivo del segundo aniversario de la reapertura de los locales de “Juventud Vasca” de Bilbao, el día 19 de marzo de 1909 (Diario “El Nervión” 18 de marzo de 1909).
Otra de sus obras fue: “Euterpe Fúlgida”, de 1897, la cual tiene XV actos, que se representaba en el interior de una peluquería.
Fue un articulista asiduo de la revista de ciencias, bellas artes y letras, “Euzkadi”, desde su segundo número de julio de 1905, en la que publicó un artículo bajo el titulo “El Alcalde de Tangora”, el cual incluía grabados, que más tarde formarían parte de su libro en 1910. En uno de aquellos grabados, obra de su hermano Juan Rochelt, incluía una estampa del malecón del Puerto.
En un artículo, de octubre de 1905, decía al referirse a la aldea que denominaba “Tangora”: “...Principiando por el principio, al hablar de esta famosa villa costeña, y tocante a su nombre, ha de declararse aquí que en una polémica bastante enzarzada que hubo en la prensa de Laibar, llegaron a escribir quienes se tenían por versados en el idioma del país, que Tangora podía ser transformación de Ota-n-gora, la altura del argomal, o de Ota-n-g-uria, el poblado del argomal. Alargaban o restringían los polemistas el significado y valor del gora, pero todos se acordaban en que la, por elisión de la ó inicial, claramente designaba, según podía verse todavía sobre el terreno, la condición de argomal que había tenido el otero en que el pueblo se había ido labrando...” (Revista “Euzkadi” de Ciencias, Bellas Artes y Letras. Octubre de 1905).
Autor de la novela “El alcalde de Tangora” (1910), de esta novela publicaba la revista “El Nervión” en su edición ilustrada, en abril de ese año, un grabado de su primo Juan Rochelt, recientemente fallecido. Sobre esta obra, un tal P. de Mugica, en la revista “El Lenguaje” de la Villa y Corte, a quien no gustaban algunas de las ideas del escritor Bizkaiano, sobre todo las expresadas en Euskera, decía: “...Rochelt es buen artista. La novela reducida a la mitad, sería excelente, es una novela provinciana. Lo escrito en vascuence, debiera llevar abajo la nota en “cristiano”...” (Revista “El Lenguaje” 1 de abril de 1914).
Este artículo tuvo su contestación en el diario “Euzkadi”, la firmaba J.J. de Lekanda, decía el articulista mencionado: “...Aquí, en Algorta, donde esto escribo, la Literatura nos ha dado a “El Alcalde de Tangora” de mí amigo Oscar Röchelt, y para la historia contemporánea comienza a esbozarse la figura del alcalde de Getxo, D. José Antonio Agirre. Desde el punto en que el autor de “ El Alca de de Tangora” sitúa a su personaje hasta el tiempo en que el señor Agirre ha venido a presidir el Municipio de Getxo, ha transcurrido un período relativamente corto en relación a la vida de un pueblo. Si algún Municipio se ha desarrollado, se ha desenvuelto y ha cambiado de fisonomía, de estructura y de vida edilicias en pocos años, seguramente Getxo uno de los primeros.
Para apreciar justamente esto hay un medio, empaparse en la lectura de “El Alcalde de Tangora”, parando la atención en el teatro y los personales de su época y examinar luego el Getxo de D. José Antonio Agirre...” (Euzkadi 19 de agosto de 1931).
Al referirse a este título decía “El Noticiero Bilbaíno”: “...Nuestro estimado amigo y convecino D. Oscar Rochelt, acaba de publicar una obra titulada “El alcalde de Tangora”, escrita sobre tipos y costumbres del País Vasco, que a manera de prólogo lleva una carta de D. J. M, Pereda, en la que haciendo grandes elogios de las aptitudes literarias del Sr. Rochelt. animaba a éste a publicar la referida obra. En esa carta recuerda como obras de verdadero privilegio del autor de “El alcalde de Tangora”, los artículos “Trueba” y “Las Rodilleras” que, entre otros, publicó “El Noticiero Bilbaíno”. La obra, esmeradamente impresa cuenta con dibujos del malogrado artista Juan Rochelt. Se halla a la venta en las librerías “Eléxpuru Hnos” en la calle del Banco de España, y en “Emperaile” en calle de la Cruz...” (El Noticiero Bilbaíno 8 de abril de 1910).
Escribió obras como: “Malvina”, comedia en tres actos que se estrenó en el bilbaíno teatro Campos Elíseos, esta obra impactó en la sociedad bilbaína, sobre ella escribieron los diferentes diarios de la época. Antes de su estreno el diario “La Tarde” decía: “...La Sociedad Coral pondrá en escena la obra “Maldiva”, del l2 al 19 del corriente. Entre las distinguidas familias que acudirán el próximo jueves al estreno de la comedia de costumbres bilbaínas “Malvina” recordamos a las de Sota, Núñez, marqués de Chávarrí, viuda de Víctor Chávarri, Urígüen, Oxangoti, marqués de Tola, Saracho, González, Uruñuela, Leal, Tutor, Arrióla, Anitua y otras...” (La Tarde 9 de febrero de 1914). El día 12 de febrero, el diario “La Tarde” ofrecía en sus paginas parte del libreto de la obra, sobre la misma decían: “...Comedia de costumbres bílbaínas original de nuestro distinguido convecino D. Oscar Rochelt. A la amabilidad del Sr. Rochelt y de la Junta directiva de la Sociedad Coral, debemos el honor de poder ofrecer a nuestros lectores dos trozos de distintas escenas de la preciosa comedia que se estrenará mañana, jueves, en el Teatro de los Campos Elíseos...” Sobre el estreno de la obra, que se produjo el día 12 de febrero de 1914, decía la rotativa del diario “La Tarde, del 13 de febrero: “...Con una concurrencia, que ocupaba todas las localidades, se estrenó ayer “Maldiva” en el Teatro Campos Elíseos. Solo los devotos podrán apreciar en toda su intensidad y en toda su hondura la obra, las ingeniosidades en en los giros, a veces un poco atrabiliarios, de la vieja sintaxis bilbaína. !Cuantos sentirán plenamente toda la sensación del Bilbao viejo, anterior al Sitio de Bilbao! Justo es decir, que Oscar Rochelt ha realizado una reconstrucción exactissima de aquel ambiente...”
Quizá la impresión, más acertada, de lo que la obra trataba de transmitir, la daba el mismo diario el 14 de febrero: “...Malvina es un recuerdo de familia. Es como si nuestro abuelo nos contara con su viejo léxico las costumbres caseras de sus mocedades. Para Malvina hay dos públicos. El público que asistió a aquel ocaso de primitivismo, le debe gustar como algo de sus años floridos; el bilbainismo de ahora, tan modernizado, siente el encanto de las escenas de entonces, de sus abuelos, trasladadas al teatro...”
El 12 de febrero de 1914 decían en el diario “Euzkadi”: “...Esta noche tendrá lugar en el teatro de los Campos Eliseos la primera función de abono de la serie de veladas teatrales organizada por la Sociedad Coral de Bilbao. Como ya ha anunciado la Prensa local, se estrenará la comedia de costumbres bilbaína, en tres actos, original del distinguido escritor D. Oscar Röchelt, titulada Malvina. La acción se desarrolla en Bilbao, a mediados del siglo XIX. Dada la buena impresión que de la obra ha circulado y que consideramos justísima, atendiendo la legítima reputación literaria del Sr. Röchelt, no es aventurado augurar que el teatro de los Campos Elíseos ofrecerá esta noche el aspecto de las grandes solemnidades...” (Euzkadi 12 de febrero de 1914).
Otros libros de D. Oscar Rochelt fueron: “Un paseo por Las Arenas y Algorta” (1915), y la novela “Las tres rosas de Laibar”, que recreaba el Bilbao del Siglo XIV, que realizó junto a Manuel Lecanda.
Colaboró también en algunos diarios Bilbainos como: “La Tarde”, que se empezó a editar el 1 de enero de 1914 (Diario “Euzkadi” 29 de diciembre de 1913).
Oscar Rochelt fue un hombre de gran nivel cultural y prosa fácil, por lo que fue muchas veces demandado para pronunciar conferencias, como la que realizó en la “Biblioteca Bilbaína de Buena Lectura”: “...Nos honramos hoy publicando el final de la conferencia que ayer leyó en la Biblioteca el brillante escritor D. Oscar Rochelt, a cerca de “La lectura y la conversación”...” (Diario “Euzkadi” 10 de febrero de 1917).
En 1919 fue elegido para editar las obras del poeta y sacerdote vasco Iturribarria: “...La Junta de Cultura Vasca ha designado a sus vocales los señores D. Oscar Röchelt y D. Tomás de Etxebarría para que, en unión de D. Pedro de Egilior, se ocupen de cuanto atañe a la edición de las obras del que fue poeta y sacerdote Sr. Ituribarria...” (Diario “Euzkadi”22 de enero de 1919).
El año 1927 iba a ser un año fecundo para Oscar Rochelt, en cuanto a su participación en diversos acontecimientos: “...Para perpetuar la memoria de aquel bilbaíno de singular personalidad que fue Adolfo Guiard, se prepara la erección de un artístico y sencillo recuerdo en piedra, que se emplazará, mediante el beneplácito de nuestro ilustre Ayuntamiento, en el Parque...” En Bilbao se iba a construir el nuevo Patronato de Bibliotecas y Biblioteca Ambulante, del que iba a ser tesorero Oscar Rochelt. (Diario “Euzkadi” 29 de enero y 11 de febrero de 1927). El 31 de enero de 1927, el Ayuntamiento de Bilbao acordaba: “...Nombrar a varios vecinos, entre ellos Óscar Rochelt, como vocales vecinos para constituir la Junta de Patronato de las Bibliotecas Municipales...” (Libro de actas del Ayuntamiento de Bilbao. Codigo de referencia ES 48020-AMB-BUA-378021).
Oscar Rochelt participo en la suscripción que se hizo en Bilbao para erigir un monumento a Adolfo Guiard, quien fuera su maestro, junto a otros prestigiosos bilbaínos. (Diario “Euzkadi” 12 de febrero de 1927). También participaría como donante, en otras obras de la Villa de Don Diego, y de carácter benéfico en Gorliz: Monumento al Sagrado Corazón y Sanatorio Marítimo. (Diario “Euzkadi” 11 de octubre de 1924).
Como decía anteriormente la carrera de derecho la realizó en Madrid, junto a Nicolás de Viar a quien le unía una estrecha amistad, este último recordando sus andanzas al finalizar sus estudios, en un publicado en el diario “Euzkadi” dedicado a Adolfo Guiard decía: “...Era allá, por la primavera de mil ochocientos ochenta y siete. Adolfo Guiard había venido poco antes de París, poniendo su estudio en el quinto piso de la casa nº 6 de la calle del Correo. Oscar Röchelt y yo habíamos terminado nuestros estudios de Derecho en la Universidad de Madrid y, muchachos aún, no nos sentíamos con disposiciones bastantes para ponernos seguidamente a actuar de abogados. Un día del otoño de mil ochocientos ochenta y seis, y en uno de nuestros cotidianos paseos de mediodía, el amigo Rochelt me propuso ir a trabajar al estudio de Adolfo. Ya anteriormente habíamos recibido lecciones de Mengs, de Duñabeitia y de Lecuona. -¿Te animas?- me preguntó Oscar -Desde luego- le contesté yo. Y allá nos fuimos los dos, dispuestos a recibir las lecciones del artista, que recién llegado de París, venía completamente saturado de impresionismo. Las lecciones no fueron las meras de un maestro que se limita a corregir los defectos que observa en el trabajo del discípulo; eran charlas de arte, de crítica, de literatura y hasta de toreo...” (Diario “Euzkadi” 29 de mayo de 1927).
En referencia a su libro “El Alcalde de Tangora”, en la sección de “Bilbao al Abra” del diario “Euzkadi”, escribía un artículo J.J. de Lekanda, desde Algorta: “...No ha dejado de manifestarse, en la literatura y en la historia, de vez en vez, alguna personalidad interesante. En la literatura, el insigne dramaturgo Calderón de la Barca, hizo célebre el nombre de Pedro de Crespo, en su obra escénica “El Alcalde de Zalamea”. Aquí, en Algorta, donde esto escribo, la literatura nos ha dado a “El Alcalde de Tangora” de mí amigo Oscar Röchelt...” (Diario “Euzkadi” del 19 de agosto de 1931)
Hombre de profundas creencias religiosas, en julio de 1931, firmaba un escrito dirigido al Presidente de la República Española: “...Protestando por la expulsión del prelado monseñor Muxika...” (Diario “Euzkadi” 17 de julio de 1931). Era, por entonces, habitual verle en acompañamientos a fallecidos en nuestra Anteiglesia, como en el caso de Dña. Laura Sagarminaga y Arana de Smith: “...El cual se verifico desde la Avenida Basagoiti, nº 21, casa “Albegi”, hasta la Cadena, para su traslado al cementerio de Algorta (Campa del Muerto). Cuya marcha presidían, entre otros, sus hermanos políticos D. Manuel, D. Ramón, D. Ignacio y D. Alejandro Smith, D. Enrique Epalza, D. Leandro Amezaga y D. Oscar Röchelt...” (Diario “Euzkadi” 6 de agosto de 1931).
Destacó también en el plano caritativo, ayudando a familias que habían pasado por el trace de perder a sus seres queridos en un naufragio, donación recogida en el “Centro Vasco” de Bilbao (Diario “El Nervión” 16 de julio de 1908). Colaboró como donante, al sostenimiento de la Colonia Escolar de Cardeñajimeno en Burgos. (Diario “El Nervión” 2 de julio de 1936). Sobre dicha colonia ya hable en mi entrada del lunes 7 de noviembre del 2016.
Oscar Rochlet, del que se podía afirmar era un dandy, por su manera de vestir, era hombre de costumbres arraigadas, cuentan sus descendientes, Pablo Garamendi y Oscar Lecanda: “...Casi todos los días, acompañado de su hermano Ricardo y su cuñado Daniel Lecanda, realizaban un matutino paseo, con las manos tras la espalda, hablando sobre temas relacionados con la literatura, y casi cómo si se tratara a de su libro “Un paseo por Las Arenas y Algorta” (1915), recorrían junto a la orilla del mar ese trayecto...” Otra de sus costumbres, según cuentan esos mismos allegados, ciertamente curiosa: “...La cual provenía de un abate dedicado a las medicinas naturalistas, consistía por andar la mañana descalzo sobre la escarcha, en la creencia que ese hábito prevenía el resfriado...”
Antes de terminar esta entrada sobre la familia de nuestro protagonista Oscar Rochelt Palme, la cual también abarca a los Rochelt, Amann y Maruri, me parece de interés incluir una parte de un manuscrito, por referirse a la vida en nuestra Anteiglesia de esta familia, en ese legajo firmado por M. Amann, nos hablaba sobre las casas que esta numerosa familia tuvo en nuestra Anteiglesia.
Decía en ese manuscrito firmado en la fiesta de Pentecostés de 1.960, el cual titulaba “Una Casa de Veraneo en Algorta 1.860-1960”: “...Este 1960 cumple su Centenario una finca de veraneo establecida en el barrio de Algorta (Guecho), de antiguo conocida por el Palacio de Palme. (Esta casa fue la segunda de esta misma condición, ya que la primera se edificó por D. Romualdo Arellano, en el año 1.858, en la calle que pocos años después se llamó del Duque de Tetuán (hoy Avenida de Basagoiti).
Las tres hermanas Palme, acordaron construir en el alto de Alangos (Algorta), junto a la casería “Chisquiena” nº 3, cerca del Camino Real, y con acceso por el camino de Comporte, la “Casa de Verano”, que este año de 1.960 celebra su centenario. Este apellido Palme (Palmer en su origen) se extinguió en España, siendo su último representante Dña. María Palme, Vda. de Arellano, ilustre feligresa de San Nicolás de Bari de Bilbao, destacada protectora de distintas obras benéficas.
La casa fue construida con las características propias de las clásicas de Algorta, constaba de piso bajo y dos plantas, muros gruesos de mampostería, ventanas cuadradas pequeñas, balcones corridos en su fachada principal, destacando sobre sus frentes encalados, sus ángulos, cornisas, fajas y ménsulas de balcones, de piedra arenisca labrada, y asomando gallardo sobro el tejado a cuatro aguas, el atrevido “choritoqui”, que al tiempo de iluminar el desván del edificio, permite otear sin obstáculos el horizonte sobre el mar.
El “Palacio de Palme” de planta rectangular, disponía de dos viviendas en las que se turnaban el corto veraneo las familias propietarias, quedando desocupado el resto del año. La distribución interior es la clásica; un pasillo central con los dormitorios a uno y otro lado y el comedor y cocina dando al Norte, buscando el aire fresco, y en la fachada principal mirando al mediodía, el gran salón de visitas con sus tres puertas de acceso al amplio balcón, por cuyos antepechos de hierro se enrosca atrevida una frondosa glicina que florece siempre en Mayo, aún antes de brotar la hoja, en graciosos racimos de menudas florecillas, de un tinte suave entre azul y violeta.
La planta baja del edificio merece párrafo aparte: Al fondo, en la fachada norte quedan las cuadras, con entrada independiente, luego dos pequeñas habitaciones para guarda de equipajes y el resto es un amplio espacio con grandes losas de piedra, que da paso a las escaleras, que por cierto, despide un aroma “sui géneris” a madera recién fregada. Ese espacio era era el portalón, con su puerta maciza cerrada por fuerte tranca, y en parte, un banco corrido a lo largo de sus muros. En él se danzaron muchos “lanceros” y “rigodones”, se jugó a las prendas y se conjugó en amores. El “Puñal del Godo” se representó en improvisado escenario, más de una vez, y el guiñol de los “Mancandas” con sus obras de tramoya y magia, llevó siempre la alegría, tanto a chicos como a grandes.
La finca, tras varias transmisiones y alguna donación, dentro siempre de los descendientes de de la familia Palme, es hoy día propiedad de la Vda. de D. Juan José Rochelt Amann, artista pintor notable, discípulo del gran Regoyos, que aún hace pocos años la reformó sin perder su silueta el carácter algorteño...” (Repositorio Digital de la Biblioteca Foral de Bizkaia. José Isaac Amann [Manuscrito] : 1851-1925 / Enrique M. Amann).
La muerte le sobrevino a Oscar Rochelt, un día que tras una caída, a la altura del Casino de Algorta, se sintió indispuesto. Un viejo conocido de estas paginas, “Marino Gutiérrez Llantada” (6/12/2012), le auxilió acompañándole hasta su casa. Oscar Rochelt Palme falleció en Algorta el 31 de agosto de 1947, siendo enterrado en el cementerio de Derio.
Deseo mostrar mi agradecimiento a la familia Garamendi-Lecanda y al Euskal Museoa-Bilbao-Museo Vasco por permitirme utilizar sus fondos fotográficos para esta entrada.
Esto es una joya que intentaré guardarlo como oro en paño. Eskerrik asko Karla
ResponderEliminarMuy interesante, es nuestra historia, mas proxima
ResponderEliminarGracias, Cesar EStornes
Siempre interesante oir historias de parientes. Por cierto la casa de palme se llama barbarakobarri.Las fiestas que organizaban en ella los jovenes bilbainos que veraneaban en algorta se conocían como Barbara cadas
ResponderEliminar