domingo, 28 de marzo de 2021

ECHEVARRÍA, UN PORTERO DE ALANGO

 


Es complicado realizar una entrada cuando ya se ha hecho una biografía por parte de un familiar, máxime cuando se trata de un personaje deportivo de uno de nuestros barrios, Alango, cosa en la que reconozco no estar muy ducho. De él, decía Carlos Aiestaran  en la introducción de su libro “Echevarría, Guardameta del Athletic Club 1938-1942:” “…Fue el relevo bélico y generacional de Blasco en la portería de Athletic Club…”

 

En esta entrada intentaré recrear cómo fue su infancia y juventud, el ambiente que se respiraba en aquellos días y, fundamentalmente, su vida deportiva.

 

Tras una pequeña referencia a Gregorio Blasco, portero al que se refería Aiestaran, guardameta mítico que le precedió y que fue ininterrumpidamente defensor de la portería del Athletic Club desde la temporada 1926-27 hasta la 1935-36, comenzaré con un pequeño semblante del guardameta del barrio de Alango, no sin antes decir, como nos recuerda el autor del libro: “…Que la vida deportiva de Echevarría comienza con la entrada de las tropas nacionales en Bilbao y finaliza hacia mediados de la II Guerra Mundial…”.

 

José María Echevarría Ayestarán nació en la calle Alangoeta (Alango) el 30 de octubre de 1920. Recibió sus aguas bautismales en la iglesia san Nicolás de Bari de Algorta, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por el bermeotarra Hilario Echevarría Goitia y la algortarra Eugenia Ayestarán  y Arrieta.

 


Parece que este barrio es una auténtica cantera para el Athletic, ya que varios de sus jugadores de Algorta pertenecieron a él, y que sin decir como afirmaba D. Juan Gorostiaga, que era un barrio de Alanos, lo que sí es seguro es que fue un promontorio de grandes deportistas: Fernando González Valenciaga, Nando, Manuel Martínez Canales, Manolín, dos de los medios volantes del Athletic Club de los años 40 y 50 respectivamente, y el delantero Javier Ormaza Garay, del caserío Santuko, quién tras jugar en el Club Deportivo Guecho durante el periodo 1963-1965, militó en las filas del Atlético de Bilbao (por imperativo legal tuvo que cambiarse la denominación del Club en el año 1941, siendo anulada la Orden Gubernativa el año 1972) en el periodo 1965-1969.

 

La mayor parte de los acontecimientos de su infancia (Primera Comunión, estudios, etc.) se desarrollaron alrededor de esa zona, en torno a san Ignacio, campas que fueron escenario de los juegos de varias generaciones de jovenzuelos de la zona, en las que muchos de ellos rompieron infinidad de alpargatas. Ya desde sus inicios jugaría en el que iba a ser su puesto en la vida deportiva (portero). El primer equipo en el que jugó, a los siete años, fue el de la escuela de san Ignacio. La campa de aquella iglesia vio cómo Echevarría daba sus primeros empellones a un balón. Continuó jugando en el puesto de cancerbero en varios campos, en los que participó en competiciones contra otros equipos cercanos, entre ellos los de las escuelas de Romo, Lamiaco  y La Plaza de Algorta. Con un pundonor que le valdría el que fuera su apodo algorteño Pellejoduro (más tarde tras su integración en las filas del Athletic Club, sus compañeros siempre le conocieron como Echeva).

 


Echevarría comenzó su carrera deportiva en 1933, jugando en el campo de Fadura, en el que pasó a ser reserva del Club Deportivo Guecho en 1934.

 

En 1935, con tan solo 15 años participó en un torneo: “…Con el equipo de Acción Católica de san Ignacio, en el que entre otros equipos compitieron (Agustinos de Portugalete, el Patronato de Sestao, la Catequesis de Santurce, Acción Católica de las Arenas, Acción Católica de Erandio y los Diablos Azules de Lamiaco…”  Con él, los del San Ignacio conquistaron la tercera plaza. Del equipo de Acción Católica de San Ignacio pasó a ser portero titular del Sociedad Deportiva Neguri en la categoría de juveniles en 1936.

 


Con la guerra aún rugiendo en otros frentes del estado, tras ser ocupada Vizcaya por los llamados nacionales, y para contextualizar el ambiente de represión de la época en que se desarrollaron aquellos encuentros infantiles, incluiré algunos datos:

Comenzando con las requisitorias, alguna de ellas con vecinos de Las Arenas, el diario La Gaceta del Norte publicaba lo siguiente en su edición del 21 de noviembre de 1937: “…El Auditor de Guerra del ejército de Ocupación, llama, cita y emplaza de inmediata comparecencia ante este juzgado en el chalet de Escauriaza a Rafael de Vierna y Arana y a Dña. Victoriana Fernández, vecinos de Las Arenas…”. Había otros emplazados pero no son tema de esta entrada.

En aquel ambiente el Athletic Club organizó un torneo amateur en noviembre del año 1937, con objeto de recomponer el equipo.

Aunque por lo que se podía leer en la prensa local más parecía que de lo que se trataba era confrontar con los partidos que el primer equipo estaba jugando fuera de la España Nacional, ya que en La Gaceta del (27 noviembre 1937) se escribió entre otras joyas literarias que: “…Los rojillos como no pueden organizar partidos internacionales creen que tampoco van a tener que jugar en la España Nacional. Desgraciadamente tampoco pueden jugar partidos oficiales representativos los futbolistas leales…”

 


De aquel torneo amateur daba cuenta la prensa adicta al Movimiento, y en concreto, en La Gaceta del Norte, entonces en manos de Falange Española de las JONS, se escribía el día 7 de noviembre de 1937 que: “…El Athletic Club de Bilbao prepara el torneo infantil de foot-ball (Campeonato de Vizcaya)…”. El plazo de inscripción terminaba el 15 de aquel mismo mes. El día 17 de noviembre se anunciaba en el mismo diario: “…El torneo infantil organizado por el Athletic ha reunido a 39 equipos…”. Entre aquellos equipos estaban el SEU de Guecho  y otro local, el Arenas infantil.

 

En el torneo sólo podían participar equipos de la provincia, y debían estar formados por jugadores mayores de quince años y menores de diecinueve. Echevarría junto a otros amigos formaron un equipo y se inscribieron en el torneo. No disponían de equipaje para competir por lo que acudieron al presidente del Club Deportivo Guecho quién les suministró el equipo necesario, por lo que decidieron participar con el nombre de Guecho: “…No obstante, según narra en su libro Carlos Aiestaran, ya asentadas las nuevas autoridades municipales, fieles al régimen, no les permitieron la inscripción independiente y les obligaron, bajo la amenaza de no dejarles participar en el torneo, a integrarse en el ya existente SEU de Guecho. No les quedó otro remedio y aceptaron pero consiguieron participar en el torneo no con la vestimenta del SEU de Guecho, sino con la que ellos utilizaban en el equipo de Acción Católica de San (sic) Ignacio...”. El día 24 de noviembre de 1937 se celebraba en los locales de la Federación Vizcaína de Fútbol la reunión de delegados para realizar el sorteo de los partidos, con la presencia de Gorostiaga, Bayo e Isasi.

 


A lo largo de aquel torneo los encuentros se jugaron en los campos de san Mamés, Torre Madariaga, Cruz Verde, Gobelaurre y el del Colegio de Sordos y Mudos.

 

El domingo día 28 de noviembre de 1937 se jugaba la primera eliminatoria de aquel torneo infantil. El 30 de ese mes, en el diario que he consultado, La Gaceta del Norte, se relataba: “…Ayer domingo comenzó el torneo amateur con los siguientes resultados: Arenas Infantil, 1 – Juventus F. C., 1; el domingo día 5 de noviembre  le tocaba jugar al SEU de Guecho contra el Deportivo Basauri, partido que terminaba con 4 goles para el de casa contra 1 del equipo basauritarra. En el partido de vuelta celebrado el domingo 26 de diciembre de 1937, contra el equipo de Basauri: El resultado fue Deportivo Basauri, 3 - SEU de Guecho, 2, con lo que quedaba clasificado el equipo de Algorta…”

 

Participaron un total de 39 equipos, entre los que se encontraban por cercanía los siguientes: Racing de Berango, Balas de Erandio, Esperanza F. C., Erandio, Legión de Lamiaco, Arenas infantil de Las Arenas y el Portugalete Chiqui de Portugalete. Tras una serie de tandas eliminatorias, el SEU de Guecho, tras dejar en la cuneta a varios equipos rivales: Deportivo Basauri, Huracán Balompié y Deusto F. C., el último partido que se iba a jugar el domingo 27 de marzo de 1938 en el campo de Torre Madariaga, entre el Carmen de Baracaldo y el SEU de Guecho, no llegó a celebrarse por incomparecencia del equipo de casa. Por consiguiente, quedaba clasificado el SEU de Guecho, accediendo de este modo a la tercera eliminatoria que comenzó el 23 de enero de 1938, finalizando el 6 de febrero, quedando como supervivientes para la liguilla final  que se disputó entre el 6 de febrero del mismo año y el 27 de marzo del mismo año en compañía de otros cuatro equipos: Carmen de Baracaldo, Solocoeche Sport, AET de Bilbao y Portugalete Chiqui, retirándose este último de la competición y quedando el SEU de Guecho clasificado el cuarto, en última posición, con 6 partidos jugados, 0 ganados, 1 empatado y 5 perdidos, consiguiendo tan solo 1 punto. A pesar de ello, con motivo del partido disputado contra el AET de Bilbao, el domingo día 20 de marzo de 1938, el cronista deportivo José Luis Isasi dedicó las siguientes palabras a Echevarría: “…Del SEU destacaron, entre otros, Echevarría, que, indiscutiblemente, es el mejor portero de los que juegan este campeonato...”

 


José María Echevarría tuvo una dilatada vida deportiva como profesional. Comenzó la misma, tras pasar por el Club Deportivo Guecho y el Sociedad Deportiva Neguri, en el equipo cabecera de Vizcaya, el Athletic Club, en la temporada 1937-1938 participando en el equipo bilbaíno en el segundo trimestre del año 1938 en calidad de aficionado.

 

Participaría también en la Copa del Abra, campeonato que comenzó: “…El día 10 de abril de 1938 se jugó el primer encuentro en el que se enfrentaron el SEU de Guecho y el SEU de Bilbao, ganando el primero por dos tantos a uno…”

 

Aquel acontecimiento deportivo se desarrolló en medio de la Semana Santa, que en nuestro pueblo (en Algorta) se vivió con un fervor inducido por los mandos del nacionalsindicalismo imperante, con actos religiosos en la iglesia de los trinitarios y san Nicolás de Bari y el miedo inducido por los tenebrosos ejercicios espirituales que advertían del peligro  que esperaba a aquellos que tuvieran que purgar sus culpas en el infierno. Escribían en el diario vespertino Hierro del 12 de abril de 1938: “…Allí desembocan todos los malditos de Dios. Todos los que están marcados con la señal del pecado. Imagínate un fuego creado por la justicia de Dios para castigar el desorden de los obstinados en morir en pecado. ¡Para siempre!; para siempre perdidos, separados de todo bien. ¡Para siempre, padeciendo, sufriendo, llorando, ardiendo, iDesventurados!...”

 


El diario Hierro, que en su anagrama lucía el epígrafe de Diario de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, el día 12 de enero de 1938 decía lo siguiente refiriéndose a la Copa del Abra: “…Con un tiempo espléndido se celebró en Fadura este partido de la Copa del Abra. El primer tiempo terminó con empate a cero. En el segundo tiempo el SEU de Guecho marcó dos tantos por mediación de Nacho y Valdés. Urresti fue el autor del gol del SEU de Bilbao. El partido resultó entretenido, notándose grandemente la falta de los hermanos Viar en el equipo vencido…”

 

Echevarría a lo largo de su carrera deportiva colaboró  con equipos de casa, Club Deportivo Guecho,  Arenas Club de Guecho y Sociedad Deportiva Neguri. Con el Athletic de Bilbao participó en enfrentamientos deportivos en 1938, incluso contra la escuadra alemana del Admiral Graf Spee, a quien batieron por 9 a 3 en un encuentro que se celebró en san Mamés y, en 1939 contra la Real Sociedad a quien batió por 2 a 0.

 

El campo del Club Deportivo Guecho vio durante años a este guardameta realizar el saque de honor en una de las competiciones más solidarias de nuestra Anteiglesia El Partido de Cazadores contra Pescadores a beneficio del Hospital Hospicio de Algorta.

 


El sino trágico, tanto a nivel humano con la guerra del 36 y la muerte de su padre contando Echevarría 20 años de edad, como deportivo con la gravísima lesión sufrida en Oviedo y las posteriores secuelas que ésta le dejaron añadidas a la tuberculosis, le obligarían a abandonar su prometedora carrera deportiva.

 

Tras una azarosa vida conviviendo con la tuberculosis: “…En la década de los 40 ingresó en el sanatorio de la sierra madrileña de Tablada, donde permaneció siete meses, traslado al Sanatorio Nuestra Señora de Begoña, en Miranda de Ebro, donde permaneció tres años, para posteriormente ser trasladado  en julio de 1946 al sanatorio bilbaíno de santa Marina donde permaneció hasta finales de octubre y fue operado en dos ocasiones…”

 

No obstante, y a pesar de los esfuerzos médicos, después de junio de 1965 su salud se fue resquebrajando poco a poco. En la etapa final de su enfermedad, ingresó en el Sanatorio de Leza (Laguardia) el día 24 de marzo de 1966, falleciendo en el mismo al día siguirnte, el 25 de marzo de 1966.

 


No quisiera finalizar esta entrada sin comentar que entre su palmarés deportivo se encuentra la concesión a posteriori del Trofeo Zamora, otorgado por el periódico deportivo Marca, correspondiente a la temporada 1940-41 Por último, decir que de este guardameta de Alango, de su vida deportiva, de la que los diarios bilbaínos dejaron su impronta, hay mucho que narrar. Pero esa parte de su historia ya está recogida en el libro de un buen amigo, gracias al cual, con muchos de sus datos, he podido realizar esta reseña, se trata del libro de Carlos Aiestaran titulado “Echevarría, Guardameta del Athletic Club 1938-1942”, libro que pueden consultar en la Biblioteca Pública de la plaza de San Nicolás, sita en Algorta.

 

Tras esta entrada, como todos los años, dejaré descansar esta página hasta el próximo día 5 de abril. Aprovechando, con responsabilidad, estos días para disfrutar de monte y mar, recorriendo algunos lugares de nuestra geografía cercana y dejando volar la imaginación para preparar nuevos temas.

 

HASTA EL 6 DE ABRIL DEL 2021

No hay comentarios:

Publicar un comentario