Cómo todos los años este es un
día de gran importancia para la humanidad, pero más para las mujeres que desde
ya hace demasiado tiempo sufren y mueren por lograr su emancipación, por algo
tan sencillo, a la vez que revolucionario, como por ser dueñas de sus destinos,
por no tener que pedir permiso para vivir y ser libres e iguales.
Mientras, que desde finales
del Siglo XVIII durante la revolución francesa, se comenzaran a reivindicar los
derechos que los hombres y los poderosos reclamaban para ellos, se lo negaban a
sus mujeres. A partir de ese momento se lucha por todos los derechos, el de
sufragio, representación, decía Maríe Gouze (Olympe de Gouges): “…Si
podemos subir al cadalso, también podemos ocupar cargos públicos…”
Lucha que a lo largo de los
siglos que le precedieron hizo necesaria la participación activa y masiva de las
mujeres para exigir su puesto en una sociedad dominada por hombres, que las relegaban
a los servicios caseros y los mal llamados de género, excluyéndolas de la toma
de decisiones y de derechos básicos, asignándoles roles fruto de una educación
y socialización diferenciada que las marginaba, atribuyéndoles determinadas
tareas por las que se las ninguneaba hasta en los salarios. Sus luchas, fueron
pagadas a menudo, incluso en nuestros días, con penas que las llevaron a las
cárceles y a la muerte.
Mujeres, si, que aún hoy
siguen explotadas, solo es necesario ver las colas que se forman todos los días
para atravesar la ría bilbaína, de trabajadoras de aquí y llegadas de otros
países, que acuden a casas de algunos mejor situados en condiciones de
precariedad, tanto salarialmente como de seguridad laboral.
Muchas y muchos son los
nombres que a lo largo de la historia forjaron un mosaico, de sudor, lágrimas,
sangre y libertad, que ahora algunos pretenden borrar, pero que inexorablemente
pasara por encima de ellos.
A pesar de que algunos, de una
forma burda, tratan de reemplazar esta simbólica fecha. Nuevamente reivindicaremos
en este día, y ya van dos en medio de la pandemia, los derechos de nuestras
compañeras, para que no sean nuestras sirvientas, para que los mismos sean como
mínimo iguales a los nuestros. Para que dejando nuestras injustas ventajas caminemos
a su lado apoyando su lucha, por eso que resulta tan fácil de pronunciar y a la
vez difícil de aceptar, la emancipación e igualdad entre seres iguales que
caminan y luchan juntos.
PARA NO
TENER QUE PEDIR PERMISO PARA VIVIR Y SER LIBRES E IGUALES.
!! NI UNA MENOS, ASKI DA!!
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