Para terminar con esta
historia de cómo nos veían a finales del Siglo XIX desde Bilbao, y en relación
a los dos libros publicados sobre esta Villa y sus cercanías.
Relatar que hablaban en los
mismos de Las Arenas, haciendo especial mención al Establecimiento de “Baños de
Mar Bilbaínos”: “…Hasta mediados de siglo, la derecha
de la desembocadura de la ría de Bilbao estaba formada por vegas bajas que la
marea cubría con sus aguas, dejando, al descender éstas, charcas y fangales
inútiles para la agricultura y perjudiciales para la salud.
Aun no hace muchos años
compró D. Máximo de Aguirre al Estado estas marismas y concibió el admirable
proyecto de convertir aquellas tierras empantanadas y los arenales que hacían
difícil la comunicación con Algorta, en vegas de cultivo, en salutíferos
pinares, y, por último, acarició la idea de que a la orilla del mar se
estableciera la residencia de verano de la población de Bilbao, cuyo
engrandecimiento preveía.
Acogida con entusiasmo la
idea por sus hijos D. Ezequiel, D. Eduardo y D. Enrique, se desvió el cauce del
río Gobelas, se recogieron las aguas de las vegas, se implantó en éstas el
cultivo agrícola con todos los adelantos modernos, se sembraron de pinos los
arenales hasta Algorta, y secundado este movimiento inicial por muchísimas
familias de Bilbao se empezaron a construir chalets y casas de campo, que hoy
aparecen rodeadas de frondosísimos jardines que son la admiración de cuantos
visitan el puerto de baños de Bilbao.
Para completar la idea se
construyó el año 1869 el Establecimiento de baños de Mar Bilbaínos, que está
formado de tres grandes edificios, unidos por galerías, donde suelen alojarse
durante los veranos las familias más distinguidas de la Corte y del interior de
la Península, que vienen buscando nuestro agradable clima. Puede recibir
cómodamente cerca de 200 viajeros, y dispone de hermosos salones, corredores y
espaciosos jardines defendidos del fuerte viento del mar.
En la playa de Las
Arenas, se instalan, los veranos, casetas de baño, cuyo número no bajaría la
temporada última de 180, y a ella acuden a bañarse no solo las familias residentes
en Las Arenas, si no las que en gran número conduce desde Bilbao el ferrocarril
de Las Arenas, el tranvía, y aun los que aprovechan el nuevo puente que une a Las
Arenas con Portugalete, debido al talento e iniciativa del ilustre Arquitecto Alberto
de Palacio.
El hermoso puente,
llamado de Vizcaya, consiste en cuatro torres metálicas dos a cada lado de la
ría de 62 metros de altura, sosteniendo un tablero de 8,20 de ancho a 45 metros
y 10 de altura, el mayor conocido en
esta clase de puentes Por la parte inferior de este tablero se hallan sujetas
dos vías férreas de 0,30 de ancho cada una, distando una de otra entre ejes
7,05 metros.
Sobre estas vías férreas
compuestas de carriles de 10 kilógramos de peso por metro lineal, se desliza un
tren de rodillos o bastidor movible, cuyo objeto es el de sostener suspendido
el trasbordador, destinado a llevar viajeros y mercancías, y el de repartir la
carga en una extensión lineal de 22 metros, a fin de evitar toda deformación
del puente bajo la acción de la carga móvil.
En la plataforma móvil o
transbordador caben hasta 200 personas que se transportan al aire, de una a
otra orilla, y fuera del alcance de las olas, en un minuto de tiempo.
El trasbordador se mueve
horizontalmente de una a otra orilla al nivel de los muelles y está suspendido
del bastidor movible que se halla a
45,10 de altura, por una serie de 18 cables oblicuos, combinados de tal
manera, que hacen imposibles las oscilaciones en todos sentidos.
El movimiento se produce
por medio de una máquina de vapor de 25 caballos, situada en uno de los pilares
de la parte de Las Arenas, a 8 metros de altura, que mueve un tambor al cual
van sujetos los dos extremos de un cable sin fin, que va a sujetar, a su vez,
los dos extremos anterior y posterior del bastidor movible. De esta manera,
según se arrolle en uno u otro sentido, el tambor arrolla o desarrolla por una
de las extremidades del cable, y el trasbordador va hacia una y otra orilla
según se desee.
El embarque y desembarque
se verifican sin la menor molestia ni tropiezo, subida ni bajada, siempre al
mismo nivel, y no cabe la interrupción del movimiento, porque aun dado el caso
extraordinario de la ruptura de un cable tractor, lleva al lado otro que
garantiza la llegada a la orilla opuesta. Además, cualquier pieza del puente
que pudiera deteriorarse por un caso imprevisto o accidente debido á fuerza
mayor, puede desmontarse inmediatamente y sustituirse por otra semejante, sin
alterar el servicio.
El trasbordador puede
soportar 30.000 kilógramos de peso y transportar, sin inconveniente alguno,
caballerías, carruajes, vagones con carga, etc.
El presupuesto total de
la obra, incluso las expropiaciones y gastos extraordinarios, asciende muy
aproximadamente a la cantidad de 800.000 pesetas.
La obra resulta de una
exactitud y una precisión admirables. Para dar una idea de la importancia de
este hermoso puente, bastará decir que el movimiento general de viajeros,
mercancías, vehículos, ganado, etc. aumenta más cada día, como lo demuestran
los siguientes datos: Durante el mes de Julio de 1894 trasportó el trasbordador
del puente 17.400 viajeros de 1ª Clase y 98.295 de 2ª, durante el día; 500 de 1ª
y 6.390 de 2ª durante la noche;1.600 mercancías de 30 kilos; 529 cabezas de ganado
mayor y 287 de menor; 156 carruajes y 200 velocípedos y carretillas. Durante el
mes de Agosto, 21.500 viajeros de 1ª y 114.200 de 2ª de día; 1.700 de 1ª y
9.050 de noche; 2.550 mercancías de 30 kilos; 422 cabezas de ganado mayor y 270
de menor, 80 carruajes y 200 velocípedos y carretillas.
En resumen: por su estructura
general, por las hermosas edificaciones que contiene, por los alicientes que a
su playa dan los medios de comunicación que la rodean, y por las perspectivas
no lejanas del establecimiento del puerto exterior, Las Arenas es un lugar
preciosísimo de recreo, y un pueblo que cada vez ha de ir ensanchando más su ya
importante esfera de acción, a medida que el tiempo vaya imprimiendo a su localidad
importantes adelantos, ya previstos en la mente de su fundador D. Máximo de
Aguirre.
Las Arenas dispone de
varios Hoteles permanentes, Cafés Restaurants y muchas casas de huéspedes. Goza
de agua potable como Algorta; tiene dos Escuelas subvencionadas por el
Municipio, a las cuales asisten unos 130 discípulos de ambos sexos; una red de
cloacas que se empezó a construir hace dos años y que pronto estará completada.
Este barrio tiene una
iglesia aneja a la parroquia de San Nicolás de Bari, bajo la advocación de
Nuestra Señora de las Mercedes, y una ermita dedicada a Santa Ana, en cuya
campa se celebra la renombrada y concurridísima romería de su nombre el 25 de
Julio y la octava el domingo siguiente…”
Así era como nos describían en
“El libro de Bilbao y sus cercanías” que se editó en los años 1895 y 1896. En
él se daban muchos más datos, sobre todo referidos a Bilbao, Deusto y Begoña,
pero también de otras poblaciones de la margen izquierda de la ría, como
Portugalete, Santurce, Sestao y Baracaldo.
Más adelante escribiré sobre
otras guías, que se publicaron en Bilbao entre los años 1899 y 1927, las cuales
nos daban datos relativos a la nuestros barrios y sus gentes.
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