En
la anterior entrada veíamos cómo un inventor de nombre D. Pedro
María Merladet acudía a la Diputación Provincial de Vizcaya
solicitando una subvención para el establecimiento en las orillas
del Nervión de cuatro puentes giratorios, uno de ellos para instalar
entre Portugalete y Las Arenas.
EL
23 de abril de 1891 el Ayuntamiento acordaba: “...Reunirse
en sesión extraordinaria el próximo día 26 para tratar sobre el
nombramiento de serenos o vigilantes nocturnos...”
También
trataba sobre el Proyecto del Hospital Hospicio de Algorta, haciendo
un pequeño recordatorio de las fases del mismo, recordaba: “...En
la sesión celebrada entre el Ayuntamiento y la Junta Municipal de
Sanidad el día 28 de marzo de 1889, se habían elegido para emplazar
el Hospital Hospicio que se trata de construir en esta localidad, dos
heredades colindantes cerca de la casa denominada “Bastinchuena”,
una de ellas donada por los herederos de Dña. Salomé Bareño y la
otra perteneciente a Dña. Basilia Aresti, viuda y vecina de esta. El
Ayuntamiento en la sesión celebrada el 4 de abril del mismo año
nombró una comisión en su seno a fin de acercarse a Dña. Basilisa
para hacerle presente aquel acuerdo y hacer que vendiera al municipio
su heredad. La comisión en la sesión del 11 de abril dio cuenta de
su cometido manifestando que Dña. Basilisa pedía por su propiedad,
que según había manifestado 13 peonadas osea 3.560,86 metros
cuadrados, la cantidad de 5.000 pesetas; en esa misma sesión el
Ayuntamiento facultó a la misma Comisión y a un concejal para que
volviera a verse con la citada señora y pedirle que modificara su
precio, en atención al objeto piadoso al que se trataba de destinar
dicha heredad. En la siguiente sesión del día 18 de abril la
Comisión daba cuenta de lo tratado con Dña. Basilisa Aresti,
haciendo presente que después de haber parlamentado largamente
habían conseguido de la misma el último precio por al heredad
consistente en 4.750 pesetas...”
Así que teniendo en cuenta que hacía poco tiempo otros terrenos
cercanos de igual clase se habían vendido por precios similares,
acordaba el Ayuntamiento: “...Practicar
las oportunas diligencias para adquirir la citada heredad. La subasta
de las obras para el Hospital Hospicio se señaló para el día 11 de
mayo de 1891, en la seguridad de que verificado el remate se haría
la escritura de compra y pago de la heredad por 4.750 pesetas, pero
por causas que ignora el Ayuntamiento y no hay necesidad de
exponerlas aquí, suspendió la subasta la misma corporación, con
reserva de resolver oportunamente la causa que hubo para ello...”
Entre
tanto el hijo político de Dña. Basilisa Aresti, D. Remigio Anchia,
reclamaba al Ayuntamiento: “...Reclama
se le paguen a aquella las 4.750 pesetas del valor convenido por la
heredad de los que esa corporación no puede eludir su obligación...”
El consistorio, después de tratada dicha petición, accedía al
pago: “...Pues
no se puede imputar a dicha señora la causa de la suspensión de la
subasta aún en el supuesto de que no se llegara a construir el
Hospital Hospicio…”
Para ayudar al consistorio, pues andaba escaso de fondos, Dña.
Francisca Unzaga se ofreció a adelantar dicha cantidad: “...Por la
que el Ayuntamiento facilitará un documento reintegrable con los
recursos
municipales abonando el 5% de intereses al año, y que con dicha
cantidad se haga pago a Dña. Basilisa Aresti en el acto de la
escritura que haga a favor del municipio...”
Por
fin el 26 de abril de 1891 se procedía al nombramiento de los
serenos vigilantes nocturnos de Algorta, servicio para el que se
habían convocado 6 plazas: “...Con
la dotación para una de ellas de 2,50 pesetas diarias y que se dará
al que sea nombrado como cabo, y a las cinco plazas restantes serenos
vigilantes con 2 pesetas diarias. Para acceder a dichas plazas se
presentaron los siguientes individuos: D. Baldomero Casado Medina y
D. Manuel López y López vecinos de Portugalete; D. Antonio Sánchez
natural de Plencia, D. Fidel Abesia natural de Las Arenas, D.
Dioniso Osticoechea, D. Felix Achutegui, D. Francisco Bengoechea, D.
Primitivo Sanz, D. Felipe Ayestaran, D. Saturnino Hernández, D.
Apolinar Muñoz, D. Antonio Lazarobaster, D. Francisco Corbera
Arrigorriaga, D. Indalecio Bastardo Rodrigo y D. Marcelino Gándara
Vivanco, todos ellos naturales de Algorta. Teniendo en cuenta las
condiciones que reunían cada uno de los aspirantes el Ayuntamiento
decidía nombrara a: D. Saturnino Hernández como cabo vigilante; y
para serenos vigilantes a D. Francisco Bengoechea, D. Primitivo Sanz,
D. Antonio Sánchez y a D. Francisco Corbera Arrigorriaga. A
continuación el Ayuntamiento autorizó al regidor Sr.Ajuria para la
compra de equipo y armamento...”
El armamento y equipo de los serenos de Algorta costó al municipio
la cantidad de 241 pesetas, además de otras 428 pesetas por los
capotes de paño.
Además los días de lluvia portaban unos impermeables negros que
costaron al municipio 360 pesetas los cuales fueron comprados en
“Martinez Parra & Cª” en Bilbao.
Se
aproximaba el primero de mayo y la prensa local “El Noticiero
Bilbaíno” llevaba a sus páginas la noticia titulando “El Asunto
del Día”: “...Se
acerca el primero de mayo y la expectación en todo el mundo es
grade. Los estadistas emiten sus opiniones y dan consejos, las clases
obreras se mueven a impulsos de sentimientos nobles y no faltos de
razón los unos, y llevados los otros por la voluntad de algunos
agitadores a quienes les conviene mantener la agitación para obtener
el logro de sus fines particulares...”
!Parece como si nada hubiera cambiado en los creadores de la opinión
publicada” desde entonces!. Se centraba dicho diario en los
acontecimiento más cercanos, los de Bizkaia, ya hablaban de: “...La
honradez de los operarios de este País, de la prudencia de las
autoridades, de que era preciso llevar la tranquilidad a las personas
tímidas y apocadas para contrarrestar los malos efectos de los
alarmistas. Opinando que al final todo se iba a limitar a que los
obreros se reunieran en algún local para exponer allí sus ideas y
tomar acuerdos para elevar a los poderes públicos...”
Y se preguntaba el diario: “...¿Qué
motivo de alarma hay en esto?. Poniendo como ejemplos de las
actuaciones obreras los siguientes casos: Los huelguistas de la mina
Primitiva estuvieron ayer por la mañana con el Gobernador Civil
para enterarse de la contestación que habían dado a sus
reclamaciones los propietarios de las minas, el Gobernador les
contestó que estos estaban dispuestos a darles media hora más de
descanso al medio día, pero que se negaban a otras concesiones. Los
trabajadores protestaban porque les hacían trabajar 13 horas por un
jornal de 11 horas reales. Los trabajadores aceptaron acordando
volver a la mina seis días más tarde, pero uno de los representes,
a quien la autoridad acusó de anarquista, fue detenido en el mismo
gobierno civil, hasta saber el gobernador que los mineros habían
aceptado el acuerdo...”
Por otro lado: “...Los
panaderos, habían acordado trabajar el 1º de mayo hasta las diez de
la mañana, mientras que los dueños de las panaderías acordaron
tomar nota de los trabajadores que se declararan en huelga para
despedirlos...”
Así en ese ambiente tan agresivo de la patronal: “...Se
producía la llegada desde Burgos del primer regimiento de
infantería, para dirigirse al día siguiente hacia Somorrostro; al
medio día se concentraba en Bilbao toda la Guardia Civil de la
Provincia; por la tarde llega desde Vitoria el batallón de Cazadores
de Madrid...”
Mientras en el teatro Romea de Bilbao se reunían algunos lideres
obreros como Varela, Perezagua, Hernández, Alonso y Cantero, quienes
reclamaban: “...Un
horario en los tajos de 8 horas y que dicha fecha, el 1ª de mayo,
fuese considerada como fiesta de guardar…”
En este estado de cosa se producía el día 30 de abril de 1891 el
llamado Manifiesto Socialista del Comité Obrero de la Arboleda:
“...En
el hablaban sobre la lucha que ya desde hacía muchos años mantenían
los opresores y oprimidos, invitando a la Gran Fiesta del Trabajo: La
manifestación Internacional del 1º de mayo. Reclamaban la jornada
laboral de 8 horas. En el manifiesto hablaban de transformar la
propiedad individual a colectiva, socializando los medios de
producción, haciendo que cada cual perciba el producto integro de su
trabajo…”
El gobernador civil D. José Alonso Colmenares limitaba el ejercicio
del derecho de manifestación a los espacios cerrados. Así estaba el
ambiente en aquel abril de 1891 en nuestras calles.
Finalizaba
el mes de abril tratando en el pleno municipal sobre la circular
recibida del Gobernador Civil relativa a la renovación bienal de
concejales: “...Se
ha recibido una circular del Gobernador Civil de esta Provincia,
fechada el día 25 de abril, inserta en el Boletín Oficial del mismo
día, señalando el próximo día 10 de mayo para la celebración de
la elección de concejales para la renovación bienal de los
Ayuntamientos. El Ayuntamiento acuerda que: La mesa del primer
distrito se instale en la Casa Consistorial (San Nicolás), y la del
segundo distrito en la Casa Hospital...”
El domingo día 3 de mayo se iba a proceder a la proclamación de los
candidatos y al nombramiento de los interventores; también acordaban
que: “...Con
arreglo al artículo 10 de la Ley de Sufragio Universal, la Junta del
Censo en la actualidad se compone de los individuos de esta
Corporación y de los ex- Alcaldes residentes en esta localidad...”
Trataron también sobre los concejales que iban a ser renovados:
“...Quienes
deben de cesar en sus funciones por lo que señalaron que: El
Ayuntamiento consta de 11 concejales procedentes de las elecciones de
1887: Cinco de ellos son Sustacha, Arrola, Aizpiri, Ajuria y Beitia y
seis de las elecciones de 1890: Ramón Barandica (declarado vacante
por haber trasladado su residencia a Berango), Sebastián Sainz, Juan
José Unzaga, Bautista Carrandi, Pedro Icaza y José Eguia (que
falleció el último año). Los concejales que deberán de abandonar
su puesto son tres del distrito primero y dos del distrito
segundo...”
A continuación procedieron al sorteo para saber quienes continuaban
durante el próximo bienio en el consistorio: “...Por
el primer distrito continuaran los señores Sebastián Sainz, José
Eguia y Bautista Carrandi (lo cual resultaba chocante ya que Eguia
había fallecido); por el distrito segundo: Pedro Icaza, Ramón
Barandica y Juan José Unzaga...” Aunque a continuación decían
que debía de sustituirse al fallecido y al que había trasladado su
residencia a la Anteiglesia de Berango...”
El
siguiente tema de importancia que trataron fue el de una instancia
remitida por los miembros de la Comisión Constructora de la Iglesia
de San Ignacio de Algorta: “...Solicitamos
el apoyo de esa Corporación para atender la gravísima situación
creada con motivo de la erección de dicho templo...”
D.
José María Aramberria, que era el encargado de construir las vías
del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia, trataba de extraer piedra
caliza de la cantera existente entre la Avanzada y el río Gobela,
cosa que resultaría infructuosa al no existir esa clase de piedra en
dicha zona.
D.
Manuel Eguia sirvió las comidas a la mesa de la primera sección
(San Nicolás) durante las elecciones de Diputados Provinciales y a
Cortes, ascendiendo la minuta a 120 pesetas.
En
la próxima entrada de esta serie veremos cómo la terminación de
las obras de embaldosado de la calle Mayor (actual Avenida Basagoiti)
eran prioritarias para la Corporación Municipal.
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